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EL REGRESO DE LOS COWBOYS

BUSH BUSCA CONQUISTAR A LOS DEMOCRATAS Y AL TITULAR DE LA FED
Ofensiva cariñosa del verdugo de Texas

Ayer llegó un día muy esperado en EE.UU.: los electores votaron al republicano George W. Bush en el Colegio Electoral. Mientras, el presidente electo aceita la transición buscando seducir a los líderes demócratas del Congreso. Y sobre todo al titular de la Reserva Federal. 
Bush rodeado por los líderes del Congreso: a su izquierda demócratas, a su derecha republicanos. 
�Dejemos atrás la campaña�, dijo ayer Tom Daschle, líder demócrata del Senado (primero, der.).

Por Julian Borger y
Jane Martinson*

Desde Washington y Nueva York

Los 538 votos del Colegio Electoral fueron emitidos ayer mientras los electores asistían a ceremonias en un anticuado ritual que adquirió una significación nueva después de los avatares de la elección presidencial norteamericana. A pesar de novelescas especulaciones sobre defecciones de último minuto, se esperaba que los electores votaran como lo habían hecho los estados que los habían elegido y sellaran así la presidencia del republicano George W. Bush. Según las previsiones, y gracias a haber ganado el controvertido voto de Florida, Bush tenía una mayoría de 271 grandes electores contra 267 de Gore. El presidente electo buscó alistar a su favor al hombre más poderoso de las finanzas mundiales al encontrarse ayer en Washington con el titular de la Reserva Federal (la �Fed�), Alan Greenspan. Los analistas políticos creen que un gesto de Greenspan ayudaría a Bush a encontrar apoyo para su paquete de reducción de impuestos de 1300 millones de dólares. Hoy se reúnen los economistas del Comité Federal de Mercado Abierto con la Fed. 
Los electores republicanos, elegidos entre las filas de los activistas más militantes del partido, dijeron que fueron invadidos en los últimos días por reclamos de demócratas que les pedían que cambiaran su voto para reflejar que Al Gore fue el candidato que ganó el voto popular. Pero ya Gore y su vicepresidente habían prometido no aceptar el favor de electores �renegados�. Bush se encontrará hoy con Gore para una reconciliación formal. También lo hará con el presidente Bill Clinton para discutir el traspaso del poder el próximo 20 de enero. En un preludio de lo que ya se anticipa que será un encuentro amigable, Laura Bush visitó ayer a Hillary Clinton en la Casa Blanca, para discutir el rol de la primera dama. Las dos mujeres se tomaron de las manos para que las cámaras las tomaran a su vez a ellas, en un ejercicio de lo que la prensa norteamericana, con un vocabulario evangélico, llama �sanación nacional�. 
De pie junto al presidente electo, Tom Daschle, líder demócrata del Senado, dijo: �Dejemos atrás la campaña. Encontremos una manera de trabajar juntos de manera constructiva, y lo más importante que podemos hacer es reconocer la legitimidad de la presidencia�. Estrictamente, el electorado no votó directamente por Gore o por Bush en la jornada de la elección presidencial del 7 de noviembre, sino por listas de electores. Este año fue la primera vez en más de un siglo en que el Colegio Electoral votó en contra del voto popular: es decir que si se suman todos los votos emitidos en Estados Unidos, ganó Gore, pero si se suman los electores de cada estado, ganó �como esperablemente ocurrió ayer� Bush. Por lo común, las cadenas nacionales de televisión ignoran el ritual de la reunión de los electores. Pero ayer las ceremonias exhibieron una renovada vitalidad y gozaron de todo el interés de los medios. Los líderes republicanos se esforzaron sin disimulo por asegurarse que los electores no cambiaran de partido. El vicepresidente electo Dick Cheney los llamó por teléfono, y fueron festejados con opíparos desayunos por los grandes del partido. En Florida, el gobernador Jeb Bush, hermano del presidente electo, se encontró ayer personalmente con los 25 electores. En Carolina del Norte, los electores fueron tratados como celebridades y acompañados a votar por una guardia de honor. 
En la mayoría de los casos, los electores emitieron ayer sus votos en forma de un certificado formal, en público, y en las Legislaturas estaduales. Las únicas votaciones secretas fueron las de los estados de Washington, Indiana y Minnesota. Todos los votos serán enviados al Senado norteamericano para ser contados el 6 de enero. 
En el frente de la economía, Estados Unidos deberá decidir si el mayor riesgo sigue siendo la inflación o ha pasado a ser la recesión. Un taciturno Greenspan fue guiado ayer en sus movimientos, con la mano del presidente electo sobre su espalda, durante una aparición pública destinada a echar un velo sobre el rencor que subsiste entre el banquerocentral y George Bush padre. Bush Jr. dejó ayer en claro que quería convencer a Greenspan de que bajar los impuestos era la mejor solución para cualquier recesión. En Washington, Bush enfrenta incluso la oposición de los republicanos con más años en el Congreso, preocupados por el impacto que tal medida tendría en la economía. Los demócratas la critican porque aseguran que sólo favorecerá a los más ricos. También le va a resultar difícil poner a Greenspan de su lado. Antes de la elección presidencial, el titular de la Fed había dejado en claro que las reducciones de impuestos eran una opción de segundo plano ante la prioridad de pagar la deuda del gobierno federal.

* De The Guardian de Gran Bretaña. Especial para Página/12.

Claves

Ayer llegó un día que parecía muy lejano: los grandes electores votaron en Colegio Electoral por el republicano George W. Bush.
Después de los avatares legales de la elección más discutida de la historia norteamericana, Bush debe buscar el acuerdo bipartidario.
Ayer Bush procuró convencer al que sería un aliado clave, el titular de la Reserva Federal (el Banco Central estadounidense) Alan Greenspan, de que la baja de impuestos prometida por él en campaña es la panacea de una futura recesión. 
Hoy Bush se reunirá con su ex rival, el demócrata Al Gore, para una reconciliación formal, y con el presidente Bill Clinton para preparar la transición. 

PERFIL DEL HOMBRE MAS CODICIADO POR BUSH
En la espalda de Greenspan

Por Christopher Hitchens
En una fiesta para corresponsales extranjeros en la Casa Blanca, el cómico Jay Leno, que oficiaba de maestro de ceremonias, hizo un chiste. �¿Cómo es estar casado con el hombre más poderoso del mundo. Pregúntemosle a Andrea Mitchell.� Nadie se rió. Alan Greenspan, presidente de la Reserva Federal (la Fed) y marido de la divina Andrea Mitchell, a veces es llamado deferentemente como �el segundo hombre más poderoso de Norteamérica�. Pero se está acercando silenciosamente a su quinto período en funciones. Y en su función probablemente posee más poder que cualquier presidente. Un gesto de aprobación suyo sobre las tasas de interés y los mercados globales se estremece a lo largo de cada nervio y ganglio. Y por lo tanto, como la mayor parte de la política extranjera está dirigida por la economía, y la mayoría de las guerras se libran por medios económicos, él dispone de más poder que cualquiera de las 12 cabezas de gobierno de cualquier país remotamente comparable. No puede pulsar por iniciativa propia el botón termonuclear, pero en realidad, fuera del reino de Hollywood, tampoco puede hacerlo el presidente. No tiene que perder tiempo en eventos ceremoniales. Debe informar al Congreso solo dos veces al año, en ocasiones formales, donde es recibido con la deferencia que en una época se otorgaba al emperador de Japón. 
Las fantasías sobre las capacidades místicas de Greenspan son infinitas: uno de los muchos inventos periodísticos de Stephen Glass en la revista The New Republic (antes de que lo pescaran y se descubriera la superchería) se refería a una empresa inversora de Wall Street que mantenía una oficina vacía como un �lugar sagrado� de Greenspan, lleno de fetiches y reliquias. Glass citaba a supuestos operadores de la Bolsa de Nueva York que según él le rezaban a Greenspan y usaban un programa de software conocido como �El Talmud de la Reserva Federal�. El artículo escapó al ridículo porque, después de todo, podría haber sido cierto. Y Greenspan había logrado un cierto reconocimiento. Tan luego la vilipendiada Gennifer Flowers �otra de las que acusó a Clinton de acoso sexual� una vez le dijo a Larry King: �Verdaderamente creo que el crédito debería recibirlo Alan Greenspan..., eso ya estaba en su lugar antes de Bill, la mejora de la economía�.
En el primer teledebate de la pasada elección presidencial, a ambos candidatos les preguntaron qué harían en una emergencia económica o financiera. George Bush contestó que �lo que haría, en primer lugar, es ponerme en contacto con el presidente de la Reserva Federal, Alan Greenspan�. Tratando de superarlo, Al Gore alardeaba de cómo él ya se había puesto en contacto con Greenspan, cuando fue la crisis del peso mexicano. Fue generoso por parte de Bush, si tenemos en cuenta las circunstancias: Alan Greenspan y Robert Rubin (hasta hacía poco secretario del Tesoro) habían liderado la economía Clinton-Gore, y (aunque resintió ser explotado de esta manera sin que lo advirtieran, y no permitiría que se repitiera la táctica) Greenspan mismo de pronto estuvo sentado entre Hillary Clinton y Tipper Gore para el discurso de Clinton del Estado de la Unión en 1993. Las cámaras lo captaron luciendo como el talismán de la �Clintonomics�. Si caminaba por la calle, no hubiera sorprendido ver cómo ciudadanos corrientes lo tocaban para que les diera suerte. La bonanza económica, a veces, hace que la gente sea más, no menos, supersticiosa.
Una manera de definir la verdadera y no legendaria potencia de la Reserva Federal es llamarla �el banco de los banqueros�. Como último acreedor, puede ejercer influencia regulatoria sobre los créditos hechos por instituciones menores. Por lo tanto, cuando las �economías de los tigres asiáticos� cayeron con un efecto dominó en el verano de 1997, Alan Greenspan fue capaz de inducir a los acreedores norteamericanos a extender su crédito, y así poder conducir a los heridos coreanos del sur y otros a través del frágil puente hacia una temporaria recuperación. Perseguidos por las Furias, los griegos antiguos aludían a esas divinidades de modo congraciador como �las bondadosas� por si estaban escuchando. Confrontadospor la asombrosa fortaleza del Cuartel General de Greenspan, la gente se refiere con tibia familiaridad a �la Fed�. 
Ideológicamente hablando, el hombre que tiene la llave de esta maquinaria es demasiado extremista como para postularse para ser elegido para algo. Sus ostensibles convicciones políticas y sociales están a la derecha de cualquier centro. Y sin embargo es probable que haya ayudado a que Jimmy Carter fuera elegido y casi seguro que ayudó a Bill Clinton a ganar su primera y segunda elección. Además:
Una vez fue investigado por la F.B.I. para determinar si era gay. 
Apoya a un grupo ideológico que proclama su ateísmo militante, especialmente su desprecio por el cristianismo. 
Su gurú intelectual, Ayn Rand, era una defensora del incondicional derecho de la mujer al aborto.
Ayudó a abolir el servicio militar obligatorio.
La enemistad de Greenspan con Bush padre data de 1989. En esa coyuntura, cuando había sido confirmado como titular de la Fed, declinó bajar la tasa de interés, enfureciendo así al Departamento del Tesoro del presidente Bush, que, por una combinación de motivos económicos y políticos, quería que bajara. La subsecuente recesión terminó cuando la tasa, ya tardíamente, fue reducida; muchos son los republicanos en Washington que hoy culpan a Alan Greenspan del triunfo de Bill Clinton �y derrota de Bush padre� en 1992. �Yo lo nombré, y él me decepcionó�, comentó Bush Sr. fríamente. Por una ironía de la historia, el Bill Clinton que se llevó el crédito por el largo boom de la década de 1990 fue el hombre que sacó provecho de un alza que Greenspan había fatalmente pospuesto. 

Traducción: Celita Doyhambéhère

 

 

 

 

 

 

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