Por Fabián Lebenglik
Carlos Montes de Oca (1960) es un artista chileno que está presentando dos instalaciones simultáneas en Buenos Aires: por una parte exhibe �La necesidad de dormir� en el Museo Nacional de Bellas Artes, en el marco de la Bienal Internacional. Por la otra, presenta �La capacidad de recordar�, en la galería C/C.
Estudió diseño, filosofía y comunicación y comenzó a exponer sus trabajos en 1990, y se lanzó al ruedo con una obra que partía de textos, imágenes y objetos que, a modo de cita o fragmento, tomaba tanto de la �alta cultura�, como de obras devaluadas o ignoradas por el canon de la cultura oficial. Pero su relación con la escritura no es sólo a modo de cita o apropiación, ya que también para Montes de Oca la escritura es una práctica: lleva editados tres libros de poemas. En la Argentina se dio a conocer durante la década del noventa, cuando participó en exposiciones colectivas en Mendoza y en Buenos Aires.
En el Museo Nacional de Bellas Artes, el artista presenta una instalación de 1998, �La necesidad de dormir�, que consiste en el montaje y la disposición en el espacio de la sala, de una serie de carpas individuales azules que tienen, cada una, una fuente de luz interior. A pesar de la apariencia fría e industrial de las carpas, la trasposición de contextos funciona como disparador de sentidos alrededor de cuestiones sociopolíticas como el nomadismo y la vida sedentaria, el hábitat y la cultura urbana y de otras más fisiológicas y poéticas, como el dormir y el soñar. En la trama de Buenos Aires, la carpa también evoca luchas y reivindicaciones del mundo del trabajo.
Cuando el artista montó sus carpas en Chile, el cambio de contextos fue produciendo diferentes evocaciones y sentidos: su instalación fue pasando por distintos montajes, de una galería a museo, y luego sobre puentes y en el subte. �La carpa como género �explica� se emparienta con el ensayo: intento, tentativa, reflexión en el movimiento... El sueño aparece anclado a la necesidad de soñar (el sueño permite descansar y repone las fuerzas físicas y mentales) y la necesidad de dormir como una ley que ha impulsado al hombre a buscar albergue... Soñar y errar, divagar el pensamiento... el nomadismo de dos junturas; la necesidad de dormir y la necesidad de observar.�
Cuando exhibió la muestra hace unos meses en la galería Artespacio de Santiago, la crítica María Amelia Bulhoes escribió: �Montes de Oca presenta una propuesta en progreso, que puede desdoblarse infinitamente, captando nuevos significados en cada nuevo espacio donde se instala. Su precariedad garantiza su riqueza en la creación de significantes, es una forma inagotable a la cual siempre se pueden agregar otros sentidos. Su simplicidad es realzada por el material de origen industrial que se vacía de connotaciones de orden cultural, como por ejemplo la identificación de grupos étnicos. La carpa, aquí, no tiene nacionalidad o identidad. Ella es el signo de la transterritorialidad, del desplazamiento de sentidos que la cultura globalizada impone. Al mismo tiempo ellas afirman una posibilidad de escape. No el escape fácil de la alienación, sino la posición crítica de enfrentamiento que el sueño y la fantasía ofrecen en el arte�. (Museo Nacional de Bellas Artes, Avenida del Libertador 1473, hasta fines de enero.)
En la galería C/C la instalación �La necesidad de recordar�, es de un gran atractivo visual y al mismo tiempo es un notable minimalismo y economía de recursos. El artista transformó una sala de la galería en una cámara de luz negra. Allí, con gran rigor formal, una serie de hilos de colores fluorescentes tensados de pared a pared, conforman un dibujo en el espacio: se trata de volúmenes etéreos, de figuras geométricas incluidas que funcionan gracias a las distintas perspectivas y posiciones delespectador, como modelos a armar. La obra apunta directamente a un juego de la percepción. Pero su casi nula materialidad y el efecto visual de la luz negra provocan un clima que combina ilusión y frialdad, fina percepción y vacío. (Galería C/C, Suipacha 868, hasta el fin de año.)
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