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MACHINEA REVELÓ QUE CHACHO LE DIJO
QUE QUIERE A CAVALLO AL FRENTE DE ECONOMÍA
Un secreto violado para cuidar el puesto

El ministro de Economía dijo ayer que el jefe del Frepaso le había dicho �que estaba a favor de esa iniciativa�, poniendo por primera vez nombre al supuesto impulsor del ingreso de Cavallo al Gobierno. En el Gobierno consideran inoportuna la salida de Machinea. La opinión del cavallismo.
Alvarez, Cavallo y De la Rúa, cuando Acción por la República fue invitada al diálogo político. En Economía creen que la participación del Mingo en la reforma tributaria es como una cabeza de playa.

Por David Cufré

El progresivo acercamiento del Gobierno a Domingo Cavallo o, si se quiere, de Cavallo al Gobierno, colmó la paciencia de José Luis Machinea. Con el respaldo que le da haber finalizado con éxito la operación “blindaje”, el ministro encontró el espacio para transparentar el juego político que considera se está tejiendo a sus espaldas. Se trata de una maniobra que terminaría catapultando al líder de Acción por la República al Ministerio de Economía. “Chacho Alvarez me dijo personalmente que estaba a favor de esa iniciativa”, reveló ayer Machinea, quien no sólo confirmó como ciertas las versiones en ese sentido, sino que le puso nombre y apellido a quien identifica como su principal operador. Lo hizo dando a conocer una conversación privada, lo que fuerza a Alvarez a tener que desmentirlo o a explicar por qué ya no lo quiere en el Palacio de Hacienda y prefiere en ese lugar al ex ministro fuerte de Carlos Menem.
La intención de Machinea fue poner a la vista de todos lo que se debate en el interior de la Alianza, buscando desarticular la iniciativa antes que se consolide. El ministro también indicó que los intentos de Alvarez no lo inquietaron porque “el presidente Fernando de la Rúa me dio su confianza en todo momento”. No fue casual que Machinea eligiera el día siguiente de los anuncios del salvataje financiero para contar la historia. Sabe que ha recuperado oxígeno político y que tal vez no encuentre otro momento de mayor fortaleza para defender su posición. Y también conoce la potencia de sus adversarios.
En un reportaje de Nelson Castro por radio La Red, Machinea entregó las siguientes definiciones:
“Yo sé que las versiones (sobre la incorporación de Cavallo a Economía) fueron muy fuertes”.
“Hubo gente claramente interesada (en impulsar el recambio)”.
“Diría que fue básicamente gente de afuera del Gobierno, aunque también pudo existir alguna voz de adentro”.
“En todo caso, la voz de adentro no fue lo suficientemente contundente para acallar las versiones y dejó la duda”.
“En el caso de Alvarez, me dijo personalmente que estaba a favor de esa iniciativa”.
Por tanto, el ministro considera que las gestiones por incorporar a Cavallo fueron intensas, que el Gobierno –aunque excluyó a De la Rúa, de quien dijo que siempre lo respaldó– mostró disposición insuficiente para defenderlo, y que Chacho Alvarez le confesó su interés por el reemplazo. Aunque apeló a los verbos en pasado, Machinea dejó flotando que la situación descripta no finalizó. Y en Economía aseguran sin medias tintas que continúa.
En los hechos, mencionan la propuesta de Alvarez de crear un Ministerio de la Producción como un intento de, por lo menos, restarle poder a Machinea. También desconfían de los coqueteos cada vez más evidentes del Ejecutivo con Cavallo. Por caso, el jefe de Gabinete, Chrystian Colombo, afirmó ayer que le “parece bien” que el ex ministro “haga su aporte en el área tributaria”, como integrante de una comisión de expertos y consultoras que elaborará una propuesta de reforma impositiva. “Ojalá que Cavallo haga su aporte”, se entusiasmó el funcionario. “Me parece bien, porque lo que hay que estudiar es cómo armonizar la política tributaria entre la Nación, las provincias y los municipios para darle un mensaje claro a quien quiere invertir”.
La invitación al jefe de Acción por la República a participar de esa comisión –de la que también formarán parte las fundaciones FIEL y Mediterránea– es vista con preocupación por Economía. Evalúan que puede resultar una “cabeza de playa” para acostumbrar a propios y extraños de la Alianza a la idea de que Cavallo ingresará al Gobierno. Machinea por ahora decidió no confrontar abiertamente con su eventual reemplazante. Indicó que el ex ministro “tuvo una actitud genuinamente positiva para el país”,porque “ha apoyado al Gobierno al decir que ahora sí Argentina está en condiciones de crecer”. “En ese contexto –agregó–, hay un reconocimiento del Gobierno de que Cavallo es un dirigente importante que tiene que ser consultado y aliado en otros temas.”
A pesar de sus declaraciones públicas, el ministro teme que crezcan las opiniones dentro del Gobierno de conformar una nueva coalición política, en sociedad con Cavallo, de la que saldría como el mayor perdedor. Abona esa hipótesis su convencimiento de que además de sectores políticos –con Chacho a la cabeza– hay grupos empresarios que trabajan por el ingreso de Cavallo. Por lo pronto, Machinea enfatizó que “hay sectores que han apostado a mi salida del Gobierno desde el primer día. No cuento con la simpatía de todos los operadores económicos, pero sí con el apoyo de muchos de ellos en el sector real y bancario”. Sin embargo, más allá de creer que todavía conserva algún respaldo, el ministro inició el contraataque antes de verse eyectado del Ejecutivo. Y en esa tarea, su primer embate fue contra Alvarez, en otros tiempos –no tan lejanos– su mayor sostén político en el Gobierno.

 


 

ALERTA EN EL GOBIERNO POR LA FRASE DEL MINISTRO
“La verdad, no fue oportuno”

Por Fernando Cibeira

Se suponía que en la “nueva etapa” que el Gobierno proclamó inaugurada el lunes junto con el anuncio del blindaje financiero no había lugar para más crisis políticas, por eso ayer costaba encontrar respuestas a la salida del ministro José Luis Machinea contra el ex vicepresidente Carlos “Chacho” Alvarez, a quien acusó de impulsar la llegada de Domingo Cavallo al Ejecutivo. “Machinea está furioso con Chacho por su idea de dividir Economía, pero la verdad que no fue muy oportuno”, respondía un integrante del gabinete. Tal vez como antídoto, en Gobierno buscaban la manera de concretar de una vez la demorada cumbre entre Fernando de la Rúa y Alvarez que, en una de esas, se hace hoy. O no.
Quizá la jornada inaugural de la nueva etapa hizo que Machinea se sintiera más fortalecido y dijera algo que tenía atragantado desde hacía tiempo. “Siempre sintió que lo de la división era en su contra y por ahí se descargó”, evaluaba ayer un vocero de la Rosada.
Pese a que el ministro de Economía aseguró que Chacho le había revelado sus sentimientos escondidos sobre Cavallo cara a cara, cerca del líder del Frepaso respondían que ni siquiera hacía falta volver sobre la cuestión, que Alvarez había sido más que claro sobre la cuestión en los reportajes que se publicaron durante el fin de semana. “No es necesario salir a responderle a Machinea y no lo vamos a hacer. En este momento lo mejor sería que nos dejemos de joder”, sostenía un dirigente amigo de Alvarez.
En Gobierno aseguraban que el enojo de Machinea ya no tenía razón de ser porque De la Rúa le había bajado el pulgar a la idea de dividir Economía. Ni con una nueva cartera de Infraestructura, ni con la de Hacienda y Producción como propone Chacho en su trabajo.
A propósito de la propuesta de Alvarez, en la Rosada era complicado encontrar respuestas certeras sobre la concreción de la cumbre con el Presidente. El jefe del bloque de diputados de la Alianza, Darío Alessandro, quien viene haciendo de nexo entre los dos antiguos integrantes de la fórmula presidencial, dijo que “con seguridad” se concretaría hoy o mañana.
La posibilidad que había deslizado De la Rúa era que se vieran en la cena que los diputados de la Alianza organizaron para esta noche. Pero la realización de la reunión parece estar atada a un sinfín de variantes que se empecinan en no concordar. Por ejemplo, que Chacho ayer había caído en cama víctima de un ataque de hígado y que no podía asegurarse su restablecimiento. O que De la Rúa tenía que volar hoy a Chile y que no se sabía bien a qué hora volvía, porque estos viajes suelen tener retrasos. En síntesis, puede hacerse y también puede que no. “Hablarán telefónicamente para ponerse de acuerdo”, adelantó Alessandro.
Es probable que a partir de la nueva controversia generada por las declaraciones de Machinea, el Presidente desee cerrar el incipiente nuevo foco de conflicto con una foto de conciliación con Alvarez. Sin embargo, cerca de De la Rúa insistían en que la reunión estaría más marcada por un ambiente de distensión que de trabajo, como pretende Chacho. La dificultad podría estar dada en el destino de las propuestas de Alvarez. El ex vice quiere que la discusión gire en torno a su trabajo, mientras que en Gobierno aseguran que el Presidente no quiere avanzar sobre la cuestión en estos momentos, donde las noticias giran alrededor del blindaje.

 


 

CAVALLO PONDRA CONDICIONES SI EL GOBIERNO LO LLAMA
Plenos poderes para el Mingo

Por Santiago Rodríguez

Domingo Cavallo está decidido a colaborar con Fernando de la Rúa en el diseño de la reforma tributaria, pero no a cualquier precio: si el Gobierno lo convoca formalmente para trabajar en el tema, exigirá que le concedan el vuelo suficiente como para poder dejar su sello en el futuro régimen impositivo. “Pensar en Cavallo como un mero técnico es minimizarlo; sería como convocar a (Raúl) Alfonsín a redactar una reforma constitucional sin darle participación en la discusión política de sus ejes”, aclaró a Página/12 el presidente del bloque de diputados de Acción por la República, Alfredo Castañón.
El ex ministro de Economía ya tiene resuelto que su partido no le sacará el hombro al Gobierno en caso de que finalmente se lo llame para integrar la Comisión de Reforma Tributaria. “Acción por la República va a integrar ese comisión”, confirmó Castañón. “Sería totalmente natural. Hemos venido ayudando en mucho, así que colaborar en la modificación del sistema tributario entra dentro de lo normal”, coincidió Armando Caro Figueroa.
Lo que no está del todo claro aún es qué papel ocupará Cavallo y ese es uno de los temas a hablar si es que De la Rúa formaliza la convocatoria. Castañón dio algunas pistas sobre las pretensiones del ex ministro de Economía: “En la comisión –sostuvo– habrá técnicos de Acción por la República. Puede ser que Cavallo esté en alguna reunión, pero su papel será, en todo caso, participar en las definiciones de la reforma”.
Por el momento, Cavallo ha decidido que sean sus operadores quienes hablen. Un colaborador suyo argumentó que “considera que colaboró en todo lo que podía para facilitar la firma del pacto con fiscal con los gobernadores, la aprobación del presupuesto y la obtención del blindaje financiera y que ahora se deben tomar medidas fuertes para reactivar la economía y cualquier aparición pública suya implicaría una interferencia para el Gobierno”.
Pero la decisión de Cavallo de mantener su bajo perfil deviene también del más simple de los análisis políticos: al recurrir a su figura para exhibirla como garantía a los mercados, el Gobierno lo colocó en un lugar en el que suma y suma y no tiene nada que perder.
Los hombres de Cavallo apenas si se detuvieron ayer a analizar la declaración de José Luis Machinea acerca de que es Carlos “Chacho” Alvarez quien alentó la incorporación. “A quién estamos ayudando es precisamente al Ministro de Economía. Machinea debería entender que no hay ninguna intención de desplazarlo”.
“Ayuda”, “colaboración”, “cooperación” son términos que por estos días los cavallistas priorizan a la polémica; también eso forma parte de una estrategia. Un peronista y un frepasista que conocen bien al ex ministro de Economía coincidieron en explicar a este diario que Cavallo mantiene sus ambiciones presidenciales, pero llegó a la conclusión de que la única forma de romper la suma cero que dan su imagen positiva y su imagen negativa es volver al rubro económico.
La idea es desarrollar esa tarea sin quedar atrapado en la Alianza. “Cavallo –señaló Castañón– tiene una larga trayectoria y está dispuesto a ayudar a que el país salga adelante pero sin mimetizarse con el Gobierno.”

 


 

La renuncia de Chacho, según Storani y Alessandro

El debate surgió en la presentación del libro �El Divorcio�, de Martín Granovsky. Federico Storani habló de inmadurez y Darío Alessandro pidió cambios para salvar la Alianza.

Magdalena, Granovsky, Storani y Alessandro ayer, en la presentación del libro “El Divorcio”.

”La fractura de la Alianza era lamentable, era dejar a la Argentina sin alternativa. Pero para que siga unida no alcanza con el voluntarismo, tiene que haber modificaciones”, señaló el jefe del bloque de diputados de la Alianza, Darío Alessandro. “Lo que pasó habla de la inmadurez de nuestra política, de la falta de experiencia en gobiernos de coalición”, dijo el ministro del Interior, Federico Storani. Los dos dirigentes fueron los encargados de presentar ayer el nuevo libro del subdirector de Página/12, Martín Granovsky, El Divorcio, una investigación sobre la ruptura entre Fernando de la Rúa y Carlos “Chacho” Alvarez editada por El Ateneo.
La charla fue ayer por la tarde en la librería El Ateneo y estuvo coordinada por Magdalena Ruiz Guiñazú, quien presentó a Alessandro como “el terapeuta” de la Alianza. “El Divorcio refleja un momento difícil, porque la fórmula representaba a la Alianza en un sentido simbólico y a la vez concreto”, arrancó el diputado. Y, aunque en su momento fue uno de los pocos frepasistas que se opuso a la decisión de Alvarez, justificó el portazo de su jefe: “La conspiración es algo lamentable, pero que desafortunadamente existe y que tiene consecuencias fuertes, la mayoría de las veces negativas. Esto ha jugado un rol central en el desenlace de los hechos”, dijo Alessandro.
Sin embargo, para el diputado no todo está dicho. “El final está abierto y va cambiando. Lo que se pensaba que iba a pasar con la Alianza inmediatamente después de la renuncia de Chacho era una cosa y lo que se piensa ahora es otra”. Según Alessandro, esto respondería a una voluntad mayoritaria en ambos partidos (y en De la Rúa y Alvarez) en favor del mantenimiento de la coalición: “La fractura de la Alianza era lamentable, era dejar a la Argentina sin alternativa frente al PJ. Pero para que siga unida no alcanza con el voluntarismo, tiene que haber modificaciones”.
El legislador habló desde el complicado rol que adoptó luego de la renuncia de su jefe: a pesar de que fue uno de los pocos frepasistas que se opusieron, Alessandro se convirtió en el nexo entre el Gobierno y el Frepaso y el encargado de contener los ánimos beligerantes de su partido.
El rol de Storani es todavía más incómodo: comparte buena parte de los argumentos del frepasista, cuestionó públicamente el desafortunado recambio ministerial pero es también un dirigente importante de la UCR e integra la primera plana del Gobierno. Quizás por eso, el ministro del Interior prefirió poner en términos comunicacionales las diferencias -claramente políticas– que detonaron el divorcio. “Se fue construyendo un lenguaje críptico entre De la Rúa y Chacho, que habla de la inmadurez de nuestra política, que no estaba acostumbrada a la experiencia de un Gobierno de coalición. El episodio del Senado fue un desencadenante pero no el único punto de incomunicación”, dijo Fredi. Y admitió que “la percepción pública era que algunos ponían más énfasis que otros en la línea investigativa”.
Coincidió con Alessandro en que la modificación del Gabinete del 5 de octubre fue una intriga armada por “amateurs, que pensaron una o dos jugadas pero no cuatro o cinco”. Sin embargo, para el funcionario también hubo un error del jefe del Frepaso. “Chacho no transmitió con franqueza cuál era su punto límite.”
A propósito de una frase de Storani (había dicho que De la Rúa estaba sorprendido y que por lo tanto no había previsto el portazo), Magdalena interrogó a Granovsky sobre una de las claves de todo este asunto: ¿contempló el Presidente la renuncia de Chacho? ¿Fue una estrategia organizada para forzar su salida del Gobierno? “Fue una torpeza”, aseguró el periodista. Y citó una frase de Antonio de la Rúa que figura en el libro: “Chacho no se va a ir, y si se va se jode”, había evaluado el hijo presidencial.
Alessandro y Storani, dos dirigentes de marcado espíritu aliancista, coincidieron en varios puntos. Fue de todos modos inevitable que cada uno dejara de explicar algunas cosas: el radical omitió las diferencias realesentre De la Rúa y Alvarez respecto del Senado: como señaló después Granovsky, la mejor prueba de que el Presidente no quiso ir a fondo es que luego de la renuncia de su vice no pasó nada. El frepasista, por su parte, no aclaró por qué Alvarez recompuso su relación con el Gobierno si nada cambió luego de la crisis de los sobornos.
La charla terminó con un coincidente mensaje a futuro de los dos hombres, quienes dijeron que la Alianza precisa un ámbito institucional sólido y dinámico para seguir funcionando. “El libro –dijo Storani– es un disparador de debates que no han concluido. Siempre intentamos preservar el hilo delgado de la Alianza. Los partidos tienen que ser una vanguardia de la coalición, un lugar de discusión que provea al Gobierno de ideas”. Para Alessandro, “un gobierno de coalición requiere un ámbito de análisis de políticas, más allá del bloque de diputados y del Gobierno”.

 

OPINION
Por Mario Wainfeld

Nos habíamos amado tanto

Machi es el último neokeynesiano”, decía Carlos Alvarez durante el ‘99 y en los primeros meses de 2000. En su boca, en su peculiar estilo burlón, era un elogio. Chacho fue también el mejor divulgador de las impopulares primeras medidas del ministro de Economía, que no tiene como principal virtud la de comunicar con energía. O la de comunicar, tout court.
Alvarez confió en José Luis Machinea, en sus profecías, en su saber técnico, en su pronóstico de un crecimiento de 3 o 4 puntos. Tardó en decepcionarse de su pollo, tras bancarlo por meses. Eso sí: cuando se decepcionó, se decepcionó. Cuenta la crónica de palacio que el ex vice le había anticipado al jefe de Asesores de Economía Pablo Gerchunoff que consideraba terminado el cuarto de hora del equipo económico. Tal vez así ocurrió. Lo cierto es que, en este tórrido diciembre, el líder del Frepaso decidió darle status público a sus juicios. De sus frondosas declaraciones de la última semana, lo más brutal fue la crítica que descerrajó sobre el ministro.
La traducción casi universal –la de analistas y de políticos de primer nivel– fue que las críticas de Chacho implicaban una promoción encubierta a Domingo Cavallo. Bien encubierta, porque el ex vice se cuidó mucho de decir algo favorable al ex ministro menemista en público o aun en los cónclaves frentistas.
Dada la peculiar manera en que Alvarez suele hablar de política –a veces parece ponerse en un lugar de analista, como si no fuera un protagonista calificado– podía (¿trataba de?) ser interpretado no como predicando a favor del ingreso de Cavallo al Gobierno sino como especulando acerca de si lo haría. Esa ambigüedad lo dejaba en condiciones de posicionarse frente a cualquier situación futura. Para esperar mejor ese provenir, Alvarez hizo llegar al Presidente cuarenta carillas de propuestas para “relanzar el gobierno”. Un kit que incluye unificación de programas sociales y drástico achique de “los costos de la política”. Dos embestidas contra el clientelismo y los aparatos partidarios que Cavallo firmaría con las dos manos. Y defendería –puesto en funciones– con los dos puños.
Machinea soportó la ofensiva de Alvarez y su enojosa ambigüedad justo hasta el día posterior al blindaje, ayer. Entonces, fortalecido, decidió poner en negro sobre blanco lo que muchos sospechaban pero que –parecía– nadie escuchó. Su revelación podrá ser fidedigna o algo exagerada, sólo ellos dos sabrán la verdad. En cualquier caso, el ministro, fortalecido por 39.000 millones de razones pero debilitado por un año de gestión y porque su principal aliado le soltó la mano, salió a defender su espacio con uñas y dientes. A enfrentar con sutil energía a su mejor ex aliado. A hacer política justo contra quien fue, desde 1997 hasta octubre de 2000, su mejor aliado y su mejor espada política.

 

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