Por Claudio Zlotnik
Los financistas empezaron a
mirar al blindaje con cariño. El día después del
anuncio, los títulos públicos volvieron a subir, lo mismo
que las acciones, mientras que el riesgo-país cayó otro
escalón, esta vez de 29 puntos, para situarse en los 782. El
blindaje es un puente de plata, definió el español
José Juan Ruiz, director de Estrategia para América Latina
del Banco Santander Central Hispano. Para el experto, el socorro financiero
permitirá a la Argentina transitar el primer semestre aislado
de los shocks externos, justo cuando se prevé que la disponibilidad
de capitales para América latina sea escasa.
Las acciones líderes subieron 1,4 por ciento en promedio, y los
bonos avanzaron entre el 1 por ciento del Brady FRB y el 1,7 por ciento
de los Globales con vencimiento en el 2009 y el 2010. Lo notable fue que,
a diferencia de otras jornadas, ayer se notó una fuerte demanda
de títulos que incluso impulsó a aquellos, como los Bontes,
que habían quedado en el ojo de la tormenta cuando se temía
que la Argentina ingresara en cesación de pagos. Los FRB, en tanto,
superaron la barrera psicológica de los 90 dólares y se
acercan a los valores que registraban antes de la renuncia de Carlos Alvarez
a la vicepresidencia. El súbito interés de los inversores
por adquirir títulos no sólo se relaciona con:
La seguridad que ahora brinda
el Estado de que podrá hacer frente a la deuda.
En relación con esto
último, y tras los derrapes de las últimas semanas, los
precios de los activos financieros son atractivos.
El canje de títulos
de corto plazo que hará Economía por 3000 millones de dólares.
Otro dato sobre la distensión
del mercado lo dio el call (tasa interbancaria), que cedió
de 14,5 al 12,0 por ciento anual.
Tras conocerse los detalles del blindaje, el tema que domina en la city
es cómo se las arreglará la Argentina para salir del estancamiento
económico. Marcelo Romano, analista de la casa bursátil
López León, comentó a Página/12 que la clave
será saber si Economía podrá retornar a los mercados
internacionales de crédito en el corto plazo. Si no puede
hacerlo y los bancos locales deben prestarle, seguramente el sector privado
quedará desguarnecido, sin posibilidad de acceder a créditos
baratos. Y la economía no despegará, advirtió.
Sin embargo, en el Río-Santander tienen otra visión. El
último informe elaborado por los economistas del banco arriesga
que el hecho de que Economía se ausentará de los mercados
voluntarios de deuda en el primer semestre de 2001 permitirá que
las empresas accedan al financiamiento y ocupen el espacio dejado por
el Estado, en un contexto de caída en las tasas de interés.
Los costos no bajarán en forma abrupta, estimó
el experto del BSCH. Y agregó: Al blindaje hay que darle
tiempo. Hacen falta dos o tres meses para medir su eficacia. Si pensamos
que la economía crecerá al 4 por ciento anual a partir de
marzo, nos equivocaremos. Y el ruido excesivo puede anular
los beneficios de la operación (ver aparte).
Otro aspecto que concita la atención de los financistas es el rescate
de deuda que propondrá Economía, por un total de 7000 millones
de dólares. En la city creen que esa operación debería
liderar la caída de las tasas. Y la apuesta que hacen los financistas
es que la operación se llevará a cabo no más allá
de febrero, y que la tasa tendría que rondar el 12 por ciento anual,
en las colocaciones a cinco años de plazo, para desencadenar un
efecto bajista en el costo del dinero.
Para completar una jornada benévola, Alan Greenspan también
le dio una buena noticia a José Luis Machinea. Tal como se esperaba,
el presidente de la Reserva Federal (banca central estadounidense) modificó
de alcista a neutral el sesgo sobre la tasa de
corto plazo, lo que renueva las esperanzas de que la Fed baje el costo
del dinero en la próxima reunión, afinales de enero. De
concretarse, esa baja provocará un abaratamiento en el financiamiento
de la Argentina en forma automática.
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