En los parlantes sonaba una canción de Rodrigo, la más escuchada
de los últimos tiempos. Bajo el sol de la tarde, los muchachos
de la primera fila se movían con entusiasmo, sin soltar las botellas
con agua mineral, gaseosa y cerveza. Un poco más atrás,
al resguardo de petardos y rompeportones, diez mujeres cantaban a viva
voz, mientras tomaban aire bajo los árboles. Desde un cartel ubicado
a la derecha del palco, un joven y sonriente Perón contemplaba
la escena desde los 50. A diez pasos de la pirámide de Mayo,
bajo una bandera de la CGT de la República Argentina,
un grupo de más de treinta dirigentes, los famosos gordos,
esperaba la llegada de las columnas más retrasadas. Abajo, la multitud
lucía diversos uniformes: gorros blancos de la UOCRA, pecheras
de Municipales y UPCN, remeras con vivos verdes de Sanidad. Todos ordenados,
agrupados en torno de un responsable que dirigía los movimientos.
Así fueron llegando los miles de manifestantes que ayer llenaron
la mitad de la Plaza de Mayo. Algunos nunca habían estado en una
marcha frente a la Rosada y no ocultaban su inexperiencia. Otros rememoraban
con orgullo viejos episodios como aquella vez en que Perón
estaba vivo y saludaba así, de cerca. En el aire, se escuchaba
el estribillo ese que dice Fue lo mejor del amor lo que he vivido
contigo.
Cerca de las cinco, mientras Rodolfo Daer preparaba su discurso, Página/12
entrevistó a varias personas presentes en la movilización.
En muchos, se notaba que habían llegado en grupo, junto a sus compañeros
de trabajo, y que tenían muy en cuenta la opinión del delegado
sindical que los acompañaba. Una mujer de cuarenta años,
por ejemplo, ante una pregunta de este diario, respondió: ¿Para
un diario? No, mejor hablá con ella, que es la delegada...
Juan Carlos Rodríguez (43), empleado municipal: Esta es la
primera vez que vengo a la Plaza de Mayo con los trabajadores. Y vine
porque nunca hemos pasado un momento como éste. De la CGT, pienso
que de una vez por todas tenemos que unificarnos en una sola. Mientras
esté dividida, estaremos divididos los trabajadores.
Susana Beatriz Carioliche (45), no docente: Vine desde Santa Fe
para apoyar a mis compañeros. Yo trabajo lo justo, de 7 a 13, pero
los salarios son bajos gano 560 pesos y con siete hijos no
me alcanza para vivir. Por eso, además trabajo en una casa de familia.
Francisco Osorio (33), empleado público: Yo vine por el tema
de las jubilaciones. Con la desregulación de las obras sociales
nos han entregado la vida. Ahora voy a tener que ir a una AFJP porque
el sistema de reparto ha dejado de existir. Allá en Tucumán,
soy de ir a las manifestaciones. (Rodolfo) Daer, la verdad, arregla con
el Gobierno: recién cuando lo afeitaron con las obras sociales
se acordó de luchar. Pero también es verdad que si no tenés
un gremio que te nuclee no podés hacer nada.
Jorge Caballero (27), trabajador en un frigorífico: En mi
laburo, cada vez nos están sacando más cosas. Ahora no tenemos
Ticket Canasta, no tenemos ART hace dos años y los aportes jubilatorios
los descuentan pero no los hacen. Yo fui a las marchas del sindicato de
la carne, el año pasado, a los ministerios de Economía y
Trabajo. Pero la gente que está ahora en el gremio nuestro no hace
nada.
Laura Delpir (38), enfermera: La primera vez que vine a Plaza de
Mayo fue a los 10 años, cuando estaba el general Perón.
Nunca volví a la plaza hasta hoy. En Mar del Plata, hemos hecho
manifestaciones, hasta instalamos una carpa. Nosotros tenemos que tener
memoria. Con el Turco Menem estábamos vapuleados pero no nos animábamos
a levantar la cabeza.
Ricardo Reinoso (67), empleado del seguro: Vine incontables veces
a la Plaza. Yo soy peronista de toda la vida, pero peronista de Perón.
Yo veo las consecuencias del plan económico en la inseguridad económica:
a mis hijas, por ejemplo, no les alcanza el sueldo para vivir.
María de los Angeles Vaquera (20), beneficiaria del Plan Bonaerense:
Yo vine para que no nos bajen el sueldo y para pedir que continúe
este trabajo. Nosotros trabajamos para el concejal Ledesma. Con lo que
gano nome alcanza, tengo que estirar la plata como si fuera goma. Encima
tengo dos criaturas y es poco.
Informe: Martín Piqué
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