Por Diego Schurman
Rodolfo Daer ya se había
despedido. Pero inesperadamente retornó al micrófono para
despojarse de toda diplomacia, o al menos la poca que a esa altura le
quedaba.
Vamos a volver a la Plaza de Mayo para reclamar o para sacar a patadas
a este gobierno atizó a la multitud, aleteando su diestra
con el índice mirando al cielo.
A esa altura, el jefe de la CGT oficial se fue convencido de que las 20
mil personas que lo acompañaron en su repudio a la desregulación
del sistema de obras sociales obligarán a Fernando de la Rúa
a tomar en cuenta su pedido: incluir a la representación sindical
en una futura mesa de concertación.
Transpirando la gota gorda, Daer ingresó al palco bajo una lluvia
de petardos y bombas de estruendo. La caminata desde la 9 de Julio y Avenida
de Mayo lo había dejado prácticamente sin aire. Ni siquiera
se animó a entonar las primeras estrofas del himno, en la apertura
del acto.
El sindicalista pareció recuperar el semblante recién cuando
los parlantes comenzaron a regalar Los muchachos.... Y hasta
se animó a una frase de Juan Domingo Perón vamos
a hacer tronar el escarmiento al promediar su discurso.
Claro que la impronta peronista también estuvo en los estandartes
y clásicos del cancionero popular. Fue delicioso el espectáculo
de aquellos que, desde el palco, intentaron acompañar con sus cuerpos
el añejo el que no salta es un radical. Por supuesto,
en este caso ignoraron otro clásico: aquel apotegma de Perón
que decía se vuelve de todo menos del ridículo,
en especial aquellos con varios kilos de más que apenas pudieron
separar los talones del piso.
Pero el peso de los gordos un apodo que nada tiene que
ver con el tamaño del abdomen sino con las grandes estructuras
que esos dirigentes representan se hizo notar en varios terrenos.
El principal fue en el número de manifestantes que arriaron a la
Plaza de Mayo, en la primera protesta activa del sector desde la asunción
de la Alianza.
En un día laborable, hubo alrededor de 20 mil personas con un dominio
absoluto del aparato sindical. Es decir, personas llevadas
ad hoc en micros y camiones.
Como suele suceder en estos casos, hubo diferencias siderales entre los
cálculos dispensados por los organizadores y los que acercaron
desde la policía. Para los primeros, el sector de la plaza que
se habilitó para la protesta reunió a 55 mil personas. Para
la Federal en la concentración hubo 15 mil almas.
Fue nutrida la columna del gremio de Comercio, Sanidad, Uocra y gastronómicos.
También se vieron numerosos manifestantes de la Unión del
Personal Civil de la Nación. No era para menos: además de
la oposición a la desregulación del sistema de salud, la
CGT llevó a la plaza un repudio a la rebaja salarial en el sector
público.
Para Daer fue un doble desafío. Por un lado, el asumir un discurso
de barricada luego de aparecer, a principios de año, en una foto
con De la Rúa apoyando la reforma laboral. Por el otro, haber demostrado
que puede colmar una plaza sin el respaldo de la CGT rebelde de Hugo Moyano
ni de la CTA de Víctor De Gennaro.
La clave de la movida cegetista apareció recurrentemente en distintos
tramos del discurso de Daer, el único orador de la tarde. Si bien
repudió la reforma previsional y exigió elevar el salario
mínimo a 500 pesos, batalló una y otra vez contra la desregulación
del sistema de salud.
Nos quieren robar las obras sociales. Nos negamos a la entrega de
la salud a los personeros del mercado y los sectores financieros dijo,
sin más, el jefe sindical revelando la mayor preocupación
de la dirigencia gremial. Hacía referencia al fin de la cautividad
de los beneficiarios delas obras sociales sindicales y en consecuencia
de sus aportes, que a partir del 2001 podrán traspasarse
a una empresa de medicina prepaga.
El mercantil Armando Cavalieri admitió que el tema lo desvela y
que así se lo hizo saber en las últimas horas al Presidente
y, ayer, a la ministra de Trabajo, Patricia Bullrich.
Se lo dije a Patricia y ya se lo había dicho a Fernando:
¿por qué no nos tomamos un tiempo? Se trata de salud. No
es un tema cualunque. No pueden seguir convirtiendo todo en un supermercado.
Se puede caer en una crisis social. Se impone que nos llamen al diálogo
social dijo a Página/12 en tono de advertencia.
Durante la semana la CGT amenazó continuar la lucha con un paro
de 48 horas. Sin embargo, en la plaza no se mencionó el tema. Apenas
se demarcó el umbral de tolerancia: Vamos a golpear donde
más duele. No toleraremos más las agresiones del Gobierno,
agregó relojeando un machete que le sirvió de guía.
Para la CGT oficial lo de ayer fue una gran demostración de fuerza
y, a su entender, el Gobierno debería ya mismo sentarla en una
mesa de concertación. Lo que hicimos nosotros, sean 20, 30
o 50 mil personas, hoy por hoy no lo logran ni el PJ, ni el PI, ni el
PO, ni nadie, se ufanó Cavalieri. Nos tienen que tener
en cuenta, no se pueden seguir haciendo los distraídos, agregó.
Con la misma demanda, sí hicieron alusiones al blindaje financiero.
Sólo sirve para garantizar que cobren los bancos acreedores,
pero si en la discusión no está el pueblo argentino no sirve
un carajo. En otras épocas a los sindicalistas nos torturaban y
mataban. Hoy hay campañas infames contra el sindicalismo. Y yo
les recuerdo que sin sindicatos fuertes se debilita la democracia,
azuzó Daer en otra vuelta a su reclamo de concertación.
Parecía el final. Hasta solicitó una desconcentración
pacífica. Pero le faltaba la frutilla sobre la crema. Y cerró,
polémico: Vamos a volver a la Plaza de Mayo para reclamar
o para sacar a patadas a este gobierno.
Política
desde los bares
En su discurso en Plaza de Mayo, Rodolfo Daer tuvo algunas dedicatorias
a funcionarios y ex funcionarios del Gobierno. Los siguientes son
los más destacados:
Carlos Chacho Alvarez: Hace política desde
el Varela Varelita o desde los cafés de la ciudad de Buenos
Aires, justo él que fue vicepresidente y renunció
no respetando a quienes lo votaron. Es el mismo que alienta el ingreso
de Cavallo al Gobierno. Cavallo, que tiene que ver con la desocupación
y el trabajo en negro, la miseria y el desfinanciamiento de la seguridad
social.
José Luis Machinea: Yo le pido al ministro de Economía
que venga ahora a explicar a la plaza cómo habrá crecimiento.
Patricia Bullrich: ¿Qué puedo decir de la ministra
de Trabajo? Que se transforme en la voz de los trabajadores. Pero
ya se transformó en la voz de la política económica.
Ahora ella quiere paritarias. Bueno, antes nosotros le exigimos
un salario mínimo, vital y móvil de 500 pesos.
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Convoca a destruir
El diputado de la Alianza, Juan Pablo Baylac, calificó
ayer al jefe de la CGT, Rodolfo Daer, como un dinosaurio
porque consideró que cree que está en la época
en que se podía echar a un gobierno constitucional porque
tocaba privilegios sectoriales. La crítica del legislador
fue en respuesta a una afirmación del sindicalista, quien
pidió echar a patadas al Gobierno. Baylac interpretó
que la crítica del gremialista responde a la decisión
del Gobierno de desregular la competencia entre las obras sociales
y las empresas de medicina prepaga.
Justo en momentos en que el país comienza una nueva
etapa y necesita de los esfuerzos constructivos de todos para empezar
a crecer y superar más de dos años de estancamiento
afirmó, al señor Daer no parece importarle
nada de lo que nos pasa a todos, en especial a los trabajadores,
y convoca a destruir.
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REPRESION
EN NEUQUEN POR UN CORTE DE RUTA
Con esto no nos harán callar la boca
Por Elio Brat
Desde
Neuquén
La policía provincial
de Neuquén desalojó violentamente ayer los cortes de ruta
y de puentes carreteros que unos 500 manifestantes ocupaban hace 24 horas
reclamando un subsidio especial para las fiestas de 300 pesos.
La represión se dio en un marco de protesta generalizada de diversos
grupos de desocupados, quienes al mismo tiempo aislaron a la ciudad capital
de Neuquén ocupando los puentes interprovinciales de Neuquén-Cipolletti
y Centenario-Cinco Saltos y cortando el tránsito en varios puntos
de la ruta nacional 22 y la provincial número 7. Unas 55 personas,
entre ellas diez menores, fueron detenidas por las fuerzas policiales,
quienes actuaron a instancias de una orden de desalojo del juez federal
de Neuquén Guillermo Labate. Mientras una multisectorial partidaria
acusó al gobierno de Jorge Sobisch de insensible y aplicador
a rajatabla del ajuste económico con los que menos tienen,
el ministro político Jorge Gorosito identificó a grupos
de izquierda, como el PO y el MST, como incitadores de los cortes y las
tomas de ruta en la provincia.
La mayor violencia se dio en el corte sobre los puentes interprovinciales
del río Neuquén, donde a las 5.50 horas comenzó el
desalojo de unas cien personas que se mantenían en el lugar. Una
de ellas de nombre Víctor dijo a Página/12 que algunos
compañeros hasta se tiraron al río para poder escapar de
la policía. Otros compañeros nuestros del barrio
Islas Malvinas fueron detenidos en Cipolletti por la policía rionegrina
y luego entregados a la de Neuquén, agregó el desocupado,
quien resaltó que la policía no tuvo compasión
ni con mujeres ni con sus niños, algunos de los cuales sufrieron
convulsiones por los gases.
Otro de los puntos críticos fue el corte que algo menos que unas
150 personas mantenían en el acceso al aeropuerto internacional
Juan D. Perón de Neuquén. El operativo de desalojo allí
se dio al mismo tiempo que en los puentes, con 13 detenidos.
Una de las dirigentes barriales presentes, Guillermina Sandoval, dijo
a este diario que fuimos totalmente rodeados por la policía
y prácticamente fue una cacería, porque desde el aeropuerto
nos siguieron hacia el barrio San Lorenzo y el Independencia, atropellando
y pateando a quien se le ponía por delante. Con esto
no nos harán callar la boca. Vamos a seguir organizándonos
y estando en la calle porque lo que nos tienen que dar es el trabajo que
nos corresponde y no esta violenta represión, remarcó
Sandoval, quien también les contestó a los funcionarios
oficiales que salían al aire por las radios locales que los
desocupados no somos inadaptados sociales ni provocadores. Cortamos las
rutas porque reclamamos lo que nos merecemos, que es trabajo, y no para
perjudicar a la población.
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