Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira
ESPACIO PUBLICITARIO


NETANYAHU RENUNCIO A SU CANDIDATURA Y SE FORTALECE EL GOBIERNO NEGOCIADOR
Cuando el desafiante se baja del caballo

Mientras las conversaciones de paz se reanudaban en Washington, el gobierno de Ehud Barak logró abortar en Israel la candidatura del ex primer ministro Benjamin Netanyahu, que era la más peligrosa con vistas a las elecciones de febrero.

Benjamin Netanyahu da explicaciones mientras Ariel Sharon, su rival dentro del Likud, sonríe. Sharon queda como el candidato de la derecha, pero su ventaja electoral puede evaporarse rápidamente.

Por Suzanne Goldenberg *
Desde Jerusalén

Benjamin Netanyahu se retiró dramáticamente de la elección especial para primer ministro de Israel, en una salida de escena que favorecería al líder actual, Ehud Barak. Horas después de que el Parlamento israelí aprobara una ley que le permitía a Netanyahu postularse como un ciudadano más, el ex primer ministro del partido derechista Likud finalmente decidió no presentarse el 5 de febrero. El anuncio, hecho diez días después de regresar del autoexilio en Estados Unidos y de una lucrativa carrera como orador público, le quitó a la estrella del Likud algo de su mística.
Muchos israelíes dijeron ayer que claramente Barak había sido más listo que él, ya que calculó acertadamente que el Parlamento israelí, o Knesset, se resistiría a una elección general sólo 18 meses después de la última. “Podría presentarme y estoy seguro de que resultaría elegido”, dijo Netanyahu en una conferencia de prensa. Pero dijo que no tenía ningún deseo de presidir sobre un Parlamento paralizado por coaliciones en pugna. “Porque el Knesset no tuvo el coraje de obedecer la voluntad del público y someterse a nuevas elecciones, yo decidí cumplir con mi promesa –dijo–. Consideraré presentarme una vez que el Knesset se disperse.” Entonces, Netanyahu estaría preparado para dar el gran paso y vengar su derrota ante Barak hace 18 meses.
Los analistas dijeron que Netanyahu había malgastado una ventaja abrumadora en las encuestas de opinión. También le causó daño al partido Likud, provocando divisiones al aparecer en el centro de la escena sólo para irse nuevamente. La partida de Netanyahu deja al Likud con un candidato mucho menos aceptable en la persona de Ariel Sharon, de la línea dura. En las encuestas de opinión tiene una gran ventaja sobre Barak, pero esto puede evaporarse si los israelíes consideran seriamente los efectos que podría tener la elección como primer ministro de alguien tan profundamente vilipendiado en el mundo árabe. Campeón de los colonos judíos, Sharon quiere mantener los aislados puestos de avanzada en las zonas ocupadas de Cisjordania y Gaza, todo el valle del Jordán, todo Jerusalén oriental, todos los purificadores de agua fresca en Cisjordania y un completo control sobre el espacio aéreo.
“Las cosas sucedieron de acuerdo con el plan de Barak –dijo Arian Ashar, un profesor de Ciencias Políticas y miembro del Instituto de la Democracia de Israel–. Esta fue una movida para quitar a Netanyahu de la carrera, y eso es lo que sucedió. Barak, sin duda, ganó una ventaja aquí.” Los comentaristas de los diarios fueron contundentes. “De acuerdo con cualquier criterio israelí aceptable, Netanyahu sale de esto como un tonto”, escribió Chemi Shalev en el tabloide Ma’ariv.
Sea cual sea el resultado de esta contienda, el próximo primer ministro de Israel no tendrá el apoyo del Parlamento para sacar al país de su crisis. Pero eso no impidió que el Premio Nobel Shimon Peres considerara la posibilidad de postularse. “Estoy calculándolo muy cuidadosamente, porque es un pedido del público y debe considerarse seriamente”, dijo. A los 77 años, Peres todavía tiene que ganar alguna elección israelí, y ha sufrido múltiples humillaciones. Su candidatura también podría quitarle votantes de izquierda a su competidor del partido laborista, Barak, impidiéndole ganar en la primera vuelta. Aun sin la presentación de Peres, Barak se enfrenta a una lucha para mantener a los votantes no judíos, cuyo apoyo fue crucial hace 18 meses cuando los parlamentaristas israelíes árabes esperaban presentar su propio candidato.
Su rival más fuerte es Ahmed Tibi, un locuaz miembro del Parlamento que podría capitalizar el profundo disgusto con Barak por la muerte de 13 manifestantes árabes israelíes abatidos por la policía durante el mes de octubre. Las chances de Barak en estas elecciones dependen del progreso de las conversaciones de paz que se están llevando a cabo en Washington. Los negociadores israelíes y palestinos comenzaron ayer varios días de conversaciones por separado con funcionarios norteamericanos para estudiarlas perspectivas de reanudar las negociaciones, y lograr un tratado de paz.
Pero las emociones en ambos campos están en contra de un tratado. Durante las 12 semanas del sangriento conflicto en Cisjordania y Gaza, la opinión pública israelí viró hacia la derecha y existe una fuerte oposición a hacer concesiones territoriales bajo presión. La opinión palestina también está en contra de un tratado, con protestas y huelgas en toda Cisjordania y Gaza ayer para marcar el comienzo de las conversaciones en Washington. La ira es alimentada por los funerales diarios en Cisjordania y Gaza.

* De The Guardian de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère

 

Claves

La salida de Benjamin Netanyahu del ruedo preelectoral representa un fortalecimiento del primer ministro Ehud Barak ante las conversaciones de paz en Washington y las elecciones que se realizarán en febrero.
De acuerdo con trascendidos de la oficina del primer ministro, éste se encuentra dispuesto ahora a entregar a los palestinos el control de la Explanada de las Mezquitas y de todos los barrios árabes de Jerusalén a cambio de que no exijan más el retorno de los 3,5 millones de refugiados como condición para un acuerdo definitivo.
Si los palestinos aceptan, Barak sometería el acuerdo a un referéndum nacional donde tiene las mayores chances de ser aprobado, según muestran las encuestas.
Barak emplearía entonces el repunte resultante de su popularidad para vencer a Sharon –que actualmente lo aventaja– en las elecciones de febrero.

 

DESPUES DE 37 AÑOS, REVOCAN EL ESTADO DE EMERGENCIA
Siria ahora es derecha y humana

Por Ferrán Sales
Desde Jerusalén

Siria se prepara para vivir su primavera política. El presidente Bashar Al Assad dejará en suspenso el Estado de Emergencia decretado por su padre, hace más de 37 años. La noticia no ha sorprendido a la clase política de Damasco, que ha visto en los últimos seis meses cómo el joven presidente hacía gestos claros de distensión y apertura, pruebas evidentes de una voluntad de cambio. El Estado de Emergencia, impuesto por el desaparecido presidente Hafez El Assad, el León de Damasco, en 1963, será derogado de manera inminente, se aseguraba ayer en los círculos de la Administración. Sin embargo, esos mismos círculos reconocían la existencia de determinadas reticencias y oposiciones con respecto a la medida, por parte de la “vieja guardia” política, que teme que una “apertura del régimen pueda ser aprovechada por sus enemigos”.
La anulación del Estado de Emergencia es una prueba más que la situación política ha empezado a cambiar en Siria, especialmente desde el pasado mes de julio en que el Bashar El Assad, el hijo del fallecido presidente Assad, se hiciera cargo del poder y anunciara la modernización y la democratización del país, al tiempo que se comprometía a ser fiel a los viejos y antiguos compromisos de la nación, entre ellos la protección de Líbano, la defensa de la causa palestina o la enemistad con Israel mientras continúe ocupando los Altos del Golán. En los últimas meses el presidente Bashar El Asad ha dado claras muestras de voluntad de cambio, al entreabrir las puertas de las prisiones y decretar la liberación de cerca de 600 prisioneros políticos, el cierre de la prisión de Mazze en Damasco, uno de los símbolos más tristes y trágicos del poder dictatorial de su padre, y permitir al mismo tiempo a los partidos del Frente Nacional Progresista, vinculados al Baas, reanudar la publicación de su propia prensa y la reapertura de sus locales, reanudando de esta manera las actividades públicas.
“Apreciamos y damos la bienvenida a estas reformas políticas adoptadas por el presidente pero esperamos nuevos pasos, entre ellos una amnistía general que permita la liberación de todos los presos políticos, promocione la democracia y haga realidad la política de reconciliación nacional”, aseguraba desde Latakia hace pocos días Atkham Naesa, uno de los activistas sirios más significados, cabeza visible del Comité de Defensa de los Derechos Humanos de Siria, actualmente prohibido, y combatiente infatigable por lo que cumplió siete años de cárcel durante el anterior régimen.
Los gestos políticos de reconciliación de Bashar El Assad han venido precedidos por una serie de importantes cambios en el sector económico, que fueron ya esbozados por su padre, pero que el actual presidente se está esforzando en ultimar y que tratan de conciliar la economía de mercado con la protección de la Administración en determinados sectores de la producción. Entre estas medidas, la más relevante ha sido la orden decretando el fin del monopolio del Estado en el sistema bancario, poniendo de esta manera fin a un sistema vigente desde hace más de 40 años.
Los cambios en el sector económico y de la producción han venido acompañados de una lucha implacable y cerrada contra la corrupción, de la que se habían venido beneficiando importantes figuras del anterior régimen, incluido el primer ministro Mahmoud Zubi Zubi, que se suicidó el pasado mes de mayo tras ser encarcelado, y algunos de sus más fieles ministros, que han acabado en las prisiones de alta seguridad.
Siria se apresta a revisar también su política de alianzas en el exterior y a revisar sus relaciones con Líbano, desde donde se han empezado últimamente a escuchar voces de protesta por la presencia en elpaís de más de 35.000 soldados de Damasco y pidiendo el fin de la tutela política que ejerce sobre el gobierno de Beirut. Las voces en este sentido son firmes, y entre ellas se destaca la del líder libanés druso, Walid Yumblat.

 

PRINCIPAL