Por Suzanne Goldenberg
*
Desde
Jerusalén
Benjamin Netanyahu se retiró
dramáticamente de la elección especial para primer ministro
de Israel, en una salida de escena que favorecería al líder
actual, Ehud Barak. Horas después de que el Parlamento israelí
aprobara una ley que le permitía a Netanyahu postularse como un
ciudadano más, el ex primer ministro del partido derechista Likud
finalmente decidió no presentarse el 5 de febrero. El anuncio,
hecho diez días después de regresar del autoexilio en Estados
Unidos y de una lucrativa carrera como orador público, le quitó
a la estrella del Likud algo de su mística.
Muchos israelíes dijeron ayer que claramente Barak había
sido más listo que él, ya que calculó acertadamente
que el Parlamento israelí, o Knesset, se resistiría a una
elección general sólo 18 meses después de la última.
Podría presentarme y estoy seguro de que resultaría
elegido, dijo Netanyahu en una conferencia de prensa. Pero dijo
que no tenía ningún deseo de presidir sobre un Parlamento
paralizado por coaliciones en pugna. Porque el Knesset no tuvo el
coraje de obedecer la voluntad del público y someterse a nuevas
elecciones, yo decidí cumplir con mi promesa dijo.
Consideraré presentarme una vez que el Knesset se disperse.
Entonces, Netanyahu estaría preparado para dar el gran paso y vengar
su derrota ante Barak hace 18 meses.
Los analistas dijeron que Netanyahu había malgastado una ventaja
abrumadora en las encuestas de opinión. También le causó
daño al partido Likud, provocando divisiones al aparecer en el
centro de la escena sólo para irse nuevamente. La partida de Netanyahu
deja al Likud con un candidato mucho menos aceptable en la persona de
Ariel Sharon, de la línea dura. En las encuestas de opinión
tiene una gran ventaja sobre Barak, pero esto puede evaporarse si los
israelíes consideran seriamente los efectos que podría tener
la elección como primer ministro de alguien tan profundamente vilipendiado
en el mundo árabe. Campeón de los colonos judíos,
Sharon quiere mantener los aislados puestos de avanzada en las zonas ocupadas
de Cisjordania y Gaza, todo el valle del Jordán, todo Jerusalén
oriental, todos los purificadores de agua fresca en Cisjordania y un completo
control sobre el espacio aéreo.
Las cosas sucedieron de acuerdo con el plan de Barak dijo
Arian Ashar, un profesor de Ciencias Políticas y miembro del Instituto
de la Democracia de Israel. Esta fue una movida para quitar a Netanyahu
de la carrera, y eso es lo que sucedió. Barak, sin duda, ganó
una ventaja aquí. Los comentaristas de los diarios fueron
contundentes. De acuerdo con cualquier criterio israelí aceptable,
Netanyahu sale de esto como un tonto, escribió Chemi Shalev
en el tabloide Maariv.
Sea cual sea el resultado de esta contienda, el próximo primer
ministro de Israel no tendrá el apoyo del Parlamento para sacar
al país de su crisis. Pero eso no impidió que el Premio
Nobel Shimon Peres considerara la posibilidad de postularse. Estoy
calculándolo muy cuidadosamente, porque es un pedido del público
y debe considerarse seriamente, dijo. A los 77 años, Peres
todavía tiene que ganar alguna elección israelí,
y ha sufrido múltiples humillaciones. Su candidatura también
podría quitarle votantes de izquierda a su competidor del partido
laborista, Barak, impidiéndole ganar en la primera vuelta. Aun
sin la presentación de Peres, Barak se enfrenta a una lucha para
mantener a los votantes no judíos, cuyo apoyo fue crucial hace
18 meses cuando los parlamentaristas israelíes árabes esperaban
presentar su propio candidato.
Su rival más fuerte es Ahmed Tibi, un locuaz miembro del Parlamento
que podría capitalizar el profundo disgusto con Barak por la muerte
de 13 manifestantes árabes israelíes abatidos por la policía
durante el mes de octubre. Las chances de Barak en estas elecciones dependen
del progreso de las conversaciones de paz que se están llevando
a cabo en Washington. Los negociadores israelíes y palestinos comenzaron
ayer varios días de conversaciones por separado con funcionarios
norteamericanos para estudiarlas perspectivas de reanudar las negociaciones,
y lograr un tratado de paz.
Pero las emociones en ambos campos están en contra de un tratado.
Durante las 12 semanas del sangriento conflicto en Cisjordania y Gaza,
la opinión pública israelí viró hacia la derecha
y existe una fuerte oposición a hacer concesiones territoriales
bajo presión. La opinión palestina también está
en contra de un tratado, con protestas y huelgas en toda Cisjordania y
Gaza ayer para marcar el comienzo de las conversaciones en Washington.
La ira es alimentada por los funerales diarios en Cisjordania y Gaza.
* De The Guardian de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère
DESPUES
DE 37 AÑOS, REVOCAN EL ESTADO DE EMERGENCIA
Siria ahora es derecha y humana
Por
Ferrán Sales
Desde Jerusalén
Siria se prepara
para vivir su primavera política. El presidente Bashar Al Assad
dejará en suspenso el Estado de Emergencia decretado por su padre,
hace más de 37 años. La noticia no ha sorprendido a la clase
política de Damasco, que ha visto en los últimos seis meses
cómo el joven presidente hacía gestos claros de distensión
y apertura, pruebas evidentes de una voluntad de cambio. El Estado de
Emergencia, impuesto por el desaparecido presidente Hafez El Assad, el
León de Damasco, en 1963, será derogado de manera inminente,
se aseguraba ayer en los círculos de la Administración.
Sin embargo, esos mismos círculos reconocían la existencia
de determinadas reticencias y oposiciones con respecto a la medida, por
parte de la vieja guardia política, que teme que una
apertura del régimen pueda ser aprovechada por sus enemigos.
La anulación del Estado de Emergencia es una prueba más
que la situación política ha empezado a cambiar en Siria,
especialmente desde el pasado mes de julio en que el Bashar El Assad,
el hijo del fallecido presidente Assad, se hiciera cargo del poder y anunciara
la modernización y la democratización del país, al
tiempo que se comprometía a ser fiel a los viejos y antiguos compromisos
de la nación, entre ellos la protección de Líbano,
la defensa de la causa palestina o la enemistad con Israel mientras continúe
ocupando los Altos del Golán. En los últimas meses el presidente
Bashar El Asad ha dado claras muestras de voluntad de cambio, al entreabrir
las puertas de las prisiones y decretar la liberación de cerca
de 600 prisioneros políticos, el cierre de la prisión de
Mazze en Damasco, uno de los símbolos más tristes y trágicos
del poder dictatorial de su padre, y permitir al mismo tiempo a los partidos
del Frente Nacional Progresista, vinculados al Baas, reanudar la publicación
de su propia prensa y la reapertura de sus locales, reanudando de esta
manera las actividades públicas.
Apreciamos y damos la bienvenida a estas reformas políticas
adoptadas por el presidente pero esperamos nuevos pasos, entre ellos una
amnistía general que permita la liberación de todos los
presos políticos, promocione la democracia y haga realidad la política
de reconciliación nacional, aseguraba desde Latakia hace
pocos días Atkham Naesa, uno de los activistas sirios más
significados, cabeza visible del Comité de Defensa de los Derechos
Humanos de Siria, actualmente prohibido, y combatiente infatigable por
lo que cumplió siete años de cárcel durante el anterior
régimen.
Los gestos políticos de reconciliación de Bashar El Assad
han venido precedidos por una serie de importantes cambios en el sector
económico, que fueron ya esbozados por su padre, pero que el actual
presidente se está esforzando en ultimar y que tratan de conciliar
la economía de mercado con la protección de la Administración
en determinados sectores de la producción. Entre estas medidas,
la más relevante ha sido la orden decretando el fin del monopolio
del Estado en el sistema bancario, poniendo de esta manera fin a un sistema
vigente desde hace más de 40 años.
Los cambios en el sector económico y de la producción han
venido acompañados de una lucha implacable y cerrada contra la
corrupción, de la que se habían venido beneficiando importantes
figuras del anterior régimen, incluido el primer ministro Mahmoud
Zubi Zubi, que se suicidó el pasado mes de mayo tras ser encarcelado,
y algunos de sus más fieles ministros, que han acabado en las prisiones
de alta seguridad.
Siria se apresta a revisar también su política de alianzas
en el exterior y a revisar sus relaciones con Líbano, desde donde
se han empezado últimamente a escuchar voces de protesta por la
presencia en elpaís de más de 35.000 soldados de Damasco
y pidiendo el fin de la tutela política que ejerce sobre el gobierno
de Beirut. Las voces en este sentido son firmes, y entre ellas se destaca
la del líder libanés druso, Walid Yumblat.
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