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CHACHO, INDIGESTADO, NO PUDO ENCONTRARSE CON EL PRESIDENTE
Hoy puede ser el gran día, ¿o no?

Era posible que se vieran en una cena con diputados. Pero al ex vice le cayeron pésimo unas empanadas. Tal vez se reúnan hoy.

Dos sillas vacías en la cena
del Savoy. Correspondían al Presidente y al ex vicepresidente.

Por José Natanson

Fue la docena de empanadas encargada a una pizzería cercana al Congreso la que impidió que Fernando de la Rúa y Carlos Alvarez se cruzaran ayer, aunque sea fugazmente, en la cena de los diputados de la Alianza. Afectado por una infección estomacal, Chacho estuvo encerrado en su casa, en cama, y no pudo asistir al festejo. Ante la ausencia del frepasista, el Presidente también pegó el faltazo. De todos modos, si la salud de Alvarez lo permite, los dos ex compañeros de fórmula se encontrarán hoy, en una charla a la que cada uno llega con expectativas diferentes: mientras que el objetivo de De la Rúa pasa por transmitir la idea de una Alianza unida que apoya al Gobierno, Chacho no quiere un encuentro formal sino una reunión de trabajo. “La idea es analizar las propuestas que le alcanzó Chacho”, subrayaba un importante dirigente frepasista.
Ayer, todos coincidían en que la cumbre se producirá de un momento a otro. “Están absolutamente dispuestos a reunirse”, dijo el jefe del bloque de diputados, el frepasista Darío Alessandro. “Es probable que se encuentren”, aseguró el ministro del Interior, Federico Storani. “Veremos la posibilidad de otro encuentro a solas, que calculo que puede ser antes de Navidad”, completó De la Rúa desde Chile.
Todo indicaba que la anunciada reunión se iba a concretar ayer por la noche, en el Hotel Savoy, donde los diputados aliancistas se encontraron para una cena de fin de año. En la mesa principal se ubicaron Raúl Alfonsín, Rafael Pascual, Alessandro y Horacio Pernasetti, que esperaron en vano a De la Rúa, quien finalmente decidió quedarse en Olivos.
Chacho tampoco apareció. Según explicaron sus íntimos, el ex vice está en cama con un cuadro de indigestión agudo, por lo que la reunión finalmente se pasaría para hoy. A pesar de tanta expectativa, todavía no hay nada definido y todo dependerá del llamado que el jefe frepasista planea hacerle hoy a De la Rúa, con el que deberá arreglar los detalles del encuentro: el horario, el lugar y la escenografía, temas que pueden parecer irrelevantes, pero que tienen su importancia: ayer, por ejemplo, un importante dirigente frepasista dudaba sobre la conveniencia del retrato de los dos ex integrantes de la fórmula. “Tiene que ser una reunión de trabajo y no sólo un gesto. Igual va a ser difícil esquivar la foto porque hay mucha ansiedad”, explicaba.
Ayer, el vocero presidencial Ricardo Ostuni admitió que el encuentro se produciría en “las próximas 48 horas”, pero pidió “quitarle un poco de espectacularidad”, ya que –dijo– será una “una reunión de amigos, de hombres que se tienen mucho afecto”. A pesar de la declaración de Ostuni, no se trata de un encuentro de fin de año entre ex compañeros de secundario sino de la segunda reunión –la primera fue hace más de dos meses– entre los jefes políticos de la Alianza.
Por eso, la cumbre tiene un contenido político importante que disparará varias lecturas y conclusiones:
Será, en primer lugar, la traducción concreta del proceso de reconstrucción de la sociedad entre la UCR y el Frepaso luego del portazo de Chacho, hace casi tres meses. “El sentido simbólico de ver otra vez a la fórmula junta es importante, porque son la expresión a la Alianza”, evaluaba ayer un funcionario del Gobierno. “Pero también hay una cuestión concreta: son los que tienen que ponerse de acuerdo para poner en marcha nuevas políticas.”
“No queremos un encuentro meramente protocolar sino una reunión para analizar las propuestas”, decían ayer muy cerca de Chacho. La definición del frepasista aclara por qué se demoró tanto la cumbre, que se viene anunciando y posponiendo sin mayores explicaciones desde hace al menos tres semanas: Alvarez la planeó como un encuentro de trabajo para que De la Rúa le dijera qué opina de sus propuestas. Mientras tanto, el Presidente busca la foto con su ex compañero de fórmula, que le permita mostrar una Alianza firme en su apoyo al Gobierno.
El encuentro aclarará, también, la opinión de De la Rúa sobre la propuesta que el jefe frepasista le alcanzó a través de Alessandro hace dos semanas. Aunque hasta ahora el Presidente viene eludiendo una definición concreta, la opinión que prevalece en el Gobierno es que hay algunas iniciativas más posibles de implementar que otras, tal como le informó Chrystian Colombo a Alvarez en una reunión que mantuvieron la semana pasada. Entre las más viables se encuentra el proyecto para crear un banco o agencia que centralice las políticas sociales, la idea de constituir una comisión para avanzar en una reforma impositiva y la profundización de la reforma política. Entre las más complicadas para el Gobierno está la división del Ministerio de Economía y el plan para limpiar la Justicia.
El ingreso de Domingo Cavallo al Gobierno es otro de los temas que viene levantando polvareda en el Gobierno. Ayer, antes de ingresar a la cena, Alessandro dijo que Alvarez “de ninguna manera” quiere al ex ministro en el Gabinete. Fue una respuesta a José Luis Machinea, que había acusado a Chacho de impulsar la incorporación del economista cordobés. “Cavallo no quiere venir al Gobierno y el Gobierno no quiere que venga Cavallo”, completó ayer Alfonsín, como para que no queden dudas.
La reunión servirá también para evaluar cómo se integra Chacho a la nueva etapa de la gestión proclamada por los voceros oficiales a partir del anuncio del blindaje. “Nuestro objetivo es aprovechar la garantía financiera para tratar de incidir en una modificación del rumbo, que empiece a marcar diferencias reales con el menemismo y que nos sirva como capital político para el año que viene”, aseguraba un legislador frepasista.
Finalmente, los dos ex compañeros de fórmula tendrán que empezar a conversar en serio sobre la perspectiva electoral del 2001, que hasta ahora no asoma demasiado optimista. “No hay mucho tiempo: las elecciones son en octubre, pero la campaña va a empezar varios meses antes y la definición de los candidatos tiene que estar lista por lo menos en abril o mayo”, explicaba ayer una fuente de la Casa Rosada.

 

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