Por Felipe Yapur
El Senado decidió postergar
durante 24 horas el tratamiento de los pliegos de ascensos de 181 militares.
A pesar de que tanto el jefe de Gabinete y el ministro de Justicia habían
respaldado los pliegos elevados por Defensa, una nota enviada por la viceministra
de Interior, Nilda Garré, donde solicitaba denegar las promociones
de militares cuestionados por violaciones a los derechos humanos y a los
que atentaron contra las instituciones democráticas disparó
una verdadera puesta en escena en el recinto de la Cámara alta.
Por un lado la mayoría de los legisladores justicialistas consideraban
a viva voz que la actitud de la funcionaria era insolente.
Los radicales, sorprendiendo a propios y extraños, la emprendieron
contra la ministra frepasista al asegurar que había cometido una
irreverencia hacia el Senado de la Nación. Sólo
los peronistas Jorge Yoma y Alberto Rodríguez Saa salieron en defensa
de la viceministra.
Si bien hasta las primeras horas de la tarde de ayer en la Cámara
alta había un principio de acuerdo general para ascender a 176
militares y postergar los cinco pliegos cuestionados por violaciones a
los derechos humanos, la carta de la funcionaria arruinó el consenso
logrado, aunque fuentes de los bloques de la Alianza y el PJ coincidieron
en señalar que la nota cayó como anillo al dedo para aquellos
que pretendían avivar la interna del Gobierno, si bien
las motivaciones de una y otra bancada eran diferentes.
Senadores del PJ confiaron en que aun cuando había un acuerdo con
el ministro de Justicia, Jorge de la Rúa, para aprobar los pliegos
de aquellos que no estaban cuestionados, la nota de Garré sirvió
para demostrar la molestia que les provocó la falta de voluntad
del Gobierno para garantizar una promulgación del presupuesto sin
vetos en los temas provinciales. Esa fue la razón por la
que durante la sesión los justicialistas cuestionaban los
diferentes discursos del Gobierno. Se referían al encuentro
que habían mantenido con De la Rúa durante la tarde. En
esa oportunidad le expresaron su desagrado por los errores
cometidos por la subsecretaria de Derechos Humanos, Diana Conti, cuando
impugnó los pliegos de algunos militares y que incluía nombres
equivocados. Según relataron legisladores del PJ, el ministro
reconoció que podían haberse cometido errores pero negó
que se hubieran producido por mala voluntad. Al final de la reunión
con De la Rúa, Gioja señaló: Creo que (Conti)
vino de mala gana, mal informada y con un grado de insolencia.
La explicación del ministro de Justicia parecía que había
destrabado el conflicto. Gioja llegó a decir que la aprobación
de los pliegos era un hecho porque las Fuerzas Armadas no tienen
nada que ver con algunos caprichos del Poder Ejecutivo. Pero la
carta de Garré enturbió el clima debido a que el texto incluía
cuestionamiento a militares carapintadas. Poco después el jefe
de Gabinete, Chrystian Colombo, llegó al Senado con la intención
de destrabar el tratamiento de la ley de Infraestructura. Luego de reunirse
con la bancada radical, Colombo aseguró a la prensa que la
palabra oficial del Gobierno eran los pliegos enviados por el Ejecutivo.
Durante la sesión, Gioja volvió a utilizar el calificativo
insolente, esta vez estuvo dirigido a Garré, por lo
que anunció que el bloque impulsaba que este tema vuelva
a comisión, aunque esta decisión implique quedarnos hasta
el 31 de diciembre para conseguir la ratificación del presidente
Fernando de la Rúa de los pliegos que envió.
Lo lógico hubiera sido que desde el oficialismo se hubiera defendido
a la funcionaria. Sin embargo, el radicalismo fue tanto o más duro
al criticar la misiva de Garré. El jefe de la bancada, Jorge Agúndez,
afirmó visiblemente molesto que si (a Garré) no le
gusta el Gobierno que se vaya del Gobierno, para luego agregar que
no compartimos que el tema vuelva a comisión porque en definitiva
estamos desoyendo el pedido del Presidente yhaciéndole caso a una
funcionaria que actuó con total irresponsabilidad. Estamos igual
o más molestos que el bloque de la mayoría.
El ex presidente del bloque oficialista, Raúl Galván, no
fue menos duro. Calificó como una descortesía
y una actitud impertinente la carta porque lo que hizo es
inmiscuirse en temas del Congreso de la Nación, para
luego exhortar que pongamos por encima de estas actitudes atrevidas
los intereses de la Nación. El bonaerense Leopoldo Moreau
cerró el rosario de críticas al decir que la totalidad
de los senadores no necesitábamos la nota porque ya habíamos
tomado la decisión. En realidad esa carta llegó tarde.
La suerte de los pliegos estaba sellada. Gioja volvió a pedir la
palabra. Pidió que el tema regresara a comisión hasta
que haya una ratificación del presidente (Fernando de la Rúa),
para que autorice a esta señora a decir lo que dijo o para que
reafirme su decisión de promover a quienes propuso para ascenso
por decreto. Obviamente arreciaron los rumores de renuncia de la
viceministra. De ninguna manera, aseguró Garré
a Página/12. Lo que hice fue en mi carácter de ciudadana
como en otras oportunidades, a pesar del cargo que ocupaba. Lo único
que pedí es que los senadores sólo extremen las precauciones,
se justificó la funcionaria.
Los militares no estuvieron presentes en el recinto, pero señalaron
que la postergación había generado molestias debido a la
incoherencia del Gobierno, porque el Presidente firma los pliegos y una
viceministra lo cuestiona, que debería preocuparse por los policías
que están a su cargo.
Los nazis policiales
El Movimiento Judío por los Derechos Humanos (MJDH) repudió
mediante un comunicado a los denominados policías
sin gorra, quienes el 4 de diciembre pasado transmitieron
por altavoces fragmentos de un discurso de Hitler, mientras familiares
de víctimas del atentado a la AMIA ingresaban al Ministerio
de Seguridad bonaerense. Argentina es el único país
del mundo donde los nazis no son subterráneos ni clandestinos
sino que están enquistados en diversos estamentos del aparato
represivo, especialmente en la Policía Bonaerense,
afirmó el MJDH.
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UNA
HIJA DE DESAPARECIDOS
Con su propio nombre
María Victoria Dillon
fue reconocida legalmente como quien es. La hija legítima de Rita
y Gerardo Espíndola, secuestrados y desaparecidos en 1977 durante
la última dictadura. El juez de Río Cuarto José Antonio
Peralta anuló la adopción que se le había concedido
a la abuela de la niña y le devolvió su verdadera identidad.
Esto reafirma la necesidad de los chicos de recuperar su nombre,
aun los que tienen sus vínculos familiares claros quieren ser reconocidos
con la identidad que tenían cuando nacieron, aseguró
la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela Carlotto. La adopción
anulada había sido otorgada a la abuela de María Victoria,
Susana Dillon, a quien el 5 de marzo de 1978 un grupo de desconocidos
le dejó a la niña diciéndole que era la hija de su
hija desaparecida. El matrimonio Espíndola fue secuestrado en la
localidad de Río de los Sauces y alojado en el campo de concentración
de La Perla, cuando la mujer estaba embarazada de seis meses.
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