Por Eduardo Videla
Las empresas del siglo XXI
podrán crecer como algunos niños al calor de
una incubadora. La propuesta, que se llevará a cabo por primera
vez en la ciudad de Buenos Aires, consiste en brindar apoyo a nuevos emprendimientos
con base tecnológica desarrollo de software, farmacéutica
y bioquímica, en una primera etapa para bajar costos operativos
en la fase de mayor vulnerabilidad de los emprendimientos: entre el primer
y el segundo año de vida. El proyecto, lanzado ayer por el Gobierno
porteño, forma parte del Plan de Innovación Tecnológica
para las empresas de la ciudad, que prevé integrar la demanda empresaria
de mayor competitividad y asistencia tecnológica con la oferta
de egresados universitarios de las áreas científica y técnica.
La idea de la incubadora de empresas que se aplica con éxito
en Estados Unidos y Europa, y tiene antecedentes aislados en algunas ciudades
argentinas consiste en brindar un lugar físico o virtual
donde un grupo de emprendimientos que están surgiendo puedan compartir
costos fijos y, a la vez, recibir asesoramiento técnico, capacitación
y financiamiento. Cuando la empresa está madura para salir
al mercado, cuando ya tiene armada su cartera de clientes y está
en condiciones de despegar, se independiza y le deja el lugar a una nueva,
agregó el funcionario.
A partir de enero se hará el llamado a concurso para la selección
de proyectos. Ya tenemos los fondos para financiar los primeros ocho emprendimientos,
explicó a Página/12 el secretario de Desarrollo Económico,
Eduardo Hecker.
La incubadora porteña se instrumentará a través de
Ubatec SA, una empresa que integran el Gobierno de la ciudad, la Universidad
de Buenos Aires, la Unión Industrial Argentina y la Confederación
General de la Industria. Será esa entidad la que, a partir de enero,
realice la preselección y evaluación de proyectos. El concurso
estará orientado a proyectos innovativos presentados por jóvenes
investigadores, estudiantes o graduados de universidades con sede en la
ciudad de Buenos Aires, en especial, de áreas como farmacia, bioquímica,
química e ingeniería.
Según los impulsores del proyecto, el tiempo que necesita una empresa
para consolidarse oscila entre uno y dos años, según el
caso. Las estadísticas indican que las empresas incubadas
tienen una tasa más elevada de supervivencia que las que no tuvieron
ese apoyo, señaló Hecker.
La otra pata del plan es la asistencia científica y tecnológica
para empresas que quieran innovar sus procesos productivos. Buena
parte de las empresas de la ciudad están en condiciones débiles
de competitividad frente al mercado globalizado. En ese marco, la innovación
tecnológica es uno de los ejes para ganar competitividad y eficiencia
sin necesidad de despedir gente ni de bajar salarios, argumentó
Hecker.
La innovación no sólo implica incorporar alta tecnología,
algo que sólo está al alcance de las empresas grandes y
prósperas. También involucra el rediseño de políticas
de comercialización y gerenciamiento, la utilización de
nuevos insumos, capacitación de personal y la innovación
de productos: no trabajar con series muy grandes sino con productos diferenciados.
¿Cuál es el perfil de empresas que pueden participar
de este programa? preguntó este diario.
No hay un perfil definido: desde las empresas de turismo y comercio
hasta las fábricas de muebles y zapatos. Incluso la industria de
la indumentaria que, con la incorporación del diseño como
parte de la innovación tecnológica, puede convertirse en
un sector dinámico.
Como complemento al plan de innovación, se hará un relevamiento
para identificar los niveles de oferta y demanda de conocimientos científicos
y tecnológicos, con el fin de implementar políticas para
profundizar el vínculo entre las empresas y el sistema científico
tecnológico.
A diferencia de países como Brasil, aquí se suman
una débil tradición política de apoyo al sistema
científico y tecnológico con una pobrevinculación
entre ese sistema y el mundo de la producción. Con este programa
apuntamos a que el Estado tenga un papel activo en el fortalecimiento
de ese vínculo, afirmó Hecker.
El plan lanzado ayer por el jefe de Gobierno, Aníbal Ibarra, incluye
un programa de financiamiento para asistir a pequeñas y medianas
empresas en la ejecución de proyectos de innovación tecnológica;
la creación de una oficina de información científico-tecnológica
para asistir a las empresas en materia de patentes de invención,
vigilancia tecnológica y publicaciones internacionales, y la implementación
de un convenio con la Sociedad Alemana de Cooperación Técnica
(GTZ), para que las pymes hagan un uso eficiente y ambientalmente sostenible
de la energía.
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