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Todos los hombres del presidente (y del vice)

Bajo el influjo de su vice Dick Cheney, el presidente electo George W. Bush designó al industrial Paul O�Neill como futuro secretario del Tesoro. Hasta ahora, triunfan los moderados.

Satisfacción de George W. Bush ante su futuro secretario del Tesoro.
Paul O’Neill es un industrial del aluminio y veterano de la era Ford.

Por Martin Kettle *
Desde Washington

George W. Bush nombró ayer a cuatro viejos amigos republicanos de primer nivel en puestos clave en su futura administración. Pero quizás más significativo que cualquiera de estos nombramientos fue su encuentro con el gurú de su campaña de “conservadurismo compasivo”. Con un criterio abiertamente tradicionalista, Bush nombró a Paul O’Neill, presidente de la corporación de aluminio Alcoa y veterano de la administración Gerald Ford, como su secretario del Tesoro, diciendo que las señales de la recesión económica que se avecina hacían que fuera “increíblemente importante” tener un hombre con vasta experiencia y una mano firme en el puesto.
O’Neill es un viejo amigo del vicepresidente electo, Dick Cheney, quien fue secretario de la presidencia de la administración Ford. Es el primer secretario del Tesoro en casi 50 años que tiene un background en la industria. Pocos en el equipo de Bush niegan que O’Neill es una concesión, o que su elección es otro tributo a la influencia de Cheney. Algunos analistas financieros consideran que O’Neill, de 65 años, carece de la credibilidad del genio financiero de Robert Rubin, quien fuera secretario del Tesoro en el gobierno del presidente Bill Clinton. Bush anunció que uno de sus más grandes amigos empresarios, Don Evans, sería secretario de Comercio. El político cubano-norteamericano Mel Martinez, que llegó a Estados Unidos a los 15 años en la Operación Pedro Pan –el mayor éxodo infantil de la Cuba de Castro– y es hoy alcalde del condado de Orange en Florida, que incluye a Orlando, será el nuevo secretario de Vivienda, mientras que Ann Veneman, que era vicesecretaria bajo Bush padre, será secretaria de Agricultura.
La nueva ola de nombramientos puede contar con algunos nombres políticos nacionales más conocidos que los cuatro nombrados ayer. La gobernadora de New Jersey, Christine Todd Whitman, republicana moderada, podría llegar a estar a cargo de la oficina de protección ambiental, un puesto de alto perfil y mucha exposición pública en una administración que probablemente permita la extracción de petróleo y gas natural en áreas hasta ahora protegidas como reservas ecológicas. El gobernador de Wisconsin, Tommy Thompson, que tiene el crédito de promover las reformas innovadoras que llevó a cabo en su estado para que los que reciben asistencia social del Estado consigan trabajo, está asignado como secretario de Servicios Humanos y de Salud. El gobernador de Montana, Marc Racicot, un prominente defensor de Bush durante la pelea por la elección de Florida, está propuesto como ministro de Justicia.
La última especulación en Washington es que Bush ofrecerá el puesto de la Secretaría de Defensa a Dan Coats, quien, hasta 1998, era el muy conservador senador republicano por Indiana. La perspectiva de Coats a cargo del Pentágono ya alarmó a los activistas de los derechos gays y de los derechos de las mujeres, que temen que revierta los programas de igualdad sexual de la administración Clinton. Mientras los puestos se repartían en Austin, capital del estado de Texas del que el presidente electo es gobernador, Bush se tomó un tiempo para asistir a una conferencia multirracial de líderes religiosos en la que un orador clave era Marvin Olasky, el creador de la doctrina de conservadurismo compasivo y un hombre con más motivos que la mayoría para considerarse el “tutor intelectual” de Bush.
La noción de conservadurismo compasivo de Olasky, que es profesor de periodismo en la Universidad de Texas, es una noción mucho más globalmente radical que la que puede sugerir las palabras. Su conservadurismo compasivo es una abarcativa filosofía de gobierno basada en la fe, en la que la religión juega el rol central en la política social y en brindar asistencia a los carenciados.

* De The Guardian de Gran Bretaña. Especial para Página/12
Traducción: Celita Doyhambéhère.

 

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