Por Martin Kettle
*
Desde
Washington
George W. Bush nombró
ayer a cuatro viejos amigos republicanos de primer nivel en puestos clave
en su futura administración. Pero quizás más significativo
que cualquiera de estos nombramientos fue su encuentro con el gurú
de su campaña de conservadurismo compasivo. Con un
criterio abiertamente tradicionalista, Bush nombró a Paul ONeill,
presidente de la corporación de aluminio Alcoa y veterano de la
administración Gerald Ford, como su secretario del Tesoro, diciendo
que las señales de la recesión económica que se avecina
hacían que fuera increíblemente importante tener
un hombre con vasta experiencia y una mano firme en el puesto.
ONeill es un viejo amigo del vicepresidente electo, Dick Cheney,
quien fue secretario de la presidencia de la administración Ford.
Es el primer secretario del Tesoro en casi 50 años que tiene un
background en la industria. Pocos en el equipo de Bush niegan que ONeill
es una concesión, o que su elección es otro tributo a la
influencia de Cheney. Algunos analistas financieros consideran que ONeill,
de 65 años, carece de la credibilidad del genio financiero de Robert
Rubin, quien fuera secretario del Tesoro en el gobierno del presidente
Bill Clinton. Bush anunció que uno de sus más grandes amigos
empresarios, Don Evans, sería secretario de Comercio. El político
cubano-norteamericano Mel Martinez, que llegó a Estados Unidos
a los 15 años en la Operación Pedro Pan el mayor éxodo
infantil de la Cuba de Castro y es hoy alcalde del condado de Orange
en Florida, que incluye a Orlando, será el nuevo secretario de
Vivienda, mientras que Ann Veneman, que era vicesecretaria bajo Bush padre,
será secretaria de Agricultura.
La nueva ola de nombramientos puede contar con algunos nombres políticos
nacionales más conocidos que los cuatro nombrados ayer. La gobernadora
de New Jersey, Christine Todd Whitman, republicana moderada, podría
llegar a estar a cargo de la oficina de protección ambiental, un
puesto de alto perfil y mucha exposición pública en una
administración que probablemente permita la extracción de
petróleo y gas natural en áreas hasta ahora protegidas como
reservas ecológicas. El gobernador de Wisconsin, Tommy Thompson,
que tiene el crédito de promover las reformas innovadoras que llevó
a cabo en su estado para que los que reciben asistencia social del Estado
consigan trabajo, está asignado como secretario de Servicios Humanos
y de Salud. El gobernador de Montana, Marc Racicot, un prominente defensor
de Bush durante la pelea por la elección de Florida, está
propuesto como ministro de Justicia.
La última especulación en Washington es que Bush ofrecerá
el puesto de la Secretaría de Defensa a Dan Coats, quien, hasta
1998, era el muy conservador senador republicano por Indiana. La perspectiva
de Coats a cargo del Pentágono ya alarmó a los activistas
de los derechos gays y de los derechos de las mujeres, que temen que revierta
los programas de igualdad sexual de la administración Clinton.
Mientras los puestos se repartían en Austin, capital del estado
de Texas del que el presidente electo es gobernador, Bush se tomó
un tiempo para asistir a una conferencia multirracial de líderes
religiosos en la que un orador clave era Marvin Olasky, el creador de
la doctrina de conservadurismo compasivo y un hombre con más motivos
que la mayoría para considerarse el tutor intelectual
de Bush.
La noción de conservadurismo compasivo de Olasky, que es profesor
de periodismo en la Universidad de Texas, es una noción mucho más
globalmente radical que la que puede sugerir las palabras. Su conservadurismo
compasivo es una abarcativa filosofía de gobierno basada en la
fe, en la que la religión juega el rol central en la política
social y en brindar asistencia a los carenciados.
* De The Guardian de Gran Bretaña. Especial para Página/12
Traducción: Celita Doyhambéhère.
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