No es la Carta a los argentinos sino la Carta de Intención, que
firmará el Gobierno con el FMI y que contradice en varios aspectos
a la primera. Este nuevo compromiso ante el Fondo ratifica la necesidad
de aprobar la reforma previsional, incluida la eliminación de la
PBU, que rechaza la mayoría del bloque de legisladores de la Alianza.
Sin embargo, la fecha límite para tal compromiso es fines de mayo,
bastante menos apretada de la promesa que hizo José Luis Machinea
a inversores extranjeros de que tal reforma se hará en las
próximas semanas.
El Memorando de política económica acordado con el FMI,
que se difundió ayer y que el directorio del organismo tratará
en la primera semana de enero, estipula todas las condiciones que deberá
cumplir el Gobierno para recibir el salvataje financiero de Washington.
En realidad, según explicó el secretario de Hacienda, Mario
Vicens, no hay condiciones para el primer desembolso, por 2100 millones
de dólares, que se hará en los próximos días
y el cumplimiento de las nuevas metas sólo empezarán a regir
para el segundo desembolso, por 2900 millones, que debería llegar
en enero.
A diferencia de otras veces, en esta oportunidad el Fondo Monetario aceptó
una Carta de Intención bastante laxa, presionado por la inminencia
de una crisis financiera en Argentina y la necesidad de que, una vez que
el salvataje esté en marcha, no haya metas incumplibles que lo
hagan fracasar.
El propio Vicens reconoció este punto, al decir ayer que el Fondo
está aprobando una dirección de política económica.
Así y todo, como es habitual, figuran metas específicas
de déficit que deberían cerrar en línea con un rojo
fiscal para el 2001 de 6500 millones de dólares, tal como figura
en el Presupuesto. Para el equipo económico, esta meta no será
difícil de cumplir porque confían en que haya una reactivación
que impulse la recaudación tributaria por encima de la proyección
conservadora que -dicen utilizaron para elaborar los números.
Los principales puntos del documento son los siguientes:
uDice que deberá aprobarse la reforma previsional antes del 30
de mayo, un plazo bastante prolongado si se tiene en cuenta que días
atrás Machinea le garantizó a un grupo de inversores
extranjeros que la reforma se hará en las próximas
semanas. Más allá de la fecha, ésta es sin
duda la medida más fuerte y más conflictiva de todas las
que figuran en la Carta.
uDada la importancia de esta reforma para lograr que a mediano plazo
el sistema previsional sea solvente y la situación fiscal sea sustentable,
el Gobierno asigna gran importancia a la rápida aprobación
y pronta implementación de sus aspectos más importantes,
se afirma.
uSin embargo, Vicens aclaró ayer que no hay ninguna vinculación
estricta entre la aprobación de la reforma y el desembolso de fondos
del FMI. También dijo que la reforma sin la eliminación
de la PBU no sirve y fue ambiguo, una vez más, a la
hora de explicar si esa reforma debería salir por ley o por decreto
(ver aparte).
uEn la lógica del acuerdo, según explicó ayer Vicens,
es que el FMI acepta que haya más déficit el año
próximo a condición de que habrá un fuerte ajuste
en el futuro. La reforma es la forma de contrapesar el aumento del
déficit en el 2001 con una perspectiva más sólida
de equilibrio fiscal para más adelante, aseguró el
funcionario, con un razonamiento puramente fiscalista.
uRatifica que habrá desregulación de las obras sociales
sindicales a partir del 1º de enero. Y que el presupuesto del
PAMI seguirá estando en la mira de los funcionarios de Economía.
uAnuncia que el Gobierno no concederá nuevas moratorias,
ni establecerá otros mecanismos de facilidades de pago. El
curioso argumento es que así se reducirá al mínimo
el riesgo moral (moral hazard, en inglés), un término
que se suele utilizar para criticar los salvatajes financieros, ya que
estimularían las actitudes imprudentes de acreedores que prestan
a altísimas tasas de interés a países insolventes
con laesperanza de que al final vendrá el Fondo Monetario Internacional
para salvarlos, es decir, pagarles a cuenta del deudor.
uAnticipa que se analizará la posibilidad de simplificar
el sistema tributario y reducir las exenciones, los regímenes especiales
y loopholes (agujeros negros), con ayuda de expertos locales y extranjeros.
No dice nada, por su puesto, de la simpatía con que Carlos Chacho
Alvarez ve que a esta comisión se sume Domingo Cavallo.
uAsegura que el Gobierno prevé utilizar todos los instrumentos
que tiene a su alcance para racionalizar la administración pública,
eliminando entidades y programas redundantes, minimizando la superposición
y duplicación de funciones entre distintos organismos y niveles
de gobierno y redistribuyendo los empleados públicos según
sea necesario. Por las dudas, para no abrir ahora otro frente de
conflicto, Vicens aclaró que no habrá despidos.
uPrevé que la economía crecerá el año próximo
2,5 por ciento, pero para que ello ocurra pronostica que hacia el cuarto
trimestre del 2001 el crecimiento superará el 4 por ciento, ya
que así se compensaría la recesión con que comenzará
el año.
¿Qué
errores cometieron?
¿Qué errores cometieron durante el primer
año de gestión?, le preguntó un periodista
a Mario Vicens cuando la conferencia de prensa estaba finalizando.
El secretario de Hacienda sonrió, sorprendido porque hasta
ese momento las preguntas referían exclusivamente al acuerdo
con el Fondo. Sería motivo de otra conferencia de prensa,
afirmó, con la intencionalidad de salir del paso. ¿Eso
significa que necesitaría una conferencia entera para enumerarlos?,
repreguntó otro cronista. Esta vez Vicens eludió cualquier
respuesta. Ensayando una risa nerviosa, no pudo evitar que su rostro
enrojeciera.
Durante el encuentro con la prensa, el secretario dio precisiones
sobre los diferentes capítulos de la Carta de Intención.
Racionalización
de la administración pública. No habrá
despidos ni nuevos programas de retiros voluntarios. La disminución
en la cantidad de agentes del Estado se dará naturalmente
a través de las jubilaciones y la no renovación de
algunos contratos que venzan.
PAMI. Estará
sujeto a controles preventivos, lo mismo que el resto de los organismos
públicos. El objetivo es evitar que haya descontrol y se
acumulen deudas, tal como sucedió en el pasado.
Reforma previsional.
La intención es sacarla por una ley del Congreso. No obstante,
Vicens dejó entrever que podría salir por decreto
si hay demoras en el Parlamento.
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CONTINUA
LA RACHA EN ACCIONES Y TITULOS PUBLICOS
El blindaje mejora el humor
Impulsadas por Wall Street,
las acciones tuvieron ayer una mejora del 2,8 por ciento en promedio.
No obstante, si se toma en cuenta sólo a aquellos papeles de empresas
locales, agrupados en el índice M.AR, la suba fue superior: 3,2
por ciento. Los títulos públicos, en tanto, continuaron
con su racha positiva y ayer se anotaron avances de entre 0,3 y 0,6 por
ciento. Por su parte, la tasa interbancaria tuvo un aumento, del 10,3
al 11,5 por ciento anual.
El blindaje mejoró el humor de los financistas de la city. Desde
su anuncio, tanto los papeles empresarios como los títulos públicos
vienen recuperando terreno. Las alzas más notables de la sesión
fueron: Grupo Financiero Galicia (8,9 por ciento); Bansud (6,3) y Telecom
(5). Las acciones están siguiendo el rally alcista que los
bonos vienen mostrando desde fines del mes pasado, cuando se confirmó
el blindaje. Lo que no significa que los inversores vean que la recuperación
económica está cerca, señaló a Página/12
Hernán Fardi, analista de la consultora Maxinver. El impulso en
el recinto se hizo evidente desde temprano, acompañando la tendencia
positiva en Nueva York donde el índice Dow Jones registró
una suba del 1,6 por ciento y el Nasdaq ganó apenas el 0,3.
La tenue recuperación del panel tecnológico quedó
muy lejos de equilibrar la fuerte pérdida, del 7,2 por ciento de
la jornada anterior, ante el temor de que la economía estadounidense
ingrese en un ciclo recesivo. Los signos de la desaceleración ya
se notan: en el tercer trimestre, la expansión del PBI fue del
2,2 por ciento, la menor tasa de los últimos cuatro años.
No obstante, en Wall Street confían en que Alan Greenspan, presidente
de la Reserva Federal (banca central estadounidense), baje la tasa de
interés para prevenir el estancamiento de la economía.
Por lo pronto, la esperanza de que el Tío Alan baje la tasa hizo
que Brasil se adelantara y el Banco Central resolviera una caída
en el costo del dinero, del 16,5 al 15,75 por ciento anual. Hace
dos meses estábamos en el ojo del huracán, pero Greenspan
nos salvó la vida, graficó Arminio Fraga, titular
del BC brasileño. Fraga también había postergado
la baja en la tasa ante las turbulencias en la Argentina. Pero, con el
blindaje, se decidió a dar el paso. Todo el mundo está
mirando a Brasil y a la Argentina, dijo. Al contrario de lo que
sucedió otras veces, la rebaja de la tasa no provocó presiones
en el tipo de cambio y el dólar cerró a 1,954 unidad por
dólar. La economía brasileña está en
un momento espectacular; crece, se cumplen las metas fiscales y no hay
presiones inflacionarias. Por eso puede bajar la tasa, explicó
a este diario Guillermo Corzo, de la Fundación Capital.
Evaluación
en marzo
La calificadora de riesgo Fitch/Duff & Phelps indicó
que podría cambiar la perspectiva negativa de
la nota argentina, en caso de que el blindaje financiero restaure
la confianza de los inversores y se reanude el crecimiento.
La agencia había colocado la calificación en revisión,
con proyección negativa, el 20 de setiembre pasado.
En el informe divulgado ayer, la empresa señala que el
efecto del paquete financiero sobre el crecimiento no se sabrá
hasta principios del año próximo. Recién
en ese momento podría cambiarse la perspectiva de la calificación.
Si se aplican las reformas pendientes, entonces podrá
restaurarse la calma de los inversores, bajarán las tasas
de interés y se reanudará el crecimiento económico,
concluyó la agencia.
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