Por Cristian Alarcón
¿Por qué
viniste así? le preguntó la profesora de Naturales
Miriam Klein a Ezequiel, un chico de octavo de la escuela 52 de Wilde,
que se había puesto unos guantes negros de lana.
Porque tenía frío le dijo él, sin mover
un músculo de esa cara más infantil aún que sus cortos
14 años.
El chico, hijo de una familia de clase media, habitante de una casa con
antejardín y persianas bajas, acostumbrado a ir al club en un auto
nuevo, le mentía. Pocos minutos después, cuando la única
alumna que los acompañaba durante un trabajo compensatorio
de la materia se fue, ella pudo ver, de costado, que él sacaba
un cuchillo. El adolescente levantó la mano empuñando el
Tramontina pero la mujer alcanzó a frenarlo agarrando el arma y
cortándose así tres dedos. Forcejearon, cayeron al piso,
y después de unos siete minutos otros docentes pudieron abrir la
puerta del aula que el chico trababa con una pierna. Tal como en el caso
del alumno de 15 años que la semana pasada asesinó en Olavarría
a su profesora de Física, en éste nadie tiene una explicación
racional para el hecho.
Contra todos los prejuicios de los cronistas que ayer a media tarde corrieron
hacia Wilde tras la noticia del nuevo alumno cuchillero, el muchacho que
reflota el tema en el supuestamente violento conurbano bonaerense no pertenece
a la creciente franja de jóvenes marginalizados.
De hecho no compartía ayer celda con ninguno de los rateritos detenidos,
por falta de lugar en los institutos de menores de la provincia, en la
comisaría 5ta. ¿El pibe? le dijo a este diario
uno de oficiales que lo recibió ayer a la mañana cuando
fue detenido tras el incidente. Es un pibe bárbaro, divino.
Blanquito, blanquito, parece mi hijo. El hombre también había
recibido a los acongojados padres de la criatura, que en ese momento lo
visitaban. Ellos, que son gente bien, no tenían ni la menor
sospecha de que su hijo podía hacer algo así, dijo
y detalló las circunstancias del hecho.
Ezequiel llegó a la escuela con unos particulares guantes de lana
negros. Se había llevado objetivos en cuatro materias del octavo
año de EGB, en la Escuela 52 de Wilde, a donde ingresó al
comenzar este ciclo.
En el caso de Ciencias Naturales debía rendir con la profesora
Miriam Klein, una mujer de 38 años de la que todos elogian su simpatía
y su disposición con los alumnos. El día anterior
se habían visto en otro de los compensatorios cuando
ella le había dado un cuestionario con preguntas sobre los puntos
que él no aprobó de la currícula para que contestara
en su casa. No es que el chico haya tenido que cumplir con una presión
extra o con un reclamo exagerado de parte de Miriam le explicó
ayer a este diario Carlos Larrieu, el marido de la profesora. Justamente,
hoy hablamos sobre lo que consideramos necesario de parte de la Justicia
después de haber vivido esto. Y es que pueda contestar por qué,
por qué ocurre algo así en una escuela, sin aparente explicación.
La directora del colegio, María Alejandra Vásquez, se mostró
tan consternada como sus pares. No estamos hablando de un niño
que haya tenido anteriores inconductas, dijo para despejar los malos
antecedentes como una mínima explicación de la violencia.
Vásquez consideró que la docente es excelente en su
relación con los chicos y en su manera de abordarlos. Estamos,
vamos a decirlo confió, francamente deprimidos por
esta situación. La situación quebró a las 8.15
la calma que se vive en los colegios en esta última semana de exámenes
compensatorios para quienes no alcanzaron todos los objetivos de la EGB.
Los gritos de Miriam Klein retumbaron en los pasillos y alertaron a sus
compañeros que corrieron al aula de donde provenían. No
consiguieron entrar fácilmente. Adentro, Ezequiel se había
abalanzado sobre la docente y con la mano de ella aferrada al filo del
cuchillo, habían caído al piso arrastrando sillas y mesas
escolares. El nene continuó intentando cortarla cuando estaban
tirados, él arriba de mi esposa, contó a Página/12
Larrieu,acompañado ayer por sus dos hijos, de edades cercanas a
las de Ezequiel. Acusado del delito de lesiones, Ezequiel
deberá declarar hoy muy temprano. Tímido, silencioso, casi
sin amigos en la escuela, tenía el mismo perfil en su barrio. Cinéfilo
absoluto, el chico de los guantes pasaba su tiempo viendo películas
de acción, de terror y de misterio, alquilados en el mismo video
club al que van los hijos de la profesora. Ella vive en una torre de departamentos
de empleados telefónicos. La familia del niño, a unas cinco
cuadras, en una casa coqueta de la calle Baradero, cerca de la Estación
Wilde. En las torres los vecinos y los familiares después del susto
se seguían preguntando por qué. No estamos
hablando de una escuela que exige. Al contrario, es una escuela tan ocupada
en otras cosas que la sociedad no hace que quizás no vea lo que
pasa en el fondo opinó Larrieu. Lo cierto es que la
única diferencia con el caso de Olavarría es que ese chico
aprendió a usar el cuchillo en el campo y la docente no pudo defenderse.
Este evidentemente lo vio en las películas y mi mujer se defendió
hasta último momento, cuando entre varios se lo sacaron de encima
tirando la puerta abajo.
Con mayor educación
Tras la nueva llama escolar que encendió la polémica
sobre los delitos cometidos por menores, el titular de la Dirección
General de Escuelas bonaerense, José Octavio Bordón,
terció ayer tranquilizando las aguas. La crisis que
vive la sociedad genera mucha demanda en la escuela y la única
forma de solucionar estos temas es con mayor educación y
con el grupo familiar ligado a los colegios, dijo el ministro
en una conferencia de prensa a la que convocó especialmente
después del incidente en Wilde. Consultado por las soluciones
posibles, Bordón descartó que la solución esté
en brindar seguridad o custodia especial a los colegios en los que
se presuma que puede haber conflictos entre alumnos y docentes.
En la misma conferencia, el subsecretario de Educación Bonaerense,
Mario Porto, descartó que el gobierno de Carlos Ruckauf pretenda
reforzar la seguridad en los establecimientos de la provincia porque
nunca se pensó en transformar la escuela en un lugar policial.
Hay que fortalecer a la escuela, defender a los docentes y
buscar una metodología ligada a la solución de conflictos
a través de la convivencia, dijo. Bordón, que
fue enfático al rechazar la idea del ministro de Justicia,
Jorge Casanovas, de eliminar la barrera de edad para la imputabilidad
de los menores, puso el acento en que los casos de Olavarría
y Wilde están claramente afuera de ese debate,
aunque reconoció que puede haber un efecto imitativo.
|
COMO
VIVE EL ESTUDIANTE QUE ASESINO A SU PROFESORA
Gastón espera una resolución
Por Mariana Carbajal
Gastón, el alumno de
15 años que acuchilló a su profesora de física, espera
la resolución del juez de menores que marcará su futuro,
escuchando música folklórica y leyendo revistas de actualidad,
en una celda sin ventanas de la comisaría de Rauch. Sólo
acepta las visitas casi diarias de sus padres. No quiere ver a nadie
más, confió una fuente policial. Hoy, sin embargo,
saldrá de la monotonía del encierro. Gastón será
nuevamente trasladado a los Tribunales de Azul para completar las pericias
psiquiátricas y psicológicas que espera el magistrado para,
finalmente, disponer que vuelva con sus padres o quede alojado en algún
instituto de menores de la provincia de Buenos Aires.
Gastón está encerrado en una celda de la comisaría
de Rauch desde el 14 de diciembre, después de pasar los primeros
tres días de su detención en la seccional 1ª de Olavarría,
a una decena de cuadras del colegio religioso San Antonio de Padua, donde
apuñaló a Maritza Prezzolli, su profesora de Física.
Gastón se convirtió así en el primer alumno del país
que asesina a una docente. La mujer, de 49 años, murió tras
una agonía de once horas como consecuencia de la herida que le
produjo el adolescente sin mediar palabra, justo cuando comenzaba una
clase recuperatoria del noveno año del EGB.
Durante su estadía en prisión Gastón se ha mostrado
tranquilo, sin problemas de conducta, como fue su comportamiento a lo
largo de los nueve años que concurrió al colegio regenteado
por franciscanos, hasta que a las 13.15 del lunes 11 atacó a la
profesora. Solamente la quise asustar, no quise lastimarla. Si no
rendía mi papá no me iba a dejar ir al campo con mi abuelo,
le dijo el muchacho a uno de lo policías que lo custodiaron en
el primer momento.
La celda en la que está Gastón no recibe luz natural. No
tiene compañeros de encierro y sólo traspasa la puerta cuando
pide ir al baño o recibe la visita de sus padres. El, un empleado
de la cooperativa eléctrica de Olavarría y ella, un ama
de casa, lo van a ver casi todos los días y permanecen con su hijo
por una o dos horas. Le llevan comida y revistas de actualidad. Siempre
se los ve muy angustiados, relató a Página/12 una
fuente policial. Además de leer, Gastón pide cada tanto
al guardia que custodia la puerta del calabozo que le alcance un walkman
para escuchar música. Prefiere el folklore. Le gusta José
Larralde, describió la misma fuente. Hoy Gastón volverá
a los Tribunales de Azul, donde lo esperan más pericias psiquiátricas
y psicológicas. Será la tercera vez que lo sometan a este
tipo de estudios, ordenados por el juez de menores Eduardo Allende. El
magistrado espera los resultados para evaluar y resolver en los próximos
días si el adolescente vuelve con sus padres o es trasladado a
un instituto de menores. Por su edad, no será juzgado. La ley entiende
que es inimputable.
DENUNCIA
PENAL DEL CELS CONTRA EL MINISTRO VERON
El delito de deschavar a los chicos
El Centro de Estudios Legales
y Sociales (CELS) presentó ayer una denuncia penal contra el mi
nistro de Seguridad bonaerense, Ramón Verón, quien durante
la interpelación a la que fue sometido en noviembre, reveló
públicamente la identidad de varios menores acusados de cometer
delitos, que habían denunciado a la policía por torturas.
El delito de violación de secreto establece penas de hasta dos
años de prisión e inhabilitación. Verón no
fue el único ministro cuestionado por el tema minoridad: la presidenta
del Consejo del Menor bonaerense, Irma Lima, criticó duramente
la propuesta del titular de Justicia, Jorge Casanovas, de eliminar el
límite de inimputabilidad para los menores. Si el Gobierno
adopta esa medida es que ha fracasado en su política de seguridad,
advirtió.
Verón se había presentado el 2 de noviembre último
en el Senado bonaerense para responder, entre otras preguntas, las vinculadas
a las denuncias de torturas a menores en las comisarías bonaerenses.
Al referirse a esos casos, el ministro dio públicamente el nombre
de 10 menores de edad, presuntamente víctimas del delito de apremios
ilegales y dio detalles de las causas penales por la que están
siendo investigados.
La difusión fue innecesaria, porque las preguntas de los
senadores apuntaban a saber qué medidas había adoptado el
ministerio ante el aumento de denuncias de torturas, dijo a Página/12
el abogado Gustavo Palmieri, del CELS. Los nombres fueron revelados ante
legisladores, público en general y periodistas.
La identidad de los menores involucrados en causas judiciales está
protegida por el decreto ley 10.067/83 de la provincia de Buenos Aires,
de conformidad con los tratados internacionales que protegen los derechos
del niño y tienen rango constitucional.
Un ministro no puede desconocer la ley, cuestionó Irma
Lima, respecto de la actitud de Verón. La titular del Consejo del
Menor también se pronunció contra la propuesta de Casanovas:
Cuando un gobierno tiene que levantar las penas o bajar la edad
de imputabilidad es que ha fracasado en su política de seguridad,
dijo a este diario.
Casanovas desató la polémica hace diez días, tras
el caso ocurrido en Olavarría, en el que un menor mató de
una puñalada a su profesora de Física, al proponer que se
elimine el límite de edad en que una persona es considera imputable.
La Constitución obliga a poner un límite de edad,
afirmó Lima. Y agregó: No podemos estar bajando la
edad de imputabilidad cuando somos los primeros incumplidores, cuando
no se le da a un chico el derecho a la educación y a la salud.
La funcionaria aclaró que no se opone a que se disminuya ese límite:
Lo que digo es que ésta no es la oportunidad, ya que primero
hay que resolver el problema social, dar trabajo, salud y educación.
|