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El barco con residuos radiactivos
ya preocupa también al Gobierno

Los países del Cono Sur, incluida la Argentina, expresaron su �preocupación� a Francia, Japón y Gran Bretaña por el buque que se acerca a la región. Dicen que es un �riesgo� para la gente.

El Pacific Swan lleva 192 cilindros con residuos nucleares, la mayor carga llevada por mar.

Por Andrés Osojnik

El barco con residuos radiactivos que lleva proa a la Argentina ya no sólo inquieta a las organizaciones ambientalistas: ayer se unieron los gobiernos de la Argentina, Brasil, Uruguay y Chile para expresar en conjunto su “preocupación” por el “riesgo” que implica la navegación del buque en aguas del Atlántico y el Pacífico Sur. El gobierno argentino, además, controlará con aviones de la Armada el paso del basurero nuclear flotante. Greenpeace, que el miércoles denunció que la ruta del Pacific Swan incluye el Cabo de Hornos, dijo que la declaración de los países del Cono Sur es “correcta”, pero pidió al gobierno argentino que traduzca esa posición “en una acción concreta para evitar que el buque ingrese a la zona de exclusión económica argentina”.
El comunicado conjunto le traslada la “preocupación” a los gobiernos de Francia, Japón y Gran Bretaña, responsables de que el buque utilice la ruta del Cabo de Hornos, “en especial por los riesgos que la misma presenta para la navegación debido a sus características físicas y meteorológicas, y la vulnerabilidad de los ecosistemas antártico y subantártico”.
“Preocupa a los gobiernos, además, los eventuales efectos nocivos que este transporte representa para la salud de las poblaciones humanas ribereñas y para la integridad del medio ambiente marino de la región”, añade la declaración de los cuatro países.
El Pacific Swan, de bandera británica, zarpó el martes a la noche de un puerto francés rumbo a Japón con una carga de 80 toneladas de desechos radiactivos. Los residuos vuelven así a su país de origen (Japón), luego de ser reprocesados y “vitrificados” en una empresa francesa. Se trata de un material cuya carga radiactiva equivale a lo que liberó al medio ambiente la catástrofe de la central nuclear de Chernobyl. Y que en unos 20 días llegará al Atlántico Sur.
Más allá de la declaración con el resto de los países, el gobierno argentino planea además una presencia física cuando el barco se acerque a esta zona. “Se está coordinando con la Armada que aviones de esa fuerza estén presentes para verificar que el transporte se desarrolle con normalidad”, contó a este diario una fuente de Cancillería.
Ya en 1995, un barco de las mismas características –pero con una carga siete veces menor a la actual– utilizó la ruta del Cabo de Hornos para llegar también de Francia a Japón. Y navegó por aguas de exclusión económica argentina, es decir, dentro de las 200 millas marítimas. En Cancillería sostienen que el país no puede impedir la navegación en esa zona porque, pese a ser de explotación propia, son en realidad aguas internacionales.
Greenpeace, en cambio, aseguró que esa interpretación es “discutible”. “Se trata de una zona cuyo medio ambiente un país tiene derecho a proteger –explicó Villalonga–. El propio comunicado conjunto señala la necesidad de que haya garantías sobre la no contaminación, que haya intercambio de información sobre las rutas elegidas por los barcos, y la comunicación de los planes de emergencia para casos de siniestros. Nada de eso se cumplió en este caso, con lo que el Gobierno lo menos que debe hacer es reclamar enfáticamente que el buque no entre en las 200 millas.”
Villalonga destacó que “la presencia física debe apuntar justamente a dejar alejado de la zona de exclusión al Pacific Swan. Si no, la declaración conjunta de los gobiernos será solamente un texto formal por el cual los distintos actores no se preocuparán mucho”.

 


 

RELEVARON AL JEFE DE LA VUCETICH POR EL ESCANDALO
Pérez pagó por los platos rotos

El comisario inspector Gastón Pérez fue el primero en pagar los platos rotos: ayer, el ministro de Seguridad bonaerense, Ramón Orestes Verón, decidió relevarlo de su cargo de director del Instituto de Formación Policial “Juan Vucetich”, tras el escándalo protagonizado por los cadetes de la institución durante su cena de graduación. Según Verón, el relevamiento de Pérez “se debe a que era la autoridad máxima de la escuela al momento de ocurrir los desmanes, eso implica cierta responsabilidad”. También rodó la cabeza del vicedirector de la Vucetich, Rodolfo Norberto Rucci, y no se descarta que en las próximas horas sean pasados a disponibilidad los oficiales que participaron del operativo de seguridad de la fiesta.
Con la designación de las nuevas autoridades –los comisarios inspectores Orlando Andrés Pajón y Roque Mario Herrera, que ocuparán los cargos de director y vicedirector respectivamente–, Verón pretende abrir una nueva línea de investigación sobre lo sucedido en la noche del pasado viernes, cuando el polideportivo de la escuela Vucetich se convirtió en un campo de batalla donde abundaron los golpes, los robos y los insultos. A la tarea del fiscal Luis Armella y de los auditores de Asuntos Internos se sumará ahora lo que puedan aportar Pajón y Herrera desde sus puestos. “Por ley, ellos tienen facultades para crear un consejo de disciplina que evalúe la permanencia o no de cada uno de los cadetes que participó del frustrado festejo”, señaló el ministro.
Verón agregó que ni Pérez ni Rucci “están a disponibilidad de la fuerza, ni imputados de ningún cargo, salvo su responsabilidad en la formación de los cadetes durante el último año”. Santiago Fazzini, responsable del área de capacitación del Ministerio de Seguridad bonaerense, no coincide con la apreciación: “Para mí no se trata de una falla en la estructura educativa, sino de una situación límite que no se supo manejar. Yo confío en que la mayoría de los responsables no sean cadetes, sino familiares o amigos, porque estuve en la fiesta y vi que muchos padres se comportaban peor que los chicos”, señaló. Fazzini puso su renuncia a disposición del ministro el mismo día que se conocieron los incidentes, pero hasta el momento Verón no se la aceptó.
En cuanto a los cadetes, lo único seguro es que, por ahora, no podrán calzarse las ojotas: hasta que no finalicen las investigaciones, no serán incorporados al Operativo Sol, donde es habitual que debuten cumpliendo servicio en las playas bonaerenses. Los oficiales a cargo de la seguridad durante la cena también tendrán un respiro: las disponibilidades no saldrán hasta que Armella finalice las indagatorias. “Si diéramos los nombres antes, violaríamos la figura de testigo protegido que solicitó el fiscal”, explicó Fazzini.

 

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