Al juez chileno Juan Guzmán le ordenaron retroceder un paso para
que él avance dos. Y no perdió la oportunidad. Ayer, el
juez decidió fijar fecha para la declaración indagatoria
de Pinochet el miércoles 27 de diciembre, o sea, en apenas cinco
días. La Corte Suprema había fallado anteayer que la orden
de procesamiento que el mismo Guzmán había dictado contra
el ex dictador era ilegal por no contar con declaración
indagatoria, pero al mismo tiempo ordenó que en 20 días
se hiciera dicha declaración. Ahora Pinochet deberá informar
un domicilio en Santiago, adonde el mismo Guzmán iría a
interrogarlo, para luego volver a dictar una orden de procesamiento. Los
abogados de Pinochet apelarán la decisión de Guzmán,
por considerar que los exámenes médicos a Pinochet, previstos
para el 22 de enero, deben realizarse antes que la declaración
indagatoria. Es poco probable que la apelación surta efecto. Mientras
el ex dictador era internado por dos horas en el Hospital Militar de Santiago
para un chequeo, vuelve a abrirse la vía de presión militar
para terminar con los juicios a Pinochet y a otros militares.
Las razones médicas y políticas son las que pueden salvar
a Pinochet; las legales se están poniendo francamente en su contra.
Por esto, los abogados del ex dictador apuestan todas sus fichas a los
exámenes médicos, esperando que lo declaren incapaz para
ser sometido a juicio. Sin embargo, que dichos exámenes vengan
antes o después de la declaración indagatoria no es un dato
menor para todo aquel que defienda la dictadura chilena: luego del interrogatorio
de Guzmán, Pinochet seguramente quedará procesado, esto
es, con un prontuario, con su foto y sus huellas dactilares. Aun cuando
luego un examen médico lo salve, Pinochet quedará en la
historia como procesado en calidad de autor intelectual por
los crímenes de la Caravana de la Muerte, el episodio represivo
inaugural de la dictadura, en octubre de 1973.
Para evitar esto, los abogados de Pinochet apelarán la decisión
de Guzmán y pedirán que los exámenes médicos
vengan antes que la declaración indagatoria. La Corte incurrió
en un error o hemos apreciado equivocadamente lo que se quiso decir,
dijo el abogado de Pinochet Pablo Rodríguez Grez, respecto de que
el máximo tribunal chileno estableció que el orden de estas
medidas es indistinto. Sobre la decisión del juez Guzmán,
declaró que una vez más ha cometido un error y ha
interpretado, también, en forma equivocada y contradictoria lo
que ha resuelto la Corte Suprema, por eso vamos a recurrir a ellos para
que lo aclaren.
Los militares también están presionando para que el procesamiento
de Pinochet no llegue. El 2 de diciembre, luego de que el juez Guzmán
decidiera el procesamiento (ahora temporalmente anulado) de Pinochet,
los jefes de las Fuerzas Armadas se reunieron por varias horas y resolvieron
pedir al gobierno la convocatoria del Consejo de Seguridad Nacional (Cosena).
El gobierno se negó; el malestar entre los partidos oficialistas
creció, pero no quedó otro remedio: el presidente Ricardo
Lagos resolvió convocar al Cosena una vez que el tema del procesamiento
de Pinochet estuviera resuelto. Ahora, prácticamente lo está:
luego del interrogatorio formal, Guzmán resolverá muy probablemente
el procesamiento del ex dictador.
Aún no se sabe cuándo será la reunión del
Cosena, pero los militares irán allí con un planteo claro:
hay que frenar los juicios a todos los uniformados imputados en violaciones
a los derechos humanos durante la dictadura chilena (1973-1990), ya sea
con una ley de punto final, con una fórmula de justicia con
clemencia o a través del cumplimiento de los acuerdos de
la Mesa de Diálogo. En esa instancia se había resuelto que
las Fuerzas Armadas se comprometían a entregar toda la información
sobre el paradero de los detenidos desaparecidos, a condición de
que los informantes permanecieran en el anonimato y de que hubiera algún
freno a los procesos por venir. Pues bien, la Iglesia Católica
chilena, encargadade recopilar información, admitió ayer
que, a pocos días de que se cumpla el plazo de seis meses previsto
en el acuerdo, los antecedentes no son muy abundantes, según
el portavoz de la Conferencia Episcopal, Enrique Palet.
|