Shimon Peres, el ganador del Premio Nobel que nunca logró convencer
a los propios israelíes, fue postergado otra vez ayer cuando fracasó
en un intento de obtener el apoyo de diez diputados necesario para candidatearse
en las elecciones a primer ministro. Horas antes de que venciera el plazo
para presentar las candidaturas, la dirección del partido de izquierda
Meretz anunció que, en aras de no dividir el campo de la
paz, respaldaría la candidatura del laborista Ehud Barak.
Así, la contienda que se librará el 6 de febrero será
un enfrentamiento entre dos ex generales, el laborista contra el superhalcón
derechista Ariel Sharon. Mientras tanto, en Washington había muy
tenues esperanzas de lograr un acuerdo de paz antes del fin del mandato
del presidente Bill Clinton el 30 de enero.
Clinton y su secretaria de Estado, Madeleine Albright, ofrecieron a los
negociadores de ambas partes lo que llamaron un acuerdo marco
para un posible tratado de paz. La respuesta parecía alentadora.
El ministro de Relaciones Exteriores israelí, Shlomo Ben Ami, brindó
optimistas conferencias de prensa donde aseguró que Israel
definitivamente podrá vivir con la mayoría de los parámetros
(sugeridos por Clinton). Según fuentes diplomáticas,
estos parámetros incluirían: a) la entrega del 95 al 100
por ciento de Cisjordania a los palestinos; b) la evacuación de
los 5000 colonos judíos en la Franja de Gaza, y c) la creación
de un mecanismo para resolver el problema de los refugiados
sin alterar el equilibro demográfico de Israel. Estas
versiones no mencionaban el tema clave: Jerusalén. Según
una alta fuente israelí, Ben Ami está dispuesto a conceder
la soberanía palestina sobre los barrios árabes de Jerusalén
Oriental (ocupada desde la Guerra de los Seis Días de 1967) y llegar
a un acuerdo especial para garantizar el acceso de los judíos
al Monte del Templo. Un negociador palestino, Yasser Abed Rabbo, se mostró
muy optimista sobre el tema: Estamos cerca de obtener el reconocimiento
de nuestra soberanía sobre el sector árabe de Jerusalén
Oriental, incluyendo los lugares sagrados.
Pero el éxito final de estas negociaciones se decidirá en
Israel. Allí Barak pudo felicitarse ayer por evitar la división
del campo de la paz. No fue fácil. A la mañana
se reunió de urgencia con Shimon Peres para convencerlo de retirar
su candidatura y ofrecerle un cargo acorde con su experiencia y
capacidad. Peres rechazó altivamente la oferta: No
he venido a buscar un empleo. Presenté mi candidatura para frenarle
el paso a Sharon y he pedido el apoyo del Meretz. Pero que el líder
de esa agrupación, Yossi Sarid, estuviera al lado de Barak durante
ese encuentro debería haberle advertido que sobreestimaba ese apoyo.
Hay que señalar, sin embargo, que la votación del consejo
directivo del Meretz estuvo notablemente dividida, con 25 miembros en
contra de apoyar a Peres, 17 a favor y tres abstenciones. Un directivo
informó secamente que esta decisión ha sido tomada
por una débil mayoría... estoy feliz que el campo de la
paz esté unido.
Peres no aceptó su derrota en silencio. Sigo perteneciendo
al Partido Laborista. Quiero impedir la victoria de Sharon y las probabilidades
son pocas. Los sondeos muestran que había que permitir que me candidateara...
Desgraciadamente, no fue el caso. Una encuesta del diario Yediot
Ahronot había revelado que Peres derrotaría por dos puntos
a Sharon en segunda vuelta. Pero en las filas del oficialismo no se cansaron
de repetir que la última vez que Peres confió en los sondeos
perdió sorpresivamente ante Benjaim Netanyahu en 1996. Por otra
parte, ahora las encuestas garantizan más allá de todo margen
de error una victoria de Sharon sobre Barak.
Mientras tanto, en el frente de batalla dos palestinos y un israelí
murieron en Gaza y Cisjordania. Cuatro soldados israelíes fueron
heridos, dos de gravedad, cuando un camión palestino embistió
contra su retén. Alarmados porque hoy coincidirán el tradicional
Día de Ira palestino con el fin del mes sagrado musulmán
de Ramadán, las autoridades israelíes prohibieron el acceso
a la Explanada de las Mezquitas a los árabes menoresde 35, si viven
en Israel o en Jerusalén, o de 45 años, si viven en Cisjordania
y Gaza.
MASIVAS
PROTESTAS CONTRA ETA EN CATALUÑA
No lograrán lo que quieren
Al grito nacionalista
de Cataluña por la libertad, ETA no!, unas 150 mil
personas se concentraron ayer a pesar del intenso frío en el centro
de la ciudad catalana de Barcelona, en protesta por la última muerte
atribuida a la organización armada separatista vasca ETA, la del
guardia urbano Juan Miguel Gervilla, de 38 años, ocurrida el miércoles
en esa ciudad. Según el Ministerio de Interior, los activistas
pretendían en esa ocasión hacer explotar el coche al paso
de una personalidad.
Con este crimen, los asesinos nos han robado a un conciudadano,
a un servidor público, a una parte de nosotros. Los terroristas
quieren sembrar el miedo y el desconcierto, la desmoralización
y la desesperanza, la desconfianza y el odio. No lograrán lo que
quieren. Estas palabras figuraban en el comunicado leído
como culminación del acto por una subinspectora de la Guardia Urbana.
El texto había sido pactado por todas las fuerzas políticas;
en él, los autores denunciaban la irracionalidad, la brutalidad
y el enloquecimiento de ETA.
Al frente de la manifestación se hallaban importantes líderes
políticos, como el vicepresidente primero del gobierno, Mariano
Rajoy; el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol; el ministro de Exteriores,
Josep Piqué; el alcalde de Barcelona, Joan Clos; y el secretario
general del Partido Popular, Javier Arenas. También asistieron
el portavoz en el Congreso del Partido Socialista Obrero Español,
Jesús Caldera, y el portavoz del gobierno vasco, Josu Jon Imaz.
Otras miles de personas se manifestaron en actos similares realizados
al anochecer en diversas ciudades españolas. En el centro de Madrid,
10 minutos de silencio rotos por los aplausos pusieron fin a una multitudinaria
manifestación de protesta por la ciega violencia terrorista.
En el País Vasco, una reunión plenaria del Congreso pidió
la disolución de ETA, con excepción de la alianza independentista
Euskal Herritarrok (EH), considerada el brazo político de los etarras.
Desde la ruptura de su tregua de 14 meses hace un año, el grupo
armado ha matado en España a 23 personas. El comando más
activo es el que opera en Barcelona, donde ha dado muerte a cuatro personas
en los pasados tres meses, entre ellas al ex ministro socialista de Sanidad,
Ernest Lluch.
Gracias a las huellas dejadas en el automóvil que abandonaron,
los etarras fueron sorprendidos por el guardia Gervilla, y la policía
espera poder identificar pronto a los miembros del comando Barcelona
de ETA.
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