El bautismo de Rocco Ritchie, el hijo de Madonna y el director cinematográfico
Guy Ritchie, dio comienzo ayer a los fastos que concluirán hoy
con la boda de la pareja, en la localidad norescocesa de Dornoch. El acontecimiento
que ha suscitado una impresionante cobertura de la prensa británica,
está rodeado de un impresionante silencio de parte de sus figuras
principales. La boda de Madonna es como el monstruo del Lago Ness:
todos hablan del tema pero nadie vio nunca nada, es una frase repetida
en estos días, que simboliza el misterio que rodea el casamiento.
Ayer, el bautismo del bebé se concretó en iguales condiciones:
Rocco, de cuatro meses, fue llevado por su padre Guy Ritchie hasta la
iglesia del siglo 13, y Madonna vestía un abrigo color claro. Alrededor
de 200 periodistas y camarógrafos, ubicados trabajosamente, fueron
mantenidos lejos de la iglesia por una gran cantidad de policías.
La catedral de Dornoch permaneció cerrada al público durante
el bautismo, celebrado por la reverenda Susan Brown, y se encuentra cerca
del castillo escocés en el que se celebrará la boda.
Como ha sucedido a lo largo de su intensa y exitosa carrera, Madonna mantiene
el control de todo lo que rodea a su show. Que, en este caso, es su propio
casamiento. El negocio es redondo para las casas de apuestas una
institución nacional en las islas británicas, que
hacen su negocio con interrogantes acerca de si Guy llevará calzoncillos
bajo su kilt (la tradicional falda escocesa) o si la reina
del pop se casará acompañada de los acordes de alguno de
sus mayores éxitos. Por lo pronto, el nivel de expectativa y repercusión
mediática llega a estos niveles. Según informó el
sensacionalista diario The Sun, el director de cine cumplirá con
las reglas de su clan, el Macintosh, y no llevará ropa interior
bajo la falda. Estoy seguro de que no tendrá frío,
pues para cada kilt usamos ocho metros de tela, aseguró el
sastre contratado para diseñar el modelo, Ian Chisholm.
El Daily Mirror el otro gran diario amarillista inglés,
mientras tanto asegura que Madonna aportará un toque personal al
vestido diseñado por Stella McCartney (hija del beatle Paul). En
el cinturón de perlas irán bordados los nombres de sus dos
hijos, Lourdes y Rocco. La prenda irá adornada además con
mini-banderas de su país, Estados Unidos, y su patria adoptiva,
Gran Bretaña. Ya antes se había asegurado que la diva calzará
botas de cowboy y se tocará con una diadema que perteneció
a Grace Kelly. Sin embargo, todo es pura especulación. Lo que sí
es concreto es que las autoridades de Dornoch hicieron todo lo posible
para evitar a la pareja contactos con la prensa. En contra de lo que es
habitual, Madonna y Guy no concurrieron al registro civil, sino que una
funcionaria se trasladó hasta el castillo-hotel Skibo. Este procedimiento
puede adoptarse, según las leyes, por motivos de seguridad.
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