Estamos en un contexto social muy adverso para que se sancione ahora
la reforma previsional, aseveró ayer Carlos Alvarez, bajándole
el pulgar a un proyecto que el Gobierno quiere imponer a toda costa. El
ex vicepresidente ratificó lo que hasta ahora eran expresiones
de diputados del Frepaso atribuidas a su nombre. Con la venia del líder
del partido, otros dirigentes de esa fuerza cuestionaron con dureza tanto
la propuesta oficial como la supuesta intención del Ejecutivo de
sancionarla por decreto. La posición del Frepaso es que nos
oponemos a la eliminación del sistema de reparto, al aumento de
la edad jubilatoria de la mujer y a la supresión de la PBU,
recalcó Darío Alessandro, presidente del bloque de diputados
de la Alianza. No hay posibilidad de que la reforma salga por decreto.
En todo el mundo, la única reforma que recuerdo que salió
por decreto fue la de Pinochet, advirtió, por su parte, el
diputado radical Eduardo Santín, mostrando que el rechazo a esa
vía no se limita al Frepaso.
El único punto en el que Chacho dijo discrepar con Fernando de
la Rúa en su reunión de anteayer fue el referido a la reforma
previsional. La controversia divide no sólo a quienes integraron
la fórmula presidencial aliancista, sino al Gobierno en su conjunto
con todos los legisladores del Frepaso y la gran mayoría del radicalismo.
En esa pelea, Alvarez subrayó que le planteó al Presidente
mi preocupación y la de nuestra fuerza por este tema.
Y con respecto del eventual decreto, sostuvo que en el Frepaso pensamos
que no hay espacio social y político para tomar ahora una decisión.
Sus críticas estuvieron centradas en la inconveniencia política
de avanzar con la reforma en este momento, porque venimos de un
año en el que se subieron impuestos, se bajaron salarios y eso
generó cierta depresión social. En ese contexto,
percibo que plantear una disminución de los haberes de los futuros
jubilados tendría un impacto muy negativo en la sociedad,
indicó.
El principal argumento del Gobierno para reclamar la aprobación
del proyecto es que se trata de un compromiso asumido ante el FMI para
acceder al blindaje financiero. Con esa lógica, considera que se
justifica apelar a la vía del decreto si la iniciativa se demora
en el Congreso. Machinea manifestó esta semana en una teleconferencia
con inversores que la reforma saldrá en las próximas
semanas. La única posibilidad para que ello ocurra es que
el Ejecutivo emita un decreto. En respuesta, Alvarez y varios diputados
salieron a cruzar esa intención del Gobierno. Crearía
un fuerte desacuerdo con el Congreso, advirtió el diputado
frepasista Juan Pablo Cafiero.
Los legisladores consideran que el Gobierno sobreactúa su necesidad
de cumplir con el FMI. Más bien, señalan que ante la crisis
financiera y la negociación con el organismo por el crédito
de blindaje, Machinea vio la oportunidad de filtrar un proyecto propio
cuya aprobación jamás hubiera conseguido en otras condiciones.
En efecto, en la Carta de Intención del acuerdo con el Fondo, la
implementación de la reforma no figura como una condición
impostergable. Aunque así lo fuera, Alessandro sostuvo que entonces
habrá que entablar una discusión y una negociación
sobre este punto con el FMI.
El Gobierno ha enviado un proyecto al Congreso y nuestra obligación
es tratarlo. Pero eso lleva tiempo. Es una reforma que no se puede resolver
de un día para el otro. Y menos cuando hay temas en los que nosotros
no compartimos la posición del Gobierno, comentó Cafiero.
La Comisión de Previsión de Diputados, que preside María
América González (Frepaso), convocó a todos los sectores
involucrados en el tema para una reunión en febrero, a fin de abrir
un debate que llevará largo tiempo resolver.
Por lo pronto, Cafiero dio una opinión que resume la postura global
del Frepaso. Si la PBU está desfinanciada por el altísimo
nivel del trabajo en negro y porque hay una gran cantidad de empleadores
que no cumplen con sus obligaciones previsionales, la solución
no puede ser sacar la PBU,sino salir a cobrar a los que deben al sistema
previsional y hacer una gran campaña de regulación de las
contrataciones irregulares, concluyó.
Las acciones están
blindadas
Las acciones terminaron la semana con tendencia positiva, subieron
1 por ciento en promedio y acumularon una ganancia de 3,8 por ciento
en las últimas cinco ruedas. En lo que va del mes, el alza
trepa al 17,7 por ciento. La mejora de ayer se relacionó
con la buena performance en Wall Street, donde el Nasdaq (panel
de tecnológicas) registró una notable suba del 7,5
por ciento. A su vez, los títulos públicos se anotaron
avances de entre 0,3 y 0,6 por ciento, pero el riesgo-país
finalizó en 788 puntos, 4 por encima al cierre de anteayer.
En la primera semana transcurrida tras el anuncio del blindaje,
se notó un descenso de las tasas de interés pasivas
de los bancos. Cayó del 12,8 al 11,8 por ciento anual para
los depósitos a 30 días en pesos; y del 8,9 al 8,7
por ciento en las colocaciones dolarizadas. En la city creen que
el costo del dinero seguirá abaratándose, por efecto
del blindaje, y que las tasas de los depósitos caerán
entre uno y dos puntos no bien comience el nuevo año.
Un informe elaborado en Nueva York por el Credit Suisse First Boston
también es alentador. Señaló que la Argentina
se beneficiará con la desaceleración de la economía
estadounidense, que propiciará una baja en la tasa internacional,
con la caída del barril de petróleo y la revalorización
del euro. Por otra parte, aseveró que el blindaje reduce
sustancialmente las preocupaciones de liquidez. No obstante,
prevé que el Producto Bruto crecerá tan sólo
el 1,5 por ciento el año que viene, contra 3,9 por ciento
de Brasil. De esta manera, el socio en el Mercosur repetiría
la performance de este año. Sin embargo, el FMI dio un alerta
a Brasil. Su economía sigue siendo vulnerable a los
shocks externos, describió un informe del organismo.
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CAIDA
INDUSTRIAL DEL 5,6 POR CIENTO
El 2001 será mejor
La fuerte caída de la
producción industrial del mes pasado dejó a la actividad
fabril en su peor momento del último año y medio, en un
nivel de desempeño similar al que el sector mostraba a mediados
de 1996. En noviembre, la producción cayó 5,6 por ciento
respecto del mismo período del 99. En lo que va del año,
la actividad se expandió apenas 0,2 por ciento. Los sectores más
perjudicados son aquellos dependientes de la demanda interna, mientras
que los expansivos fueron los exportadores.
Miguel Bein, secretario de Programación Económica, justificó
la pobre performance de las fábricas en su mayor parte
a la huelga general. Un día que no se trabaja implica una
baja del 5 por ciento en el índice, explicó. El funcionario
apuntó que también había impactado el estrés
financiero ocurrido el mes pasado. La producción se vino
desacelerando en la última parte del año, y el acumulado
en lo que va del 2000 refleja un aumento de apenas el 0,2 por ciento.
Diciembre tendrá un comportamiento similar a noviembre,
arriesgó el funcionario.
Con la demanda interna achatada, la suerte de los industriales parece
descansar en sus posibilidades de exportar. Tal es el caso de los fabricantes
de autos y sus componentes, que muestran evoluciones positivas, en contra
de los rubros que dependen exclusivamente de la marcha económica.
En este último grupo se encuentran los productos farmacéuticos,
detergentes, jabones y productos personales, lácteos, azúcar,
cemento y los demás materiales de la construcción. Puede
pensarse que el próximo año será mejor. Pero nada
brillante, teniendo en cuenta que, tras más de dos años
de recesión, no se ve una expansión en la capacidad instalada
de las empresas, analizó en diálogo con Página/12
Andrés López, economista del Cenit.
El dato más optimista que pudo presentar Economía fue la
encuesta cualitativa realizada entre empresarios. De ella surge que el
47,4 por ciento de las compañías cree que habrá un
incremento en la demanda interna en los próximos meses. La
gente descuenta que retornará el crédito al sector privado,
porque el 2001 será mejor y habrá tranquilidad financiera,
se esperanzó Bein.
El déficit
pasó los 6000
El déficit fiscal de noviembre trepó a 1640,8 millones
de pesos, por lo que en el año se acumuló un desfasaje
de 6093,7 millones. Pero descontado el balance cuasifiscal positivo
del Banco Central, la cifra se reduce a 5784,7 millones de pesos.
En consecuencia, el déficit de diciembre no podrá
superar los 915,3 millones de pesos para cumplir con la pauta anual
de 6700 millones que se estipuló en la Carta de Intención
del nuevo acuerdo con el (FMI). Más allá del tema
fiscal, el secretario de Industria, Javier Tizado, indicó
que el crecimiento de la economía es ahora una responsabilidad
de los empresarios, pues el gobierno nacional ya concretó
una gran parte de la tarea para crear un escenario favorable
a las inversiones. Tizado respondió así a los reclamos
del Grupo Productivo, que pidió al Gobierno que aproveche
el escenario positivo generado a partir del blindaje para tomar
medidas que impulsen la actividad económica. Para el funcionario,
la creación de la riqueza de un país se da en
la microeconomía, los que deben tener audacia son los empresarios.
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