Por José
Comas
Enviado
especial a Belgrado
Algo más de 6,5 millones
de serbios, convocados hoy a las urnas para elegir el nuevo Parlamento,
podrán escoger entre ocho coaliciones o partidos. No obstante,
sólo la Oposición Democrática de Serbia (DOS), del
presidente federal de Yugoslavia Vojislav Kostunica, tiene asegurada una
victoria, que los sondeos demoscópicos pronostican arrolladora.
El filósofo de 48 años Zoran Djindjic, cabeza de lista de
la DOS y candidato al puesto de primer ministro de Serbia, declaró
ayer en Belgrado a un grupo de periodistas que la DOS espera lograr más
de un 60 por ciento de votos. Los sondeos pronostican hasta un 71 por
ciento de intención de voto para la DOS.
En tres meses las cosas han cambiado mucho en Serbia. La oposición
al régimen del derrotado y derrocado ex presidente Slobodan Milosevic,
hace medio año dividida en una sopa de letras de partidos, grupos
y grupúsculos, se presenta a las elecciones de hoy unida bajo las
siglas de la DOS. Según los sondeos, la DOS amenaza con arrasar.
Los partidos que apoyaron, en mayor o menor medida, al régimen
de Milosevic, acuden a la elección divididos en siete siglas o
logotipos, de los que sólo el Partido Socialista de Serbia (SPS)
tiene asegurada la entrada en el Parlamento al rebasar el 5 por ciento,
porcentaje mínimo exigido para conseguir escaños. Los sondeos
pronostican un 13 por ciento para el SPS de Milosevic.
Además del SPS, sólo los ultranacionalistas radicales (SRS),
del fascistoide Vojislav Seseli, que hasta octubre pasado participaban
en el gobierno de Serbia, cuentan con posibilidades de romper la barrera
fatídica del 5 por ciento, si logran el 7 por ciento que les otorga
la demoscopia. El Movimiento de Renovación Serbio (SPO), del errático
populista Vuk Draskovic, quien unas veces en el pasado estaba tajantemente
contra Milosevic y otras en luna de miel, se mueve, según las encuestas,
por el filo de la navaja del 5 por ciento, con bastantes posibilidades
de desaparecer de la escena política serbia.
Las restantes cuatro opciones están condenadas al fracaso y a quedarse
sin un solo diputado por no rebasar el 5 por ciento. Todos ellos juntos
no sumarán más que un 3 por ciento, según los sondeos.
Pese a su insignificancia, merece la pena analizar su composición,
porque reflejan una Serbia en vías de desaparición. La Izquierda
Yugoslava (JUL), una secta marxista que dirige Mira Markovic, la esposa
de Milosevic, está condenada al fracaso al presentarse en solitario
y sin formar coalición, como en anteriores elecciones, con los
socialistas del déspota derrocado. JUL se ha ganado el odio del
pueblo serbio. Durante años, se parecía más a una
organización mafiosa que a un partido que se autodefine como marxista.
Su dirigente Mira Markovic afirmaba que la riqueza no está reñida
con el marxismo y aportaba el ejemplo de Federico Engels, buen marxista
coautor del Manifiesto Comunista y a la vez acaudalado propietario, que
cubría los agujeros de un Marx que olvidaba con frecuencia ocuparse
de su infraestructura económica.
El Partido de la Unidad Serbia (SSJ) es un grupúsculo heredero
nada menos que del paramilitar tristemente célebre Zeljko Raznatovic,
más conocido como Arkan, asesinado el 15 de enero de este año
en el vestíbulo del mismo hotel de Belgrado donde ayer se reunía
el principal candidato de la DOS, Zoran Djindjic, con los observadores
parlamentarios de los países de la Organización para la
Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE). El partido de Arkan no
tiene la menor posibilidad de lograr los cinco diputados que consiguió
en 1992, pero ha contribuido sin duda al folklore electoral. Uno de sus
anuncios en televisión mostraba al grupo de sus candidatos santiguándose
al mismo tiempo delante de una Iglesia ortodoxa.
Completan la lista de partidos dos escindidos del SPS de Milosevic. Se
trata del Partido Socialdemócrata Serbio (SSP), que dirige Zoran
Lilic, el ex presidente de Yugoslavia anterior a Milosevic, y el Partido
Democrático Socialista (DSP), de Milorad Vucelic, ex director de
la televisión serbia (RTS). Estos dos destacados socialistas han
roto con el SPS y con Milosevic, a quien acusan de haber llevado al socialismo
serbio al desastre. Ambos pretenden crear una corriente socialdemócrata
en Serbia, comparable a la socialdemocracia occidental, pero no han sido
capaces de unirse bajo unas siglas comunes.
Djindjic declaró ayer a un grupo de periodistas, tras reunirse
con los parlamentarios de la OSCE: Espero, según los sondeos,
sacar más de un 60 por ciento. La gente considera esta elección
como una culminación de lo iniciado en setiembre con las reformas
políticas [derrota electoral de Milosevic] y espera que lleguen
las reformas económicas, que se noten las reformas económicas
igual que las políticas. Según Djindjic, Milosevic
ha desaparecido definitivamente y creo que no tiene ninguna posibilidad
de volver. El futuro primer ministro sostiene: De momento,
no hay alternativa a la DOS, que es el resultado del consenso de la sociedad
sobre la necesidad de la democratización.
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