El fin de año para River será bastante movido. Por estas horas, los dirigentes todavía no tienen en claro quién será el director técnico en el 2001. En el caso de que Américo Gallego no continúe (su vínculo con el club vencerá el próximo 31 de diciembre) en su puesto, los candidatos para sucederlo son Ramón Angel Díaz y el uruguayo Hugo De León. A esta altura, han quedado bastante más lejos las posibilidades de Oscar Ruggeri y Juan José López. Las disputas entre los mismos directivos respecto del nombre del futuro entrenador anuncian un clima demasiado tenso para el año que viene: en un año, en diciembre próximo, habrá elecciones en River.
Después del encuentro que tuvo Omar Labruna, ayudante de campo de Díaz, con los directivos Mario Israel, Jorge Arias y José Aguilar el último miércoles, el propio Díaz se reunió el jueves por la noche con David Pintado e Israel. La intención de los responsables del club fue tantear qué decisión tomaría el entrenador, en el caso de que le ofrezcan formalmente la conducción del plantel. Y el riojano no puso trabas para su vuelta a la institución de Núñez. Inclusive, tampoco tendría inconvenientes en que llegue Francescoli.
En la otra vereda, uno de los principales opositores a la vuelta de Díaz es el vicepresidente primero Alfredo Davicce, y detrás de esa opción se encolumnan César Traversone y Ricardo Grosso. Precisamente, a raíz de todas las desprolijidades con relación al futuro técnico, estos dos últimos solicitarían la renuncia de Pintado y Davicce en la próxima reunión de Comisión Directiva que se realizará el 4 de enero.
La idea de que llegue Díaz tiene que ver con la aceptación que tiene en el público de River. De esa manera, descomprimiría la interna política de cara a las elecciones. Si el riojano llegara a concretar su vuelta en enero, el opositor Hugo Santilli se quedaría sin candidatos para sostener su campaña política. Santilli había aclarado que si él vuelve a ser presidente, Díaz sería el técnico.
Díaz se fue de River en febrero pasado, argumentando que no tenía plantel suficiente para afrontar el torneo local y la Copa Libertadores. Curiosamente, ahora River se encuentra en plena depuración (ya se fueron Placente, Berizzo, Angel, y se irían Trotta, Gancedo y Aimar) del plantel, y sólo puede incorporar un jugador (ya llegó Astrada) para el campeonato y dos para la Copa. “Hubo una conversación para ver qué pensamiento tenemos”, reconoció ayer Omar Labruna. Y agregó: “El acercamiento de los dirigentes se debe a que se sabe que en algún momento vamos a volver a River, porque tenemos buenos recuerdos, nos ha ido bien y sobre todo porque River como institución está por encima de todo”. Respecto del año político que se vivirá en River, Labruna dijo que ellos van “a estar siempre al margen de las cuestiones políticas. Hoy por hoy, River está viviendo un momento difícil porque el eterno rival ha ganado cosas muy importantes y el segundo semestre no fue bueno”.
El otro candidato en danza es uruguayo. Y como Davicce se irá de vacaciones a la otra orilla, aprovechará para dialogar con Hugo De León, el técnico de Nacional recomendado por Francescoli cuando lo consultaron sobre el futuro entrenador. Es la otra carta.

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