Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira
ESPACIO PUBLICITARIO


DENUNCIAN POR COHECHO AL PRESIDENTE DE LA CORTE
Nueve Reinas

Un empresario denunció por cohecho y prevaricato al presidente de la Corte Suprema de Justicia y del Consejo de la Magistratura, Julio Salvador Nazareno. Entre las pruebas aportadas hay un video en el que el abogado Edgardo Cantore explica al empresario cómo se puede comprar un fallo de la Corte Suprema, recurriendo a los servicios de un íntimo amigo de Nazareno. La esposa del abogado Cantore es una de las camaristas que votaron en contra del empresario denunciante y que ahora está sometida a juicio político. La causa contra Nazareno recayó en el juzgado federal de Carlos Liporaci.

Dos de las escenas de la cámara oculta. El abogado Edgardo Cantore le explica al empresario cómo se cobra por arreglar un juicio en la Corte.

Por Horacio Verbitsky

Una filmación presentada por un empresario ante la justicia involucra a Julio Salvador Nazareno en la compraventa de votos en causas de significación económica que se tramitan ante la Corte Suprema de Justicia. A raíz de ello el presidente de la Corte Suprema fue denunciado por prevaricato y cohecho. Suprema ironía: la causa contra Nazareno recayó en el juez federal Carlos Liporaci, quien luego de dejar en libertad al banquero Raúl Moneta se compró una casa de más de un millón de dólares por lo que también está sometido a causa penal y juicio político. Aunque el episodio se hizo público recién ahora, las causas se tramitaron bajo el anterior gobierno y, además de Nazareno, alude a otros dos personajes emblemáticos del menemismo: el actual Auditor General de la Nación, Rodolfo Barra, y el empresario quebrado Arnaldo Martinenghi. Además expone un modus operandi en el que la compra de voluntades se realiza a través de abogados amigos de los jueces y que no dejan huellas porque no firman en los expedientes. Nazareno es presidente de la Corte y también del Consejo de la Magistratura, que solicitó la filmación como prueba en un juicio político a dos camaristas comerciales. Las acusaciones sobre tráfico de influencias en el más alto tribunal de justicia no han escaseado desde su ampliación de cinco a nueve miembros en 1990. Comprendieron denuncias del abogado Ernesto Galante contra los ministros Carlos Fayt y Antonio Boggiano y de una curtiembre contra el ministro Adolfo Vázquez, a quien acusó de utilizar como gestor al abogado Luis Careri, socio de Adrián Menem y defensor en una causa penal de Carlos Rückauf. Las pruebas, que resultaron insuficientes, eran anónimos o versiones de oídas. Esta es la primera vez que los cargos se sustentan en una prueba tan tangible como una filmación.

El martes, dictamen

El escándalo conmueve a la Corte Suprema, pero también a la Cámara de Apelaciones en lo Comercial, uno de cuyos miembros ya renunció mientras otros dos esperan el dictamen de la comisión de acusación del Consejo, que pasado mañana recomendaría que sean destituidos. El relator designado por sorteo es el diputado menemista Miguel Angel Pichetto. El plenario recién trataría su dictamen en febrero y, de ser aprobado, lo remitiría al Jurado de Enjuiciamiento. Desde que funcionan las nuevas instituciones creadas por la reforma constitucional de 1994, fueron destituidos jueces de primera instancia, pero no camaristas. Para destituir a un ministro de la Corte Suprema sigue en vigencia el procedimiento histórico, con la Cámara de Diputados como órgano de acusación y la de Senadores como tribunal de juicio. Una y otra deben reunir dos tercios de sus votos. Eso ocurrió por última vez en 1948 cuando fueron destituidos tres ministros de la Corte y el Procurador General.
Quien menciona a Nazareno en la filmación es el esposo de una de las juezas de la Cámara Comercial sometidas a juicio político. La existencia de la filmación fue revelada hace dos semanas por la periodista Laura Zommer en La Nación, pero su contenido recién se conoció el jueves, en el programa de televisión “Día D”. Las imágenes y el audio reproducen dos diálogos sostenidos por el empresario Oscar Merchan Gómez con el abogado Edgardo Cantore el 7 y el 22 de junio de este año. Merchan Gómez acababa de perder un juicio millonario en la sala A de la Cámara de Apelaciones en lo Comercial y uno de los votos en su contra había sido firmado por Isabel Míguez de Cantore, la esposa de su interlocutor.

Cohecho y prevaricato

El abogado de Merchan Gómez, Guillermo Ledesma denunció por cohecho y prevaricato a Nazareno, a Cantore, a su esposa, a los también jueces de la Sala A Julio Peirano y Manuel Jarazo Veiras y al abogado Jorge Ricardo Cejas. Merchan Gómez y Ledesma solicitaron un completo listado de las conversaciones telefónicas cruzadas entre el presidente de la Corte Suprema y los demás implicados en el caso. No hay precedentes de una investigación semejante en ese nivel institucional. Nazareno no podrá decir que esto ocurre por animosidad política: el gestor implicado con él, Edgardo Cantore, es un radical que se jacta de su relación con el presidente Fernando De la Rúa y con el ex jefe de gobierno de la Ciudad, Enrique Olivera, y cuando su esposa debió presentarse ante el Consejo de la Magistratura, lo hizo en compañía de Enrique Paixao, ex secretario de justicia del ex presidente Raúl Alfonsín. Por sorteo entiende en la causa contra Nazareno el juez Liporaci, quien es investigado por enriquecimiento ilícito por su colega Gabriel Cavallo y está sometido a juicio político por el mismo Consejo de la Magistratura que preside Nazareno. Igual que en el caso de los presuntos sobornos del Senado, este entrecruzamiento de investigadores e investigados revela la extraordinaria dificultad para avanzar en el saneamiento institucional siguiendo los procedimientos prescriptos en el sistema vigente y aunque más no sea ayuda a entender la compulsión al portazo del ex vicepresidente Carlos Alvarez. Liporaci también fue el juez en la causa mencionada contra Fayt y Boggiano. La Cámara Federal lo apartó luego de que sentenciara que no podía “interpretar la letra de una sentencia emanada de un órgano superior”.

Del paddle al golf

El amigo de Nazareno que según la filmación “tiene la manija en la Corte” y cobra un porcentaje de lo que el litigante “se salva de pagar”, fue identificado por Ledesma como Yayo Gómez Prieto. Se trata de un abogado sin estudio. Aunque Cantore diga que Gómez Prieto juega todos los días con Nazareno al tenis, en realidad la pelotita que los reúne es la de golf. Pero no siempre fue así. Gómez Prieto fue propietario de un club de paddle en Constitución, próximo al Hospital Garrahan, en sociedad con el juez civil Alejandro Saravia, ex candidato por la Lista Blanca a integrar el Consejo de la Magistratura. En su club conoció a Nazareno, quien cuando llegó a Buenos Aires no se privaba ni de su siesta ni de su partido de paddle diarios. A medida que fueron intimando, la presencia de Gómez Prieto en la Corte Suprema se tornó más asidua, hasta llegar a ser diaria. Una vez consolidada la relación con Nazareno, sus visitas al cuarto piso del palacio de Tribunales se hicieron más espaciadas. Hace seis años, cuando viajó con Menem a Siria, Nazareno sufrió una isquemia cardíaca que le impidió regresar junto con la comitiva oficial. La familia de Nazareno proviene de Nebek, al norte de Yabrud y cerca de Alepo. A raíz del malestar sufrido, Nazareno fue internado en el Medical Care Center de Damasco donde permaneció varios días hasta que le dieron el alta. Aunque no ha tenido otro patatús, desde entonces debe cuidarse y ha cambiado la paleta de paddle por los palos de golf. Gómez Prieto es su ladero en los links. El golf es una práctica más relajada que el paddle, y también conviene al físico descomunal de Yayo. “Ahora resulta que tengo que fijarme con quién juego al golf”, minimiza el ex jefe de policía de La Rioja.

La señal

La crisis fue el desenlace de dos causas paralelas, ambas originadas en litigios entre accionistas de importantes empresas: Aluar y Biogénesis. La accionista minoritaria de Aluar, Mónica Madanes, denunció a los tres camaristas de la sala A al comprobar que el fallo contrario a sus pretensiones había sido informado por la empresa familiar a la Bolsa de Comercio mientras a ella el tribunal le informaba que el expediente seguía a estudio. Según la descripción de sus abogados, Luis Moreno Ocampo y Hugo Wortman Jofré, el voto de Jarazo Veiras habría sido comprado por el holding madre de Aluar, Pecerre SCA, mediante la contratación para una auditoría ajena a la causa de un abogado de nombre intimidatorio e íntima relación con el camarista: José de San Martín.
Meses después el accionista de Biogénesis Omar Merchan Gómez denunció que los mismos magistrados habían fallado en forma irrazonable y contraria al derecho en una causa comercial que lo enfrentaba con sus ex socios, entre ellos Martinenghi y Jorge Ricardo Cejas. Merchan reclamaba la devolución de un pagaré y sus ex socios se lo ejecutaron. En primera instancia Merchan obtuvo un fallo favorable, que fue revocado por la Sala A. La descripción de los respectivos litigios entre accionistas carece de interés público, salvo como detonante del tráfico de influencias en la justicia. Cuando Merchan presentó un recurso extraordinario ante la misma Sala A, el abogado Cantore le ofreció interceder ante su esposa para que le fuera concedido, le informó que quien había influido sobre los camaristas en su contra era el abogado Pedro González Trabucco y le propuso presentarle a un abogado que identificó como Lloveras, socio del propio Cantore, que podría influir sobre Jarazo Veiras. Cuando el recurso fue rechazado, Cantore le dijo que eso se debía a que Merchan no había contratado a Lloveras. “La señal era otra”, dijo.

Ni San Martín se salva

Por sugerencia del estudio Moreno Ocampo, Merchan levantó un acta notarial y filmó las posteriores entrevistas sin que Cantore lo supiera. Los tramos más significativos se reproducen por separado. Cantore se ofrece para hablar con alguien a quien identifica como funcionario de la Corte Suprema que “juega al tenis con Nazareno todos los días” y puede garantizar la apertura del recurso de queja. Más avanzada la conversación lo identifica como “Yayo” y aclara que no es un funcionario judicial sino un amigo personal del presidente de la Corte. “Cobran un porcentaje de lo que se salva, nada más, ni lo coimean ni nada. ¿Usted tiene que pagar un millón de dólares? Bueno, perfecto, si se salva de pagar eso le dirán lo que le van a cobrar”, dice. Como un personaje de “Nueve reinas”, Cantore se despide asegurando “esto es delicado” y que “nunca me metí en ninguna cosa que no fuera correcta”.
La recusación de Mónica Madanes a Jarazo Veiras invocando el pago que Aluar había hecho a su amigo San Martín conmocionó a la Cámara Comercial. El 11 de julio sus compañeros de sala reclamaron la renuncia de Jarazo Veiras, que era el decano del fuero. El 1º de agosto la presentó. Al día siguiente, durante un plenario de Cámara, Isabel Míguez hizo una catarsis entre lágrimas. Al tanto de que su esposo había sido filmado, enfiló contra sus colegas de sala Peirano, que estaba de licencia, y Jarazo Veiras.

El Trabucco de Peirano

Según la jueza, el directivo y abogado de Aluar Juan Manuel Lynch le había confesado que el grupo contrató a San Martín, mientras el litigio de esa sociedad con su accionista minoritaria estaba en manos de Jarazo Veiras. También le dijo que una relación similar existía con el abogado Guillermo Tabanera, que asesoraba a Aluar en aspectos de derecho comercial. Tabanera era un asiduo visitante de Peirano. La jueza contó que había grabado esa conversación. Narró también que había preguntado al abogado principal de Aluar, Jaime Luis Anaya, si “lo que estaba vendido en el expediente era el primer voto o la mayoría”. Peirano fue secretario en el juzgado del que Isabel Míguez fue titular y luego acompañó como secretario letrado en la Corte Suprema de Justicia a su primo, Rodolfo Barra. Míguez dijo que cuando era su secretario, Peirano se había interesado por la designación como síndico en un concurso económicamente importante del abogado Pedro González Trabucco y que cuando pasó a la Corte Suprema la visitó para abogar en favor de una causa en la que González Trabucco era el letrado.

La caja de la felicidad

Durante una reunión familiar hace cinco años, Peirano le dijo que González Trabucco había ganado una fortuna con esa causa y que con ella le había pagado su casa. Describió incluso el mecanismo: ambos compartían una caja de seguridad en un banco. González Trabucco guardaba allí sus ganancias, y Peirano retiraba lo que necesitaba. Míguez de Cantore añadió que aunque González Trabucco no intervenía en la causa de Martinenghi y Cejas contra Merchan Gómez, la presionaba para que votara como Peirano. Cuando Peirano le comentó “en qué lío se metieron Jarazo y San Martín”, Míguez de Cantore le contestó: “Y vos cuidate con Tabanera”. Peirano reconoció entonces que en su despacho lo aguardaba Cejas, quien le pedía consejo sobre asuntos pendientes de Biogénesis. Cuando la sala estaba considerando una demanda contra el Banco Mercantil de una clienta a la que le habían vaciado su caja de seguridad, Peirano le transmitió un pedido de Barra para que se disminuyera el monto de la indemnización fijada en primera instancia. Así fue: la indemnización se redujo de medio millón de dólares a la mitad.
Al concluir su impactante exposición, sus colegas le pidieron que la presentara por escrito. Míguez de Cantore entregó durante la misma semana un diskete con el texto, pero se negó a firmarlo. En vez de formular la denuncia a la que su condición de funcionarios los obliga, el presidente de la Cámara, Héctor Modesto Di Tella y el fiscal Raúl Calle Guevara colocaron el diskete en un sobre y dijeron que no lo leerían mientras la jueza no lo firmara. Para reemplazar a Jarazo designaron a un camarista jubilado. Recién un mes después, luego del siguiente plenario, los demás camaristas devolvieron el diskete a Míguez de Cantore, reconstruyeron de memoria sus dichos y presentaron la denuncia al Consejo de la Magistratura, el 1º de setiembre. El 26 el expediente ingresó a la Comisión de Acusación, que designó Relator a Pichetto.

La caja de la felicidad

El 6 de noviembre Isabel Míguez de Cantore se presentó ante el Consejo de la Magistratura y repitió sus alegaciones, con una sola diferencia: negó haberse autoincriminado y explicó que su voto favorable al Banco Mercantil no obedecía al pedido de Barra transmitido por Peirano sino a las constancias de la causa. Mientras el Consejo recibía declaración de todas las partes interesadas, el juez de instrucción Sergio Torres acumuló en un solo expediente las dos denuncias contra los jueces de la Sala A, allanó sus oficinas y secuestró los discos rígidos de su computadora. Lo mismo hizo en el estudio del abogado Cejas (el ex socio de Merchan Gómez), para comparar su contenido. Un peritaje encargado por Ledesma señala significativas coincidencias de estilo y la repetición de muchos giros y modismos entre las presentaciones de Cejas y la resolución de la Cámara. El cotejo de los discos rígidos debería determinar dónde fue redactada la sentencia. A partir de la recomendación de Cantore, Merchan Gómez mantuvo varias reuniones con Yayo Gómez Prieto, de cuyo contenido sólo trascendió que habría confirmado su influencia en la Corte Suprema. Ledesma solicitó a Liporaci que cite a su cliente como testigo, le pida sus números telefónicos y los de Gómez Prieto y, con ellos, solicite a la empresa telefónica un listado de las comunicaciones entre ambos y con Cantore. Pero también requirió que se analicen los llamados que Nazareno intercambió, desde su despacho y su casa, con Cantore y Gómez Prieto, y los que se cruzaron entre ambos gestores. El juez Torres respondió sin dilación al requerimiento del Consejo de la Magistratura, que le solicitó copias del video aportado por Merchan Gómez. Sin embargo, los consejeros aún no vieron las imágenes. Aunque parezca mentira, para obtener una videocasetera y un televisor deben pedirlos a la Corte Suprema. Por alguna razón el supremo tribunal no tiene más prisa que el juez Liporaci.

 


 

Coima no, porcentaje

Por H. V.

Estos son algunos de los tramos del diálogo que involucra al presidente de la Corte Suprema de Justicia. Los interlocutores son el abogado Edgardo Cantore, esposo de la camarista Isabel Míguez, y el empresario Omar Merchan Gómez.
Edgardo Cantore: Conexiones siempre se consiguen por un lado o por otro. Yo tengo un amigo que juega al tenis con Nazareno todos los días, pero no puedo poner las manos en el fuego porque es un chanta. Ese tipo me dijo una vez: “Yo te puedo abrir cualquier recurso en la Corte”. Si usted quiere yo le hablo, sin ningún compromiso, a ver dame nombre, apellido, quién es, cómo se hace, y si tenemos la garantía de que nos abre el recurso en la Corte, yo ni se lo diría a su abogado. Lo abriría usted.
Omar Merchan Gómez: Usted me habló de esta persona la vez pasada.
EC: Este tipo juega al tenis con Nazareno todos los días. Cuando Nazareno vino de La Rioja, le hizo comprar departamento, ha ido a guitarrear. Y después de eso nos hicimos una barrita. Pero un día me trencé con Nazareno por esta convivencia con Menem, todas las porquerías que hacían, y ya no quise ir más. Pero ojo, no estoy peleado. Yo lo puedo llamar a Yayo, Yayo se llama, y decirle “Yayito, mirá, este es un caso desesperante”.

EC: Lo puedo llamar hoy mismo a Yayo y decirle “mirá, si vos me das un cien por cien de garantía de que se abre un recurso en la Corte, que es legítimo, pero yo quiero pilotearlo yo, a mí no me vengas con terceras personas”. Porque él dice que se va a ver al funcionario.
OMG: ¿Es abogado él?
EC: Es un funcionario de la Corte que...
OMG: ¿Pero trabaja ahí?
EC: Trabaja en la Corte. Pero ojo, es tan delicado esto que, si nos falla, nos vamos a mirar todos de reojo: “Este me lo hizo a propósito, me sacó guita”. Ellos creo que cobran un porcentaje de lo que se salva, nada más, ni lo coimean ni nada. ¿Usted tiene que pagar un millón de dólares? Bueno, perfecto, si se salva de pagar eso le dirán lo que le van a cobrar, pero es un asunto súper delicado. La gente tiene miedo de hablarlo, por los micrófonos. Yo se lo puedo transmitir. Ni siquiera le puedo decir quién es, dónde está, nada. Pero no se quede dormidito porque... Yo no sé, mi intuición da para que siga peleando. Le pido mil disculpas, yo no puedo... si saco la cabeza, inclusive va a ser peor para usted, todos vamos a quedar engalletados en algo.

EC: ¿Yo qué le dije de entrada? Esto es para tirar abajo, pero hay que tener la manija en la Corte, el gran problema... Yayo tiene la manija en la Corte. Usted trate de acercarse porque él tiene, conoce la gente que resuelve esto, y lo tiene al as al lado.

EC: Yayo en la casa, entre jueces, camaristas, ministros de la Corte, hacía reuniones de 200 personas. Es un gordo enorme, un tipo que vive encerrado en la casa. Es muy vivo. El, si le tocan algo le va a decir “mirá, yo por hacer esto quiero tanto”. Te digo porque conmigo, me derivó la otra vez una quiebra, y me dijo “manejate la quiebra que la cobrás vos, pero el juicio, me lo quedo yo”. El tipo, el gordo, es rápido para la guita.

 

PRINCIPAL