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�Hay que estar donde está Machinea, 
pero yo hubiera hecho otra cosa�

 El presidente del Banco Nación, Enrique Olivera, defiende la continuidad de Machinea al frente de Economía. Pero reconoce que, en su lugar, no hubiera subido impuestos y recortado salarios. Afirma que el Nación seguirá siendo un organismo estatal. 
Enrique Olivera, titular del Banco Nación y hombre de confianza del Presidente.
�El Nación lidera la baja de tasas y cubre todo el país para equilibrar el desarrollo regional.�

Por Claudio Scaletta

Enrique Olivera, actual titular del Banco Nación, es amigo personal del presidente Fernando de la Rúa, a quien sucedió en la Jefatura de la Ciudad hasta la asunción de Aníbal Ibarra. Viejo militante radical, habla pausado y se toma su tiempo para elegir cada respuesta, en especial cuando las preguntas parecen no gustarle. Poco afecto a las definiciones contundentes, reconoció que el equipo que conduce José Luis Machinea mantiene fluidos contactos con Domingo Cavallo. A pesar de marcar las distancias, en el diálogo con Página/12 no se apartó de la línea mantenida por los hombres de Economía, salvo por el hecho de considerar un error la suba de impuestos y el recorte salarial.

  --La plataforma de la Alianza proponía que el Banco Nación se especializara en la atención a las pymes. ¿Aún se mantiene esa idea?

  --La carta orgánica del banco, que fue reformada recién hace apenas dos meses, establece que el objetivo principal del Nación es el desarrollo de las pymes a través del apoyo financiero. El banco esta reorientando su estrategia hacia ese objetivo que, por supuesto, no es excluyente de otros, como el desarrollo de una banca minorista y el apoyo financiero a provincias y municipios con garantías autoliquidables. La carta orgánica tampoco excluye sino que pone determinadas condiciones a la atención a grandes empresas.

  --Es decir que las pymes no serán su objeto exclusivo.

  --No, pero estamos en una transición en la que se convertirán en el principal. Hemos creado el Instituto Pymes. Estamos abriendo agencias pymes en el interior del país en forma ininterrumpida y estamos desarrollando instrumentos, como los fideicomisos, para la atención de pymes y microemprendimientos que, de otra manera, no podrían ser sujetos de crédito. En estos días, por ejemplo, hemos entregado las primeras líneas para la reconversión de la industria vitivinícola de San Rafael, en el sur de Mendoza. Fueron créditos por 16 millones de pesos sobre la base de un fideicomiso con el período de gracia suficiente para que se empiece a pagar cuando las nuevas variedades de viñas estén en producción.

  --¿Siente presiones de los organismos internacionales o de grupos locales que insisten en la privatización del Banco Nación?

  --Está claro, como sostuvo el Presidente de la Nación, que el Banco Nación continuará siendo estatal. No hemos recibido nunca la presión de ningún organismo internacional. Sólo hemos leído en los diarios declaraciones de gente que propicia esa alternativa.

  --¿El Nación no es la última joya de la corona?

  --Tal vez eso sea lo que excita la imaginación de algunos. Pero la afirmación del Presidente es terminante. Es cada día más claro que el rol que cumple el Banco Nación no lo cumple el sector privado. Por ejemplo, liderar la baja de tasas y cubrir todo el país para equilibrar el desarrollo regional.

  --El Banco tiene una cartera de créditos agropecuarios muy grande que, en buena medida, hoy está en mora. ¿Cuál es la probabilidad de que el banco se convierta en el principal propietario territorial del agro argentino?

  --La probabilidad es muy baja. Hemos refinanciado a 20 años, a una tasa del 7 por ciento anual, a todos los productores agropecuarios que lo desearon. Quienes tengan esta refinanciación no corren ningún riesgo de remate de sus tierras.

  --Parte del directorio del banco representa a sectores que, como el agro y la industria, no ahorran críticas al modelo. También sugieren que debería ponerse al menos el mismo énfasis en la definición del perfil productivo que en la cuestión financiera. ¿Cómo convive con ellos?

  --No acepto las reglas de juego que usted me propone, es decir, que existe un modelo intangible y rígido. Creo que existen ciertas líneas de política económica que deben poseer la suficiente flexibilidad como para adecuarse a las cambiantes circunstancias de los escenarios en los que nos desenvolvemos. Le doy ejemplos concretos. No es lo mismo la Argentina de fines del '99 o mediados del 2000, con tasa de interés internacional creciente, precios de nuestros productos de exportación a la baja y revaluación de la moneda a través de la atadura con el dólar, que el escenario que se vislumbra para el 2001, en el que todo indica que esas tres tendencias revertirán favorablemente.

  --Reformulo la pregunta. ¿Se puede seguir haciendo pasar la cuestión del modelo de desarrollo solamente por la baja de la tasa de interés?

  --Nuevamente no acepto las reglas de juego. No se trata de cuestiones antitéticas. La reducción de la tasa de interés es imprescindible cualquiera sea el perfil productivo. Además este perfil no resulta exclusivamente de las decisiones de la autoridad política, sino que es producto de acciones conjuntas del sector privado y del Gobierno, pero también hay factores que deben tenerse en cuenta que están fuera del control de ambos. En consecuencia no hay que exagerar la capacidad para definir con precisión un perfil productivo. De cualquier manera, siempre es bueno, para cada circunstancia, tener presente cuál es

ese perfil. Se trata de una especulación que ayuda a tomar mejores decisiones.

  --¿Qué viene después del blindaje?

  --El blindaje es en sí mismo una medida reactivadora. Inicialmente baja la tasa de interés del 14 por ciento, que es lo que se estaba pagando, al 8, que es lo que cuestan estos créditos. En el mercado interno ya no existirá el Estado como demandante de fondos. Pero también es importante el momento en el que se produce, que es dentro de un nuevo escenario internacional favorable para nuestra economía. Junto a esto ya están operando algunas disminuciones de impuestos que propuso el Gobierno y que también van a incentivar la actividad.

  --¿Cuál es su relación con el equipo económico?

  --El Banco Nación es una entidad autárquica, que coordina sus políticas a través del Ministerio de Economía.

  --¿Cuál es su relación personal?

  --Tengo diálogo permanente sobre los temas que hacen al Banco y su coordinación oficial.

  --¿A qué cree que se deben los persistentes rumores sobre la continuidad de José Luis Machinea?

  --No quiero entrar en especulaciones y mucho menos en hipótesis confabulatorias, lo que sí puedo decir es que los resultados económicos del 2001 van a disparar las versiones sobre la continuidad del ministro.

  --¿Qué opina de los fluidos contactos que Cavallo mantiene con el equipo económico?

  --Me parece bien que en los momentos complicados por los que atraviesa el país, por las tres situaciones que le describí hace un momento, se consulten opiniones que, más allá de la pertenencia a un partido

político, puedan ayudar a resolver la emergencia.

  --Sin embargo no sólo se lo consulta sino que también se habla de su ingreso al Gobierno.

  --La pregunta entonces hay que hacérsela a quienes hablan del ingreso, que no es mi caso. Lo que sí creo es que es bueno cambiar ideas, también con Cavallo.

  --¿Se equivocó el Gobierno al subir impuestos y bajar sueldos cuando se insinuaba una salida de la recesión?

  --Es una pregunta que tiene que contestar el ministro de Economía.

  --¿A su juicio?  

  --Hay que estar en la situación en que se encontraba el ministro y el Presidente como para poder contestar con propiedad. Los italianos hablan de la "ciencia del después"; después tomos somos cracks. Mi opinión, sin embargo, es que deben eliminarse los impuestos distorsivos y orientarse hacia los de más fácil administración y difícil evasión. Creo que tendría que haberse hecho otra cosa.

 

 

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