|
Por Julián Gorodischer
 Un aviso de Telefé, que ya puede verse en el aire, alerta: �Gran Hermano te vigila�.
 Una casa empieza a construirse en las pacíficas calles de Martínez, provincia de Buenos Aires. Un equipo de trabajo comienza a reclutar a doce futuros famosos repentinos. Es apenas el germen de la segunda experiencia de televisión real que conocerá la Argentina: �Gran Hermano�, el origen de todo, el programa que generó un cambio de hábitos televisivos en todos los países de Europa en los que fue emitido. En esa casa, los elegidos convivirán durante más de tres meses, aislados del mundo, con la perturbadora presencia de 29 cámaras y 60 micrófonos en cada uno de los ambientes, en todos los rincones. Todo está en marcha para que el boom se desate también aquí, donde �Expedición Robinson� convocó a cuatro millones de espectadores de promedio por emisión y llegó a las tapas de casi todas las revistas. La crónica del encierro de doce desconocidos en una casa alienta nuevas polémicas, variantes para un murmullo perpetuo que, esta vez, no girará en torno del fraude.
�En �Gran Hermano� cada espectador es un fiscal�, anticipa Marcos Gorban, su productor general, convocado por Telefé, donde ya había trabajado mientras era el responsable del segmento �Tierra de periodistas�, del canal 7. El acceso permanente vía Internet, donde cada uno podrá elegir una cámara para espiar a sus anchas, es una buena coartada contra las sospechas. Otros, en cambio, son los flancos: �Gran Hermano� es extremo. Sus cámaras están en la bañadera y el inodoro, en cada cuarto que se cierra con llave. Las cámaras espían el sexo y la comida, las conversaciones, los chapuzones en la pileta y los comentarios por lo bajo. La completa desnudez de los cuerpos que se entregan para ser mirados.
El programa saldrá al aire en un formato diario de 30 minutos, y un especial semanal (a la manera de un talk show) de dos horas. En otros países, justificó una revista especializada, tapas en todos los semanarios de actualidad, multitudes junto a la casa en cuestión, el culto a los héroes bellos y generosos, y la condena a los villanos. En abril próximo, esa fiebre convivirá con �Expedición Robinson 2�, que convocó cien mil aspirantes y quiere redoblar su apuesta. La isla y la casa juntas, en dosis diarias, podrían conmocionar los hábitos de consumo televisivo. Solamente en los Estados Unidos, �Gran Hermano� fue un fracaso, quizá motivado por la declarada vocación pudorosa del productor local, que prefirió retacear el tono subido de las cámaras. Aquí, por ahora, ése no es un debate. ��Gran Hermano� tiene que observarlo todo�, resume el productor, en una entrevista con
Página/12. �Es la vida en directo, sin que nadie tenga que contar nada. Nosotros vamos a mostrar absolutamente todo lo que pase, sin censurar. Si alguien va de cuerpo, eso va a estar filmado. Pero, desde el sentido común, mostrar a alguien haciendo caca no aporta. Tenemos que poner una cámara ahí para que no elijan ese lugar para hablar de ciertas cosas que no quieren que se sepan. Eso, en la casa, no es posible.�
�¿Cómo es la casa en la que vivirán los participantes?
�Es una casa con un living muy cómodo, con un dormitorio de caballeros y otro de damas. Estamos construyéndola especialmente. En España los participantes decidieron mezclarse: pueden hacerlo. Tienen una cocina, un baño, un jardín, una pileta, un gallinero y una granja. La filosofía es volver a lo básico: no hay nada eléctrico (sólo un freezer), y tienen un presupuesto exiguo. Entre los doce pueden, con muy poca plata, comprar la comida y los cigarrillos, pero tienen que ponerse de acuerdo porque la decisión es unánime. La innovación argentina es que van a tener una vaca para que les dé leche.
�¿Qué otros sellos locales tendrá el �Gran Hermano� argentino?
�Estamos en esa búsqueda, pero creo que el sello va a estar en los doce tipos que van a entrar. Los holandeses, por ejemplo, dormían desnudos. En Italia, eso no sucedía. Si un argentino se sienta a ver el video holandés se aburre como un hongo: son muy fríos. Los argentinos somos más parecidos a los españoles e italianos: divertidos, quilomberos, gritones y pasionales. Los protagonistas ponen el color local. Uno no lo genera, se va generando.
�¿Hasta dónde se mostrará la vida sexual de los participantes en la casa?
�En Internet se va a poder ver a las parejas que tengan sexo. Por eso, yo después no puedo decir que eso no pasó. Es una garantía de transparencia. Tengo que ver cómo ponerlo en el aire sin violar la reglamentación del Comfer. Nosotros tenemos que mostrar todo. Esto es la vida en directo.
�¿Cómo se preparan para las polémicas que se vienen?
�Estamos seguros de que se va a desatar una polémica, pero va a ser otra diferente a la que llegó con �Expedición Robinson�. Será sobre los límites. Pero qué mejor que la polémica, si nos nutre. Pobres aquellos que no han padecido la polémica. En el fondo, habría que entender que esto es un juego: nadie entra obligado, nadie está obligado a quedarse porque hay suplentes. Eso sí, si alguien sale no puede entrar de nuevo.
�¿Por qué alguien pagaría el costo del altísimo nivel de exposición que hay en la casa para formar parte de �Gran Hermano�?
�Buscan una experiencia de vida, probar sus límites, conocer gente nueva, participar y ser protagonistas. Hay gente que va por el premio (que se calcula en cien mil dólares). Muchos quieren ser parte del fenómeno original de la vida en directo.
�La escalada de TV voyeurista es llamativa: �Expedición Robinson� en dos versiones, ahora �Gran Hermano�, el proyecto de �Solos en la casa�. ¿No es demasiado?
�Ojalá que existan cada vez más opciones. Es bueno que la TV argentina tenga tantas propuestas arriesgadas. Todo lo que sea un desafío, a los televidentes los enriquece.
�¿Cómo definiría al aporte?
�Es una nueva televisión en la cual yo no puedo decir, como productor, si algo sucedió o no. Vos lo podés ver sin censura, en vivo y en directo.
Otra apuesta al voyeurismo
Mirarlo todo, sin límites: ésa es la última fórmula del éxito de la televisión mundial. Espectadores cautivos que se identifican con personajes que salieron de la gente común. Casi como en un The Truman Show de duración limitada, un público de masas se entrega a la trama real del vivo y el directo. Sucedió con �Expedición Robinson� �de tono más light que �Gran Hermano�, y en diferido�: más de cuatro millones, en la Semana Robinson, resignaron ocupaciones, citas ineludibles, encuentros esperados para seguir el desenlace que consagró a Sebastián Martino. A diferencia de �Expedición...�, �Gran Hermano� es en vivo y en directo, puede seguirse a lo largo de las 24 horas por Internet y tiene muchos menos velos a la hora de mostrar el sexo, la privacidad, las relaciones entre los participantes. Se emitirá todos los días en horario central, y tendrá un talk show íntegramente dedicado a analizar la conducta de los nuevos ídolos, que -por lo general� son muy bellos y deseables. ¿Cómo resistirse a seguir mirando? Cada espectador podría haber sido uno de ellos. Y a ellos les pasan muchas cosas: se enamoran, son infieles, disfrutan de la pileta, el jardín, la granja, aspiran a cien mil dólares... La banda de mirones, del otro lado, posterga citas de trabajo, detiene la acción, resigna encuentros. El de la casa (o la isla) �con su comodidad, su belleza, su fama repentina, su premio posible� es el mundo que vale la pena ser vivido. Un buen motivo para seguir mirando.
�La biblia�
Durante un mes, los responsables de �Gran Hermano� estudiaron el manual holandés (�La biblia�, según la jerga del equipo) con las claves para la realización. Y comenzaron a pensar rasgos que generen identificación en el espectador argentino. Así se les ocurrió sumar una vaca a los animales de granja que había en las casas de otros países. Desde el 23, avisos institucionales y gráficos comenzaron a convocar para el casting, que tendrá varios filtros: psicólogos, sociólogos y guionistas. El plantel, aseguran, será plural en edades, color de piel y cabello y personalidades. �Nadie quiere sólo rubios de ojos celestes�, señalaron en la producción. �Gran Hermano� es una de las apuestas mayores de Telefé para 2001, con un equipo de más de 150 personas, una casa construida para el ciclo y horarios centrales de aire. Los participantes deberán aceptar las reglas (filmación de 24 horas, acuerdo de sus familiares), pero sobre todo tendrán que respetar lo que el canal define como �el primero de los contratos�: el Código Penal Argentino. |
|
