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El expediente Nazareno pasó por
Liporaci pero lo tiene Cavallo

La causa por prevaricato que un empresario sigue contra el presidente de la Corte Suprema había caído en manos de Liporaci, que se inhibió a pedido del querellante. Ahora la tiene Cavallo.

El ministro Julio Nazareno fue denunciado ante la Justicia por el empresario Omar Merchan Gómez.

La Cámara Federal de Apelaciones deberá decidir qué juez se queda a cargo de la causa por cohecho y prevaricato contra el presidente de la Corte Suprema, Julio Nazareno. Un video lo incrimina en la compraventa de votos en causas de trascendencia económica que se tramitan en el alto tribunal. El expediente había quedado a cargo del juez Carlos Liporaci, que se excusó a raíz de un pedido del abogado Guillermo Ledesma que advertía sobre la posible parcialidad de su actuación. El juez Gabriel Cavallo –quien coincidentemente investiga a Liporaci por presunto enriquecimiento ilícito– rechazó la decisión de su colega, pero decidió retener el expediente mientras los camaristas resuelven quién de los dos se lo queda definitivamente.
El riojano Nazareno fue denunciado ante la Justicia por Ledesma, abogado del empresario Omar Merchan Gómez –accionista de la firma Biogénesis– en otra causa en la que fueron denunciados penalmente y ante el Consejo de la Magistratura los jueces de la Sala A de la Cámara Comercial de Apelaciones Isabel Míguez de Cantore, Julio Peirano y Manuel Jarazo Veiras. A ellos también se los acusó de negociar, en su fuero, fallos favorables.
La investigación que tiene como personaje clave al viejo socio de Carlos Menem quedó radicada en el juzgado de Liporaci, el mismo juez que investiga los presuntos sobornos pagados a senadores y que, a su vez, es investigado por supuesto enriquecimiento ilícito por su par Gabriel Cavallo y está bajo la lupa del Consejo de la Magistratura, camino a su posible juicio político por la misma razón. Liporaci es también quien dejó en libertad al banquero Raúl Moneta, y después se compró una casa valuada en más de un millón de dólares. Es el magistrado al que la Corte perdonó en una resolución a pesar de haberle pinchado la línea telefónica a un secretario de su propio juzgado. De todos modos, ahora la Cámara Federal debe decidir quién se queda con la causa.
En la filmación Nazareno es mencionado por el abogado Edgardo Cantore, esposo de la camarista Míguez de Cantore, quien está sometida a un proceso de juicio político. Hay dos diálogos que datan del 7 y del 22 de junio de este año, cuando Merchan acababa de perder un juicio en la Sala A y uno de los votos en su contra había sido firmado por la jueza en cuestión. En la conversación grabada, el abogado Cantore le explica al empresario cómo se puede comprar un fallo del máximo tribunal recurriendo a los favores de un amigo de Nazareno que, según el diálogo registrado, “tiene la manija en la Corte” y cobra “un porcentaje de lo que se salva (el litigante), nada más, ni lo coimean ni nada”. Para ser más didáctico y ofreciéndose a actuar como intermediario agregó: “¿Usted tiene que pagar un millón de dólares? Bueno, perfecto, si se salva de pagar eso le dirán lo que le van a cobrar, pero es un asunto súper delicado”. Según Ledesma, el amigo de Nazareno que Cantore menciona como “Yayo” es conocido como Yayo Gómez Prieto.
Después de que la Cámara fallara en su contra, Merchan presentó un recurso extraordinario ante la misma Sala A. Fue entonces cuando Cantore le ofreció interceder ante su esposa y le propuso que un conocido suyo intentara operar sobre el juez Jarazo Veiras. El empresario filmó algunas entrevistas y finalmente su abogado hizo la denuncia.
El expediente está todavía en manos de Cavallo, pero la Cámara Federal debe resolver si continuará en su juzgado o en el de Liporaci. Por lo pronto, se está llevando adelante algunas medidas ordenadas por el fiscal Eduardo Freiler, que incluye cruces de llamados telefónicos para determinar la relación entre las personas implicadas.

 


 

ZULEMA DICE QUE LE PODRIA PEGAR UN TIRO A UN JUEZ
A juntar firmas por Carlitos Jr.

Por Raúl Kollmann

Ante la inminente decisión de la Corte Suprema de no reabrir el caso Menem Junior, Zulema Yoma resolvió salir a la calle, a partir del 15 de febrero, a juntar un millón de firmas para que se vuelva a poner en marcha la investigación sobre la muerte de su hijo. Indignada con la Justicia argentina, Yoma disparó una amenaza dirigida evidentemente contra el principal instructor de la causa, el juez Carlos Villafuerte Ruzo: “Esto puede tener consecuencias tales como que le ponga un tiro a un juez”. Lo cierto es que la ex primera dama continúa su polémica con el magistrado. Ella sostiene que su hijo sufrió un atentado y que el helicóptero que pilotaba fue derribado por francotiradores. Villafuerte Ruzo, en cambio, asegura que hay 47 testigos que manifiestan que Junior venía volando bajito, en forma arriesgada, y que se llevó por delante los cables de alta tensión que cruzaban la ruta.
La negativa de la Corte a reabrir el expediente prácticamente le cierra a Zulema todas las puertas judiciales en la Argentina. El fallo del juez fue categórico; la Cámara de Apelaciones convalidó lo resuelto por el magistrado; la Cámara de Casación también rechazó la apelación de Yoma y ahora la Corte le daría el no definitivo. La madre de Carlitos asegura que Menem influyó en la Justicia, formando una coraza impenetrable, para ocultar que la muerte de Junior fue producto de compromisos que Menem realizó durante la campaña electoral y que después incumplió. “¡Qué puedo esperar de los señores de la Corte –dijo ayer Yoma–, si uno está emparentado con Hugo Anzorreguy (se trata de Eduardo Moliné O’Connor) y los otros son de la línea alfonsinista, socios de Menem en todo. Para llegar al poder, a veces venden a Dios y a María Santísima y no se dan cuenta de las consecuencias. Para ser presidente, por esa maldita codicia que tienen, termina pagando la familia.” Siempre la hipótesis de Yoma fue que Menem recibió fondos para su campaña electoral de algún gobierno o grupo islámico, prometiéndoles a cambio un trato preferencial cuando llegara a la Casa Rosada. Según Yoma, Menem no cumplió y por eso habrían matado a Carlitos.
Lo cierto es que el fallo de la Corte sólo le deja a la ex primera dama el camino de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), el mismo organismo que hizo las recomendaciones respecto de los presos de La Tablada. La Comisión ya admitió el reclamo de Zulema –quien argumentó denegación de justicia en la Argentina– y le dio vista al Poder Ejecutivo para que hiciera su descargo. El gran problema es que el caso puede seguir los pasos de lo ocurrido con los presos de La Tablada: pasar del Legislativo a la Justicia y de éste al Ejecutivo, sin que nadie se haga cargo de la cuestión.
Para romper ese círculo, Yoma se prepara para lanzar una recolección de firmas en todo el país. Esto significa que va a poner en marcha un movimiento, con mesas en las calles, para que la gente firme un pedido para que se reabra el expediente. Esas firmas serán presentadas a la Cámara de Diputados y a la de Senadores para que reglamenten qué sucede con las indicaciones que vienen de los tribunales internacionales. O sea que Yoma busca una ley que obligue, por ejemplo, al procurador a pronunciarse sobre una recomendación de la CIDH y que después todo el trámite no termine empantanado.

 

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