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RUCKAUF Y LOS DERECHOS HUMANOS
Nobel para Abuelas

El gobernador bonaerense sorprendió al candidatear a las Abuelas de Plaza de Mayo para recibir el Premio Nobel de la Paz. Estela de Carlotto se confesó �contenta� por la iniciativa.

La titular de Abuelas de
Plaza de Mayo, Estela de Carlotto.
Ruckauf inaugura con su postulación una nueva estrategia de imagen.

Por Eduardo Tagliaferro

“La idea es muy buena y el fin es muy bueno. Estamos contentas”, fue la respuesta que dio la titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela Carlotto, cuando este diario le pidió una opinión sobre la iniciativa del gobernador bonaerense, Carlos Ruckauf, que las candidatea para el Premio Nobel de la Paz. Para viabilizar la iniciativa, Ruckauf impulsa la creación de una “Comisión Pro-otorgamiento” del Nobel.
Para que integren la comisión, el gobernador bonaerense envió cartas a los ex presidentes de la Argentina, Raúl Alfonsín y Carlos Menem; de Colombia, César Gaviria; de Sudáfrica, Nelson Mandela (Premio Nobel); de la República Checa, Vaclav Havel; a los premios Nobel, Adolfo Pérez Esquivel y Rigoberta Menchú, al ex secretario de Estado norteamericano Henry Kissinger (Premio Nobel); al ex premier español, Adolfo Suárez; al actual canciller mexicano, Jorge Castañeda y a la senadora electa por el estado de Nueva York, Hillary Clinton, entre otros.
En su misiva, Ruckauf reivindica a las Abuelas por su accionar y puntualiza que “todo se hizo sin que se verificara un solo hecho de ‘justicia por mano propia’, ni una sola actitud de venganza personal pese a la inverosímil crueldad de matar (la mayoría de los casos en tortura) a sus hijos y secuestrar a sus nietos”.
Luego de manifestar su agrado por dirigirse a las personalidades convocadas, el gobernador bonaerense les informa que “en marzo de 1976 un golpe de Estado de las Fuerzas Armadas desalojó al gobierno constitucional y una política de terror y avasallamiento de los derechos sociales e individuales se instaló en la República Argentina”.
Tal vez porque lo daba por descontado o quizá por omisión, el gobernador no les dice a sus célebres interlocutores, que meses antes del golpe militar formó parte del gabinete de Isabel Martínez de Perón. Ruckauf fue ministro de Trabajo en tiempos en que la acción parapolicial diezmaba los sindicatos y desbarataba las protestas obreras. Una de las páginas más negras de la historia del gobernador, que éste sigue reivindicando, fue la firma del decreto de “aniquilamiento de la subversión” utilizado como argumento por los dictadores a la hora de justificar sus crímenes y desapariciones.
A la hora de explicar la propuesta del gobernador, Diego Guelar, secretario de Relaciones Internacionales bonaerense y encargado del armado de la comisión de notables, dijo a este diario que “la iniciativa responde a la gran admiración que Carlos Ruckauf siente por las Abuelas”.
“Ojalá que prospere la candidatura”, respondió a Página/12 Estela de Carlotto, para quien la “historia de Ruckauf es similar a la de tantos políticos”. Cuando este diario le señaló a Carlotto que a diferencia de otros políticos, la historia del gobernador aparece alejada de la lucha por el esclarecimiento de los crímenes del terrorismo de Estado, la titular de Abuelas precisó que “ha sido un político como tantos otros, aunque nosotras conocemos su historia como vicepresidente de Carlos Menem”.
“Ruckauf siempre demostró buena predisposición para con nosotras. Siempre nos recibió con mucho respeto. Nunca lo escuché decir que no hay que buscar a los hijos de desaparecidos o que los desaparecidos no existen”, afirmó Carlotto.
La titular de Abuelas de Plaza de Mayo afirmó que el hecho de que el gobernador las candidatee para el Nobel, “no significa que van a acallar sus críticas a las políticas que consideran incorrectas”. Entre ellas mencionó las declaraciones en las que Ruckauf había propuesto “meter bala a los delincuentes”. “Hay que apoyar lo bueno y criticar lo malo. Eso es vivir en democracia”, concluyó Carlotto.

 


 

ELOGIOS A LOS MILITARES DEMORADOS PARA SER ASCENDIDOS
El general Brinzoni no se rinde

El jefe del Ejército, Ricardo Brinzoni, lamentó ayer la postergación del ascenso de tres militares que dispuso el Senado la semana pasada a raíz de los cuestionamientos que hicieron los organismos de derechos humanos al vincularlos con la represión ilegal durante la última dictadura militar. “La fuerza está absolutamente convencida de los méritos y antecedentes de todos quienes han sido propuestos. Los ausentes, como ustedes, reúnen las cualidades éticas y profesionales de los coroneles que la Nación exige”, les dijo Brinzoni a los ascendidos en el acto de entrega de insignias y aseguró que la institución empleará “todo nuestro esfuerzo dentro del marco constitucional” para que los tres cuestionados “alcancen el grado que profesionalmente merecen”. Por la tarde, el presidente Fernando de la Rúa en una ceremonia especial en la Casa Rosada destacó “la importancia de las Fuerzas Armadas en la vida de la Nación” y dijo sentirse “honrado de ser comandante en jefe de todas las Fuerzas Armadas”.
“Lamento que este año tampoco podamos contar con la presencia de todos los jefes oportunamente propuestos para el ascenso”, dijo Brinzoni al comenzar el discurso con el que encabezó el acto de entrega de insignia a coroneles promovidos este año, que se realizó por la mañana en el Salón de Formaciones “Patricios” de la Guarnición Militar Buenos Aires.
Es que luego de escuchar a los organismos de derechos humanos, la Comisión de Acuerdos del Senado postergó el ascenso de tres militares del Ejército y de dos de la Marina. Los tenientes coroneles del Ejército que no pudieron gozar ayer de su promoción son Oscar Vaquero, Virgilio Moschino y Hugo Casela. Los tres oficiales aparecen mencionados en los archivos de la Comisión Nacional sobre Desaparición de Personas (Conadep). Vaquero (legajo 3575), por su desempeño durante la dictadura militar en el Comando de Institutos Militares en Campo de Mayo, en donde habría participado y tenido conocimiento de los denominados “vuelos de la muerte”, en los que se arrojaban a detenidos-desaparecidos al mar. Moschino (legajo 1344) habría sido encargado de los operativos de control y equipos de combate del Batallón 601 Viejo Bueno, de la localidad de Monte Chingolo, Lanús. Y Casela habría sido identificado por testigos como partícipe en el grupo de tareas del V Cuerpo del Ejército, donde estaba el centro clandestino de detención La Escuelita.
Sin embargo, Brinzoni defendió a los militares cuestionados. “La demora responde al ejercicio de las atribuciones del Senado que respetamos. Tengan la seguridad de que, en el marco constitucional, emplearemos todo nuestro esfuerzo para que alcancen también ellos el grado de coronel que profesionalmente merecen”, aseguró. Brinzoni precisó además que el Estado de derecho “que hoy todos disfrutamos y que queremos cimentar no da lugar a la discriminación por perjuicios o infundadas presunciones”.
Unas horas después, el presidente Fernando de la Rúa encabezó en la Casa de Gobierno la ceremonia de ascenso de las más altas jerarquías de las Fuerzas Armadas, que incluyó la promoción a general de división del titular de la Casa Militar, Julio Hang. Entre los 23 promovidos, figuró el ascendido a general de brigada Daniel Remiendes, quien había sido cuestionado por el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) por su supuesta intervención indebida en la investigación judicial del caso Carrasco, y el coronel Emilio Daniel Terán, quien ascendió a general de brigada y había sido mencionado por su presunta participación en el alzamiento carapintada 1987.

 

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