El líder palestino Yasser Arafat se enfrentaba ayer a la decisión
más dura de su larga carrera política. Hoy vence el plazo
fijado por el presidente Bill Clinton para que ambas partes en el conflicto
de Medio Oriente decidan si aceptan las propuestas que presentó
la semana pasada como marco para continuar las negociaciones. El premier
israelí Ehud Barak ya aseguró que estaría obligado
a aceptar ese planteo si Arafat lo hace, pero el equipo del líder
palestino exigió ayer clarificaciones desde Washington
y pidió tiempo para consultar a los países árabes.
Si bien el plan norteamericano no cumple todas las expectativas palestinas,
rechazarlo abiertamente acorralaría a Arafat. Es que la Intifada,
que ha dejado 350 muertos desde setiembre el 90 por ciento palestinos,
sólo podría intensificarse aún más. Resaltando
esta amenaza, ayer hubo un nuevo brote de violencia en Cisjordania cuando
un comando de francotiradores palestinos abrieron fuego contra un asentamiento
judío cerca de Nablus. Las tropas israelíes desplegadas
en el asentamiento respondieron con ametralladoras pesadas. Durante la
Navidad hubo choques de menor intensidad, pero no se informó de
ninguna muerte en casi tres días, una verdadera rareza.
Al presentar su propuesta de paz, Clinton enfatizó a ambas partes
que él se retiraría de las negociaciones si decían
que no. Esto podría reforzar a Ariel Sharon, el ultra-halcón
que es candidato del partido derechista Likud para las elecciones a premier
que se celebrarán el 6 de febrero en Israel. Ayer Sharon declaró
que cualquier acuerdo que firme Barak (que ya presentó su renuncia
como premier) quedaría nulo y sin valor si es electo.
Si bien aclaró que estaba dispuesto a realizar dolorosas
concesiones para lograr la paz, enfatizó que eso no incluía
la división de Jerusalén, parte clave del plan
de paz de Clinton. Pero más allá del peligro desde la derecha
israelí, si Arafat acepta el plan de Clinton se enfrenta al peligro
de un rechazo violento desde sus bases.
Anteayer Barak intentó presionarlo asegurándole de que si
acepta el plan a Israel no le quedaría otro remedio que hacerlo.
Nos está torturando la necesidad de responder a ideas que
en muchos sentidos van más allá de lo que consideramos posible;
pero, teniendo en cuenta las circunstancias, yo diría que si Arafat
las acepta, sin reservas o con muy pocas, no estaremos en posición
de quedar como la parte que no desea lograr la paz, recalcó
en una larga entrevista a la televisión israelí.
Pero los palestinos rechazan abiertamente muchos aspectos del plan. Sobre
el tema de los refugiados palestinos, por ejemplo, el negociador Yasser
Abed Rabbo rechazó ayer cualquier acuerdo que no acate las
resoluciones de la ONU (que exigen el retorno de todos a Israel).
La posición más extrema vino de Marwan Barghouti, un líder
del partido Fatah de Arafat y uno de los líderes de la Intifada,
quien exclamó: ¡Muéstrenme a un solo palestino
que se atrevería a aceptar estas ideas norteamericanas o siquiera
piense en aceptarlas! Estas ideas son ideas israelíes disfrazadas
e ignoran las resoluciones de la ONU: significan mantener la ocupación
israelí de la mayoría de Jerusalén, mantener los
asentamientos judíos en nuestra tierra y negar el derecho de retorno
de los refugiados. Rechazamos esto.
Todo esto parece significar que la fecha límite de hoy impuesta
por Clinton será necesariamente ignorada. Un alto asesor de Arafat,
Nabu Abed Rudainah, explicó ayer que a pesar de que las ideas
estadounidenses son una mejora respecto de las que se propusieron en la
cumbre de Camp David (en setiembre), algunas de ellas no son claras y
son inferiores a lo que se propuso en ese entonces. Por eso, necesitamos
clarificaciones. Arafat convocó ayer a sus asesores a Gaza
para discutir el asunto y también se anunció que comenzaría
consultas con los países árabes. Había versiones
de que ambas partes intentan concretar un encuentro entre Arafat y Barak.
Por lo pronto, el israelí convocó para hoy a su gabinete
de seguridad y mañana se entrevistará con el presidente
egipcio Hosni Mubarak.
Claves
Hoy vence el plazo que
fijó el presidente norteamericano Bill Clinton para aceptar
el plan de paz que presentó la semana pasada a palestinos
e israelíes.
El premier israelí
Ehud Barak aseguró que si los palestinos aceptan el plan,
él se vería obligado a hacerlo.
Pero los palestinos cuestionaron
o rechazaron varios aspectos de la propuesta norteamericana y exigieron
más tiempo para realizar consultas con los países
árabes.
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PUNTOS
CENTRALES DE LA PROPUESTA DE CLINTON A BARAK Y ARAFAT
Cómo es la madre de todos los acuerdos
Por F.S.*
Desde
Jerusalén
El plan alternativo de paz
diseñado por el presidente norteamericano Bill Clinton, sometido
desde el fin de semana pasada a la aprobación de Ehud Barak y Yasser
Arafat, contempla una serie de soluciones intermedias para los principales
problemas con los que se encuentran israelíes y palestinos en las
negociaciones de paz.
Jerusalén
Los barrios árabes de Jerusalén Este, conquistados por Israel
en 1967, serán transferidos a los palestinos, mientras que los
controlados por los judíos en esta zona pasarán a ser de
soberanía israelí.
La Explanada de las Mezquitas será controlada por los palestinos,
reconociendo así los derechos sobre el tercer lugar santo del Islam,
pero al mismo tiempo se reconocerán los lazos históricos
del pueblo judío sobre el mencionado recinto, otorgándole
el control de la zona subterránea donde se cree que se encuentran
los restos del Templo del Rey David.
Refugiados
No se reconoce en términos generales el derecho al retorno de los
refugiados palestinos, que fueron obligados a abandonar Israel en las
guerras de 1948 y 1967.
Se plantea la posibilidad de que se acepte el derecho al retorno para
aquellos que fueron expulsados de sus tierras cuando se creó el
Estado de Israel, en 1948, siempre y cuando no reivindiquen volver a sus
antiguos domicilios y acepten asentarse en lo que será el futuro
Estado de Palestina.
El Estado de Israel se compromete, sin embargo, a acoger a docenas de
millares de palestinos, sobre un total de 3.7 millones, atendiendo a razones
humanitarias o por causa de reunificación familiar.
Para el resto de los refugiados, especialmente para los asentados en Líbano,
Jordania o Siria, se plantea la posibilidad de ofrecer a cambio de su
retorno importantes compensaciones económicas.
Fronteras y territorio
Las fronteras del futuro Estado de Palestina serán en principio
las que existían en 1967, antes de la conquista por Israel.
El plan Clinton prevé determinadas modificaciones menores
de acuerdo con los intereses de Israel y en un intento de preservar la
unidad de algunas zonas de asentamientos en Cisjordania.
Israel se retiraría según el plan de un 95 por ciento de
Cisjordania, y del 100 por ciento de la Franja de Gaza.
Cerca del 80 por ciento de los 200.000 colonos de Cisjordania permanecerían
en sus asentamientos, mientras que la totalidad de los de Gaza deberán
abandonar los enclaves, tras recibir compensaciones económicas,
similares a las otorgadas en 1978 a los colonos que abandonaron el Sinaí.
Los asentamientos de los colonos en Cisjordania permanecerán bajo
la soberanía de la bandera israelí y no de la palestina.
Acuerdos de Seguridad
Una serie de destacamentos y cuarteles militares israelíes serán
establecidos a lo largo del Valle del Jordán en territorio palestino.
Fuerzas Internacionales
Se prevé el despliegue de unas fuerzas internacionales en la zona
para vigilar y certificar la aplicación de los acuerdos.
Fin del conflicto
Las dos partes declararán el fin del conflicto al firmar
el acuerdo.
Al acabar de aplicarse enteramente los acuerdos pactados, los palestinos
efectuarán una declaración solemne, anunciando que no tienen
ninguna reivindicación más pendiente con Israel.
* De El País de Madrid, especial para Página/12.
ENTRE
ISRAEL Y CISJORDANIA
Muro de paz y guerra
Por Ferrán
Sales
Desde
Jerusalén
El gobierno de Israel ha aprobado
un presupuesto de 27 millones de dólares para construir un muro
de 74 kilómetros, el primer tramo de una obra faraónica
con la que se pretende separar físicamente Israel de Cisjordania.
Este muro inicial se extenderá desde la localidad de Latrum, al
sur de Israel, hasta la comunidad de Mei Ami, cerca de Umm El Fahm, en
el norte.
Las obras de separación física entre israelíes y
palestinos de hecho empezaron a construirse de manera improvisada, sin
presupuesto especial, pocas semanas después de que estallara la
Intifada 28 de setiembre de acuerdo con un plan militar y
político diseñado por el primer ministro Ehud Barak con
el que se buscaba crear todo tipo de impedimentos y obstáculos
para que los palestinos y sus posibles atentados pudieran
llegar a Israel. Los primeros muros de separación empezaron a construirse
de manera urgente y precipitada en las entradas de Jerusalén, en
el puesto fronterizo de Al Ram, y en los accesos de la ciudad
de Belén, posibilitando de esta manera el control de los vehículos
que circulan en ambos sentidos y permitiendo al mismo tiempo a las fuerzas
del ejército de Israel su clausura intermitente, cuando lo considere
necesario por razones de seguridad.
El muro que separará los territorios palestinos de las zonas pobladas
por los israelíes será de diferentes tipos: en unas zonas
consistirá en unas vallas metálicas similares a las de las
autopistas, pero en otras se tratara de bloques de cemento, que podrían
verse reforzados con torretas de vigilancia, circuitos de cámaras
de televisión y puertas eléctricas.
Los planes urbanísticos de seguridad buscan frenar una Intifada
que el martes estalló de manera violenta en los alrededores de
la ciudad de Nablus, al norte de Cisjordania, donde fuerzas palestinas
y ejército israelí se enfrentaron en un prolongado tiroteo.
El incidente, en el que se dispararon todo tipo de armas pesadas, finalizó
sin muertos.
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