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Leandro Mauti, positivo en la Liga
de básquet, suspendido por 2 años

El alero de Gimnasia de Comodoro es el primer argentino con un doping positivo en la Liga. Ya encontraron reemplazante.

Leonardo Mauti es el primer argentino que dio positivo en la Liga.
Los cuatro casos anteriores habían sido de jugadores extanjeros.

Por A.G.

Luego de que se confirmara el doping positivo, el alero de Gimnasia de Comodoro Rivadavia, Leonardo Mauti, fue sancionado con dos años de suspensión. De esta manera, el jugador se transformó en el primer argentino involucrado en un caso de doping en la Liga Nacional desde que se implementaran los controles hace dos temporadas. Si bien todavía no se confirmó la sustancia ingerida, fuentes de la Asociación de Clubes (AdC) indicaron que se trataría de cocaína.
El Tribunal de Disciplina Deportiva de la AdC resolvió aplicarle a Mauti la sanción de dos años de inhabilitación para jugar, tras haberse realizado la correspondiente contraprueba y encontrarse positivo el resultado del control antidoping efectuado el 26 de noviembre pasado, tras el partido de la 14ª fecha que Belgrano de San Nicolás venció 94-88. Ese día, Mauti fue uno de los dos jugadores (uno por cada equipo) que resultó sorteado para el control, en el único partido de la fecha que se realizaron controles.
La determinación fue tomada teniendo en cuenta lo que dispone el artículo 1º del Reglamento de Sanciones de Doping y el 37 del Código de Penas. "Le corresponde pena de suspensión por el término de dos años al jugador que incurra en doping con la salvedad que se enmarca en el artículo dos." Esa salvedad establece que la suspensión será sólo de tres meses cuando la sustancia utilizada fuera efedrina, fenilpropalomamina, seudoefedrina, cafeína, estricnina y derivados. Hasta ahora, los cuatro casos anteriores estaban encuadrados dentro de esa particularidad (ver recuadro). Pero como en el caso de Mauti, los restos encontrados en su orina son de otra sustancia (trascendió que sería cocaína), el Tribunal le aplicó dos años de imposibilidad de actuar tanto a nivel de clubes como selecciones.
Mauti, de 31 años, debutó en la liga Nacional en el '95 jugando para Independiente de Pico, luego pasó por Estudiantes de Bahía Blanca y hace dos temporadas que llegó a Comodoro. Al conocer la noticia, Fernando Duró, su actual entrenador, comentó: "Lamento mucho lo que le pasó a Leonardo. Espero que se recupere y que pueda volver a jugar. Es joven y puede hacerlo. Estoy muy golpeado y no quiero decir más nada". Mientras tanto, los dirigentes de Gimnasia emitieron un comunicado en el que aclaron que la entidad es ajena a las circunstancias que motivaron la inhabilitación, pero pusie-ron a disposición del jugador a todo su cuerpo médico. Ante la posibilidad, luego confirmada, de que Mauti fuera suspendido, el cordobés Marcos Nóbile ya está entrenando desde hace dos días con el plantel de Gimnasia, y seguramente ocupará el lugar del alero rafaelino en la lista de buena fe del conjunto sureño.

 

El quinteto del frasquito

El caso de Leonardo Mauti es el primero de un jugador argentino, pero ya es el quinto desde que la Asociación de Clubes implementó los controles antidoping a partir de las finales de la temporada ‘98/’99. Los anteriores fueron León Trimmingham (Boca), Cedric Ball (Regatas), Levy Middlebrooks (Olimpia) y Marvin Dixon (Peñarol), aunque éste ya había sido despedido en el momento en que se conoció el positivo. La diferencia con Mauti es que los cuatro jugadores extranjeros recibieron una sanción de tres meses, ya que la sustancia que se les encontró fue efedrina. En el caso de Trimmingham, el jugador consumió un antigripal en el que aparentemente no figuraba la fórmula de los productos que contenía, por lo que al actual ala-pivote de Boca le inició juicio al laboratorio. En cuanto a Ball, el basquetbolista le informó al médico de Regatas que estaba ingiriendo un medicamento prohibido por un inconveniente dermatológico. Pese a que en la planilla entregada antes del control figuraba el remedio que Ball estaba tomando, el pivote fue suspendido por tres meses. En los otros dos casos no se conocieron las sustancias que habían ingerido, ya que tanto Middlebrooks como Dixon habían abandonado el país antes de que se supieran los positivos.

 

CORRERAN 14.000 ATLETAS, TODOS CON UNO DE ELLOS
La San Silvestre, con microchips

La tradicional Carrera de San Silvestre, que se disputa cada 31 de diciembre en San Pablo, tendrá este año una participación record de 14.000 atletas, que llevarán, cada uno, un microchip en las zapatillas para agilizar el cronometraje de la prueba.
En realidad, el uso de los microchips en la San Silvestre comenzó en 1998, a manera de experimento con los atletas de primera línea, pero será recién en la carrera de este año, la 76ª edición de la prueba atlética, que será usado por primera vez por todos los participantes.
La San Silvestre se disputa en las categorías masculina y femenina, tiene un recorrido de 15 kilómetros y entregará al ganador de cada categoría un premio de 12.000 reales, unos 6150 dólares. Los organizadores gastarán más en microchips que en premios...
La prueba paulista forma parte del calendario de la Federación Internacional de Atletismo Aficionado y es el último acontecimiento deportivo del año en Brasil. Los candidatos al puesto más alto del podio masculino son el keniano Paul Tergat, que este año buscará su quinto título tras vencer en 1995, 1996, 1998 y 1999, y sus compatriotas William Kiplagat, John Gwaco y David Cheriyot. El argentino Antonio Silio estará entre los participantes. Entre las mujeres, la favorita es la también keniana Lydia Cheromey, ganadora de la San Silvestre del año pasado. La ecuatoriana Martha Tenorio, vencedora en 1987 y 1997, figura como una de las candidatas a un puesto en el podio, junto con la italiana Ornella Ferraro y la chilena Erika Oliveira.

 


 

Un uno y un ex en Argentina

El brasileño Gustavo Kuerten, número uno del mundo, el argentino Franco Squillari (14º) y el chileno Marcelo Ríos (37º) confirmaron hoy su participación en el torneo del ATP Tour, que se disputará en Buenos Aires desde el 19 de febrero.
Los organizadores anunciaron ayer la participación de Ríos, y aseguraron que “contar con un ex número uno del mundo como Marcelo añade otro atractivo más a la Copa”. Según un representante, la participación del chileno le otorgará otro matiz a la competencia, pues el chileno es “un jugador que no le es indiferente al público del tenis”.
Lo cierto es que la presencia de Ríos puede originar cierto recelo en el público argentino, a partir de las violentas discusiones que se dieron en abril pasado, en el match de Copa Davis entre Chile y Argentina. La última vez que Ríos jugó en Buenos Aires fue en abril de 1998, casualmente, en otro enfrentamiento de Davis entre chilenos y argentinos.

 

OPINION
Por Diego Bonadeo

Ellos quieren que siga así

Probablemente el único amague que desairó al juez Víctor Perrotta cuando decidió hacerle cosquillas –y algo más también– a los omnímodos poderes económicos haya sido aquel que lo llevó a entrevistarse con algún grupo de los llamados “socios caracterizados” por quienes no tuvieron ni tienen las entrepiernas cojonudas –que, por otra parte, sí tiene Perrotta– como para escaparle a los eufemismos y llamar a esos “socios caracterizados” partícipes necesarios de asociaciones ilícitas.
Solamente duró un par de días el remezón de la violencia y muerte que en la última fecha del fútbol oficial hizo que se volviera sobre la eventual suspensión del fútbol. Muy pronto los compañeros del gatopardismo hablaban y difundían con entusiasmo la continuidad veraniega para los sponsors, la televisión y la amnesia.
Es que para ellos es mucho más importante el fixture de verano que repensar nada que modifique lo establecido. Para ellos, lo establecido no está ni bien ni mal. Simplemente está como está, y como no les afecta ni las billeteras, ni los auspiciantes, ni el telebeam, que así siga estando.
Sabemos bien los argentinos que en casi todos los órdenes de la vida –y en las cosas del fútbol también– lo que en general está mal no es la legislación, sino quienes desde la Justicia deben hacer cumplir las leyes que la legislación determina. Y como Perrotta es una rara avis de la Justicia, que no solamente suspendió el fútbol, sino que dijo que ninguna cancha de primera división estaba en condiciones reglamentarias –no, por cierto en cuanto a las dimensiones del campo de juego, sino en cuanto a cuestiones vinculadas a habilitaciones municipales y de seguridad–, este juez “diferente” sacó chapa de enemigo del fútbol.
En los últimos días, vaya uno a saber por qué –desde la suspicacia es razonable suponer que es porque llegan las fiestas, las ferias judiciales y el receso del fútbol oficial– reapareció el nombre de Perrotta, quizá convocado por alguno de los muchos que todavía seguimos creyendo que el rasguño de un hincha es mucho más atendible que los 20 puntos de rating de “Fútbol de Primera”.

 

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