Por Eduardo Tagliaferro
En momentos en que el presidente
Fernando de la Rúa analiza implementar la reforma previsional mediante
un decreto de necesidad y urgencia, los líderes del Frente Grande
ratificaron ayer su oposición a la medida gubernamental. Si el
Gobierno sanciona por decreto la reforma del sistema jubilatorio, los
frentistas no descartan impulsar un proyecto de ley que derogue el decreto
presidencial. Además del tema previsional, la mesa nacional del
Frente Grande analizó la situación partidaria en la provincia
de Mendoza y los principales temas de la agenda política nacional.
Acompañados por su líder Carlos Chacho Alvarez,
los principales referentes frentistas resolvieron nombrar al tucumano
José Vitar como delegado electoral en la provincia y ratificaron
su oposición a la reforma previsional impulsada por el gobierno
de Fernando de la Rúa.
Luego de comentarles a sus seguidores que le había manifestado
al Presidente que es un error que el Gobierno siga impulsando la
reforma previsional, el líder frentista escuchó la
opinión de los miembros de la mesa nacional de la agrupación.
La mayoría coincidió con la oposición partidaria
a la iniciativa gubernamental, convencidos de que la medida es más
un objetivo del equipo económico que un reclamo del FMI. Algunos
frentistas afirman que el tema no figura en la agenda del Fondo Monetario
e incluso sostienen que los miembros del organismo de crédito les
manifestaron a los funcionarios gubernamentales los innecesarios costos
políticos que traería la reforma del sistema jubilatorio.
No vamos a aceptar que se termine con el régimen de reparto,
se amplíe la edad jubilatoria de las mujeres o se limite escalonadamente
la Prestación Básica Universal del Estado, manifestó
a este diario la diputada nacional Irma Parentella.
Salvo por la ausencia del diputado Darío Alessandro, la conducción
nacional dio un presente perfecto. Encabezados por Alvarez, participaron
del encuentro: Aníbal Ibarra, Juan Pablo Cafiero, Rodolfo Rodil,
José Vitar, Graciela Fernández Meijide, Cristina Zuccardi,
Nilda Garré, Irma Parentella, Mary Sánchez, Marcelo Vensentini,
Fernando Melillo, Sergio Rossi y el apoderado nacional de la agrupación,
Santiago Díaz Ortiz.
Uno de los temas analizados fue cómo poner rápidamente en
práctica las ideas que Chacho le acercó al Presidente. Este
punto aparece como crucial para los frentistas. El temor de los socios
de la coalición es que las expectativas que genera el blindaje
financiero se diluya rápidamente y así se pierda lo que
el propio Chacho definió como una nueva oportunidad.
Conscientes de esta oportunidad, los frentistas manifestaron su acuerdo
en que el plan de Infraestructura se sancione por un decreto de necesidad
y urgencia, ante la molicie del Senado. Esto demuestra cómo
funciona el Senado, repetía un frepasista en los pasillos
de la Casa del Frente.
La situación mendocina fue la que llevó el mayor tiempo
del cónclave. En la primera quincena de febrero estaban previstas
las internas mendocinas y tres son las listas que competirían,
la verde liderada por el senador provincial, Alfredo Guevara, la celeste
y blanca vinculada al vicegobernador, Juan Horacio González Gaviola,
y la roja y amarilla que responde políticamente al ex ministro
de Trabajo, Alberto Flamarique.
La disputa entre las líneas de González Gaviola y Flamarique
llegó incluso a los terrenos judiciales (ver recuadro). Con el
código electoral en la mano y la presencia del apoderado de la
agrupación, los frentistas designaron al diputado nacional José
Vitar delegado electoral en la provincia.
La función de Vitar viene a suplir las tareas de la Junta Electoral
y entre sus primeras tareas deberá realizar una auditoría
de más de 10 mil fichas de afiliación que son cuestionadas
por uno de los sectores internos. Seguramente se contratarán
tres consultoras para realizar la auditoría, comentó
a este diario la diputada Cristina Zuccardi, presidenta del frente en
Mendoza y mujer del ex ministro Flamarique. Nos estamos reuniendo
tan seguido que ya parecemos un partido tradicional,comentaba uno
de los miembros de la mesa nacional del Frente Grande, que manifestaba
su alegría por el contacto directo con el jefe partidario y por
haber resuelto un tema como el de Mendoza, que llevaba seis meses sin
definiciones.
La interna mendocina
Los dos principales sectores enfrentados en la interna del Frente
Grande mendocino ayer se manifestaron conformes con la decisión
de las autoridades nacionales de la agrupación de designar
un veedor electoral. Es una solución razonable que
busca colaborar con la consolidación del partido, ya que
extiende hasta el 13 de mayo (fecha de la interna) los mandatos
de las autoridades provinciales, dijo a este diario la diputada
Cristina Zuccardi, esposa de Alberto Flamarique.
Me parece muy bien la medida, dijo a Página/12
el vicegobernador, Juan Horacio González Gaviola, enfrentado
a la línea interna del ex ministro Flamarique. Habíamos
pedido que la mesa nacional tomara una medida, ya que la interna
se encaminaba a un proceso electoral fraudulento. Porque a través
del control de la mayoría de la Junta Electoral y del Tribunal
de disciplina, Flamarique intentaba marginar a las otras listas
electorales, sostuvo González Gaviola.
Entre los escándalos judiciales que tuvo la interna mendocina,
recordaban un intento de juicio político contra el vicegobernador
y un video en el que Ricardo Díaz, un gerente de empleo del
Ministerio de Trabajo, manifestaba que ocupaba ese cargo por recomendación
de Flamarique para otorgar planes trabajar a quienes podrían
ayudarlo a ganar la interna partidaria.
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DUHALDE
APELA NUEVAMENTE AL ESTILO Y LA DIPLOMACIA
Hubo cagones y con pelotas
Por
Diego Schurman
Entre mierda
y cagón hay, y es obvio, diferencias semánticas.
En política aparentemente no. Por lo menos Eduardo Duhalde tuvo
la virtud de consagrarlas ayer como sinónimos. Sinónimos
a la hora de catalogar a la dirigencia argentina en general y a un sector
de la justicialista en particular.
El ex gobernador bonaerense apeló a las dos palabras en dos afirmaciones
categóricas:
Sólo la mediocridad
de la dirigencia de mierda que tenemos explica que la Argentina esté
como está.
En el peronismo se alternaron
políticos cagones y otros con pelotas.
Los conceptos, si se quiere, no son novedosos. Más bien reinstalan
un debate escatológico que el propio Duhalde inició días
atrás cuando regaló aquello de mierda a todos
los políticos sin distinción.
El tono utilizado no fue casual. Provinieron de un Duhalde que hace tiempo
busca mostrarse en el llano, asimilando un lenguaje de impacto, para posicionarse
en su carrera política, con la senaduría bonaerense como
primera escala.
En rigor, Duhalde le quitó diplomacia a aquello ya instalado en
el discurso político.
Si se dice que el gobierno de Fernando de la Rúa es lento, el ex
gobernador lacera: la República está pasmada por la
incapacidad para gobernar de esta gente. Este gobierno toma un problema
y lo convierte en un drama, son incapaces y el PJ tiene que prepararse
para gobernar, fue, por ejemplo, alguna de las ocurrencias que reproduce
al diario El Día de La Plata.
Semanas atrás ya había utilizado una figura boxística,
al considerar que De la Rúa estaba groggy, producto
de la tensión, y que eso lo volvía incapaz para
resolver cuestiones de gobierno. Ni hablar de una conjetura anterior,
en la que el ex gobernador barajó la posibilidad de, justamente
por esa incapacidad, adelantar las elecciones presidenciales.
Hasta se animó a volver sobre aquello de la genuflexia de los funcionarios
de turno con el FMI y el Banco Mundial, un tema de cabecera durante su
campaña presidencial. Desde el 55, los gorilas tomaron
el poder y se lo entregaron en cuotas a los organismos internacionales
de crédito.
La frase le sirvió de excusa para trasladar la crítica hacia
su propio partido, concretamente hacia el ex presidente Carlos Menem,
quien siempre defendió su buena relación con el Fondo asegurando
que hay que honrar los compromisos asumidos.
En esta marejada de la modernidad y la globalización, algunos
dirigentes se pusieron de rodillas. Menem empezó con las relaciones
carnales y este gobierno le agregó, intensas, por lo que ahora
son relaciones carnales intensas.
Fue entonces que marcó diferencias entre justicialistas y justicialistas.
Y si bien en esta oportunidad no mencionó a Menem quedó
en claro de qué lado lo dejaba: En el peronismo se alternaron
políticos cagones y otros con pelotas, dijo, sin medias tintas,
durante el homenaje a Enrique Cano, ex responsable del Instituto de Previsión
Social de la provincia de Buenos Aires.
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