Por Raúl Kollmann
El ministro del Interior, Federico
Storani, se lanzó ayer a una durísima polémica con
los partidos de izquierda, argumentando que esas fuerzas están
organizando a los llamados piqueteros para concretar cortes de ruta en
distintos puntos del país. Storani sostiene que el núcleo
central de los piqueteros son activistas políticos,
que viajan en avión y que sus acciones no son
para nada espontáneas sino destinadas a limar la gobernabilidad.
El ministro utilizó una frase curiosa: Los vamos a reprimir
por la vía de la Justicia, porque la democracia debe defenderse
con todo el peso de la ley. Desde la izquierda sostienen que es
un clásico eso de echarle la culpa del hambre y la desesperación
a supuestos activistas y reivindicaron la política de respaldo
a los piqueteros, convertidos hoy en los principales protagonistas del
rechazo al modelo económico. El Gobierno lo que quiere es
reprimir y frenar las protestas, es el argumento de la izquierda.
El enfrentamiento se produce en el plano político y también
en el legal, por cuanto el Poder Ejecutivo pondrá el acento en
los cortes de ruta no sólo como una medida de fuerza sino igualmente
como un delito federal.
La salida al ruedo de Storani tiene que ver con un informe de Inteligencia,
preparado por hombres de Interior, en el que se enumeran los siguientes
elementos:
Que partidos y corrientes de
izquierda como el Partido Obrero, el Partido Comunista Revolucionario
(maoístas), Patria Libre, la Corriente Clasista y Combativa (que
lideran Carlos El Perro Santillán y Raúl Castells),
Quebracho y Venceremos están organizando a los piqueteros.
Que, a mediados de mes, hubo
un congreso clandestino de piqueteros realizados en un local de Solís
al 1400, en donde se planificaron cortes de ruta.
Que a ese congreso llegaron
piqueteros profesionales que viajaron desde Salta por avión.
La realidad es diferente. El sábado 16, el Partido Obrero hizo
un plenario gremial en el local que la Fatpren (Federación de Trabajadores
de Prensa) tiene en la calle Solís. No fue ni un congreso de piqueteros
ni participaron otros partidos ni se planificaron cortes de ruta. El encuentro
tampoco fue clandestino, al punto que los detalles y resoluciones figuran
en el último número del periódico partidario, que
está actualmente en los quioscos. Es cierto que llegaron militantes
y simpatizantes desde Salta, pero lo hicieron en un micro.
Como fuera, lo cierto es que existe un fuerte choque entre el Ejecutivo
y la izquierda. Prácticamente todas las organizaciones de esa franja
política respaldan los piquetes y los cortes de ruta ya que, hoy
en día, las huelgas en empresas o fábricas son casi imposibles
por el altísimo desempleo y el temor a perder el trabajo. En lugar
de huelgas, el método más extendido de protesta ha pasado
a ser el piquete. Según señalan los dirigentes de izquierda,
los cortes de ruta no sólo son espontáneos sino que incluso
desbordan a cualquier conducción: los partidos intervienen, pero
sólo dando apoyo. El Gobierno sabe que la desesperación
es cada vez más grande y que en este verano seguramente van a continuar
los cortes. Por eso quieren reprimirlos, le contestan a Storani.
Los dichos del ministro marcan la estrategia oficial: intentará
que haya detenciones y procesamientos por los cortes de ruta , por ser
un delito federal. El modelo tal vez sea el usado recientemente contra
Raúl Castells, condenado a dos años de cárcel por
reclamar comida a los supermercados.
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