Por Irina Hauser
A nadie que se le ofrezca
una distinción puede rechazarla, salvo que venga del enemigo.
Así evaluó la titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela
de Carlotto, la iniciativa del gobernador bonaerense, Carlos Ruckauf,
de candidatearlas para recibir el Premio Nobel de la Paz. Posiblemente
se trate de una estrategia del dirigente para pulir su imagen y borrar
los rastros de su paso por el gobierno de Isabel Martínez de Perón,
prolegómeno de la dictadura militar y para equilibrar su vieja
propuesta de campaña de meter bala a los delincuentes.
Carlotto dice que no olvida, pero valora el reconocimiento.
Y que, en efecto, para quien recuerde la historia de él (Ruckauf)
esto es casi una ganancia histórica.
¿Alguna vez imaginó que una iniciativa así
podía surgir de Ruckauf?
Son circunstancias histórico-políticas que se producen
con los años. Yo no me podía imaginar ser recibida por gente
de altísimo nivel como me pasa. No puedo imaginarme ni dejarme
de imaginar lo que resuelven otros.
Se lo preguntaba porque Ruckauf nunca fue un dirigente identificado
con los organismos de derechos humanos, sino casi lo contrario.
Fue una decisión de él, y las Abuelas estamos aparte.
Me refiero a la actitud de formar un comité para que se nos propicie
el Nobel de la Paz, que es de un gobernador que ha declarado tener mucho
respeto por Abuelas.
Insisto, Ruckauf no sólo firmó en 1975 el decreto
de aniquilamiento de la subversión que dio lugar al terrorismo
de Estado, sino que impulsó la eliminación de la Constitución
del Pacto de San José de Costa Rica (garante de los derechos humanos)
y durante su gestión actual aumentaron las torturas en cárceles,
entre otras cosas.
En efecto, para quien recuerde la historia de él, esto es
casi una ganancia histórica.
¿Y usted no cree que con esto pretende limpiar su imagen?
Si lo busca, encontró mal el camino. Nosotros no vamos a
emitir ningún tipo de borrón y cuenta nueva, ni de olvido.
Ya tenemos una experiencia de 23 años y una lucha limpita que no
vamos a cambiar por ningún premio.
¿El hecho de que la figura de Ruckauf sea indisociable de
su pasado y de su presente, no perjudica a las Abuelas?
No nos perjudica porque no estamos condicionadas por este tipo de
propuestas (pro-Nobel) que, además, no las hace sólo él
sino que las están haciendo otros sectores como el Gobierno de
la Ciudad, la doctora Alicia Pierini en la Legislatura porteña,
más lo que se está haciendo en el exterior. Esto hay que
tomarlo en la dimensión que tiene: un gobernador, por motu proprio,
hace una campaña por el Premio Nobel de la Paz para Abuelas de
Plaza de Mayo con gente que considera que tiene méritos para pertenecer
al comité de pre-otorgamiento. Nosotros nunca vamos a pensar que
nos va a perjudicar algo que es un reconocimiento. Estamos muy tranquilas:
esto no cambia nuestra historia. Nuestro mayor Premio Nobel es el encuentro
de un chico. Esperamos que así como se propicia esta candidatura,
desde las políticas del Estado y de las provincias se nos ayude
a encontrar a nuestros nietos.
¿Y qué les ha aportado Ruckauf en ese sentido?
Nosotros lo fuimos a ver como filial La Plata y nos recibió
inmediatamente. Le pedimos cosas concretas con las que cumplió,
como poner a disposición de nuestro equipo de genética los
medios de movilidad y personal idóneo para hacer un chequeo y una
extracción de sangre masiva en todos los familiares que buscan
a sus nietos, de la provincia de Buenos Aires. Esto fue hace unos tres
meses, ahora hay que firmar un convenio de reciprocidad porque el banco
es nacional y está dentro de la jurisdicción del gobierno
porteño. O sea, Aníbal Ibarra y Ruckauf tienen que firmar.
¿Cómo evalúan, en suma, esta postulación
al Nobel?
A nadie que se le ofrezca una distinción puede rechazarla,
salvo que venga del enemigo, o de alguien que no exista para la sociedad.
Una persona que es gobernador existe para la sociedad como tal.
¿La iniciativa fue del propio Ruckauf?
No sé, con quien tenemos una relación amistosa es
con Diego Guelar, quien hace años está bregando por nuestra
institución. Y como funcionario del gobierno de Ruckauf motorizó
todo esto evidentemente.
Promotores anteriores
Carlos Ruckauf no es el primero ni el único en impulsar
la candidatura de las Abuelas de Plaza de Mayo para que se les otorgue
el Premio Nobel de la Paz. Es lo que salió a aclarar Julio
Morresi, de la Dirección de Derechos Humanos de la Ciudad.
Morresi, que es padre de un desaparecido, viene haciendo gestiones
al respecto desde hace cinco meses. Incluso ya recibió la
adhesión de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos,
del Centro de Estudios Legales y Sociales, de Memoria Activa y de
110 diputados de la Nación y profesores de la Universidad
de Buenos Aires. En Italia también dialogó y recibió
el apoyo del ex premier Massimo DAlema. Y estableció
contactos para que allí queden centralizados los apoyos internacionales.
No nos molesta la iniciativa de Ruckauf, porque lo principal
es lograr el objetivo y que las abuelas sean premiadas con el Nobel,
algo que las ayudaría en su lucha, en la búsqueda
de hijos de desaparecidos, señaló Morresi a
este diario.
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IDENTIFICAN
A UN DESAPARECIDO
23 años después
Los restos del
militante peronista Carlos Alberto Meza Marengo, asesinado en 1977 en
la Capital Federal por los grupos de tareas de la última dictadura,
serán sepultados hoy en Corrientes. Sus familiares podrán
así enterrar su cuerpo gracias a que el Equipo Argentino de Antropología
Forense ubicó los restos en una tumba del cementerio de la Chacarita.
Esta angustia de tantos años se termina ahora, aseguró
a Página/12 Silvia Ramírez, esposa de Meza Marengo en el
momento de su desaparición. Es el primer correntino de aquellos
años que vuelve a su provincia, señaló la mujer,
al recordar que es la primera vez que se identifica el cuerpo de un desaparecido
nacido en Corrientes.
Meza Marengo había nacido el 5 de agosto de 1952; en la década
del setenta estudiaba Derecho y militaba en la Juventud Universitaria
Peronista (JUP). El 28 de febrero de 1977, Meza fue abatido cerca de Plaza
Once por un grupo de tareas. Pese a que sus familiares comenzaron de inmediato
su búsqueda, los militares jamás entregaron el cuerpo.
Gracias al impulso de la Cámara Federal de Apelaciones de la Capital,
el Equipo Argentino de Antropología Forense se dedicó a
la identificación del cuerpo de Meza; como primera medida, recibieron
sus fichas dactiloscópicas, que estaban en el Registro Nacional
de las Personas. Luego las cotejaron con una serie de restos encontrados
en cinco tumbas individuales de la Chacarita y, de este modo, descubrieron
el cadáver de Meza, quedando otros cuatro cuerpos aún sin
identificar.
Nadie se explica cómo fueron mantenidos estos restos en las tumbas,
porque otros cuatrocientos NN habían sido trasladados al osario
del cementerio antes del regreso de la democracia. Sólo puede
haber sido la desidia burocrática, señaló Silvia
Ramírez.
Hoy a la mañana, en el Cementerio Parque Jardín Natural
de Corrientes, Meza podrá descansar en su tierra, luego de veintitrés
años de injusticia. Ahora sí podrá volver a
donde nació, señaló, conmovida, su viuda.
Informe: Alejandro Cánepa
�En
esto no hay ninguna forma de oportunismo�
Aniquilación: �El concepto de ese decreto tenía
que ver con una lucha en el marco de la ley. No tenía nada que
ver con lo que ocurrió después�.
Diego Guelar,
canciller de la provincia de Buenos Aires.
El
gobernador conoce mi vinculación muy estrecha con las Abuelas.
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Por Romina Calderaro
El martes, Carlos Ruckauf anunció
su proyecto de crear una comisión prootorgamiento del Premio Nobel
de la Paz para las Abuelas de Plaza de Mayo. Estela de Carlotto dijo estar
contenta por la iniciativa. La movida del gobernador aparece
como un barquinazo en la dirección que escogió desde su
campaña electoral del año pasado. En esa oportunidad, Ruckauf
anunció que metería balas a los delincuentes, propuso extirpar
de la Constitución nacional el Pacto de San José de Costa
Rica que garantiza la vigencia de los derechos humanos y,
últimamente, bajar la edad de punibilidad a los menores que enfrenten
causas penales. Diego Guelar, secretario de Relaciones Económicas
Internacionales de la provincia y motor del comité pro-Nobel para
las Abuelas, aseguró a Página/12 que en esto no hay
ninguna forma de oportunismo.
¿Fue suya la idea de formar un comité pro-Premio Nobel
para las Abuelas de Plaza de Mayo?
La idea fue del gobernador Ruckauf, producto de una admiración
que compartimos él y yo por las Abuelas de Plaza de Mayo. El gobernador
conoce también mi vinculación muy estrecha con las Abuelas
desde hace años.
¿Y a Ruckauf cómo se le ocurrió?
Bueno, el siempre ha mantenido muy buena relación con las
Abuelas. Compartíamos diálogos sobre la importancia de la
tarea realizada y sobre la eficacia. Porque el paso de Madres a Abuelas
es muy importante.
Ruckauf, en 1975 firmó el decreto de aniquilamiento de la
guerrilla que dio lugar al terrorismo de Estado. ¿No es contradictorio
este acercamiento a las Abuelas de Plaza de Mayo?
No, porque hay que recordar que en ese momento el gobierno era un
gobierno democrático.
Pero después los militares se ampararon en ese decreto para
justificar los asesinatos y las torturas.
Al margen de las consecuencias, el concepto de ese decreto tenía
que ver con una lucha en el marco de la ley. No tenía nada que
ver con lo que ocurrió después. Por lo tanto endilgar responsabilidad
en eso al gobernador Ruckauf no guarda relación.
La famosa frase de campaña de Ruckauf hay que meter
bala a los delincuentes tampoco se caracteriza por el respeto profundo
de los derechos humanos.
Ese es un hecho interpretativo. La posición del gobernador
es dar una batalla al delito. Además, el gobernador siempre diferencia
las motivaciones sociales del delito organizado. Obviamente dar una batalla
contra el delito es siempre controversial.
También hay cifras que indican que las torturas en las cárceles
han aumentado durante la gestión de Ruckauf.
No tengo la menor duda de que se está haciendo un enorme
esfuerzo de saneamiento. Sin lugar a dudas la sensación es que
está todo por hacerse, pero hay una tendencia de mejora.
Ruckauf ha propuesto bajar la edad de punibilidad de los menores
en las causas penales. ¿Qué tiene que ver eso con la defensa
de los derechos humanos?
Esto tiene que ver con el aumento del delito cometido por menores.
Desde ya que el hecho punitorio, a mi juicio, no es la solución
del problema del delito, pero es un paliativo. Es como tener una úlcera:
uno puede decir que es psicosomático, pero en ese momento la persona
tiene un agujero en el estómago. Entonces hay que hacer algo frente
a eso.
¿Hubiera propuesto Ruckauf a otros organismos de derechos
humanos para el Premio Nobel de la Paz?
Las Abuelas han hecho un salto cualitativo. Han logrado plantearse
dos objetivos muy concretos: sortear las leyes de Punto Final y Obediencia
Debida y señalaron la imprescriptibilidad del delito del robo de
niños. Además, han recuperado muchos nietos. Obtuvieron
un resultado.
¿Pero ustedes respetan a todos los organismos?
Seguro. Más allá de las diferencias y los enfrentamientos.
Uno podría pensar que Ruckauf cree de verdad que las Abuelas
merecen el Nobel o bien que quiere limpiar su imagen a la luz de que su
política de mano dura no le dio resultado...
A mí no me cabe la menor duda de que en esto no hay ninguna
forma de oportunismo. Son esas decisiones que van desde el fondo del corazón.
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