Por Claudio Zlotnik
Las acciones fueron la peor
inversión del año. Durante el 2000, el índice de
papeles líderes MerVal cayó un 24,3 por ciento, retrocediendo
casi todo lo que había ganado en el 99. El estancamiento
económico, la crisis política y la fuerte corrección
del Nasdaq (panel tecnológico de Wall Street) fueron las causas
que determinaron la pobre performance de los papeles empresarios. Los
financistas creen que la recuperación será paulatina, siempre
y cuando la economía vuelva a mostrar signos de vitalidad. Las
mejores inversiones fueron los títulos públicos y los depósitos
a plazo fijo. Ayer, en la última sesión del año,
el MerVal perdió 0,8 por ciento.
El derrape de las acciones estuvo en línea con lo acontecido en
los principales recintos de la región. En San Pablo, la caída
resultó del 17,6 por ciento, y en México llegó al
21,6 por ciento. Todos ellos influidos por el notorio ajuste del Nasdaq
estadounidense. Las puntocom, verdaderas estrellas del 99,
bajaron 37,2 por ciento en promedio, aunque aún les queda la rueda
de hoy para intentar recuperar algo de terreno. A su vez, el índice
Dow Jones terminó el año con signo negativo del 5,5
por ciento por primera vez en la última década.
La crisis política y económica desalentó a los inversores,
a pesar de que el Gobierno se esmeró por enviar señales
concretas con medidas pro mercado, como la reforma laboral,
la desregulación de las obras sociales, el ajuste en la administración
pública y en las provincias y la reforma previsional. Pero en la
city le dieron la espalda a tantas buenas intenciones, y el
clima de los negocios se contagió de la fragilidad económica
y los avatares de la política. Este fue un año traumático.
En medio de las turbulencias, los inversores prefirieron refugiarse en
los activos más seguros, como los bonos del Tesoro estadounidense,
reflexionó en diálogo con Página/12 Rafael Behr,
titular de la consultora Argentine Research.
El año 2000 también se caracterizó por la continua
sangría de papeles. A YPF le siguieron Telefónica, Banco
Río y Astra, que quedaron en poder de grupos españoles.
El MerVal, que un mes atrás había quedado por debajo de
los 400 puntos, igualando el nivel que mostró en el Tequila, se
recuperó hasta los 416,77 de ayer, por efecto del blindaje. No
obstante, el anuncio del socorro financiero no logró atraer a los
corredores: el volumen de negocios se estancó en torno de los 15
millones de pesos diarios, la mitad de lo que se pactaba, en promedio,
un año atrás. En el panel de líderes, sólo
dos (Atanor y Telefónica) mostraron un recorrido positivo. Mientras
que Comercial del Plata volvió a quedar en el último puesto
de la tabla, perdió un 77,7 por ciento de su valor, que se suma
al 59 por ciento que ya había retrocedido en el 99. ¿Cómo
será el próximo año? Las acciones están
subvaluadas, pero recién mejorarán superado el primer trimestre,
si todo va bien y finalmente se concreta una caída en las tasas
de interés, auguró Pablo Luna, analista del Banco
Credicoop.
Al contrario de las acciones, los títulos públicos fueron
la mejor inversión. Dependiendo de sus plazos, mostraron rendimientos
anuales de entre 10 y 15 por ciento anual.
REPSOL
CERRO EL CANJE DE ACTIVOS CON PETROBRAS
EG3 pasó a manos brasileñas
Por Raúl
Dellatorre
Repsol-YPF y Petrobrás
cerraron ayer el acuerdo de intercambio de activos, que permitiría
que a partir de abril la empresa petrolera pase a explotar en la Argentina
la red de estaciones de servicio EG3 (cerca de 700, en total) y una refinería
de petróleo en Bahía Blanca con una capacidad de procesamiento
de 30 mil barriles por día. Petrobrás se convertirá
así en el cuarto jugador de peso en el mercado de combustibles,
con una participación cercana al 10 por ciento en las ventas. Repsol-YPF,
a su vez, recibirá en Brasil una red con ventas totales de 480
millones de litros al año y participaciones minoritarias en una
refinería (30 por ciento) y en un campo petrolero (10 por ciento)
operados por Petrobrás.
El desprendimiento de las 700 estaciones de servicio y de una refinería
de parte de Repsol era un compromiso asumido ante el gobierno de Carlos
Menem al adquirir el 100 por ciento de YPF luego ratificado ante
el gobierno de la Alianza, como forma de reducir su posición
dominante en el mercado local. Para hacer operativo el intercambio de
activos cuyo valor fue estimado en alrededor de 600 millones de
dólares de cada parte deberá contar con la aprobación
de la Secretaría de Defensa de la Competencia.
Al adquirir la totalidad de la empresa EG3, Petrobrás podría
optar por seguir operando las estaciones de servicio con la misma marca,
o buscar imponer la propia. Repsol-YPF, a su vez, fue autorizada por el
convenio firmado a operar durante dos años con la marca Petrobrás
en el mercado de combustibles brasileños. Antes de cualquier
cambio, primero se hará un estudio para determinar la marca de
mejor impacto, explicó ayer a la prensa Ramón Blanco,
vicepresidente ejecutivo de la empresa española.
En cuanto al mercado local de combustibles, Blanco trazó como horizonte
un crecimiento de la red de estaciones de gestión propia de Repsol-YPF
hasta alcanzar el 25 por ciento del mercado. Previó además
que la participación de la marca YPF podría sufrir un recorte
con respecto al actual 45 por ciento. Según estas previsiones,
la petrolera pasaría a operar hasta un 60 por ciento de su red
con estaciones propias, lo cual choca con las limitaciones establecidas
por Defensa de la Competencia, que fija un tope del 40 por ciento. Al
ser consultado sobre la cuestión, Blanco adujo que no era ésa
la interpretación que hacía Repsol de la reglamentación
de la Secretaría.
El directivo de Repsol se mostró escéptico respecto de la
posibilidad del ingreso de nuevos operadores de peso en el negocio de
los combustibles. No hay tanto campo en el downstream (comercialización)
en la Argentina, explicó, aclarando incluso que la expansión
de la participación de Repsol-YPF con su red propia se haría
a expensas de las competidoras o de sus concesionarias y sólo en
menor proporción con la instalación de nuevas estaciones.
La petrolera apuesta, en cambio, a una fuerte expansión de sus
negocios en Brasil. La incorporación de 280 estaciones cedidas
por Petrobrás le permitirá alcanzar una participación
en ese mercado del 2,5 por ciento, que apuntan a ampliar al 7 u 8 por
ciento. A diferencia de la Argentina, Brasil es un mercado en crecimiento
para el consumo energético.
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