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El puente giratorio en un dique
agitó las aguas de Puerto Madero

Será peatonal y permitirá el paso de los barcos.
Está previsto terminarlo en abril, pero una polémica paralizó los trabajos.

El puente giratorio, que fue diseñado por el arquitecto español Santiago Calatrava,
ya navega rumbo al puerto de Buenos Aires.

Por Eduardo Videla

Desarmado en partes, el puente giratorio diseñado por el arquitecto español Santiago Calatrava ya navega rumbo a Buenos Aires, su destino final, para ser emplazado en uno de los diques de Puerto Madero. Allí, se estima, será habilitado entre marzo y abril próximos. Pero las aguas del Plata no esperan calmas la llegada de la construcción: un legislador cuestiona la obra ya que, sostiene, no cuenta con la debida autorización de la Legislatura ni del Gobierno de la Ciudad. Por lo pronto, la Dirección de Obras y Catastro paralizó los trabajos hasta que se regularice la situación.
El puente unirá la parte urbanizada de Puerto Madero con el sector este del barrio, del otro lado de los diques, donde se levantan los emprendimientos más nuevos, como el Hotel Hilton y los edificios Porteño 1, 2 y 3, propiedad del empresario Alberto González, y la embajada de Holanda.
Será un puente peatonal que estará ubicado sobre la prolongación imaginaria de la Avenida de Mayo. Fue construido íntegramente en acero, en los talleres que la empresa URSSA tiene en la localidad de Vitoria, cerca de Bilbao, en el País Vasco.
Su extensión total será de 130 metros, divididos en tres tramos: dos fijos, en los extremos, a la orilla del dique, y uno giratorio, en el centro, que se desplazará para permitir el paso de embarcaciones. Tendrá un brazo oblicuo de 34 metros de altura, del que nacerán cables de acero que lo unirán con la base (ver maqueta).
El puente costó en total 8,5 millones de pesos, que fueron aportados por el dueño del Hilton, Alberto González. El empresario, sin embargo, no será el propietario del puente: lo donó al Gobierno de la Ciudad, a través de la Corporación Puerto Madero. No se trata de un puro acto de generosidad: González recibió a cambio la explotación del dique tres por diez años, a partir de una escritura firmada en 1998 con las autoridades de la Corporación, que por entonces respondían al presidente Carlos Menem y al jefe de Gobierno Fernando de la Rúa. La donación del puente permitirá además “evitar el pago del IVA por la importación”, según dijeron a este diario fuentes vinculadas con la operación.
Las bases de hormigón sobre las que se instalará comenzaron a ser construidas en el dique tres hace cuatro meses por la empresa Trevi. Pero en el lugar ningún cartel da cuenta de autorización alguna. Al tanto de esa situación, el diputado Pacho O’Donnell (PJ) presentó un pedido de informes en la Legislatura porteña, para saber si la obra está realmente autorizada.
“No estoy en contra de la construcción del puente, que me parece un proyecto muy interesante. Lo que pretendo es que las cosas se hagan bien. Y ahí, en principio, hay una situación irregular”, dijo O’Donnell a Página/12. Según el legislador, además de la autorización que requiere cualquier obra en la ciudad, al puente le falta “que la Legislatura apruebe una excepción, porque según el nuevo Código de Planeamiento Urbano, en los diques sólo pueden hacerse construcciones flotantes y no fijas”.
Según el presidente de la Corporación Puerto Madero, Alejandro Labado, el puente tiene el visto bueno de la Dirección Nacional de Vías Navegables que, mediante una resolución dictada el 6 de agosto de 1999, entiende que la pasarela peatonal “no afecta la navegación ni el régimen hidráulico del lugar”.
Pero esa autorización no es suficiente. Así lo entendió la Dirección de Obras y Catastro, que la semana pasada dispuso la paralización de la obra, tras detectar que no había un profesional que se hiciera responsable de la construcción.
“El puente es una obra muy importante para la ciudad, y no necesita que se le otorgue ninguna excepción”, dijo a Página/12 el secretario de Planeamiento Urbano, Enrique García Espil. Labado, de la Corporación,tiene una opinión similar: “Comenzó a construirse cuando estaba vigente el viejo Código de Planeamiento, que no ponía restricciones”, afirmó. Sin embargo, O’Donnell insiste en que la obra se inició después del 8 de agosto, cuando se aprobó el nuevo Código.
El puente, en definitiva, será un aporte importantísimo para la ciudad. Así lo entendió el jefe de Gobierno, Aníbal Ibarra, que el 29 de noviembre aceptó mediante un decreto la donación “sin cargo alguno para la ciudad” de la obra de Calatrava por parte de la Corporación, que a su vez la había recibido de González. Ambas partes se harán cargo del mantenimiento del puente, durante siete años.
Si se lo emplaza en término, el puente será además una bocanada de aire para el Grupo González, cuyo ambicioso proyecto para la zona flaquea, al punto que ya habría desistido de la construcción de un multicine en la zona y tendría a la venta parte de los inmuebles que compró en el lugar, incluidos los silos que adquirió al Banco Patricios.

 

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