Por Eduardo Tagliaferro
El Gobierno esperó las
últimas horas del último día hábil del año
para presentar en sociedad cinco decretos de necesidad y urgencia. La
lapicera presidencial suplantó a las Cámaras legislativas
y dio cuerpo al Plan de Infraestructura, a la reforma del sistema jubilatorio,
a la reglamentación de la desregulación de las obras sociales,
a la conmutación de penas a los detenidos por el asalto al cuartel
de La Tablada y a los vetos al Presupuesto sancionado por el Congreso.
La reforma al sistema previsional enfrentará a los socios de la
coalición gobernante, ya que los frepasistas anunciaron que propiciarán
su derogación mediante un proyecto de ley. Los frentistas están
en pie de guerra con esta iniciativa que interpretan como un nuevo ajuste
que licuará las expectativas de reactivación económica
que otorgó el blindaje financiero. No fue el día de los
inocentes, pero se le asemejó ya que el Gobierno minimizó
la traición a las promesas electorales y, en boca del jefe de Gabinete,
Chrystian Colombo, la presentó como un paso adelante en los
cambios estructurales para que Argentina empiece a crecer.
La jornada de ayer había comenzado con rumores que señalaban
que algunos de los decretos continuarían en estudio. Incluso se
especulaba con que el Gobierno estaba dispuesto a esperar que los cambios
al sistema jubilatorio se aprobaran con la sanción de una ley.
Durante todo el día las reuniones fueron la constante. Hasta momentos
antes de presentar en sociedad los decretos, el gabinete estuvo analizando
su contenido y sus efectos políticos.
El ministro de Relaciones Exteriores, Adalberto Rodríguez Giavarini,
fue uno de los ausentes. Sus tareas como canciller lo encontraron fuera
del país. En cambio, la ausencia de la única ministra frepasista,
Graciela Fernández Meijide, tuvo un claro gesto político.
Graciela se fue a Chile para no firmar el decreto de reforma previsional,
le comentó a un legislador frentista el ex vicepresidente, Carlos
Chacho Alvarez.
Luego de que el FMI concediera el blindaje financiero, el Presidente inició
una nueva etapa comunicacional. En ella tuvo una fuerte exposición
mediática para presentar una imagen de ejecutividad y de firmeza.
Sin embargo cuando llegó el momento de presentar las nuevas medidas,
desistió de enfrentar a la prensa que lo esperaba en la Sala de
Conferencias de la Casa Rosada.
Los ministros de Salud, Héctor Lombardo; de Trabajo, Patricia Bullrich;
de Economía, José Luis Machinea, y de Justicia, Jorge de
la Rúa, se ubicaron en torno del jefe de Gabinete, Chrystian Colombo,
que ocupó el centro del escenario desde el que presentaron los
decretos.
Legisladores frepasistas sostuvieron que usted les dijo que más
importante que el contenido de la reforma previsional era dar señales.
¿Los destinatarios de esas señales eran más importantes
que el costo político que producirá un enfrentamiento con
el Frepaso? le preguntó este diario a la ministra de Trabajo.
Yo nunca dije eso respondió la ministra.
Sin embargo el tema de las señales volverían a aparecer
más tarde en la conferencia de prensa en boca de José Luis
Machinea, uno de los miembros del gabinete más interesado en la
firma del decreto que modifica el sistema jubilatorio. Argentina
necesitaba dar señales claras, fue la respuesta del ministro.
Los frepasistas siempre sostuvieron que la medida no figuraba en la agenda
del FMI, sino que fue una promesa presentada por Machinea. De ahí
el empeño del responsable de la cartera económica en el
pronto cumplimiento de la promesa gubernamental.
En marzo habrá otro escenario y ahí veremos cómo
manejamos el enfrentamiento con el Frepaso, comentó a este
diario un dirigente con estrecha llegada al Presidente. Los miembros del
gabinete también minimizaron las posiciones frepasistas. Más
allá de las distintas visiones en esta Alianza no creemos que esto
genere una ruptura política, fue la opinión de Colombo,
cuando los periodistas le recordaron la oposición pública
de Alvarez.
Los frepasistas no lo entendieron así y ayer mismo analizaban la
creación de una comisión que impulse la derogación
de la medida. Esto es una bofetada al Frepaso y es evidente que
el Presidente decidió gobernar con el delarruismo y no con la Alianza
que la gente votó el 24 de octubre, dijo a Página/12
el diputado Eduardo Macaluse. Aunque el legislador siempre apareció
como más cercano a los sectores rebeldes de la agrupación,
los miembros de la conducción compartían ayer la misma sensación
de derrota. Hoy fue un día menemista, concluyó
Macaluse para graficar el estado de ánimo de los frentistas.
El Gobierno no comenta ni opina los fallos de la Justicia,
fue la breve y escueta respuesta que entregó el ministro de Justicia,
Jorge de la Rúa, cuando este diario le pidió una opinión
sobre el fallo del juez Carlos Liporaci, sobre los presuntos sobornos
en el Senado. Aunque sea en este punto el Gobierno se mostró coherente:
no dijo nada. Sobre los restantes anuncios mostró un panorama demasiado
optimista.
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