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Desde el Parlamento, el Frepaso
va a tratar de tumbar la reforma

El decreto de reforma previsional abrió un frente de tormenta dentro de la Alianza. Los frentistas ya anunciaron que rechazarán la disposición. Chacho dice que no se baja de esta pelea.

Juan Pablo Cafiero, Rodolfo Rodil y Darío Alessandro, frepasistas en la Cámara de Diputados.

Por José Natanson

Con el decreto de reforma previsional anunciado ayer, Fernando de la Rúa instaló un nuevo conflicto en la Alianza. Por iniciativa de Carlos “Chacho” Alvarez, el Frepaso impulsará la derogación del decreto en el Congreso, convirtiendo al tema en una escalada con final imprevisible.
El de ayer fue un mal día para Alvarez. A la resolución de Carlos Liporaci en la cuestión del Senado se sumó la firma de los cinco decretos presidenciales, entre ellos la modificación del régimen previsional. Instalado en la Casa del Frente, el ex vice rumió bronca desde temprano. Ante los dirigentes y legisladores que lo visitaron, Chacho repetía una frase que sintetiza su oposición a la reforma jubilatoria. “No nos podemos bajar”, insistía.
Según su razonamiento, tres motivos justifican el rechazo:
En el Frepaso admiten que el Gobierno dio marcha atrás en algunos puntos: mantuvo el sistema de reparto, subió el piso para la quita de la PBU e hizo optativo el aumento de la edad de la mujer. Sin embargo, Alvarez cree que el nuevo sistema es un nuevo golpe a la clase media, afectada por decisiones previas del Ejecutivo como el impuestazo.
Nadie cree el principal argumento oficial para justificar la reforma (era una exigencia de los organismos internacionales para conceder el blindaje financiero). Y, aun admitiendo aquel motivo, aseguran que el Gobierno podría haber negociado un momento más oportuno para el anuncio.
Con mirada política, Alvarez teme que la reforma previsional contribuya a diluir el efecto positivo del blindaje. Según sostiene, la garantía financiera debería aprovecharse para impulsar un nuevo ciclo de crecimiento y no para apurar nuevas medidas de ajuste. “Se suponía que era el comienzo de una etapa mejor y no más de lo mismo”, aseguraba ayer, enojado, un importante diputado del Frepaso.
Para colmo, muy cerca de Chacho el enojo se potenciaba por lo que consideraron un desaire del Presidente, en la misma línea que el que sufrió tres meses atrás, con el desafortunado recambio de Gabinete. “Chacho le dijo que estaba en contra. Esto demuestra que nos ignora”, se quejaban en la Casa del Frente.
Indignados, los dirigentes frepasistas han decidido agotar las instancias parlamentarias hasta lograr la anulación del decreto. En febrero, cuando se retomen las sesiones extraordinarias, los diputados frepasistas definirán si proponen un proyecto alternativo o directamente impulsan la derogación. Buscarán sumar a los legisladores del PJ que seguramente no dejarán pasar la oportunidad de meter una cuña en la coalición y que ya vienen manteniendo conversaciones informales con José Vitar, vicepresidente del bloque del Frepaso y uno de los diputados que comandó la ofensiva. Mientras, Alfredo Villalba y María América González convocarán a integrar una comisión interpartidaria que estudiará la mejor manera de anular el decreto.
Será el principio de un enfrentamiento con desenlace abierto. Es que, junto al escándalo del Senado, la reforma previsional es la principal diferencia entre el Gobierno y el Frepaso. Diferencia que pone a más de un frepasista en un problema.
–¿Y Graciela qué hizo? ¿Firmó el decreto? –le preguntó a Alvarez en la Casa del Frente un diputado del Frepaso, preocupado por la posición de Fernández Meijide, que debía refrendar la norma.
–No. Se fue a Chile un par de días para no firmarlo –respondió el ex vicepresidente.

 

Peronistas en contra

No sólo el Frepaso buscará derogar el decreto de reforma previsional. El presidente del bloque justicialista del Senado, José Luis Gioja, sugirió ayer que el peronismo seguirá la misma línea. “El Ejecutivo se ha aferrado al uso enviciado de algunas mañas y, en este sentido, el decreto más complicado es el de la reforma previsional”, dijo Gioja. Y, consultado sobre los mecanismos parlamentarios para anular la disposición del Ejecutivo, explicó: “Un decreto pierde validez ante una ley y una ley se vota por simple mayoría”. Otro senador, Jorge Yoma, fue más contundente. “Además del rechazo del justicialismo, este decreto va a provocar un quiebre en la propia Alianza. Con estos decretos, el Gobierno muestra la voluntad política de colocarse a margen de la legalidad. Estas medidas traen un rechazo social muy importante”, aseguró el riojano. Si se cumplen los pronósticos de los senadores peronistas, el Ejecutivo sufrirá una derrota en el Congreso. Es que el PJ controla ampliamente el Senado, por lo que podrá derogar el decreto cuando se le presente la primera oportunidad. En cuanto a la Cámara baja, los votos del PJ, sumados a los 38 diputados del Frepaso y quizás a algunos radicales, alcanzarán para rechazar la norma.

 

OTRO PROCESAMIENTO PARA ANTONIO ERMAN GONZALEZ
Regalito de Año Nuevo

El ex ministro de Defensa Antonio Erman González fue procesado por el juez Jorge Ballestero, por las supuestas irregularidades cometidas en la privatización del astillero estatal Tandanor, en 1991. Por la misma causa, el ex funcionario menemista también sufrió un embargo de cinco millones de pesos. González también está procesado en la causa abierta por la venta ilegal de armas a Croacia y Ecuador.
Ballestero consideró al polifuncionario menemista responsable de los presuntos delitos de defraudación a la administración pública, incumplimiento de los deberes del funcionario público, y falsedad ideológica de documentos. “La actuación de Erman González en la totalidad del proceso de privatización tuvo por objeto procurar un lucro indebido para el consorcio adquirente”, aseguró el juez.
La solicitud de procesamiento contra Erman y otros tres ex funcionarios menemistas había sido impulsada por la Oficina Anticorrupción, al evaluar como “fraudulenta” la privatización. Pero la primera denuncia sobre el caso había sido formulada en agosto de 1999 por el entonces titular de la cartera de Defensa, Jorge Domínguez.
Durante la gestión de Erman González, la “Planta Uno” de Tandanor, ubicada en la Costanera Sur, fue vendida –en 1991– a un consorcio formado por capitales franceses, holandeses y argentinos, que abonó 18 millones de pesos por la operación. Una vez comprados los terrenos, y con el argumento de que la empresa era deficitaria, la planta fue revendida a otra firma, de la que se sospecha que pertenecía al mismo grupo local que había ganado la licitación. Por esta venta, el Estado no recibió nada, ya que en los contratos de privatización no había cláusulas que limitaran sucesivas transferencias de la empresa o que asignaran algún porcentaje de la operación al Poder Ejecutivo.
Por otro lado, fuentes judiciales aseguran que la planta fue “groseramente subvaluada”, para sacarla del patrimonio de Tandanor y perjudicar así a los acreedores de un concurso que estaba en marcha. Las 11 hectáreas que pertenecían al Estado terminaron formando parte del actual Puerto Madero, una de las zonas más caras de Buenos Aires.
En tanto, González rechazó el procesamiento en su contra, y acusó a la Justicia de ser usada como una “herramienta política”. En una nota enviada desde La Rioja, el ex ministro menemista también dijo que si hoy tuviera que tomar una decisión sobre Tandanor, “obraría en idéntico sentido” que lo actuado en 1991.
Junto a Erman González también fueron procesados los ex funcionarios de Defensa Alejandro Bofill, Andrés Vlasto y Eduardo Tesoriere. Por su parte, Oscar Camilión, sucesor del riojano en el ministerio, será citado a declaración indagatoria, pero aún no se estableció la fecha.
En cuanto a Tandanor, ocho años después de su privatización entró en quiebra y su principal acreedor es el Estado. Los desolados talleres y galpones de la empresa se extienden en el sector norte de Puerto Madero, y ya circulan versiones sobre el interés de capitales privados para continuar en esa zona la construcción de edificios.

 

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