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SE PODRA ELEGIR OBRA SOCIAL, CON APORTE ESTATAL
El lunes, salud desregulada

De la Rúa firmó ayer el decreto reglamentando el nuevo sistema de salud. El Estado pondrá 20 pesos por afiliado y el IVA irá a un fondo solidario para tratamientos de alto costo y de sida.

Ni la CGT oficial aceptó el nuevo sistema, que atenta contra las obras sociales gremiales.

Por Romina Calderaro

Este domingo, cuando den las doce, los argentinos estrenarán nuevo año y también nuevo sistema de salud. Es que el presidente Fernando de la Rúa firmó ayer la reglamentación del decreto de desregulación de obras sociales, que comenzará a regir el primero de enero de 2001. El ministro de Salud, Héctor Lombardo, aseguró que a partir de ahora “cada persona va a poder elegir quién va a cuidar su salud, con la garantía de que el Estado dará veinte pesos a cada afiliado”. Sin embargo, la desregulación es resistida por los sindicalistas, que ayer reiteraron su rechazo (ver aparte) y por el ombudsman nacional, Eduardo Mondino, que recomendó a la Jefatura de Gabinete que postergue la implementación de la reforma porque “la cuestión afecta la cobertura obligatoria que las obras sociales y agentes del seguro de salud brindan a los beneficiarios y generó incertidumbre en el seno de la población afectada”.
Con el decreto presidencial, los afiliados podrán elegir una vez al año la cobertura médica que deseen, y no podrán ser rechazados. El ministro de Salud, Héctor Lombardo, ofreció ayer una conferencia de prensa en la Casa Rosada en la que dio detalles del nuevo sistema.
“A partir del primero de enero comienza un sistema de competencia regulada del sistema de las obras sociales, lo que significa que a partir de esa fecha cada persona va a poder elegir quién va a cuidar de su salud, con la garantía de que el Estado dará 20 pesos a cada afiliado, no los 40 pesos que ahora tiene el núcleo familiar”, dijo el ministro. Luego agregó que, además, el Estado pondrá “un peso por afiliado de autoseguro, que se generará para atender a todas las altas complejidades, los trasplantes, el tratamiento de casos de sida y aquellas patologías que son de marcado insumo económico”.
Durante su exposición, Lombardo intentó hacer una encendida defensa del nuevo sistema. “Es la primera vez en la historia que el Estado pone y no saca de la seguridad social. Esto hay que reafirmarlo, porque está dentro de la responsabilidad que el Estado ha tomado para cubrir la salud”, se entusiasmó. Y aseguró que en una segunda etapa de implementación, “no solamente garantiza los 20 pesos, sino que pone el IVA de las prepagas dentro del Fondo Solidario de redistribución y esto es un aporte significativo al cuidado de la salud de nuestra gente, con una característica totalmente distinta que ahora habla de la medicina preventiva”.
El defensor del Pueblo, Eduardo Mondino, sugirió sin embargo que se propicie “un amplio debate, evaluación, análisis y consideración, con participación de los sectores involucrados y particularmente, con adecuada representación de los beneficiarios, previo a producir una nueva modificación del sistema”. Además, consideró “arbitrario” que el decreto de desregulación se haya promulgado en período de sesiones ordinarias del Congreso de la Nación “para comenzar a regir casi siete meses después”.
Según el texto difundido en la Casa de Gobierno, la fundamentación de la reforma del Sistema Nacional del Seguro de Salud destaca que “se busca afianzar y profundizar los principios de libertad, solidaridad y responsabilidad del Estado del actual sistema”.
La última parte del texto explica cómo se controlará el nuevo sistema. “La Superintendencia de Servicios de Salud será el ente que preservará la vigencia de reglas de juego equitativas, la simetría de las regulaciones y la potenciación de los mecanismos de competencia, y las autoridades laborales verificarán el cumplimiento por parte de los empleadores de todas las normas, que hagan libre el uso del derecho de opción de todos los trabajadores”, asegura el Gobierno, aunque los sindicalistas creen nada será así en la práctica.

 


 

DURO Y CERRADO RECHAZO SINDICAL AL NUEVO SISTEMA
“Es mercantilismo sanitario”

Por R.C.

“La desregulación de las obras sociales es la mayor privatización de la Argentina”, dijo Carlos West Ocampo, secretario de prensa de la CGT oficial. “Desde el punto de vista jurídico es inconstitucional y desde la práctica, pensar que cada trabajador va a poder elegir su obra social sin tener que pagar es Alicia en el País de las Maravillas”, afirmó Héctor Recalde, abogado laboralista de la CGT disidente. “No es otra cosa que la profundización del mercantilismo sanitario de algunos sectores interesados en lucrar con la salud de los argentinos”, dijo Saúl Ubaldini, ex secretario general de la CGT. “Es un buen comienzo, mantiene la solidaridad de todo el sistema”, dijo la diputada radical Cristina Guevara, la única funcionaria que ayer defendió públicamente la reforma.
“A veces hay que pegarle al chancho para saber quién es el dueño. Y ahora sabemos que los dueños del negocio son los bancos, que van a presionar a las empresas para que elijan tal o cual obra social”, dijo a este diario West Ocampo. Recalde también criticó el nuevo sistema y puso en tela de juicio que la libre elección de los afiliados esté garantizada. “Hoy el obrero no está en condiciones de elegir nada. El que va a elegir la obra social es el empleador”, dijo, y agregó que a partir de ahora, “como en el libro de Orwell, las empresas de medicina van a acceder a todos los datos personales de los afiliados”. Recalde explicó que “desde el punto de vista jurídico es inconstitucional, porque no se puede firmar un decreto de necesidad y urgencia porque no hay necesidad ni urgencia”. Según el abogado, con la desregulación de las obras sociales “se vuelve a repetir la filosofía menemista de generar normas que mezclan seguridad social con lucro, mezcla explosiva si las hay”. Recalde coincidió con West Ocampo en que la reforma “es un negocio financiero” y afirmó que aunque ahora el Gobierno diga que el trabajador va a poder elegir libremente, “después van a empezar las excepciones”.
West Ocampo agregó que “es mentira que el Gobierno vaya a garantizar el Programa Médico Obligatorio (PMO) porque cuesta entre 35 y 40 pesos por persona y el Gobierno sólo garantiza veinte por beneficiario”.
El ex secretario general de la CGT y actual diputado Saúl Ubaldini opinó que “la desregulación de las obras sociales no es otra cosa que la profundización del mercantilismo sanitario de algunos sectores interesados en lucrar con la salud de los argentinos”, y pronosticó que “el augurio del Gobierno de que van a mejorar las prestaciones es una utopía y la realidad le va a dar de bruces a más de un funcionario aliancista”.
La diputada radical Cristina Guevara aseguró que “el decreto de obras sociales es un buen comienzo, mantiene la solidaridad de todo el sistema y aumenta fuertemente la posibilidad de atención de los beneficiarios”.
Y el jefe de diputados del PJ, Humberto Roggero, adelantó que la bancada del PJ va a rechazar los decretos de necesidad y urgencia. “El Presidente se equivoca si cree que con esta actitud va a recuperar la confianza en su gobierno, porque la fortaleza política se consigue de otra manera y no haciendo alardes de poder con una lapicera”, sostuvo.
“Si no es negocio para las empresas de medicina prepaga ¿para qué lo hacen? Esto es la continuación de un compromiso que suscribió en 1997 Carlos Menem con el FMI y es evidente que hay una transgresión ética”, finalizó Recalde.

 

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