LA NOCHE DEL JUEVES SE
VERA UN ECLIPSE TOTAL DE LUNA QUE EMPEZARA EXACTAMENTE UN MINUTO DESPUES
DE LA MEDIANOCHE
La
noche del eclipse
Por
Mariano Ribas
Dentro
de unos días, la inefable mecánica celeste volverá
a darnos una magistral clase de precisión: a partir de la medianoche
del jueves 20, la Luna caerá una vez más dentro del cono
de sombra de la Tierra. Y si no se nubla demasiado, todos podremos disfrutar
de uno de los mejores shows celestes que puedan imaginarse: un eclipse
total de luna. Sólo basta con decir que, durante más de
una hora, nuestro fiel satélite tomará un extraño
e hipnótico color anaranjado, casi de película. El consejo
es simple, y casi está de más: no se lo pierda. Además,
un fenómeno así no volverá a verse en la Argentina
hasta el 2003.
La trampa de sombra
Los eclipses lunares no son cosa de todos los días. Y es lógico
que así sea, porque para que ocurran, debe cumplirse un requisito
fundamental: el Sol, la Tierra y la Luna tienen que formar una línea
recta perfecta. Sólo de esa forma el satélite cae dentro
de la trampa de oscuridad que proyecta nuestro planeta: el famoso cono
de sombra. Estas alineaciones sólo se dan dos o tres veces
al año. Y muchas veces no son tan perfectas, dando como resultado
eclipses truchos, llamados parciales, donde la sombra sólo
toca a una parte de la Luna. La rareza de los eclipses tiene una explicación:
la órbita lunar esta un poco inclinada con respecto a la terrestre,
por eso, la mayoría de las veces la Luna pasa por encima o por
debajo del cono de sombra. Si así no fuera, y las dos órbitas
estuviesen en el mismo plano, tendríamos eclipses todos los meses
(porque la Luna tarda más o menos un mes en dar una vuelta alrededor
de la Tierra). Y entonces, estos fenómenos serían cosas
habituales, aburridas, y no nos llamarían tanto la atención.
Geometría espacial
Pero como son cosas bastante raras, y muy bonitas, los eclipses de Luna
.-especialmente los totales sí nos llaman la atención.
La cosa es más o menos así: primero, la sombra redondeada
de la Tierra se va comiendo al satélite de a poco, hasta cubrirlo
completamente. Sin embargo, y como ya se verá, la Luna no desaparece
del cielo. Luego de un rato, la película es al revés:
la sombra comienza a retirarse, y la luz es la que gana la batalla.
Todo este proceso suele durar algo más de tres horas.
Y bien, faltan apenas unos días para que todo este juego de geometría
espacial vuelva a ocurrir. Además, tenemos la suerte de que nuestro
hemisferio estará de cara a la Luna en el momento del show. La
última vez que pudo verse un eclipse total de Luna desde Argentina
(y toda América) fue el 27 de septiembre de 1996. Y para el próximo,
habrá que esperar hasta el 16 de mayo del 2003.
Luna
en colores
Al revés de lo que podría pensarse, durante un eclipse
total la Luna no se esfuma del cielo. En realidad, se convierte en un
colorido y pálido fantasma circular. Y, curiosamente, la verdadera
ilusionista en este truco astronómico es nuestra propia atmósfera:
si no existiera la atmósfera terrestre, la Luna simplemente desaparecería
del cielo durante un eclipse total. Lo que pasa es que la atmósfera
desvía parte de la luz solar que recibe nuestro planeta en dirección
a la Luna, dirigiéndola hacia adentro del cono de sombra. Esa
cantidad de luz es bastante pobre, pero alcanza para iluminarla mínimamente,
salvándola de la oscuridad total. Pero lo más interesante
de todo esto es el color que toma la Luna: una extraño rojizoanaranjado,
una especie de color té claro. Y eso se debe a que las únicas
longitudes de onda que logran cruzar airosamente nuestra atmósfera,
para luego desviarse hacia la Luna, son aquellas cercanas al rojo. Así,
durante un eclipse total, la muy coqueta Luna se pinta de tonos rojizos.
De todos modos, esos colores pueden variar: en algunos eclipses la Luna
se ve naranja brillante, en otros toma un tono anaranjado mas oscuro,
otra veces parece mas roja, y en ciertas oportunidades .-raras, por
cierto toma un aspecto amarronado, realmente oscuro, que casi
la borra del cielo. Y estas variaciones dependen de la cantidad de polvo
atmosférico (generalmente de origen volcánico): cuanto
más limpio esté el aire, más anaranjada será
la Luna durante el eclipse, y cuanto más cargado de polvo, más
amarronada. ¿Qué color tendrá esta vez?
Guía del eclipse
Como en todos los eclipses, la noche del jueves habrá Luna llena.
Y por eso, será muy fácil ubicarla en el cielo. Vale la
pena echarle un vistazo a eso de las 21 o 22, un par de horas antes
de que comience la función, como para ir comparando con lo que
ocurrirá después. Y cuando se acerquen las doce de la
noche, búsquese un lugar cómodo: un balcón, un
terraza, o una silla al lado de su ventana (esto último si tiene
la suerte de ver a la Luna desde allí).
Todo comenzará puntualmente a las 0.01 del viernes, el decir,
un minuto después de las doce de la noche del jueves. En ese
momento, la Luna ingresará en el cono de sombra de la Tierra.
Y en los minutos siguientes, se hará cada vez más evidente
el mordisco de oscuridad en el disco lunar. A eso de las
0.30, la sombra ya habrá cubierto a la mitad de la Luna. Hasta
ahí, usted puede ir y venir, pero a eso de la 1, vuelva corriendo
a su lugar de observación: a la 1.05 arrancará la totalidad,
es decir, el período durante el cual la Luna quedará completamente
sumergida en la sombra de la Tierra. Entonces, se la verá muy
pálida, y de color anaranjado. Esa es la parte central del show.
Y, por suerte, durará un buen rato: hasta las 2.22. Así
que hay más de una hora para mirarla, filmarla y fotografiarla
(ver cuadro). Nada mal. A partir de las 2.22, uno de los bordes de la
Luna volverá a iluminarse tímidamente, y de a poco, la
luz irá empujando a la sombra, hasta que a las 3.25 todo volverá
a la normalidad. Habrán pasado mas de 3 horas desde el principio.
Todo a simple vista
Más allá de su atractivo, los eclipses de Luna son una
de las formas mas sencillas de demostrar la redondez de la Tierra: si
la sombra es curva, es porque el cuerpo que la proyecta también
lo es. Así lo entendieron muchos observadores del cielo de hace
dos o tres mil años. Es más, existen antiquísimos
registros históricos de eclipses lunares, como el que ocurrió
en el año 2283 a.C, descripto por astrónomos de la Mesopotamia.
¿Cómo
fotografiar el eclipse?
Fotografiar un eclipse de Luna no es tan difícil,
pero hay que tener las herramientas necesarias. Por empezar, hace
falta una cámara reflex equipada con un teleobjetivo de
por lo menos 200 mm. Puede probar con algo más chico, pero
en la foto la Luna aparecerá muy chiquita. Y lo mejor sería
utilizar un película bastante sensible, especialmente para
obtener buenas imágenes del momento central del eclipse,
cuando la Luna es muy pálida: una de 400 ASA estaría
muy bien.
Lo más difícil es fotografiar la totalidad, cuando
la Luna se apague y tome el famoso color anaranjado.
Ahí habrá que hacer exposiciones mucho más
largas: pruebe con velocidades de medio segundo, 1 segundo y 2
segundos (no mucho más largas porque la Luna saldrá
movida), con el diafragma a F/4. Conviene hacer varias fotos,
probando distintas velocidades y aberturas (los rollos son baratos,
pero los eclipses no sólo son hermosos, sino también,
poco frecuentes). Y no se preocupe, porque tiene tiempo: la totalidad
durará casi 1 hora y 20 minutos. Suerte.
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