|
El
mundo virtual que viene
www.millonarios.com
Por
Juan Pablo Bermúdez
La revolución
informática (que aunque explotó en los noventa se venía gestando desde
bastante antes, más precisamente desde mediados del siglo XX) ha generado
toda clase de expectativas desmesuradas. Desde hace unos años dicen que
todo pasará por ahí y que nada podrá escapar de las garras de las computadoras,
y por eso hablan ahora de la �cibereconomía�, un nuevo sistema regido
por las computadoras en el cual �no harán falta más que chips, bits y
redes informáticos para ser multimillonario�, al decir de Bernard Malthwus,
un economista inglés considerado el portavoz oficial de eso que él dice
será la forma más poderosa de control. En este sentido, hay dos posturas:
la primera sostiene que el mundo del tercer milenio será (en) el ciberespacio,
tal cual lo imaginó William Gibson en su novela Neuromante; la segunda
fundamenta que no pasa nada .ni la humanidad-. con el ciberespacio. Para
empezar, parecería que las dos corrientes son exageradas. Seguramente,
cuando algún ser humano inventó el cuchillo hubo quienes vieron en él
una creación diabólica, y no se equivocaban: cuántas millones de personas
han sido asesinadas a cuchillazo limpio en la historia de la humanidad.
Y quienes presumieron el raro artefacto como una nueva maravilla tampoco
se equivocaron con la predicción: cuántos millones de humanos se salvaron
gracias al bisturí.
¿Dinero
virtual? ¿También?
La fusión entre American On Line (AOL) y Time Warner -.relatada y �opinada�
por cuanto medio da vuelta por la ciudad-. actuó como el disparador para
que los amantes del ciberespacio inserten lo que les faltaba en el que
creen su territorio: el dinero. En principio, dicen que esta operación
es la mejor prueba de que �es posible el salto del mundo virtual al mundo
real�. Sólo que ningún especialista quiso -.o supo-. explicar cuál es
ese salto y en qué consiste específicamente. Los fundamentos del razonamiento
resultaron así casi tan etéreos como el propio espacio virtual. Pero eso
no es todo. Creen -.en realidad están convencidos y a partir de ahí intentan
convencer a todo el mundo-. que por fin llegó el detalle que faltaba:
la �cibereconomía�.Pero,
¿qué es esto? �La fuerte aceleración del fenómeno de globalización
ha creado un entorno económico donde la tecnificación pone una elevada
velocidad a todos los acontecimientos. Las tecnologías de la información
y la comunicación, con una trepidante fuerza innovadora, han hecho evolucionar
las relaciones comerciales, la creatividad empresarial y los cambios profesionales
superando con creces la realidad a lo imaginable�, explica el semiólogo
italiano Giovanni De Metra para definir el término (que al menos se puede
explicar como un fenómeno y no como una amenaza).
www.esclavos
y pantallas.com
Aunque no resulte tarea fácil se deben buscar los orígenes de la nueva
profecía. Porque si bien el desencadenante -.esto es, el lanzamiento del
término al lenguaje coloquial-. fue la renombrada fusión AOL-Time Warner,la
cuestión daba desde mucho antes para que varios especialistas llenen páginas
y hasta libros enteros (tal es el caso de Malthuws, que publicó dos volúmenes
llamados �El futuro de la economía global, modelos tecnológicos de la
globalización�). Como explica De Metra (que para ser francos no descubre
nada nuevo cuando habla de los cambios que la tecnología provocó en la
Tierra), la informatización de la sociedad humana lleva (o llevará) a
que se centralicen todas sus actividades comerciales en las pantallas
de las computadoras. Bien. Esto tampoco es nuevo: un rápido racconto permite
saber que por Internet se compran libros, discos, alimentos, autos, viajes,
pornografía, drogas �legales y de las otras�, ropa, películas, computadoras,
cuadros, joyas y todo aquello que un ser humano puede querer adquirir.
Pero el punto es que no todos tienen la opción de hacerlo, sólo aquellos
con el dinero (virtual o real) necesario para tales menesteres. Sin embargo,
aun cuando algún profeta apocalíptico entrevea los mezquinos intereses
del establishment que por fin encontró una forma de poder, no es esto
culpa de las redes informáticas. Los pobres del siglo XIX tampoco tenían
poder adquisitivo. En todo caso sí se podría hablar de un nuevo recurso,
más moderno, más rápido, pero con el mismo sentido de siempre.
www.estadísticas.com
Por otro lado no se debe olvidar que las cifras siempre sirven para cuantificar
los fenómenos. Si en los primeros días del 2000 (el año en que el futuro
dejó de ser lo que era) la cantidad de usuarios de Internet sigue sin
pasar el quince por ciento de la humanidad (según estimaciones del MIT),
es decir unas novecientas millones de personas sobre más de seis mil millones
que habitan el planeta, ¿no es cuanto menos pretencioso hablar de �la
humanidad� para referirse a quienes encontraron un recurso tecnológico
para hacer dinero? Las mismas cuentas sirven para poner también en duda
la teoría de la �dominación�. Para que tal cosa se produzca en (y gracias
a) las computadoras debe haber mucha más -.pero mucha más� gente con acceso
a ellas. Y mientras esto no se concrete será como predecir el destino
de alguien que todavía no nació. Por otra parte, la teoría de los nuevos
multimillonarios es bastante dudosa. Los profetas del dinero virtual dicen
que alcanzará sólo con chips y bits para ser un hombre económicamente
poderoso. Pero también hará falta dinero. El economista francés Patrick
Lescarboura lo resume fácil: �Dicen que los hombres compiten por los mercados
y los sistemas; es mentira. Los hombres compiten por el dinero, utilizando
los mercados y los sistemas�.
www.fascinados.com
Tampoco se
debe soslayar la fascinación que desde siempre provocan en los hombres
los nuevos descubrimientos. Suelen ser ocasiones ideales para elaborar
teorías a montones; de todos modos su veracidad se verá cuando sus autores
ya no estén sobre la superficie terrestre. Así entonces es como surgen
alarmantes presagios con sus correspondientes desmentidas. Dicen: uno
de los problemas �graves� que deberá enfrentar la cibereconomía es la
proliferación de hackers y la vulnerabilidad del espacio virtual. Alertan
sobre lo fácil que le resultará a un experimentado programador penetrar
en las cuentas ajenas para vaciarlas. El problema existe y ha causado
pérdidas millonarias, esto es cierto. Pero también lo es que desde Butch
Cassidy en adelante los ladrones de bancos han existido a montones y también
que han generado recursos, aveces sofisticados y a veces elementales,
para burlar los sistemas de seguridad (cuentan los historiadores que uno
de los métodos de Cassidy consistía en hacer explotar a un ayudante -.por
lo general Sundance Kid� una bolsa de papel dentro del banco; cuando los
guardias se asustaban y corrían en cualquier dirección, él sacaba su arma
sin que nadie lo viera y en segundos dominaba la escena). En todo caso,
el futuro cambia a los pistoleros por ingenieros informáticos. En lugar
de la Wild Banch (la banda de Cassidy y sus colegas) ahora existen hackers
que extorsionan al gobierno de Estados Unidos mediante la publicación
de documentos secretos. La humanidad evoluciona en todos sus aspectos.
www.mitos
eternos.com
En definitiva, si es como dicen, la cibereconomía no sería más que un
sistema en el cual las leyes del mercado están (estarán) regidas por la
informática y por lo que en ella sucede. ¿Es posible esto? ¿Habrá que
creer al fin y al cabo que los gobiernos del futuro cercano librarán sus
luchas económicas en el espacio virtual? ¿O concluirán en que, en definitiva,
no hay como las tradiciones y saldrán a tirarse bombas al mejor estilo
�película de súper acción�? En realidad todo el asunto huele a �nuevo
mito�. Desde su llegada a la cotidianeidad, Internet ha sido generadora
de innumerables cuentos a su alrededor. De hecho, las propias computadoras
eran objeto de profecías que hoy suenan completamente ridículas. Cuando
el mundo conoció a mediados de la década del 40 la Eniac, la primera computadora
registrada como tal y que funcionaba con 18.000 tubos de cristal al vacío
que producían una luz naranja, hubo caras de susto frente al engendro
electrónico. De todos, el mejor de los asustadizos fue Phil Plowers, un
ingeniero mecánico que pretendía ser algo así como un híbrido entre Bill
Gates y Aldous Huxley y que en 1949 lanzó su temible predicción: para
el año 2000 las máquinas iban a ser dos veces más grandes que la Eniac
-.que ocupaba una habitación entera y necesitaba de un contingente permanente
de soldados para cambiar los tubos que se fundían uno tras otro-. y sólo
las personas muy �pero muy� adineradas iban a poder tener una en su casa.
Aunque, claro, su poder iba a ser inmenso.
La
historia del futuro
La anécdota puede resultar un buen resorte en cuanto a pensar todas estas
predicciones con visión de futuro, que es cuando se ven sus resultados.
Hay que tener en cuenta que el pobre Plowers era de una época en la que
no existían siquiera las calculadoras. Por otra parte, no todo avanza
a la misma velocidad. Por establecer una comparación entre dos elementos
que hoy son de uso cotidiano: si los automóviles hubiesen evolucionado
al igual que las computadoras podrían alcanzar los 150.000 kilómetros
por hora, sin contar que saldría mucho más barato comprar uno nuevo que
pagar la tarifa diaria del estacionamiento. No se trata aquí de establecer
una polémica sobre la utilidad o no de los nuevos sistemas informáticos
porque sería una discusión sin sentido: por supuesto son útiles. Sólo
que hay ocasiones en que parecería que a partir de aquí ya no hay más
nada y que la humanidad encontró por fin su lugar en el futuro. Algo tal
vez parecido a lo que pensaron los seres humanos cuando por primera vez
vieron volar una máquina con alas.
El
qué dirán
¿Qué dirán dentro de cincuenta años quienes se dediquen a investigar a
la humanidad del 2000? Posiblemente alguien escriba un artículo en el
cual se tilde de ridículo a Bernard Malthuws, �un economista que suponía
que todas las transacciones comerciales, a gran y a pequeña escala, pasarían
por las computadoras�. Y hasta puede que también se haga mención a los
demás �profetas tecnológicos� como un grupo de desquiciados y fascinados
por las redes informáticas que sólo pretendía, como en un relato de historias
paganas, glorificar al dios Internet sin saber que, en realidad, el verdadero
dios �que quién sabe cuál será su origen� todavía no había llegado a la
Tierra.
|