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Diálogo con Lino Barañao, especialista en embriologia y biologia de la reproduccion

Clonación y política

Por Leonardo Moledo

Lino Barañao es investigador principal del Conicet. Estudió Química en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires y realizó posgrados en el Instituto Nacional de la Salud de Estados Unidos y en la Universidad del Estado de Pennsylvania, donde se especializó en mecanismos de acción hormonal en cultivos de células ováricas. Con más de cuarenta trabajos publicados sobre el tema (en revistas de primera línea como Developmental biology y Endocrinology and biology of reproduction, etc.), Barañao es además integrante de la Comisión Nacional de Etica Biomédica del Ministerio de Salud y de la Comisión Nacional de Tecnología Agropecuaria. Docente y consejero en el claustro docente de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, Barañao también dirige el Laboratorio de Biotecnología Animal en el Instituto de Biología y Medicina Experimental (IByME).
�Bueno, yo siempre empiezo estos diálogos más o menos igual. ¿Por qué no me cuenta lo que hace en este laboratorio? �Desarrollamos sistemas que permitan reproducir en cultivos los fenómenos que tienen lugar durante el desarrollo de un folículo ovárico. Más concretamente, lo que vengo estudiando desde hace tiempo es de qué manera se regula el proceso que permite liberar en un momento preciso un óvulo capaz de ser fertilizado.
�¿Y por qué eso es un problema?
�Porque el óvulo tiene una ventana muy precisa en que puede ser fertilizado.
�¿Una ventana de cuánto?
�Unas 48 horas.
�Parece poco, ¿no?
�Es poco, y encima esa capacidad de ser fertilizado la adquiere en un período de pocas semanas. Lo que sería interesante es saber cómo se entera de que ese ovocito está listo para liberarlo en el momento adecuado y cuando todo el tracto femenino está preparado para recibir a un potencial embrión. Este es un proceso que implica señales químicas entre las distintas células implicadas, entre los distintos tejidos que permiten coordinar este proceso. Y es importante para comprender trastornos de fertilidad femenina y para controlar el proceso reproductivo en especies de interés zootécnico, para controlar la fertilidad tanto en humanos como en especies animales, para que sea un fenómeno predecible. Esa es una línea de investigación.

Fertilización in vitro
�Hay más.
�Efectivamente, hay más. También desarrollamos una línea aplicada de transferencia de tecnología en el área de la biotecnología animal. A principios de los �90 comenzamos a trabajar en la producción in vitro de embriones bovinos, y de hecho en el año �94 nacieron en el país los primeros terneros nacidos por esta técnica y que se hicieron acá en el instituto.
�Pero fecundaciones in vitro ya se hacían en humanos...
�Sí, pero la diferencia es que en estos casos el ovocito se madura también in vitro. En el caso de bovinos, se hace en cultivo, ya que se parte de animales que han sido sacrificados, se extraen ovocitos, se maduran, se fertilizan, y luego de siete días en cultivo, se obtiene un embrión capaz de ser implantado en una vaca receptora. Este sistema de fertilización in vitro nos permite estudiar más en detalle la comunicación entre el ovocito y el resto de las células que lo rodean, uno puede tratar de encontrar las señales químicas que el ovocito envía a las células que lo rodean, y lo que éstas le contestan. Hay un diálogo químico permanente. Fíjese que tiene que tratarse de un proceso muy coordinado: si el ovocito madurase muy rápido o muy lento, no pasa nada.

Un diálogo químico
�Cuénteme cómo es ese diálogo.
�Se basa en algunas señales químicas que están siendo caracterizadas y otras que no se conocen. Actualmente existen técnicas muy poderosas, que permiten aislar una batería de genes que actúan (o mejor, están expresados) en el ovocito en ese momento, y se desarrollan microchips que estudian miles de genes. Eso, obviamente, se hace en laboratorios de EE.UU.
�¿Por qué �obviamente�?
�Porque es una tecnología costosa, que requiere cientos de miles de dólares para ser utilizada. Y hay pocos laboratorios en el mundo que cuentan con los fondos necesarios.
�Y ustedes no pueden hacerlo.
�Podemos, si conseguimos suplir con la imaginación o el desarrollo teórico la falta de recursos financieros adecuados. Esto sirve hasta un límite inferior, que es cuando uno ni siquiera tiene fondos para testear las hipótesis, que es cuando deja de tener sentido la opción.
�Pero no hacen falta fondos fabulosos.
�No, realmente no. Comparado con otros emprendimientos, como la investigación y el desarrollo espacial o la tecnología nuclear o de hardware. Desazón en el ámbito científico
�O Internet.
�Eso es preocupante, porque de alguna forma, la información reciente que se está recibiendo de la nueva secretaría de... no sé qué nombre le pusieron ahora.
�Tecnología, Ciencia e Innovación. La ciencia quedó en segundo lugar, como ve.
�Veo. Pero, además, le decía que la información indica que se está priorizando la transmisión de la información por sobre la generación de nuevo conocimiento. Internet es útil para generar conocimientos, pero no reemplaza el acto creativo.
�Sí, a veces pienso que Internet es una especie de nueva escolástica. �Lo vi en Internet� parece conferir un aura de autoridad. Internet se toma como una palabra mágica.
�Si uno hace un paralelo con un área de la cultura popular como la música, suponer que el desarrollo de Internet va a suplir la investigación científica es tan absurdo como pensar que uno podría suplir las ausencias de Fito Páez o de Spinetta aumentando el uso de la radio. Lo que la Argentina necesita hoy por hoy es un fomento decidido de la investigación científica en general, y en particular en áreas prioritarias que puedan producir un beneficio socioeconómico en el corto o mediano plazo.
�Pero lo único que se escucha de la secretaría es la palabra �Internet�.
�Sí. Precisamente eso es lo que está provocando una sensación de desazón en el ambiente científico y en particular entre aquellos que apoyamos públicamente al Frepaso desde el ámbito científico. La verdad es que nos sentimos como la mona....
�Mmm... me parece que describe la sensación térmica en el ámbito científico, y no sólo es usted quien lo dice. Lo escucho a cada rato, créame.
�Había un cierto optimismo al comienzo de la gestión que se está disipando rápidamente a causa de las señales que nos llegan desde los niveles de decisión.
�Esta semana renunció Mario Albornoz, que iba a ser el coordinador de Investigación y Desarrollo.
�Particularmente, es el síntoma más negativo y el que ha repercutido más desfavorablemente en todo el ambiente, porque es una figura reconocida por su idoneidad en cuanto hace a la planificación de la ciencia. Que haya tenido que irse es una señal muy clara de que una vez más la investigación científica tiene asignado un papel cosmético y prescindible en los programas de gobierno. A veces pienso que el voluntarismo, que ha permitido el mantenimiento de la investigación aun en períodos extremadamente críticos, puede tener consecuencias desfavorables.
�¿Por qué?
�Porque se sabe que, pase lo que pase, los científicos van a tratar de seguir trabajando y eso hace que el sector sea presa de sucesivos funcionarios que ven un posible sitio de recorte de presupuesto, cuya repercusión social es percibida como escasa. �¿Pero no hubo ningún intento de consulta con la comunidad científica?
�Ninguno. Hay una cierta actitud soberbia que no se condice con la complejidad del problema a resolver. Nadie puede arrogarse en este momento en forma individual la autoridad o la decisión para resolver los problemas estructurales que tiene el sistema científico argentino.
�Y eso, aunque parezca mentira, salpica al Gobierno, porque aunque la comunidad científica es chica, tiene mucho prestigio.

Clonación, Dolly y otras yerbas
�Hay una cosa que quería preguntarle. Usted presentó un proyecto para hacer exactamente lo mismo, y con la misma gente que clonó a la oveja Dolly y se lo rechazaron, ¿no es así?
�Sí. Desde que comenzamos a trabajar en biotecnología animal, teníamos en claro que la técnica de trasplante nuclear que permite hacer copias de animales iba a tener un impacto notable. Entonces, en el año �94, contactamos al grupo de Willmut y a Campbell (que es el que finalmente clonó a Dolly) para hacer una presentación a un proyecto de colaboración internacional entre Argentina e Inglaterra y efectivamente hicimos la presentación, que consistía en hacer estudios en paralelo en ovejas en Escocia y en vacas en Argentina, y ese proyecto no fue financiado porque, hasta antes de Dolly, la comunidad científica internacional era extremadamente escéptica sobre las posibilidades de clonar mamíferos. Noobstante, mantuve el contacto epistolar y, en un congreso reciente, Campbell, el padre de Dolly, me recordó aquella presentación.
�Fue una lamentable falta de visión de quienes negaron el financiamiento.
�Se pensaba que esto no tenía futuro, se pensaba que sólo se podían clonar embriones. Hubiera sido una posibilidad de tener una posición de liderazgo desde el principio. De todas formas, al año siguiente, y gracias al apoyo de la Agencia de Cooperación de Japón, pudimos realizar ensayos de trasplante nuclear en nuestro laboratorio y, fiel a mis genes vascos, pienso a corto plazo encarar un proyecto de clonación de vacas en el país. Fantasías y rechazos
�Hay recelo en la gente sobre ese tema.
�Es inevitable que la sola mención de la clonación lleve a la gente a imaginarse miles de seres humanos idénticos, pero las perspectivas reales de aplicación de esas técnicas son muy diferentes. La clonación de seres humanos con fines reproductivos carece de justificación tanto desde el punto de vista ético y médico como desde lo económico, y menciono esto porque este último factor a veces suele tener más peso que los dos primeros. Hoy por hoy es tan riesgoso y tan ineficiente que intentar la clonación de un ser humano sería un acto criminal.
�¿Y en animales?
�Es al revés. La aplicación de la clonación en especies animales, particularmente en bovinos, tiene extraordinarias posibilidades tanto desde el punto de vista médico como económico. La técnica de clonación permite producir en forma eficiente animales transgénicos que, por ejemplo, produzcan fármacos de uso humano en su leche, con lo cual el costo de estos medicamentos puede hacerse más accesible, particularmente en enfermedades que actualmente no tienen tratamiento eficaz como la fibrosis quística. El valor de estos animales es extraordinariamente alto, al punto que una vaca que produzca, por ejemplo, activador de plasminógeno (que se usa para el tratamiento del infarto) en su leche resulta más rentable que una eventual gallina que pusiese huevos de oro. Por otra parte, la técnica de clonación permite la conservación de germoplasma (conjunto de genes), es decir de genes valiosos que tienen las especies animales, ya sea especies en peligro de extinción o, por ejemplo, razas nativas o autóctonas de ganado. En ese sentido, hemos comenzado un proyecto en combinación con la Universidad de Lomas de Zamora para la conservación de germoplasma del ganado criollo patagónico tanto por criopreservación como por clonación.
�Congelan células.

�Estamos congelando células de vacas Holando campeonas para clonarlas en el futuro; a partir de pedacitos de orejas de vacas es posible hoy por hoy reconstruir o clonar el animal. Mmmm... esto es algo que todavía me parece ciencia ficción.

Volvemos al diálogo químico
�La técnica de clonación es, además, una herramienta poderosa para estudiar otro tipo de diálogo químico que es el que existe entre el núcleo y el citoplasma.
�¿Cómo es ese diálogo? ¿De qué hablan?
�Ese diálogo está canalizado por proteínas. Hasta las experiencias de clonación se pensaba en el núcleo como un ente autoritario que regía en forma omnímoda al territorio citoplasmático. La experiencia que dio origen a Dolly demostró que cuando el núcleo de una célula cualquiera es introducido en el citoplasma de un ovocito debe someterse a las directivasde este último y es reprogramado para convertirse en el núcleo de una célula embrionaria.
�Suena como una dictadura del citoplasma.
�Pero es una dictadura transitoria.
�Todas son transitorias, por suerte.
�Por suerte. Porque a partir del momento en que empieza a leerse la información de ese núcleo, la información del núcleo...
�Pero, ¿cómo se leen? ¿Eso qué quiere decir?
�Meto el núcleo. Ese núcleo tiene pegadas una serie de proteínas que venían pegadas de la célula original. Cuando entra al ovocito, esas proteínas se diluyen, se pegan las nuevas y hace que se lean esas nuevas.
�Pero, ¿qué quiere decir �leer�?
�Leer quiere decir pasar en un lenguaje de nucleótidos en el ADN a un lenguaje de aminoácidos en las proteínas. Por la acción del citoplasma, las nuevas proteínas que va a producir ese núcleo extraño (que no era el núcleo de un embrión) van a ser proteínas características de un embrión. Piense que yo meto un núcleo de una célula de mono en un ovocito de vaca. Primero, el citoplasma reprograma la célula para transformarla en una célula inicial de un embrión. Luego, el núcleo reasume la conducción, porque ese embrión va a ser de mono y no de vaca.
�Esto es casi política celular.
�Exactamente, pero es una política de la cual deberíamos aprender, porque está basada en un diálogo constante y las respuestas del sistema son tenidas en cuenta para la toma de decisiones. En términos generales, la fisiología es una muy buena escuela de política.

Un poco de todo
�Es un tema interesante el poder vivir este momento peculiar del desarrollo científico, que tiene algunos contrastes; por un lado, el conocimiento analítico ha tenido avances espectaculares: estamos a instantes de conocer el genoma humano; y por otra parte, el conocimiento integrativo tiene todavía desafíos formidables: ¿cómo se integran las partes para dar un todo diferente, por ejemplo? El desarrollo embrionario es algo que todavía no se comprende. ¿Cómo se forma un organismo complejo a partir de células iguales? ¿Cómo se transmite una información espacial? O bien otras áreas, como la de la conciencia, donde estamos en pañales.
�Sobre el estado consciente no hay ni siquiera una teoría primitiva.
�Y tantas otras cosas. ¿Sabe lo que pienso a veces? Que a pesar del enorme avance de la ciencia, todavía le estamos pifiando en alguna cosa muy grossa... Hay variables fundamentales sobre las cuales seguramente tenemos una visión demasiado antropocéntrica, así como estamos demasiado acostumbrados a percibir diferentes longitudes de onda de la luz como colores, tal vez nuestra percepción de otros aspectos fundamentales del Universo también estén condicionadas por nuestro aparato sensorial hasta un punto que no nos podemos imaginar. Me interesan aquellas hipótesis que cuestionan la base de nuestra cosmovisión. La ciencia no está libre de paliar el sentimiento de inseguridad de todo ser humano, aferrándose a ciertas leyes que parecen haberse descubierto y que llevan a negar incluso evidencias experimentales. Si no se hubiera postulado que la clonación de animales era imposible, tal vez el nacimiento de Dolly podía haberse producido años antes... Pero, al fin y al cabo, uno de los motores de la ciencia es la arrogancia, es la capacidad de desafiar los dogmas prevalentes.
�Eso es lo que muchas veces no comprenden los que gestionan el financiamiento...
�Sí. Eso no tiene nada que ver con la soberbia administrativa de algunos funcionarios.