Por
leonardo moledo.com
Susana
Finquelievich es arquitecta, doctora en sociología e investigadora
del Conicet y del Instituto Gino Germani de la UBA y acaba de publicar
el libro ¡Ciudadanos a la red!
Bueno,
usted habrá visto que el título de este diálogo
coincide con el título del libro que ustedes acaban de publicar...
Usted está en el Instituto de Investigaciones Gino Germani de
la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, como investigadora independiente
del Conicet.
Y soy la coordinadora del área de estudios urbanos
del instituto.
Cuénteme lo que hace allí.
Fundamentalmente dirijo una serie de investigaciones que
empezaron por los impactos de la revolución informacional sobre
las ciudades, sobre los sistemas técnicos y sobre sus sistemas
de gestión y que luego evolucionaron hacia los cambios que sufre
la organización social ante la entrada a la llamada sociedad
digital.
¿Por ejemplo?
Por ejemplo las nuevas formas de organización social
que se dan a través de las redes electrónicas comunitarias.
¿Y qué son esas redes?
Son redes ciudadanas, son organizaciones de civiles.
ONGs (Organizaciones no gubernamentales).
No, ONGs no, OSCs.
OSCs. Resulta difícil de pronunciar.
No es para tanto. OSCs: Organizaciones de la
sociedad civil, que utilizan estas tecnologías ya sea para ampliar
las organizaciones preexistentes en forma presencial, o para crear nuevas
organizaciones, fortalecerlas y articularlas con organizaciones similares
en el resto del mundo.
Forma
y cultura
Es una forma nueva.
Es una cultura nueva de la sociedad civil. Uno no se limita
solamente a satisfacer necesidades locales sino que cobra conciencia
de las problemáticas a nivel global; y se pueden hacer presiones
a nivel global, por ejemplo la red Epitelio, que está conformada
por organizaciones barriales en toda Europa desde el barrio chino de
Barcelona, que es el barrio de la prostitución, hasta organizaciones
alemanas. Cuando una de ellas tiene un problema con su municipio, ya
la presión que puede ejercer es a nivel europeo.
Bueno, digamos que son organizaciones que se adaptan...
No. No son antiguas organizaciones que usan nuevas tecnologías,
hay un cambio de cabeza, hay nuevas comunidades, con formas de pensar
y de hacer innovadoras, que se pueden considerar como el embrión
de la sociedad informacional.
Nuevas formas de pensar. Parece mucho decir... ¿por
ejemplo?
Es la forma de pensar mucho más globalizada. Se decía
hace poco que hay que pensar globalmente y actuar localmente, pero ahora
se dice que hay que actuar también globalmente desde lo local...
Suena lindo, pero también a juego de palabras...
Es que las fronteras de lo local estallan, lo cual no quiere
decir que se pierdan las identidades locales, muy por el contrario,
las TICS (tecnologías de la información y la comunicación)
sirven para reforzar estas identidades.
...Esto está probado por asociaciones indígenas.
En Argentina tenemos quilmes net que es una asociación
electrónica creada por los indios Quilmes en Tucumán,
que tienen una página web...
Bueno, pero usted no me puede decir que porque haya una página
web de los indios Quilmes..
Sí puedo, porque así encuentran una forma de
salvar su cultura y de conectarse con otras asociaciones indígenas.
Por ejemplo, los maoríes de Nueva Zelanda tienen una red electrónica
muy fuerte, y ahora han establecido contactos electrónicos con
los mapuches de Chile, porque descubrieron que tienen la misma raíz
étnica.
Parece raro que se conserve la identidad a través de
la pantalla.
La identidad se conserva a través de las costumbres,
la pantalla es un instrumento de conservación
de la memoria, para conservar la memoria y para establecer redes entre
los individuos aislados de esas comunidades.
Pero da la sensación de que se trata más bien
de una integración, exótica, pero una integración
al fin.
No, porque no pierden las características de la identidad.
Se integran más que en la sociedad industrial que los marginaliza.
Están haciendo un salto de la sociedad preindustrial a la sociedad
digital, a la cual pueden integrarse sin tener que renunciar a su identidad.
La verdadera integración no es la asimilación, que castra
a un pueblo de su historia, sino el poder actuar socialmente conservando
las propias raíces.
Signifique eso lo que signifique... pero, en fin, nos llevaría
a una discusión muy larga.
Fetichismo
Ahora bien, ¿no está un poco fetichizado
el poder de Internet? Porque usted me dice: tal grupo conserva su identidad,
o accede a tal tipo de organización porque tiene una página
web, y un poco suena como si me dijera: hay una cosa nueva porque publican
una revista...
Vamos a decir así: el poder de Internet está
a la vez sobrevalorado y subexplorado. Está sobrevalorado porque
Internet es una herramienta, y obviamente ninguna herramienta va a resolver
por sí misma las cuestiones que uno no resuelve, o los problemas
que no se resuelven por otro lado. No va a evitar que miles de chicos
de nuestro país se mueran de hambre y que estemos creando para
el futuro una generación de idiotas por subalimentación.
¿Y entonces?
Lo que sí puede hacer una buena utilización
de Internet por parte de la sociedad es integrar a estos habitantes
a la sociedad de la información de tal manera que no sean los
futuros ciudadanos gamma. En este sentido, el poder de Internet
está poco explorado.
Bueno, pero, ¿cómo puede integrar a gente que
tiene hambre si usted en vez de un sandwich le da una computadora?
No. Tiene que darle un sandwich, escolarización y
además la computadora. Ya no es más alpargatas sí,
Internet no. Lo que queremos es zapatos e Internet.
A eso me refería con el fetichismo. Zapatos e Internet
y ya está.
No, no está. Lo que pasa es que Internet es la posibilidad
de integrarse a la sociedad de la información, de aprender nuevos
oficios, de crear microemprendimientos propios, acceder en mejores condiciones
al mercado del trabajo y de organizarse mejor socialmente.
No me convence demasiado. No veo por qué, si no hay
trabajo, conectarse a Internet va a dar mejores posibilidades.
Hay dos cosas. Lo que da mejores posibilidades de trabajo
es una educación que permita usar no sólo Internet sino
todas las nuevas tecnologías, porque todas las investigaciones
indican que al mediano y largo plazo el mayor nivel de educación
posibilita mejor inserción.
Bueno, es obvio.
Trabajo
global
Pero además,
conectarse a Internet sí da la posibilidad de acceder a bolsas
de trabajo globales, teletrabajar para compañías que ni
siquiera están en la ciudad de uno, vender sus bienes y servicios
a través de la red y fundamentalmente descentralizar la economía
y los mercados de trabajo. Me explico: en la Argentina y en gran parte
de América latina, la sociedad industrial produjo el fenómeno
de que el trabajo se centralizara en las capitales y las grandes ciudades.
Entonces, las tecnologías de la sociedad de la información,
el auge del comercio electrónico, permiten que esta economía
se descentralice y que desde cualquier pequeño pueblo se puedan
ofrecer a través de la red bienes y servicios para ser comprados
sin intermediarios en el mercado nacional e internacional.
Pero cada vez que se inaugura un centro de ventas virtual,
cierra un negocio real.
No necesariamente. De hecho, los negocios que más
éxito han tenido en el mundo virtual son los negocios que existen
presencialmente y que extienden su radio de acción por medio
de Internet.
Pero, de todos modos, el esquema no cierra del todo, porque
si alguien extiende su radio de acción, va a perjudicar a alguien
en otro lado.
Sí. Perjudica al intermediario. Tome una cooperativa
de mujeres mapuches que produce algo muy tradicional, como por ejemplo
artesanías. Esas artesanías, ¿por cuántos
intermediarios tienen que pasar para llegar al mercado porteño
y luego al internacional, donde se pagan cientos de veces más
que a la mujer que lo produce? Al entrar en el mercado global, es cierto,
los intermediarios pierden, pero las productoras ganan, que son las
que cuentan.
¿Y con ocupaciones menos tradicionales?
Un grupo que quiere hacer una revista y quiere hacerlo en
forma electrónica, le sale más barato producirla y distribuirla.
Estamos pensando en un mundo que va a consumir mucho más al pie
de la vaca, donde la relación productor-consumidor es mucho más
directa.
Pero, ¿quién les paga a los que escriben esa
revista?
Hay dos formas: pagar por acceso, o los que ponen publicidad,
como en la radio.
Beneficios
para lo local
Yo estoy convencida de que la web es una herramienta
que puede producir efectos benéficos de acuerdo a las estrategias
y políticas que den tanto el Estado como la sociedad civil, por
eso es importante crear espacios de articulación reales y virtuales.
Los Estados que están comprendiendo que están en la sociedad
digital, deben transformar su cultura organizacional y alentar la circulación
de la información. Y las empresas pueden articularse y formar
estrategias win win.
Es decir...
Las estrategias win win, determinadas formas
de articulación en la cual los dos pueden ganar dependiendo del
tipo de negociación que se haga. Por ejemplo, cuando un gobierno
municipal entiende que en vez de actuar hacia adentro y de conservar
la información como un sistema vertical cerrado le resulta mucho
más eficiente para la gestión interactuar con la población,
difundir información que haga que las organizaciones comunitarias
puedan interactuar con ese municipio, y recibir la información
producida por esa comunidad para que, en vez de que el Estado y la sociedad
civil sean elementos antagónicos, sean lo que siempre debieron
ser: funciones especializadas de un mismo cuerpo.
Suena irreal, utópico.
Podría decirle que responde a la necesidad de creación
de nuevas utopías, pero no se lo voy a decir.
Bueno, no me lo diga.
No se lo digo. Esto es algo que, de hecho, está siendo
producido en diversos municipios del mundo, y no me refiero sólo
al mundo más desarrollado sino al que tenemos aquí cerca;
por ejemplo, en Perú, la red científica peruana ha creado
el programa de cabinas públicas, en el que la población
accede a cabinas de Internet por precios mínimos y las usa para
comunicarse, buscar trabajo, estudiar y también para obtener
información sobre sus representantes.
A la luz de los últimos acontecimientos en Perú,
no parece funcionar demasiado bien.
Le diría que sí, porque la oposición
que se ha creado, la fuerza que se ha creado para oponerse, actúa
de una forma muy informada.
Pero no me va a decir que eso se debe a las cabinas públicas
de Internet.
No, no voy a decir que eso se debe a Internet, que es una
herramienta, se debe a los usos inteligentes que la sociedad civil está
haciendo de Internet. En última instancia, nada negativo ni nada
positivo se debe a Internet, que es sólo una herramienta.
Muy reciente, además...
Y provisoria. Muy pronto tendremos una herramienta superadora
de Internet, y esta herramienta ya debe estar siendo creada en algún
laboratorio. Los resultados buenos o malos pasarán por las estrategias
de la gente que haya comprendido cómo actuar en la era digital
y cómo usar esas herramientas.
Falta
investigación
Digamos
que por eso hace falta la investigación.
Justamente, las investigaciones que estamos realizando se
refieren a estos temas. Uno es los usos de las TICS en la gestión
urbana y la interacción con los ciudadanos. Estamos usando los
casos de Buenos Aires y de Montevideo. Otro de los programas de investigación
se refiere justamente a las redes electrónicas comunitarias en
la Argentina. Cómo nacen, cómo se organizan, y cómo
se articulan entre sí.
Son numerosas, son pocas, ¿cuántas son...? Cuénteme.
Por ahora hay sólo filamentos. No podemos hablar verdaderamente
de redes. Pero estuvimos detectando alrededor de doscientas organizaciones
comunitarias que utilizan este tipo de redes. Los resultados de nuestras
investigaciones se reflejan en el libro...
Dificultades
¿Y tienen dificultades para avanzar?
Tenemos problemas: las entidades estatales, hasta hace muy
poco tiempo no reconocían la importancia de desarrollar una investigación
que aliente el matrimonio entre las ciencias sociales y las diferentes
ingenierías. En este momento, así como estallan las fronteras
geográficas, también se disuelven las fronteras disciplinarias.
Estos nuevos fenómenos no pueden ser abordados sólo por
cientistas sociales, físicos e ingenieros, cada cual por su lado,
sino por una combinación equilibrada de los tres de modo de poder
diseñar las ingenierías de redes sociales y técnicas
necesarias. Y esto implica un cambio de mentalidad científica
que todavía no ha sido puesto en marcha.
¿Y las empresas de telecomunicaciones, que son el soporte
de todo esto?
Las empresas privadas, de telecomunicaciones y de informática
tampoco entienden muy bien la importancia de estimular investigaciones
en este campo desde el punto de vista de las ciencias sociales. Fuera
de losestudios de mercado, no realizan investigaciones sobre la sociedad
civil de la era de la información que se está generando
bajo sus narices.
O bajo sus pies.
Esto quiere decir que la investigación que realizamos
los científicos argentinos sobre estos temas es una investigación
que se lleva a cabo con fondos mínimos, cada vez menores debido
a las políticas de ajuste, y son desarrolladas por investigadores
subpagados y sostenidas por mucho trabajo voluntario.
La expresión trabajo voluntario, supongo,
es una forma elegante de decir gratis.
Sí. En vez de ser la investigación de la sociedad
de la información, responde a los criterios del siglo XIX, cuando
los investigadores eran hijos de familias terratenientes y que podían
costearse sus investigaciones en este campo.
Bueno, es coherente que una familia terrateniente pueda costear
investigaciones en cualquier campo.