ESPECTACULOS
El
lomo de los ángeles
Drew
Barrymore, Cameron Díaz y Lucy Liu encarnan a los tres nuevos
ángeles de Charlie, en lo que seguramente, en esta época
de tributo a los 70, será un éxito de taquilla. Las chicas
podrían ser las hijas de la rubia y las dos morochas que en su
momento conmocionaron la pantalla haciendo de detectives a las órdenes
de una voz en el teléfono.
Por Moira Soto
Si
las detectives Jill Munroe, Kelly Garrett y Sabrina Duncan, protagonistas
de la mítica serie de fines de los 70, hubiesen tenido hijas
que siguieran sus arriesgados pasos, éstas podrían ser
muy bien las protagonistas del futuro estreno cinematográfico
Los ángeles de Charlie. Porque, si bien la referencia a aquella
serie y el deseo de capitalizar su enorme suceso hoy tamizado por la
nostalgia son evidentes, la noticia es que estos nuevos ángeles,
entrenadísimos en artes marciales chinas, viven sus aventuras
en el 2000. Las angelicales chicas ahora se llaman Natalie, Dylan y
Alex, y están actuadas, respectivamente, por Cameron Díaz,
Drew Barrymore y Lucy Liu, bajo el ala más o menos protectora
del inefable Bill Murray, que encarna a John Bosley, el intermediario
activo de Charlie.
En el film, del equipo inicial de la producción televisiva apenas
sobreviven el productor Leonard Goldberg, que viene a ser como el abuelo
del nuevo trío, y la voz de John Forsythe, es decir, el único
atributo conocido de Charlie Townsend, el excéntrico millonario
mentor de las chicas (amén de su espalda y su mano en el teléfono).
A los ángeles de antaño, los originales, se les ofreció
aparecer en sendos cameos, pero las actrices no quisieron ni asomar
la nariz en esta producción que promete, antes que una historia
novedosa, un show de efectos especiales y recursos tecnológicos
(Barrymore no quiso en lo posible armas de fuegos) que multiplican los
poderes de las aventureras.
Otra
época, otro look
En la segunda mitad de los 70, las tres detectives llamadas por
el misterioso Charlie causaron sensación no sólo por el
encanto de la serie y el acierto con que fueron elegidas sus protas.
Es que para esas fechas era muy raro ver mujeres de acción llevando
el peso del relato en la tele, salvo alguna mujer policía como
la sargenta Suzanne Pepper Anderson, aparecida en 1975.
Pero tres damiselas juntas de armas tomar, bonitas, valientes y astutas
fueron una novedad que atrajo masivamente el interés del público
se decía que el sector femenino de la teleplatea se identificaba
y el masculino se excitaba y desató el merchandising: productos
diversos, incluidos muñecas e historietas, ropas, peinados.
Los productores Aaron Spelling y Leonard Goldberg, en plan de escoger
el casting de la futura serie, acertaron plenamente. Prueba de ello
es que las tres intérpretes iniciales son las que han perdurado
en la memoria de la gente que las vio, pese a que los 106 capítulos
se emitieron entre 1976 y 1981, y Farrah Fawcett apenas permaneció
un año, sumiendo en el más profundo bajón a sus
fans cuando anunció que se retiraba para hacer carrera en el
cine (así le fue). En verdad, cuando Spelling puso el ojo en
ella, Farrah, ex estudiante de biología, muy casada con el hombre
nuclear Lee Majors (se agregó el apellido de él mientras
duró el amor), era apenas una chica de poster, muchos dientes
y mucho pelo muy cepillado, sportiva ysanita. Ser un ángel de
Charlie la llevó a despegar una carrera meteórica. Estrella
fugaz al cabo, ya que su partida de la serie no la favoreció
en el cine, aunque resultó una discreta actriz dramática
(según se pudo apreciar en La cama ardiente, telefilm donde encarna
a una mujer golpeada que prende fuego a su casa con su violento marido
dormido adentro).
Kate Jackson venía más curtida laboralmente hablando,
habiendo estado en series de TV como Dark Shadows, Bonanza,
The Rookies, cuando le ofrecieron convertirse en un ángel.
Más perseverante que Farrah, se quedó tres años
a las órdenes de Charlie y luego se largó ella también
detrás de la zanahoria de la pantalla grande. No pasó
gran cosa y hubo de volver a su elemento natural, la tele. Jaclyn Smith,
la que resistió hasta el último capítulo, antes
de ponerse las metafóricas alas había coqueteado con el
mundo de la moda y hecho publicidades para Max Factor, más algún
toque interpretativo en la TV. En el rol de Kelly Garrett se convirtió
entonces en el ángel más duradero del trío original:
ella era la morocha dulzona y desenvuelta a la que se podía asociar
con una probable vecinita de al lado, en tanto que Fawcett era la sexy
arriesgada y Jackson, el cerebro (aunque se daba por descontado que
todas eran inteligentes). Con las sucesivas deserciones, ingresaron
Cheryl Ladd, Tanya Roberts (actualmente se la puede ver haciendo de
madre de Donna en That 70s Show, por Sony), Shelley Hack,
pero... ¿quién se acuerda de ellas cuando se cita a la
serie Los ángeles de Charlie?
Sobre
alturas y colores
Se nota que el productor Leonard Goldberg, seguramente bajo la
influencia de Drew Barrymore, que además de intérprete
es coproductora del film Los ángeles de Charlie, está
más que aggiornado: difícil imaginar un terceto más
representativo de las nuevas tendencias de Hollywood y alrededores que
el que componen la propia Barrymore, Cameron Díaz y Lucy Liu.
Tres chicas de distintos colores, alturas, etnias que impactaron cuando
irrumpieron del bracete en la entrega de los Oscars en abril pasado:
Cameron en el centro, rubísima y escotadísima, llevándole
una cabeza a la morena Lucy, y media a Drew, pelirroja cobriza para
la ocasión.
Barrymore, lo sabemos bien, ha descendido a varios infiernos y ha resucitado,
íntegra, vital, vegetariana, ahora enamoradísima de Tom
Green, el del Show de la MTV; Díaz, con su mezcolanza
de sioux y alemanes, españoles y cubanos en sus ancestros, dejó
bien atrás a la modelo publicitaria para transformarse en una
notable actriz (y anche afearse sin piedad en ¿Quieres ser John
Malkovich?), de ella se dice que bebe como un cosaco del Don, le encanta
eructar después de ingerir comida chatarra grasienta y suelta
maldiciones como el que más; Liu, hija de chinos nacida en Nueva
York, se sacó la grande cuando David E. Kelley le escribió
su ahora popular personaje en Ally McBeal, fue una dominatriz
maravillosa en Payback, cultiva la fotografía recientemente
expuso una muestra en el Soho y ha declarado desde su metro cincuenta
y dos que quiere sacarse una buena instantánea de su sexo (abriré
bien las piernas para ver qué hay allí adentro).
Acaso exageren un tanto, pero las tres intérpretes de los nuevos
ángeles juran que se han llevado estupendamente, que se quieren
y se admiran, que los presuntos problemas de rodaje son puro invento
de cierta prensa que no tolera ver a personas como ellas felices y contentas.
De hecho, después del estreno, Drew, Lucy y Cameron hicieron
un curso de supervivencia auspiciado por la revista Marie-Claire y después
se pasaron tres días con sus noches en el desierto de Utah, con
lo mínimo y consiguiendo la comida por su propios medios. La
primera noche, según declararon, para atenuar el frío,
durmieron juntitas la tres en posición cucharita sobre la roca
dura. Naturalmente, en esta actualización de la serie, los tres
ángeles, con una manita del fiel Bosley, deberán salvarle
la vida al enigmático Charlie y, ya que están, proteger
al mundo entero, amenazado por el correspondiente malvado (Tim Curry),
dueño de una impresionante red de satélites de telecomunicación,
que aspira a destruir la privacidad de todos los humanos. Natalie, Dylan
y Alex apelan a los más variados recursos: disfraces, entre otros,
de geishas y bailarinas exóticas, saltar de un avión a
otro con apoyo de efectos digitales, desplegar habilidades en artes
marciales... En líneas generales, parece haberse cumplido lo
que cuenta Cameron Díaz que le prometió Drew Barrymore
cuando la llamó en su rol de productora para contratarla: Estaba
en mi coche y me llegó el mensaje de que Drew quería hablar
conmigo. La llamé enseguida y hablamos durante casi dos horas,
hasta que se acabó la batería del teléfono. Ella
me aseguró: va a ser una película de acción de
mujeres. Podemos ser hermosas y duras, y usaremos una ropa increíble.
No vamos a tener pistolas y haremos escenas de kung-fu. En esta producción
serán las chicas las que le van a patear el culo a todo el mundo.