Si
al cine de producción nacional le faltaba algo para asomar
las narices aunque sea, apenas en el 2000 sin morir
en el intento, eso era un largometraje producido íntegramente
por computadora. Y con una anécdota central que parece remitir
a un hecho real, protagonizado en la vida (real) por un tal Ernesto
Guevara a principios de los años cincuenta. El comix futurista
Cóndor Crux es así. Veamos si no: Lo primero
que empezamos a soñar fue la estructura narrativa, cuál
iba la historia. El enfoque estuvo en contar una historia bien nuestra
como es el recorrido del Capitán Crux por América
latina, en una especie de viaje iniciático por parte de una
persona que quiere cambiar las cosas, cuenta Pablo Holcer,
uno de los directores junto a Juan Pablo Buscarini y Swan Holcer.
Similitudes o no, la película tiene un fuerte atractivo en
su banda de sonido que apareció hace un par de días
que supera inclusive a las voces de los actores que componen los
personajes animados digitalmente. No es habitual que una película
argentina ofrezca como soundtrack canciones originales de Gustavo
Cerati, Attaque 77, Iván Noble y Gabriel Fernandez Capello
(así figura en los créditos, ya sin el arcaico Vicentico),
además de David Lebón, Los Caballeros de la Quema
y Chelo Delgado (ex Zimbabwe, no el flamante refuerzo
de Boca).Todos ellos, más Diego Grimblat un compositor
de jingles, que se encargó de la música incidental
acompañan el movimiento de naves que cruzan a mil por un
continente americano algo deformado del actual, aunque el Obelisco
siga existiendo y el Amazonas siga poblado de árboles.
La curiosidad en el caso de los "debuts" solistas de Noble
y Capello pasa por quiénes los acompañan en sus respectivas
canciones. Que puede ser, o no, un anticipo de posibles grabaciones
futuras sin las bandas-marca registrada con que han desarrollado
sus carreras. Quién sabe. Con el galán de la Quema
se formó un seleccionado de ex: además de su co-equiper
habitual Pablo Guerra, participan Superman Troglio (batería,
ex Sumo, por si no te acordas) y Pablo Memi (bajo, ex Ratones Paranoicos),
además del veterano Lito Vitale en piano. Con Capello, en
cambio, se alineó el núcleo central de la maquinaria
fabulosa. Están, entonces, Fernando Ricciardi (batería),
Flavio Cianciarullo (bajo) y Ariel Minimal (guitarra).
Música incidental más ocho canciones componen la banda
de sonido. Raíz Crux Mix, firmada y cantada por
Cerati, recuerda un poco a Cuando pase el temblor de
Soda y otro poco a Plan V, y además sirve de apoyo a una
especie de revelación mística del héroe. Voy
a ser tu Cruz es el de Los Caballeros. Con varios de ellos
como banda de acompañamiento, Iván Noble hace su primera
entrega solista con Voy a buscarte, una agradable canción
de amor con armónicas que acompaña al personaje en
un solitario camino hacia el sur. David Lebón aporta Blues
de Buenos Aires, que brilla por su sentida melodía
de guitarra. Y Chelo Delgado ofrece El Cruce.
Attaque 77, por su parte, aporta el tema más rocker de la
película, Atravesando el aire. Mariano Martínez,
el guitarrista, cuenta: La base la habíamos grabado
durante las sesiones de Un Día Perfecto, en Los Angeles.
Cuando surgió la propuesta, mandamos a pedir las cintas y
lo terminamos en Panda. El tema me hace acordar a Kiss, no tiene
mucho que ver con nuestra música. La primera versión
era heavy setentosa y después, con los arreglos de Tucán
Bosa (ex tecladista de Juana La Loca), quedó más moderno.
Sin embargo, nunca perdió la esencia.
Ciro Pertusi dice que se basó en una persecución espacial
para escribir la letra. Me pareció copada la parte
del guión que me dieron. El protagonista principal sufre
un quiebre moral: no sabe si seguir sus impulsos o seguir siendo
un mercenario. Al principio, no se preocupa por nada porque tiene
una fuerza muy adolescente. Pero cuando empieza a cuestionarse al
enemigo, se da cuenta de que madura. Y cuando se da cuenta de que
el enemigo no es su padre, no quiere dispararle. Así se hace
un desertor perseguido. Y es el más peligroso para el sistema.
Gabriel Fernández Capello grabó dos temas. Uno, Llegando
a la montaña, se sitúa en el descubrimiento
del Machu Picchu por parte de Cóndor Crux. Y el otro, Cóndor,
ambienta el final de la película. Me parece entretenido
grabar música para cosas que no son discos ni proyectos personales.
Lo veo como esto solamente. Sin embargo, pongo la garra suficiente
como para que todo salga bien. No lo hago porque sí. Es lindo
escribir pensando en determinadas escenas. Las canciones que grabé
son muy artesanales, están hechas entre amigos. Para la escena
del Machu Picchu no usé instrumentos autóctonos. En
un momento lo pensé, pero no tiene por qué ser necesariamente
así, le dijo al No sobre su participación la
segunda firmada con su nombre, después de su exitoso debut
con la canción de Gasoleros,un hit de esos que
su compañía hubiera preferido para los Fabulosos Cadillacs,
por cierto. Y no solo con él, sino también con Noble
y Cerati... ¿Sucederá algo parecido?
Pero...
¿y la película?
Tal vez, la debilidad de la película tenga que ver nada
menos con su argumento. Si bien la historia tiene cosas interesantes
desde lo social y lo político o desde la dinámica
de su aventura, o incluso desde la idea de una visión futurista
de Argentina y América no deja de ser un típico enfrentamiento
entre buenos y malos. Por lo tanto, es políticamente demasiado
correcta como para sorprender. El choque ideológico entre
el Dr. Crux, padre del héroe, y Phizar, un tirano que domina
su país manteniendo cerradas las fronteras, es bastante trillado.
Ambos son el bien y el mal, así, sin grises. Lo más
jugoso, quizá, pase por cierto guiño al lenguaje coloquial
argentino, con frases del tipo naves eran las de antes,
este tipo es un nabo o es un fierro el antolof,
que terminan acercando (y confundiendo) el futuro y el presente.
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