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Jueves 25 de Mayo de 2000
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María Gabriela Epumer y el segundo paso de una carrera sin obstáculos

Perfumada,
como encendida

En los días en que su nuevo disco suena, recién aparecido, la mujer que más y mejor aguanta a... ya saben quién, cuenta algunas pequeñas historias de sus grabaciones con invitados y reflexiona sobre el estado de las cosas en la música rock argentina.

TEXTO: BRUNO MASSARE
FOTOS:TAMARA PINCO

Escape y libertad. Esas son las dos ideas que parecen estar dando vueltas en la cabeza de María Gabriela Epumer en los últimos tiempos. O al menos eso es lo que dejan adivinar buena parte de las 16 canciones que atesora Perfume, su reciente y segundo disco solista. “La idea de escapar está presente en el disco, quizá se trate de una fantasía de encontrar un lugar ideal donde poder estar mejor”, razona. Y si no está mejor, al menos en compañía. A lo largo del disco desfila una considerable cantidad de músicos invitados y amigos, a partir de una base conformada por Fernando Kabusacki, Christian Basso y Martín Millán. Los ilustres que aparecen son, nada menos, Charly García en una memorable versión de “Ah! Te vi entre las luces” -.de la Máquina de Hacer Pájaros– y Fito Páez aportando su piano en “Espero que el sol salga”. Pero esto no termina aquí. Fernando Samalea se luce con el bandoneón, Francisco Bochatón y Richard Coleman ponen sus voces, y el (casi) siempre hermético Robert Fripp aporta una intro en clave soundscape para “Quiero estar entre tus cosas”, de Daniel Melero.

Crónica de un cover
María no reconoce ninguna influencia determinante en el disco, aunque se confiesa admiradora de Joni Mitchell. “Me gustan mucho sus discos y tal vez haya algo de ella en éste, quizás en las partes acústicas. Pero no sé si me le parezco, ojalá pudiera cantar como ella.” Sí es cierto que en Perfume aparecen una mayor variedad de instrumentos, en general acústicos, a diferencia del clima electrónico que reinaba en su predecesor. “Creo que la voz también está mucho más cuidada que en Señorita Corazón, donde había quedado un poco relegado por lo instrumental”, dice. Cada uno de los covers que aparecen en el disco tienen un significado bastante especial y una historia aparte. “A ‘Canción para los días...’ la escuchaba mucho cuando era chica y había empezado a tocarla en vivo con Samalea y Kabusacki. La última parte de la mezcla la hice en el estudio de Luis (Spinetta), que me contó que cuando se lo mostró a Miguel Abuelo, éste le dijo ‘está bueno, ¡pero cuánta verdulería que mandás!’, porque la canción está repleta de palabras como pan, mantel, batón o arroz. Al de Charly lo tocaba siempre en el colegio y lo grabamos en vivo, todos en el control. El tema duró como 15 minutos y hubo que editarlo. Charly vino, tocó y se fue. Al de Melero simplemente lo elegí porque me gusta mucho, al igual que todo ese disco, Travesti”. Justamente, esa canción, “Quiero estar entre tus cosas” presenta una introducción de Fripp: “Le mandamos las grabaciones que teníamos y al tiempo me llegó un mail en el que me pedía que le mandara un DAT. Como él tenía poco tiempo porque estaba mezclando un disco, me mandó unos soundscapes –sonidos grabados sobre bases sampleadas– como introducción para ese tema”.

Muchacho celoso
“Ah, ya sé, la guitarrista de Charly.” Ella está acostumbrada a que se la identifique como miembro casi estable de la banda que acompaña al célebre rocker –y clavadista– Charly García. Aunque antes formara parte de las no menos célebres Viuda e Hijas de Roque Enroll, junto a Mavy Díaz, Claudia Sinesi –que también participa en Perfume– y Claudia Ruffinatti. “Todo fue una especie de vorágine, yo tenía 19 años y de que nos juntamos a que grabamos un disco pasó nada más que un mes. Para entonces ya éramos famosas, llegamos a vender 200.000 discos. Fue una etapa muy divertida”, recuerda hoy. Después sí, vendría la etapa García, a la que asegura deberle buena parte de lo que ella es ahora –vienen tocando juntos desde 1994, cuando reemplazó al Negro García López– y donde piensa seguir mientras pueda. “Aprendí mucho de él en todo este tiempo. A tocar en cualquier lado, con cualquier guitarra, a improvisar... En un recital, Charly de repente me dice ‘La’ y seguimos tocando en esa nota sin parar. Hay una conexión muy fuerte entre nosotros, aunque a veces nos peleamos y yo desaparezco por un tiempo, pero siempre volvemos a encontrarnos”, dice. En tanto, las cosas (a veces) se complican: “Es tremendamente celoso con sus músicos, no quiere que nadie haga cosas por su cuenta. ‘No tengan fans’, nos dice. Pero conmigo tiene una relación muy especial, es capaz de gritarle al público ‘compren Perfume’ mientras estamos tocando”. Por ahora, le resultaría extraño dejar de tocar con él: “Me divierte estar en el grupo, siempre hay acción. Es una persona que necesita que la cuiden y si puedo estar cerca, mejor”.
Mientras el futuro apunta a seguir en ambos frentes –las presentaciones de Perfume y los recitales con García–, los proyectos apuntan hacia la electrónica. “Tengo ganas de hacer algo con máquinas, ya me compré algunas cosas y estoy armando un pequeño estudio en mi casa. Pero todo depende de qué tan bien me lleve con la tecnología.” Al mismo tiempo, planea sacar un Ep de seis o siete canciones junto a Francisco Bochatón. “Nos hicimos amigos grabando y nos gusta mucho tocar juntos, me parece un artista muy talentoso. Cada uno participó en el disco del otro y es una buena idea poder hacer algo juntos.” La señorita Corazón –o señorita Perfume, desde ahora– se muestra crítica respecto del estado de las cosas en la escena musical, aunque se aferra a eso de que “no hay mal que por bien no venga”. Y se despacha: “A los grupos nuevos no sólo no les pagan cuando tocan en algún lugar... La mayoría de las veces son ellos los que tienen que pagar para poder hacer un show. Y encima, las compañías discográficas no apoyan a nadie. Pero, a pesar de eso, veo mucho incentivo de la imaginación, de grabarse en casa y de sacar el disco de todas formas. A veces, la imposibilidad de hacer algo te despierta muchas otras cosas”.