Planetas, la primera serie argentina en plastilina
Trabajos
manuales
Hasta
ahora, los ejemplares más conocidos realizados en stopmotion
son El extraño mundo de Jack y la trilogía de Wallace
& Gromit. Por estos días, el canal Nickelodeon emite el primer
capítulo de Planetas, una rareza local a cargo de Diego Kantor
y Juan Pablo Zaramella, valores vernáculos que ya planean adaptar
La espuma de los días de Boris Vian a la plastilina.
POR
MARIANO KAIRUZ
Alfred
Hitchcock decía que Disney tenía los mejores actores del
mundo. El director de Rebeca y Los Pájaros sostenía que
lo bueno de los protagonistas de las películas del viejo Walt
era que cuando no funcionaban, se hacía con ellos un bollito,
y al tacho. Sin tener que escuchar mayores quejas (y aprovechando su
incapacidad para agremiarse), se les puede dar un trato similar a los
actores de plastilina. De hecho, suelen llegar destruidos al final de
una filmación. Es el caso de uno de los proyectos de animación
de una productora local formada hace unos siete años bajo el
nombre Tríada, de la cual uno de sus principales responsables
es el actor Diego Kantor. El proyecto lleva por título Planetas
y consiste en una serie de cortos de dos minutos de duración,
cuyo protagonista está hecho de plastilina escolar y animado
cuadro a cuadro (mediante una técnica apenas más joven
que el cine mismo, denominada stop-motion). En rigor, se podría
decir que cualquier forma de animación está realizada
cuadro a cuadro, pero stop-motion o animación suspendida
es como se designa a las producciones donde se animan muñecos
de diversos materiales.
Los hitos en la historia de esta técnica corresponden a unos
cuantos nombres ligados al cine más espectacular de otros tiempos,
tales como Willis OBrien, diseñador y animador a pulmón
del primer King Kong (1931) y su discípulo Ray Harryhausen (que
colaboró con su maestro en Joe, el gran gorila versión
1949, y en varias adaptaciones de las aventuras de Simbad y diversos
personajes mitológicos griegos). Pero tanto Kantor, director
de Planetas, como Juan Pablo Zaramella (diseñador, realizador
y animador de los muñecos de plastilina) reconocen referentes
bastante más cercanos: El extraño mundo de Jack
es la biblia del animador, coinciden. Y al pensar en el cuento
navideño de Tim Burton y Henry Selick, se abren paso otras consideraciones.
Mientras que el episodio piloto de Planetas, llamado Delicias
del espacio, está dirigido al público infantil (ya
puede verse por la señal de cable Nickelodeon), Kantor y Zaramella
tienen en carpeta otros proyectos que involucran plastilina y animación,
pero que no son para chicos: Se pueden hacer animaciones para
adultos y esto depende más de una cuestión estética
que técnica, opina Kantor, Tenemos en cajón
la adaptación de La espuma de los días, de Boris Vian.
Requiere de presupuesto y tiempo. De cualquier modo, yo no sé
si El extraño mundo de Jack es para chicos. Hace poco vi los
trabajos del animador inglés Barry Purves, con historias que
hicieron que muchos padres se horrorizaran ante lo que habían
llevado a ver a sus hijos pensando que por ser animaciones serían
cortos infantiles. Por otro lado, aunque no dejo de maravillarme con
la resolución técnica de este autor, me pregunto: estos
movimientos tan humanos ¿por qué no hacerlos con humanos?.
Zaramella lo compara con la rotoscopía en los dibujos animados,
que consiste en calcar las figuras de carne y hueso de actores filmados
previamente a la etapa de dibujo. ¿Para qué tanto realismo?
Me parece buenísimo Mr. Go (una serie de plastilina
que solía emitir la señal de cable infantil Magic); habían
llegado a un grado de simplificación impresionante; el personaje
es un bollito de plastilina con dos agujeros en vez de ojos. Wallace
& Gromit es la otra cara, la ostentación, agrega Zaramella,
aclarando que ésa es la otra parte del Nuevo Testamento en Tríada.
Planetas no es sólo stop-motion. Combina distintas formas de
animación y efectos, en una veta que viene ganando espacio en
todo tipo de animaciones: a la plastilina se le suman otros objetos
en movimiento cuadro a cuadro, y los fondos incluyen animaciones 2D
y 3D hechas en computadora. La tendencia tecnológica se verifica
en el paso entre El extraño mundo de Jack y el siguiente y menos
exitoso film de Henry Selick, Jim y el durazno gigante, que estaba más
visiblemente apoyado en gráficos digitales. Con esta combinación
de técnicas, Delicias del espacio narra el encuentro
de Cosme, un niño-navegante espacial, con el planeta Huevo Frito,
donde presencia muy de cerca y ante la mirada curiosa de un grupode
turistas interestelares el fenómeno conocido como mojar
el pancito. La intención es que, aun sin fines expresamente
didácticos, el absurdo de las próximas ficciones opere
como disparador de ideas en los espectadores más pequeños.
Por ejemplo, que el Planeta Cúbico que tiene un sistema gravitacional
distinto en cada cara, permita a los chicos pensar cómo funciona
la fuerza de gravedad en la Tierra. Kantor y Zaramella colaboraron en
los guiones con Alberto Muñoz (ex libretista de For fai),
quien aportó el surrealismo que definiría
a la serie. El piloto, con la expresividad de sus diseños y la
fluidez de su animación, permite afirmar, ante el amenazante
avance que los animadores más apocalípticos creen ver
en los gráficos generados digitalmente, que el stop-motion está
vivo y ha sido visto en la Argentina.
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