Polémicas
Internet ¿es o no es un medio de comunicación?
Apocalípticos
y conectados
En
un nuevo capítulo de la larga lucha entre los teóricos
de la comunicación sobre el rol de los medios masivos, el francés
Dominique Wolton, el mismo que elogió a contrapelo del
dogma el carácter democrático de la televisión,
sostiene en su libro Internet ¿y después? que la red no
es un mass media y que, lejos de ayudar a la comunicación entre
las personas, los encierra en una burbuja individualista.
POR
PABLO RODRIGUEZ
Dominique
Wolton cree que es un marginal. Se siente incluso un
rebelde, a pesar de su inscripción académica: además
de dirigir la revista de comunicación Hermès, tiene a
su cargo el proyecto Comunicación y política
del Centre National de la Recherche Sociale (CNRS) francés. Es
que Wolton va a contramarcha de las teorías habituales sobre
la comunicación y está orgulloso de ser minoritario. Cuando
se trataba de enjuiciar a la televisión, sacó un libro,
Elogio del gran público, donde sostenía que la caja boba
era un adalid de la democracia y que lo que peor que podía pasarle
era la creciente segmentación de públicos que trae el
cable. Ahora que el nuevo objeto de culto es la Red, Wolton creyó
imprescindible salir a disparar sus dardos con Internet, ¿y después?,
una obra editada por Gedisa y presentada hace pocos días en la
Feria del Libro con la presencia del mismo Wolton. El investigador francés
sostiene que no se trata de atacar a las ideologías de la comunicación
que están de moda, por el simple hecho de atacarlas (lo cual
en sí no estaría nada mal), sino de analizarlas según
una teoría general de la comunicación (plasmada
en Penser la communication, de 1997). Categórico, alegre, gesticulador
y hasta amigo de los insultos, Wolton desarrolló para Radar todas
las razones (teóricas) de su rebeldía, aceptando
con beligerancia los cuestionamientos a ciertos factores laterales de
los argumentos que propone su trilogía crítica
sobre la comunicación.
EL
MALENTENDIDO
Usted sostiene que el gran malentendido teórico sobre
Internet es pensar que la técnica puede imponer sus reglas a
la cultura y a la sociedad.
He dicho eso porque, en general, quienes investigan en comunicación
se sorprenden de la rapidez de la técnica durante el siglo veinte.
Y es verdad: en un período de apenas ochenta años, se
desarrolló la radio, la televisión e Internet (vía
la computadora). Pero a continuación se concluye erróneamente
que las tecnologías de la comunicación van por delante
de los cambios culturales y sociales. E incluso que, al final, los terminan
provocando. Ésta es la lógica que permite endiosar a Internet
como una revolución. Y no es para nada así. Con Internet
hay un cambio técnico evidente, pero el modelo cultural de comunicación
en el que se inscribe existe desde el siglo dieciséis, y es el
modelo individualista. Internet es simplemente un progreso en este modelo;
de ninguna manera es una ruptura del modelo cultural de la comunicación
de masas. De la misma manera, la radio y la televisión no inventaron
la comunicación de masas, un modelo iniciado en el siglo XIX
o a fines del XVIII con la prensa escrita. Tan sólo se inscribieron
exitosamente en él. De hecho, hasta el día de hoy ambos
modelos (comunicación de masas e individualista) siguen coexistiendo.
De hecho, Internet no aporta siquiera alguna solución a los problemas
planteados sobre la televisión o la radio. Es sólo un
progreso técnico. No tiene nada que ver con un progreso de la
comunicación.
¿Hay alguna razón para que se haya extendido tanto
este malentendido?
Sí, y es que las élites intelectuales siempre apreciaron
un modelo de comunicación individualista y rechazaron de plano
a la comunicación de masas. La radio y la TV son dos medios de
comunicación importantísimos que nunca terminaron de lograr
legitimidad en el campo intelectual. Y, sugestivamente,
son esas mismas élites las que piensan que Internet representa
un progreso: porque vuelve sobre la comunicación individualista.
Creo que otra de las razones de esta adoración por Internet es
la acumulación de crisis que todos conocemos: primero, la crisis
de la religión; más tarde, una crisis de la ciencia; y,
ahora, una crisis de la política. En esta acumulación
de crisis que se fueron dando en el tiempo, se ha desarrollado ahora
una ideología de la comunicación que ocupa
un poco esos vacíos. Internet encarna esta ideología.
¿Una suerte de utopía de la comunicación,
como denuncian Philippe Breton, Lucien Sfez y Armand Mattelart?
Tengo mis afinidades y diferencias con ellos tres. Lo que
interesa señalar es que esta utopía de la comunicación,
que dice que la comunicación nos libera, es un completo despropósito.
La utopía es esencialmente política. Ahora quieren hacerla
pasar por el dominio técnico: como si la utopía técnica
prometiera la realización automática de la utopía
política. Y en todo caso debería ser al revés:
la utopía política conlleva una dimensión técnica.
Para decirlo muy simplemente: hay dos filosofías de la comunicación,
una humanista y democrática, y otra técnica y económica.
Y no son dos filosofías que puedan convivir. La ideología
de la comunicación imperante hoy postula que la dimensión
técnica y económica es la condición para la realización
de la libertad individual. Y obviamente no es así.
LA
GENERACION PERDIDA
DE INTERNET
¿Cuáles podrían ser las consecuencias de
esta adoración de la comunicación técnica?
Todos dicen hoy que Internet es un espacio de libertad. Que,
gracias a ella, gracias a todo lo que podemos comunicar con ella, lograremos
una especie de emancipación. Y, en realidad, la única
lógica en Internet es la del comercio. La del comercio electrónico.
La distancia entre lo que se dice y lo que es aparecerá en lo
que llamo la generación perdida de Internet: quienes
ahora tienen entre 15 y 35 años, y que están sumergidos
en Internet pensando que es la entrada a un nuevo mundo, dentro de diez
años se estarán preguntando qué pasó, porque
nada va a pasar. Internet sirve para tapar huecos que son producto de
la falta de creatividad y de imaginación: es más fácil
equipar masivamente a las escuelas y conectarlas a una red informática
que pensar una filosofía global de la educación. Esta
fuga hacia adelante es similar a la que, hace cuarenta años,
llevó a las empresas a intentar automatizar la industria y los
servicios. Y, al final, la automatización no solucionó
nada en el mundo del trabajo. La técnica, aun cuando permita
el manejo de la información y de la comunicación, no sabe
cómo sustituir un proyecto. Y resulta que dentro de diez años,
respecto de Internet, todos los investigadores volverán a hacerse
las mismas preguntas que se vinieron haciendo en todo el siglo XX sobre
la radio y la TV.
Sin embargo, usted dice que Internet no es un medio masivo, como
sí son la radio y la TV.
Internet se presenta como un medio masivo de comunicación,
pero en casi todos sus usos no es más que un espacio de expresión,
que no es exactamente lo mismo. Y, antes que nada, es un mercado de
información. Internet es un sistema de información automatizado
que tiene tres funciones: el correo electrónico, el acceso a
base de datos y el comercio electrónico (donde se incluye todo
lo que tiene que ver con los servicios). Y en ninguna de estas tres
funciones aparece algo de lo que caracteriza a un medio masivo de comunicación.
Sólo en el tema de los portales temáticos uno puede hablar
de un medio de comunicación. Pero en general, Internet no es
un medio de comunicación. Y esto no es una crítica. Un
medio tiene una programación. Y una vocación que podríamos
llamar generalista: llegar a una gran cantidad de público.
Eso es lo que hace la TV, y por eso se la critica. Para mí es
al revés: yo critico a Internet porque es un medio individualista,
no generalista. La TV y la radio tienen la virtud, a través de
una programación unificada, de unir en algo a quienes no tienen
ningún interés común. La segmentación en
la TV a través del cable (y ni que hablar en Internet) promueve
que cada grupo social se encierre en sí mismo. Y eso es promover
la intolerancia, porque las diferencias se hacen cada vez más
visibles y no hay ninguna formacultural que las elabore para que no
terminen en una agresividad hacia lo distinto.
VIVA
EUROPA, MUERA USA
Usted dice que Europa tiene el deber de enfrentarse a Estados Unidos
en materia de comunicación. ¿Por qué?
Estados Unidos tiene una visión muy estrecha de la
comunicación, que no es exportable porque no es universalista.
A partir del momento en que las computadoras fueron conectadas en red,
los norteamericanos creen que comunicarse es estar sentado frente a
una computadora, con un teclado, donde el sujeto tiene todo en su cabeza
y luego lo vuelca en la pantalla. Pero en la comunicación intervienen
todos los sentidos del ser humano: el olfato y el tacto también
forman parte de la comunicación. Si comunicarse es estar en Internet,
¿qué pasa cuando apagamos la computadora? ¿Qué
tipo de comunicación se puede tener con los amigos, con los familiares,
con los vecinos, después de pasarse todo el día en la
computadora? Éste es el modelo cultural de comunicación
que plantean los norteamericanos, y que desgraciadamente está
entrando en Europa.
Pero se dice que en Internet pronto se podrán transmitir sensaciones
táctiles y olfativas...
Lo que quiero decir con esto es que no se puede sustituir
la presencia de los sujetos que se comunican con una representación
de ellos.
Pero en la radio y en la TV también hay sólo representaciones
de personas.
Sí, pero la radio y la TV no se presentan como todo lo
que es posible en materia de comunicación.
Suponiendo que esto sea cierto, no se entiende cuál es el
papel europeo en todo esto.
Europa piensa de otra manera la comunicación. Tomemos
el caso de la TV: se maneja según el criterio de servicio público,
ahora de servicio mixto, porque supone que la comunicación está
ligada a un proyecto de sociedad y no a ver quién tiene plata
para hacer entertainment. La cultura europea no cree en la magia de
los medios para producir comunicación: no basta con que exista
un medio o soporte físico para que eso se convierta automáticamente
en comunicación. En Europa hay (aunque cada vez menos) un sistema
de regulación para los medios masivos, algo que también
debería existir en Internet. Esto es lo que no entienden ni siquiera
los líderes europeos: están todos obnubilados con la
sociedad de la información y la comunicación, quieren
llevar a Europa a eso y no es más que una gran mentira.
Usted reivindica la regulación y la intermediación
en la comunicación. ¿No van ambas cosas en contra de la
libertad de expresión?
En primer lugar, no hay comunicación sin intermediación.
En la ideología técnica, se nos hace creer que la mejor
comunicación es la que no tiene intermediario. Pero los seres
humanos somos ante todo seres sociales. Y eso implica que siempre hay
instancias sociales y culturales de intermediación. Se dice que
con Internet se accederá a la información sin necesidad
de los periodistas. Se dice que con Internet no hará falta el
médico, ni aun el maestro. Y todas estas cosas son estupideces.
Primero, porque es necesaria una instancia que organice y jerarquice
los datos, como el caso del periodista. Segundo, porque en el caso de
la medicina o de la educación, no se trata sólo de datos
sino de relaciones humanas. Y tercero, y principal, porque todo lo que
hay en Internet ya pasó por las manos de todos esos intermediarios
que se suponen desaparecidos. Es como creer que esos datos aparecieron
en Internet por arte de magia. Los norteamericanos creen que la democracia
es la supresión de intermediarios. Pero la democracia es el proceso
donde los intermediarios, justamente, se legitiman a través de
la crítica. Lo mismo pasa con la idea de regulación. Toda
la historia de la libertad deinformación y de comunicación
se organizó en torno de la lucha contra el poder. Esta libertad
sólo pudo ser garantizada a través de la ley, y hubo grandes
batallas en ese sentido. Nunca hubo libertad de comunicación
sin garantía de la ley. ¿Acaso la lógica comercial,
que domina en Internet, va a favor de la libertad? Ése es un
argumento de los empresarios, pero no corresponde a una idea política
de la comunicación. Es una completa falsedad pensar que la libertad
consiste en la ausencia de marcos legales. Sin ley, lo que hay es tiranía.
Y para el caso de Internet, no hay que ser un genio para decir que nadie
la controla, pero que es el instrumento de control más potente
del mundo.
EL
FUTURO, ESA PALABRA
¿Cuál es el futuro de Internet?
Hay 6000 millones de habitantes en el planeta. Hay 3000 millones
que tienen radio; 2500 tienen televisión. Sólo 400 o 500
millones disponen de Internet. Y, por otra parte, el 80 por ciento de
los que tienen Internet pertenecen al sector socioeconómico medio
y alto. Entonces, primero paremos con el fanatismo. Si ocurre un proceso
de abaratamiento y una extensión mayor de la red, comenzarán
a aparecer todas las cuestiones que planteé en términos
de regulación, de intermediación. Y entonces llegarán
las mismas preguntas que les hacen ahora a la radio y a la TV: la cuestión
de la recepción, la cuestión del carácter económico
o cultural de su formación, y, sobre todo, si irá en un
sentido democratizador o puramente comercial. Allí habrá
que librar una batalla política. Hasta ese momento, y hay que
decirlo en estos momentos de fanatismo ideológico de la comunicación,
Internet no va a cambiar nada.
arriba