La
generación del
80
En
la Navidad de 1981 Seru Giran dio una serie de recitales en el Teatro
Coliseo. La semana pasada, los cuatro Seru anunciaron la salida de Yo
no quiero volverme tan loco, un álbum doble que rescata esas
presentaciones. Un mes antes del Coliseo, la revista El Expreso Imaginario
entrevistó a García y Lebón. La versión
completa de esa entrevista también permaneció inédita
hasta ahora. A continuación, los dos Seru explican sus peleas
con la Nueva Ola, Santaolalla, Pugliese y Billy Bond, los chistes sobre
la censura, la relación entre el Sargento Pepper y Peperina,
por qué la música es una burbuja y cómo fue encontrarse
con los asesores de Viola.
Por
Víctor Pintos
En 1981,
Charly García vivía con su esposa de entonces, la bailarina
brasileña Zoca, en el mismo edificio de Coronel Díaz y
Santa Fe donde vive hoy, pero en el piso de arriba del que ahora ocupa.
Promediando la tarde del 4 de noviembre de ese año, llegaron
a ese departamento dos periodistas, Roberto Pettinato, por entonces
director del Expreso Imaginario y entusiasta aprendiz de saxo (cuatro
meses después conocería a Luca Prodan y más tarde
conseguiría integrarse a Sumo), y este cronista, redactor también
del Expreso y encargado de todo lo relativo a la música nacional.
Ambos habían concertado una entrevista con las dos figuras más
visibles de Seru Giran, con el confesado objetivo de que fuera la nota
de tapa del número de diciembre de la publicación rockera,
por entonces la más prestigiosa del medio local. Parecía
una decisión acertada, porque a fines de ese mes, durante el
fin de semana de Navidad, Seru Giran celebraría un ciclo de tres
conciertos en el Teatro Coliseo para cerrar un año verdaderamente
soberbio. Acababa de salir Peperina, su cuarto disco, al que las disquerías
daban como número uno en ventas, y nadie discutía que
Seru era el más popular, el más reconocido y el más
influyente grupo del rock nacional. Todavía no había explotado
el nuevo rock de los 80. Soda Stereo y Virus recién empezaban
a dar sus primeros pasos y de la nueva ola británica y estadounidense
se sabía poco y nada. Apenas se conocían los primeros
discos de The Police, Elvis Costello, Talking Heads y Pretenders. Aunque
ya se vislumbraba algo nuevo, todavía se hablaba del paso del
poderoso jazz rock de Weather Report por el Luna Park. Hacía
sólo un par de semanas que Gustavo Santaolalla había grabado,
en un estudio porteño, su disco Santaolalla, que sería
el primero del rock moderno local, y eufórico con la modernidad
que estaba bebiendo a tragos en Los Angeles, donde vivía desde
hacía ya tres años, levantaba polvareda diciendo que el
rock argentino le sonaba viejo. Y los principales referentes del rock
local eran, precisamente, Spinetta Jade y Seru Giran. Sobre todo Seru,
que se había sobrepuesto de un comienzo difícil (su primer
álbum, el luego célebre Seru Giran, grabado en Brasil,
había tenido críticas adversas), venía creciendo
paso a paso. La grasa de las capitales fue un gran trabajo, y el tercer
disco, Bicicleta, presentó temas notables (el cuasi-tanguero
A los jóvenes de ayer, Cuanto tiempo más
llevará, el polémico Mientras miro las nuevas
olas y Canción de Alicia en el País,
entre otros) y la novedad de la independencia discográfica: con
ese disco debutó SG, el sello creado por los cuatro integrantes
del grupo y Daniel Grinbank, su manager. Y a mitad del 81 salió
Peperina, el que resultaría ser su último disco de estudio
hasta la reunión en 1992.
Por esas horas, Seru no sabía que se iba a separar tres meses
después, con la partida de Aznar a Estados Unidos. Ni que las
cintas piratas de aquellos recitales en el Coliseo serían celosamente
guardadas durante 19 años por un fan. Seru era un equipo prolijo
y eficiente. En consonancia, Charly y David no sólo fueron puntuales,
sino que incluso estaban esperando a las visitas aquella tarde de noviembre.
Escuchaban un disco de James Taylor. Entonces, después de los
saludos y de que Zoca acercara unas gaseosas a la mesa ratona ubicada
en el centro del living por entonces García tenía
muebles en su departamento, hoy ya no, los periodistas encendieron
el grabador y comenzaron a registrar la charla en un casete que hoy,
19 años después, revive el encuentro.
MIRANDO
LAS NUEVAS OLAS
¿Están
contentos con el resultado de Peperina?
Charly: Yo creo que Peperina atrajo a otra gente, a la que
antes no le gustábamos. Fundamentalmente por el sonido y porque
el disco tiene una magia que no tienen otros discos de acá. Es
un disco actual. Tienen una onda nueva, más compacta. Es sólido;
están valorados los silencios. Por ahí en los discos anteriores
hay temas alucinantes, pero los veo más pretenciosos. Peperina
es una cosa por ahí más modesta, como si hubiésemos
dicho Vamos a hacer algo más cuadrado pero vamos a hacerlo
bien. Por ahí los otros tenían delirio, pero no
tienen nivel.
Sin embargo hay muchos que dicen que no superaron La grasa de las
capitales. ¿Qué piensan cuando les piden La grasa?
Charly: Que La grasa debe ser un tema fuerte,
¿no?
David: Para nosotros, lo importante es darles lo que piden. Yo
he visto muchos a los que les piden un tema y salen con que No,
eso no, ese tema es de otra época, viste. ¿Por qué?
Si la gente está loca con vos ¿por qué no vas a
dedicarle dos minutos fuera de recital y hacer esa canción?
¿Cómo llevan la reacción de la nueva ola cuando
escuchó Mirando las nuevas olas?
Charly: Los nuevaoleros se pusieron verdes con ese tema,
me odian. Y me parece que a veces se le da mucha bola a un mensaje aparente,
y el mensaje es precisamente aparente.
David: Lo que pasa, Charly, es que le estás tocando algo
a una persona que en ese momento está renaciendo en eso. Entonces
toda su energía está en el punk, en la nueva ola, en esos
discos...
Charly: Lo que dice el tema, de última, es que está
bien. No es en contra. Es medio satírico. Como cuando Zappa lo
bufonea a Dylan. No me parece que Dylan se vaya a poner verde con eso.
Pero hay una parte de la letra en la que decís que a
eso ya lo viste...
Charly: ¿Y no es cierto?
David: El otro día a Moris le hicieron un reportaje en
la televisión y dijo lo mismo. Cuando yo empecé a tocar,
andaba con el flequillito y la corbatita finita y las botitas, y toda
la cosa beatle. Y era la nueva ola, y había el mismo furor que
hay ahora.
Charly: La polenta mata, eso no se discute. Me encanta que haya
venido la nueva ola y que se haya acabado un poco la onda de antes.
Lo que pasa es que el uniforme y esa cosa de identificación me
parece un poco burda.
Pero siempre hubo una cosa de identificación.
Charly: Siempre.
Como en su momento el pelo largo.
Charly: Sí, y mata. Por ejemplo, a mí el grupo
que más me gusta ahora es The Police. Es un grupo que parece
venir de la nueva ola, porque se visten con trajecito y corbatita, pero
no vienen de esa mano, Hacen rock. Rock con reggae. Rock nuevo. Moderno.
Lo que dice Mirando las nuevas olas es Okey loco,
está bien eso, pero no hay por qué comprarse un simple
todas las semanas y tirar el simple que te compraste la semana pasada.
Porque ése por ahí podés escucharlo diez años
seguidos.
PONIENDO
HUEVOS
¿Por qué a la versión en vivo de Mirando
las nuevas olas le sacaron esa parte que decía Te
acuerdas de Billy Bond?
Charly: Y... me pareció que Billy Bond no se merecía
que lo recordáramos. A Billy lo queremos, pero también
nos hizo muchas cagadas, y ponerlo era traerlo otra vez. En cambio,
el hijo de Jolly Land, que también aparece en la canción,
vino a vernos emocionadísimo.
David: Nos dijo que su mamá estaba chocha porque la habíamos
recordado.
Charly: Pasa lo mismo con A los jóvenes de ayer.
La música es súper tanguera, entonces muchos tangueros
se sintieron atacadísimos y otros lo sintieron como un homenaje.
O sea, a la vez que es un palo, es un homenaje.
David: Igual, hay tipos del tango o del folklore que matan. Una
vez nos invitaron a un debate en el diario La Opinión y había
un montón de músicos. Tangueros, folkloristas y nosotros
dos. Apenas llegamos, se armó una guerra porque los quías
nos decían que éramos extranjerizantes. Estaba Pugliese.
Y Charly le dice: Lo que a mí no me gusta mucho del tango
son las letras, porque ustedes siempre hablan de que se les va la mina
y que se matan. Pugliese lo mira y le dice: ¿Y ustedes
de qué hablan?. Ahí sale Ariel Ramírez, que
se ve que es un tipo joven de la cabeza, y dice: A ellos se les
va la mina pero no les importa, se consiguen otra. Todo el mundo
se cagó de risa y ahí se rompió el hielo.
Charly: Hoy estaba viendo una propaganda de esas tipo Qué
lindo mi país y salía Ramírez con un piano
Yamaha. Anoche tocó en el Luna Park con ese mismo piano. Los
Chalchaleros vestidos de gaucho y Ramírez con el Yamaha. Viste
cómo la tecnología se infiltra...
David: ¿Y cómo se llama José Taquito Militar?
(por Mariano Mores)
Charly: Sí, que me llamó para hacer el ruido del
mar. El quía tiene todos los sintetizadores del mundo, y me dice:
Grabé una versión de Frente al mar y
quiero sacar el sonido del mar. Qué le iba a decir. Le
contesté: Splash, tac, tac, splash.
Hablando de ruidos, en Seru Giran, el primer disco, no tuvieron problemas
en decir: La ciudad se nos mea de risa. Pero en Peperina
pusieron un biip sobre la palabra huevos. ¿En
qué medida se están autocensurando?
Charly: Si nos hubiéramos autocensurado, yo habría
cambiado la palabra huevos. Cantaba: No tenía ganas para
la oficina y listo. Pero quisimos hacer un chiste. Como cuando
ves en las revistas que las tetas aparecen con una tirita. Con el biip
quisimos demostrar lo grosera que puede ser la censura a nivel auditivo.
Como una gracia, medio zappiana. Dijimos: ¿cómo lo censuramos
en un disco? Porque no se le puede poner nada encima. Entonces hay que
poner un ruido. ¿Cuál es el ruido que sale de las máquinas
de grabación? El biip. Eso es la censura. Y pensamos que acentuada
con el biip, huevos tenía más fuerza todavía.
HABLANDO
A TU CORAZON
¿Cuál es el mensaje que espera la gente de sus
discos?
Charly: La gente necesita fuerza, vitalidad. No hay que
cortarle el viaje. Si la gente pide un tema, hay que dárselo.
Estamos en un momento en que no hay que decirle que no a la gente. Aunque
nos cuidamos de andar bajando línea. Porque hay muchos que por
ahí, en pos de un compromiso intelectual, le dice cosas a la
gente que son mentiras. Ya no te digo mundialmente, hablemos de la Argentina,
de Buenos Aires, donde sabemos que hay un montón de cosas que
no conducen a ningún lado. Lo sabemos por nuestra propia experiencia.
Por eso tratamos de no darles información inexacta, información
que no sea funcional.
David: Información realizada. Eso es lo que tiene más
poder. Porque si hablás y hablás y hablás, y en
tu casita no hacés lo que decís, entonces eso no tiene
ningún poder, ninguna fuerza.
Charly: La evolución para nosotros es ser eficientes.
Peperina no va a cambiar al mundo porque no tiene una propuesta para
cambiarlo, ni denuncia, ni bla bla blá. Simplemente son canciones.
Pero están bien hechas. Tienen lindas melodías, lindos
arreglos, pegan, tienen polenta. Eso es eficiente. Es eficiente nuestro
sello grabador, porque cuando íbamos a las compañías,
nos decían que íbamos a fracasar, que no íbamos
a vender ni un disco en la vida.
David: Y vendemos mejor que nunca. Eso es evolución. Evolución
mental.
Charly: Evolución práctica. Como decía Robert
Fripp: ser una unidad funcional y demostrar con hechos. ¿A nosotros
nos va a ir mal? ¡Minga! Tenemos a Peperina primera en el ranking.
Y los tipos de las compañías grandes no entienden nada
de por qué pasa eso. Eso es para mí revolucionario, más
allá de las teorías de los cráneos. Y el mensaje...
Mirá, cuando yo veo pibes que vienen con el símbolo de
la paz y que quieren ser hippies en este momento, a veces me pongo verde
y tiro una onda como de Loco, no te creas esa, que no va.
Pasamos por tantas... ¿Qué le vas a decir a la gente ahora?
Ponéle que tuvieras que pensar un mensaje para dar, ¿qué
vas a decir? ¿Métanse en la revolución,
les vas a decir ahora? ¿Después de toda la gente que murió
y de que ya sabés que no pasa nada? ¿Le vas a decir: Dróguense?
¿Ahora? A la gente hay que darle otra cosa. Y lo más sano
que le podés dar a la gente es energía.
David: Y amor.
Charly: Y amor. Derecho viejo. Hay que darle algo positivo, porque
para bajonearse hay cosas por todos lados. No somos un grupo hippie
para que la gente se ponga en trance. Somos modernos en el sentido de
que la gente baila y le damos, le damos.
MENSAJES
EN BOTELLA
¿Cuál es su público?
David: Hay de todo. Una vez en Mar del Plata fue a vernos
Estela Raval y le encantó. Hay chicos. Desde Peperina hay un
montón de esos viejos que alguna vez habían estado en
la cosa y que ahora son dueños de fábricas o algo así,
tipos que eran muy locos y que iban a recitales, y que en algún
momento empezaron a comprar long plays importados, se compraron un buen
equipo en la casa y nunca más salieron. Ahora esos tipos están
de nuevo yendo a los recitales para vernos.
Charly: Yo creo que también tenemos un porcentaje de gente
de plástico que nos sigue. Un gran porcentaje. Gente tipo beatle,
que cuando empezamos a tocar grita y enloquece.
¿Y tienen una explicación para ese fenómeno?
Charly: Sí, es natural. Estamos dando energía,
estamos haciendo canciones lindas. Y no hay muchas canciones lindas.
Entonces se engancha gente que viene del rock, y también una
mina que por ahí tiene 13 ó 14 años y que recién
empieza a escuchar algo, y escucha Peperina y le vuela la cabeza. Entonces
viene a los recitales y se pasa del primer tema al último gritando
y llorando. Y por ahí en la quinta fila hay un tipo pelado que
sigue el ritmo con la cabeza, y en la otra hay un hippie con el símbolo
de la paz. Aunque los que se movilizan en masa para ir a un concierto
son los chicos. Acá y en todos lados. Los que se comen dos horas
de cola para ver a los Rolling Stones no son tipos grandes. Cuando sos
pendejo te metés en cualquier lado; cuando sos más grande
querés ir al Coliseo, no te bancás Obras.
David: Yo quiero ser lo más sincero posible: la verdad
es que tengo un poco de miedo. Somos tan pocos los tipos que queremos
una cosa linda y nos llevamos tan mal. Y no hablo de Seru Giran; estoy
hablando de todos. Nos llevamos muy mal. ¿Por qué? Después
de tantos siglos de miseria y de guerras, y de que nunca pasó
nada, seguimos insistiendo en la agresión, en tirarle la lengua
a un músico para que hable mal del otro... Es tan ridículo...
Para ser bien claro: que un tipo como Santaolalla, que de la mierda
fue a la totalidad, se crea Dios, me causa un profundo dolor. Porque
es un ser humano y es un tipo lindo. A veces me parece que ya no podemos
más. Para nosotros es tan duro trabajar, porque tenemos muchas
barreras, muchos problemas con mucha gente, que nos cuesta un huevo
llegar hasta el escenario. Una vez que estamos ahí arriba, es
nuestro mundo, y ahí demostramos que tipos como nosotros, que
laburamos desde hace cuarenta mil años y que ya nos rompieron
el orto millones de veces, siguen teniendo fe, tirando energía.
No quiero decir que para todos tiene que ser ésa la onda, pero
la teoría ideal es la de estar tranquilos y tirar una buena onda,
¿o no?
Sí, porque, como dicen en Canción de Alicia en
el País, estamos todos aplastados por el mismo pie.
Charly: ¡Claro! Por ahí en las letras denunciamos
cosas y somos medianamente contestatarios, ¿no? Por ahí
hay temas como Viernes 3 A.M.o La grasa, que
son terribles. Ahora, por ejemplo, prohibieron Viernes 3 A.M.
porque dicen que es una incitación al suicidio. Pero en general,
Seru Giran es alegre. No es tristeee... (lo dice imitando la entonación
del humorista Mario Sapag en una sátira al técnico César
Luis Menotti). La gente viene a cagarse de risa.
David: Cantan todos los temas, y nosotros los dejamos. No decimos:
cállense y escuchen las letras. ¿Para qué, si ya
se las saben todas? Entran al recital y se saben del primero al último
tema.
Charly: Ya sabemos que el mensaje está condicionado por
Alá y toda su corte, pero es lo que hablamos al principio: el
mensaje es darle fuerza a la gente. El mensaje es lo que está
sucediendo. Es como lo de el medio es el mensaje, ¿no?
LA
BANDA DEL SARGENTO PEPERINA
David: ¿Sabés qué pasa ahí arriba?
Nosotros nos matamos incluso físicamente. La otra noche terminamos
de tocar en La Plata y yo estaba para que me lleven en ambulancia. Tengo
moretones en todos lados, tengo golpes en el culo, de caerme, de golpearme,
y no sé cómo... Hay que estar ahí arriba, eh. Ahí
yo tengo unos viajes impresionantes. A veces, antes de tocar, veo a
los plomos, a todos los tipos, y pienso que ninguno de ellos va a subir,
que el que tiene que subir soy yo, el que tiene que ver todo desde ahí
y sentir todo eso. Y me doy cuenta que esa unión que se crea
en la gente, parte de nosotros, de la unión que hacemos. Es el
encaje del que hablábamos antes. Porque yo soy súper rockero;
Charly es súper qué sé yo, tiene como una onda
especial para tocar; Pedro es súper jazzero; y Moro es re-cuadrado.
De ahí, cuando nos juntamos a laburar con Charly, yo le traigo
la mitad de un tema y él le pone la otra mitad, y Pedro viene
y le hace unos arreglos de bajo y teclados, y Moro le pone la base,
y el tema queda una cosa que no se sabe qué es. Por eso, a este
nivel estoy muy feliz. No porque Charly me haya sacado de un pozo, me
haya salvado la vida, sino porque yo me encontré completamente
con él. Y los dos luchamos como bestias desde que empezamos con
esto allá en Brasil. Cuando llegamos acá, agarraron un
hacha y nos hacharon. Y sin embargo, salíamos los dos con la
valijita en una motoneta a vender el show, todos los días, porque
sabíamos que la teníamos que hacer.
Charly:Después del primer concierto (el debut de Seru
Giran, en Obras, en 1978) nos prendieron fuego. David fue a tocar con
una corbatita new wave, y tocamos un tema disco en joda, pero nadie
cazó que era en joda: todos pensaron que en Brasil nos habían
hecho un lavaje de cerebro. Al día siguiente salió una
página en La Opinión donde decía que éramos
lo menos del universo. Y todas las revistas dijeron lo mismo. Nosotros
agarramos y fuimos a tocar a los clubes. Ibamos a hacer shows y no venía
nadie. ¿Sabés qué pálida para nosotros?
Ir con una bola de equipos y que no vaya la gente... Y de a poquito
la fuimos haciendo.
David: Alguna vez hubo un motín en Seru. Dijimos: Flaco,
vámonos a Taiwan. Yo fui uno de los tipos que más
luchó para que nos quedáramos acá.
Charly: Fue así. Estábamos bastante decepcionados.
David: Yo sabía que no podía ser. Yo creo en los
tipos que se quedan y se rompen el orto laburando para tratar de mantener
la música acá. Porque si se termina la música acá,
¿qué vamos a hacer? ¿Qué vamos a escuchar?
¿Polca?
Charly: El otro día Gustavo Santaolalla se me acercó
y me dijo: Mis películas existen. Y yo no sabía
qué me estaba diciendo. Después me acordé de un
tema que hice, Canción de Hollywood (de La grasa
de las capitales). Pero no lo hice para él ni para los argentinos
que están en Hollywood. Me parece perfecto que estén ahí,
que la hagan. Lo hice para el cartón pintado de Hollywood. Porque
lo que nosotros queremos decir eshagamos algo nuevo. Y que sea de acá.
Estaremos en el culo del mundo pero somos. Ser y estar, viste.
David: A veces como mucha mierda, y la única manera de
zafar de esa mierda es... ponerme bien en pedo y divertirme y olvidarme.
Después de cuatro shows, después de tocar ocho horas,
volvés a tu casita y te sentás en la camita y te das cuenta
que tenés una tara, que te comiste todo lo que estaba pasando,
y tenés flashes, ves a las minitas y a los tipos y a los canas
empujando a la gente. Y la única es ir a la heladera y cazar
la bota. O sentarte a meditar. Una de dos.
Charly: O componer. Hay una canción de Paul Simon que
habla de eso: nuestra burbuja es la música. Los músicos
estamos viviendo en un mundo de energía, de polenta, de realizaciones.
El resto de la gente, en general, en este país, por la situación
que hay, está viviendo depresión, frustraciones, amargura.
Entonces nosotros tratamos de darle un poco de eso que tenemos. Eso
que, a la vez, recibimos de la gente. Este año aprendimos un
montón de cosas. Por ejemplo, a tocar un show de una hora casi
sin parar. Vos podés decir que son boludeces, pero hacen a un
espectáculo. Yo siempre luché contra esa vieja concepción
de que el rock tiene que ser una cosa así, despojada. Nosotros
siempre tratamos de tener los mejores equipos, las mejores luces. Ahora,
cada vez que subimos a tocar, tenemos una listita de los temas. Durante
seis meses tocamos las mismas cosas todos los días. Ya tocamos
de memoria. Subimos a tocar y somos una aplanadora.
David: Y cuando sale mal para nosotros, para la gente no sale
mal. Nunca es desastroso, nunca es una cosa que no se banque.
Seru Giran se convirtió en una especie de boom. ¿A
qué se debe?
Charly: Nosotros no tenemos una oficina con un manager ahí
sentado al que llaman para que vayamos a tocar. Al principio, como dijimos,
íbamos con la valijita y había que bancar cualquiera.
Ahora sabemos qué tipo tiene que ocuparse de que no se corte
la luz, cómo arreglar a la cana para que no se lleve a la gente
después del recital. Y todo eso te da un entorno de polenta.
Y la gente lo siente. Se da cuenta de que está yendo a ver algo
grande, no una cosa improvisada. Para los discos elegimos la mejor pasta,
aunque nos cueste más y perdamos guita. La mejor cartulina. Esas
cosas.
David: Hay tipos muy importantes que se han acercado a Seru Giran.
Y a mí me copa eso. Porque yo no quiero estar más en el
rincón con la guitarrita.
¿Quiénes son los tipos muy importantes?
David: Tuvimos unas reuniones con un señor Olivera,
que es el asesor de Viola en temas de la juventud.
Charly: Cuando el tipo nos dijo ¿Qué pasa,
cuáles son sus quejas?, Daniel Grinbank le dijo que los
carteles son muy caros, y yo le dije que tiene que cortarla con la censura.
Es bárbaro, entendés, que un tipo como yo no se cague
y vaya y le diga que no tiene que haber más censura porque si
no nadie va a poder escribir nada y que estamos cagando nuestra cultura.
Por ahí hace tres años yo hubiera dicho No voy,
no quiero transar con esta gente. Y ahora voy y le digo la verdad
a este tipo.
David: Además, vamos porque a nadie le gusta que termine
el recital y se lleven diez pibes en cana. Entonces tratamos de solucionar
esas cosas. Pero la única manera es salir del agujero, utilizar
todas las cosas posibles para poder lograr algo. Aunque sea una ilusión,
por lo menos sabés que lo intentaste.
Lo último: ¿pensaron en Los Beatles al hacer la foto
interna del disco?
David: Sí.
Charly: Además, le dedicamos el disco al Sargento Pepper.
De ahí sale Peperina.
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