Fotografía
Eduardo
Grossman retrata las novelas de Arlt
GRISES
PECES VISCOSOS hasta el 21 de agosto en el Centro Cultural Recoleta
martes a domingo de 14 a 21 hs).
Clics
Rabiosos
Finalmente
Eduardo Grossman se dio el gusto de homenajear a Roberto Arlt, su escritor
favorito. La situación parecía perfecta para salir a la
calle y fotografiar el aire arltiano que hoy vuelve a respirarse en
Buenos Aires. Pero contra todo pronóstico, Grossman decidió
llamar a un grupo de amigos y actores para montar las escenas
extraídas de las novelas de Arlt. A continuación, explica
por qué.
Por
CLAUDIO ZEIGER
Los
lectores de Roberto Arlt saben perfectamente que hay ciertos lugares
y ciertos climas que serán para siempre inseparables de su literatura.
Hay enclaves de la ciudad, hay modos de sentir la presión de
la tecnología sobre las personas que desde Arlt y sus novelas
desbordadas quedaron flotando en el tiempo y atravesaron distintas épocas.
En realidad, todas las épocas desde la década por excelencia
de la modernización, los años 20, hasta llegar a los años
de la desencantada modernidad que se supone son los 90. En el cruce
entre el espanto y la fascinación de esos años que parecieron
impactar de lleno en el imaginario de las novelas de Arlt, se sitúan
las fotografías de Eduardo Grossman, artista que a su vez fue
impactado de lleno por las cuatro novelas de Arlt. El juguete rabioso,
Los siete locos, Los lanzallamas y El amor brujo, confiesa, marcaron
sus fervores de joven lector.
Es el escritor con el que conviví en mi adolescencia y
mi primera juventud, y creo que entendí todo lo que Arlt quería
decirme. Por otra parte me encanta su posición como observador
del mundo, dice Grossman.
La propuesta básica de esta muestra son doce fotografías
blanco y negro inspiradas en textos de Roberto Arlt. Quien las vaya
a ver va a encontrar en primera instancia una recreación de ciertos
espesos climas ciudadanos (metaforizados en el nombre de la exposición,
Grises peces viscosos, que es por supuesto una cita de Arlt,
más precisamente de Los lanzallamas). Y no bien ponerse a mirar
las fotos también va a encontrar una original propuesta fotográfica,
porque en lugar de ir a robarle a la realidad un fragmento
documental, sus fotografías logran insertar un fragmento de ficción
en la ciudad real.
Yo había hecho un trabajo similar con textos de Borges,
pero era un trabajo periodístico por encargo, cuenta Grossman.
De todas formas, trabajar con los poemas de Borges me resultó
más sencillo porque había algo que en Arlt no hay, ciertos
subrayados que se repiten, símbolos como los espejos y los laberintos,
que por supuesto facilitaban la representación fotográfica.
En Arlt, más que las imágenes poéticas, resaltan
los personajes. Una de las cosas con las que trabajé son las
fantasías, los delirios y los sueños de personajes como
Erdosain o Silvio Astier.
Para fotografiar ese mundo compuesto por paisajes mentales que a la
manera del expresionismo se proyectan enloquecidos en la ciudad, desnudándola
en sus cimientos, Grossman eligió duplicar el juego, ambientando
esas imágenes sugeridas por los textos en escenarios citados
en los propios textos arltianos. Escenarios reales, se entiende, como
el caso del andén número uno del ferrocarril Mitre, en
la estación Retiro, donde se produce el encuentro por primera
vez a solas entre Irene y el ingeniero Balder en El amor brujo. Otros
espacios que emergen de los libros llegan a cobrar una dimensión
simbólica. Es el propio Grossman el que lo explica de este modo:
El cuarto de pensión es un lugar que se asocia inmediatamente
con Arlt. Es allí donde Erdosain se sumerge en lo más
profundo de sí mismo; las fotos tituladas Elsa y
Simios tristes fueron tomadas en una pensión de Estados
Unidos y Tacuarí. En Grises peces viscosos crucé
dos apariciones que tiene Erdosain en su larga agonía: la de
unos monstruos escafandrados y la de un soldado con máscara antigua
que se le presenta en un sueño. Lugar: la usina eléctrica
Central Puerto en Puerto Nuevo.
Otra originalidad del trabajo de Grossman fue haber utilizado actores
para hacer las fotografías. Es sabido que las personas que aparecen
en las fotos lo suelen hacer en representación de ellas mismas,
son ellos mismos los retratados, voluntariamente o no, pero en el caso
de este trabajo el fotógrafo recurrió a actores como Alejandra
Fletchner o Jean Pierre Regueraz. Usé actores o simplemente
gente posando porque no quería que parecieran fotos fijas de
filmación, o una reconstrucción exacta de época.
No quería llevar el trabajo hacia lo teatral o lo pictórico,
porque en el fondo hacen perder autonomía a la fotografía.
Hay algunas personas que enla vida real son actores y otros que no,
pero todos son amigos míos que me ayudaron para lograr este objetivo.
El único casting verdadero que hice fue para elegir al protagonista
arltiano de varias de las fotos, que hace de Erdosain, y viene a ser
el alter ego de Arlt. En definitiva, no son fotos actuadas, sino que
los actores son incorporados como parte de los paisajes.
Grossman se preguntó en un momento si la fotografía era
el lenguaje más adecuado para expresar un mundo tan complejo
como el de la imaginación de Arlt. No lo sé
se responde, pero no pude concebir estas fotos sin el acompañamiento
de los textos que las inspiraron. Son tan fuertes que no admiten, para
mí, sino ilustraciones al estilo de aquellas que se incluían
en los libros de aventuras. En este punto resulta interesante
destacar que más allá de los textos que apuntalan las
imágenes (en rigor se trata de fragmentos que aislados de la
trama logran concentrar un poder de sugerencia muy alto), las fotografías
no están en función de una ilustración de las novelas
sino como subrayados de visiones, de fantasías y delirios que
circulan por las novelas constituyendo un imaginario bastante completo
de la época. Ese tiempo es el que revisitan las fotos de Grossman,
como un homenaje nada congelado a su autor favorito.
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