Polémicas Hollywood contra Mike Myers El espía que robó Cuando la segunda parte de Austin Powers recaudó más que el regreso de George Lucas con sus Jedis, Mike Myers pareció tener a Hollywood a sus pies. Pero el escándalo alrededor de su último proyecto desembocó en un artículo de Vanity Fair que lo acusa de querer llevarse toda la gloria de El mundo según Wayne y de robarle a sus compañeros de Saturday Night Live el villano Doctor Evil y las frases más célebres de Austin Powers. A continuación, las dos campanas del mismo estruendo. POR KIM MASTERS Era
una de esos eventos que tanto le gustan a Hollywood: la pelea entre
De la Hoya y Mosley por el título del mundo, en el estadio Staples
de Los Angeles. En el ringside estaban dos de los fundadores de DreamWorks,
Steven Spielberg y Jeffrey Katzenberg, junto a Mike Myers y su mujer,
Robin Ruzan. DreamWorks había salido abiertamente en defensa
de Myers cuando, en una movida inesperada, los estudios Universal iniciaron
juicio al hombre que les había hecho ganar toneladas de dinero
con los dos Austin Powers. Semanas antes del comienzo de la filmación
de su nueva película, Myers decidió retirarse del proyecto
(inspirado en uno de sus más célebres personajes televisivos,
el exuberante artista alemán Dieter). La ironía era que
todo Hollywood coincidía en que la Universal era la empresa de
contratos más generosos y libertades creativas más amplias
con sus artistas. Pero ahora demandaba a Myers, esperando recuperar
los cinco millones de dólares que sostenían haber gastado
durante la preproducción. EL
IDIOTA MAS CARO Cuando un periodista le preguntó a Myers
acerca de su reputación como tipo difícil en los sets,
él se le rió en la cara. Soy el Brando de la comedia,
dijo. En todo caso, es el único comediante junto a Jim
Carrey y Adam Sandler que cobra 20 millones por película.
Y que ha introducido en el imaginario norteamericano más expresiones
que ningún otro artista en los últimos años: desde
el No way... way! de Wayne al Be-have o Shagadelic
de Austin Powers. Pero esa inmensa capacidad para divertir viene acompañada
de un talento equivalente para generar problemas. E incluso en una industria
donde todo se tolera mientras los hits sigan llegando, Myers parece
haber llevado las cosas demasiado lejos. Me pasé noches
enteras pensando sobre este tipo tan complicado, dice Rob Fried,
el productor que trabajó con Myers en la comedia Mi esposa es
una asesina (1993). Éramos tan amigos y tan desconocidos
a la vez... NO TE HAGAS EL MONO Para algunos, lo que hay que aguantarle es mucho más que estupideces. En 1986, la enfermedad de su padre obligó a Myers a volver de Inglaterra, donde había iniciado una promisoria carrera como cómico. De vuelta en Toronto, volvió a trabajar con la troupe Second City, donde había dado sus primeros pasos. Uno de sus compañeros era Dana Andersen, quien dice haber inventado como personaje un artista de vanguardia alemán llamado Kurt. Según su versión, Myers le pidió encarnar al compadre de Kurt: un tal Dieter. Myers, en cambio, insiste que los modelos para crear a Dieter fueron un estudiante de intercambio que conoció en 1981 y un camarero alemán que trabajaba en un restaurante de Toronto. Andersen no cree que haya existido ese camarero. Y jura haber sido él quien acuñó la frase Touch my monkey, latiguillo que empujó a Dieter a la fama en Saturday Night Live. La respuesta que envió Myers por escrito para esta nota lo contradice: Este camarero repetía Amo las texturas; me encantaría tocar un mono alguna vez. Por ese entonces se me ocurrió crear a Dieter y pedirle a Andersen, una de las personas más talentosas con las que trabajé, que hiciera de Kurt, el amante de Dieter. MANTECA
O MARGARINA En 1989, Myers se sumó a la troupe de Saturday
Night Live. Entre monstruos como Phil Hartman, Dennis Miller, David
Spade, Jan Hooks y Dana Carvey, Myers pasó inadvertido los primeros
meses. Trabajaba como un enano, pero no podía sacarse esa
cara de nerd estilo Qué-hago-yoacá, dice Lorne Michaels,
creador y productor del programa. Con el tiempo, Myers perdió
la inocencia: todos recuerdan a Fucky, un personaje que hacía
en el backstage, que se bajaba los pantalones y les mostraba el culo
a todas las chicas del elenco. Lo aguantaran o no, su sketch de El mundo
según Wayne en el programa era un éxito y la Paramount
le había ofrecido convertirlo en película. El primer día
de filmación, en 1991, Myers sufrió un colapso nervioso.
Algunas fuentes cercanas dicen que el futuro Austin Powers no quería
a Dana Carvey que encarnaba a Garth desde los comienzos del sketch
en la película. Por aquel entonces, Carvey estaba más
en boga que el mismo Myers, y la Paramount se puso firme. Myers propuso
entonces que Carvey apareciera, pero sólo en un cameo. El estudio
insistió en que Carvey (Garth) tuviera la misma pantalla que
Myers (Wayne). Para empeorar el panorama, Carvey cobraría un
millón en efectivo y diez por ciento de las ganancias (Myers
había firmado por 600 mil y el 2,5 por ciento de las ganancias
netas). EL BICHO FETITO Myers todavía se refiere a la comedia Mi esposa es una asesina como el evento más traumático de su vida profesional. El fracaso resultó estrepitoso: recaudó apenas 12 millones. Inmediatamente después, Myers se abocó a lo que parecía un negocio seguro: la segunda parte de El mundo según Wayne. Pero la tensión entre Myers y Carvey era insostenible. Carvey se enteró de que Kim Basinger aceptaría un papel en la película. Myers se opuso: No queremos estrellas, dijo. Pero al poco tiempo, Carvey supo que Myers quería contratar a Madonna o a Demi Moore como interés romántico de Wayne. Myers quería basar la secuela en Passport to Pimlico, un clásico inglés de 1949. Confiado en que la Paramount conseguiría los derechos, se lanzó a escribir un guión en el que Wayne terminaba con país propio. Un par de semanas antes de comenzar el rodaje, las flamantes autoridades de la Paramount le anunciaron que habían decidido no comprar los derechos. Sherry Lansing, la vicepresidenta del estudio, pidió una reunión con Myers. Un testigo dijo: Mike se sentó en un sillón y empezó a hamacarse como un autista repitiendo no puedo hacerlo, no puedo hacerlo, y ustedes no pueden obligarme. Lansing abandonó su tono maternal y le gritó: ¡A ver si nos entendemos! En este mismo momento, Stanley Jaffe (ejecutivo de la Paramount) está sentado en Nueva York con quince abogados. Tenemos lista una demanda de cien páginas. Si la película no se hace, te vamos a hacer mierda. Myers, desde su posición fetal, cedió: despidió a su agente y a su abogado, y escribió un nuevo guión en el que Garth y Wayne organizaban un festival a lo Woodstock. El mundo según Wayne 2 recaudó menos de la mitad que la original. LOS
400 GOLPES, JA, JA Una sola productora estuvo interesada en Austin
Powers. Quienes trabajaron con Myers durante la filmación aseguran
que hizo gala del malhumor de siempre, a pesar de tener una persona
encargada exclusivamente de apuntarle con un tubo de aire acondicionado
entre toma y toma. Cuando Dana Carvey vio Austin Powers quedó
conmocionado. El villano Doctor Evil era una copia perfecta de la imitación
que Carvey hacía de Lorne Michaels en el backstage de Saturday
Night Live, y que todos los demás festejaban e imitaban a su
vez. Jon Lovitz, antiguo compañero de ambos en el programa, le
preguntó a Myers si estaba imitando aquella imitación.
Myers lo negó. No quiero decir nada malo de Mike,
dice Lovitz. Pero, ¿imitábamos todos a Michaels?
Sí. ¿Imitábamos todos la imitación de Dana?
Sí. ¿Se llevaba Michaels el meñique a la boca?
Sí. Pero el que captó todos esos detalles que se ven en
Doctor Evil fue Dana. YO
PLATA NO TOCO El caso Dieter estalló cuando la película
era un negocio seguro para todo Hollywood. Universal había conseguido
a David Hasselhoff (el bañero de Baywatch) para que hiciera de
él mismo. En el guión, Hasselhoff secuestraba al mono
mascota de Dieter porque el show de Dieter, Sprockets, desplazaba a
Baywatch en la cima del rating alemán. Myers había testeado
el guión (incluidas diez canciones) en el Viper Room de Johnny
Depp, pero la respuesta no había sido buena. Mike decretó
que el personaje no era querible porque al guión le faltaba trabajo.
Como ya había despedido a todos los que podían serenarlo
o ayudarlo, no tenía a quien echarle la culpa, admitió
un ejecutivo de la Universal después de una reunión en
la que Myers leyó en voz alta las razones por las que se negaba
a filmar esa versión de su guión. El estudio esgrime haber
cumplido todas las exigencias del actor: Le dimos el director
que pidió (el debutante Bo Welch), el elenco que pidió,
el productor que pidió. Y no es cierto, como dice el abogado
de Myers, que nos empeñáramos en estrenar la película
en mayo de 2001. Si Myers hubiese pedido una prórroga, les aseguro
que hubiésemos aceptado. Nadie se mete en un juicio de 30 millones
por un par de meses de demora. Myers argumenta haber actuado de
buena fe al retirarse del proyecto: No puedo aceptar 21,5 millones
por una película cuyo guión todavía necesita mucho
trabajo, dijo. Traducción y adaptación: Juan Ignacio Boido. |