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CORDOBA Vacaciones de invierno

Cerros, lagos, ríos, arroyos y un benéfico clima en cualquier época del año. Para enfrentar el frío, una serie de itinerarios por las sierras cordobesas. Desde la histórica
capital de la provincia, el valle de Punilla, la región de Traslasierra y el norteño Camino Real.

Empezó el invierno, la estación que además del frío, trae la expectativa de pasar dos semanas de vacaciones en julio. Pero ¿dónde? En un país como el nuestro, la opción no es fácil: ¿los glaciares del sur, la selva misionera, las montañas del norte, los bosques patagónicos, la nieve...? Entre todas estas posibilidades bien se puede elegir una provincia que condensa muchos de los más encantadores paisajes de nuestro territorio: cerros, lagos, ríos, arroyos y un clima ideal para encarar cualquier paseo. Así es Córdoba y así son sus regiones que, aunque son conocidas, bien vale recordar sus atractivos.

Ciudad y cumbres
Enclavada entre la sierra y la llanura, la ciudad de Córdoba sigue siendo un buen punto de partida o de culminación de las vacaciones cordobesas. Una ciudad moderna con uno de los centros históricos más valiosos de Argentina donde relucen las cúpulas de iglesias, conventos y casas de siglos pasados frente a cafés de este nuevo siglo. Pero basta con alejarse unos kilómetros para encontrarse con las Altas Cumbres, con sus cimas nevadas en esta época del año. Por el camino hacia el valle de Traslasierra, se encuentra la fantástica Pampa de Achala, una extensa altiplanicie de árida conformación geológica coronada por el Parque Nacional La Quebrada del Condorito, uno de los pocos lugares donde viven los cóndores fuera de la cordillera de los Andes.
En estos tiempos en que cada vez hay más audaces dispuestos a escalar montañas, el cerro Los Gigantes de 2374 metros y el cerro Champaquí de 2790 los esperan para encarar el ascenso. Y las pequeñas poblaciones de que rodean el dique La Viña, como Mina Clavero, Nono, Las Rabonas, Los Hornillos, Villa de Las Rosas, Las Tapias y Villa Dolores, son los amables y hospitalarios eslabones que en el marco monumental de las Sierras Grandes engarzan un itinerario por el paisaje serrano y sus tradicionales artesanías en cerámica negra, dulces y alfajores.
Hacia el sur, la provincia cambia su fisonomía y se transforma en un paisaje que nada tiene que envidiar a los exclusivos valles suizos o alemanes. Extensas forestaciones de pinos, arroyos cristalinos y una amplia infraestructura de hoteles y cabañas, son algunos detalles imperdibles del valle de Calamuchita. Pasando el dique Los Molinos, Villa General Belgrano deleita con su exquisita Fiesta del Chocolate Alpino y su típica comida centroeuropea.


La Cumbrecita: Una esmeralda perdida en el paisaje cordobés.

Aires de Punilla
El valle de Punilla es desde hace años sinónimo del turismo cordobés. En esa porción privilegiada de cerros y ríos al oeste de la provincia, los turistas encontrarán una variadísima oferta de hoteles, servicios, restaurantes y entretenimientos. Carlos Paz es su puerta de ingreso y un centro de la vida social y nocturna de la región, al borde del lago San Roque. Muy cerca están Cosquín, Villa Giardino, La Cumbre, Capilla del Monte y La Falda, ubicadas en los faldeos de las Sierras Chicas.
Desde cualquier punto del valle de Punilla suelen organizarse excursiones hasta el cerro Uritorco, cuya mentada fuerza energética atrae a grandes y chicos. Estos paseos pueden completarse con una visita a San Marcos Sierras, una antigua población construida a partir de la devolución de tierras a una comunidad indígena.
Como si esto fuera poco dentro de tantas posibilidades, Córdoba cuenta además con un trayecto de alto contenido histórico: el antiguo Camino Real que conducía hacia el Alto Perú. Pueblos como Villa Tulumba, Ischilín, Villa del Totoral, Deán Funes y otros fueron antiguas postas en el Camino Real y heredaron varios testimonios arquitectónicos de la época.


Frente al lago San Roque, la terraza mediterranea del hotel Hipoppotamus.

Estos departamentos permiten una parada previa al impactante cerro Colorado, uno de los yacimientos arqueológicos más importantes del continente americano. Sobre la misma altura, pero hacia el este, la provincia cuenta con el único mar del interior del país. Se trata del Parque Nacional Laguna de Mar Chiquita, una extensa depresión salina con propiedades terapéuticas y una valiosa fauna protagonizada por flamencos rosados, patos y nutrias. A sus orillas se encuentra Miramar, el principal centro turístico de la zona.

fiestas de julio
8 al 30:
Fiesta del Chocolate Alpino en Villa General Belgrano.
6 al 16:
Fiesta Nacional de la Bagna Cauda en Calchín Oeste.
Fiesta provincial del Locro y las Comidas Típicas en Villa San Isidro.
5 al 25:
Feria de sabores y dulzuras de Córdoba, Córdoba Ciudad.
14 al 16:
Fiesta de las comidas típicas caroyenses, Colonia Caroya.
7 al 9:
Festival de la Pesca del Pejerrey, Miramar.
8 y 9:
Fiestas Julias. Fogón Criollo, Alicia.
5 al 16:
Feria de las Colectividades en Feriar, Córdoba Ciudad.
14 al 22:
Julio y el Tango en Santa Rosa de Calamuchita.

Datos útiles
Alojamiento: Hoteles (precio por persona base doble). Una estrella. Desde $ 12. Dos estrellas. Desde $ 20. Tres estrellas. Desde $ 30. Cuatro estrellas. Desde $ 40. Hosterías: desde $ 10. Cabañas: desde $ 60 para 4 personas. Camping: desde $ 3.
Informes: Córdoba: Tucumán 360 Tel.: 0351-4341544/48/49.
Fax: 4341547/50.
e-mail: [email protected]
Casa de Córdoba en Buenos Aires: Callao 332 - 1022 Capital Federal.
Tel.: 011-43734277 - Fax: 011-4372-6566.

La Cumbrecita
Bosques y delikatessen

texto y fotos:
Jorge Maiocco

Partiendo de Buenos Aires y recorriendo la Ruta 9 hasta Villa María comienza esta escapada a las sierras cordobesas. Al llegar al Embalse de Río Tercero el paisaje comienza a ondularse, dejando atrás las tediosas llanuras. Esos 26 kilómetros que separan Embalse de Villa General Belgrano ya justifican los casi 700 kilómetros de ruta desde Buenos Aires. Sin duda, el continuo subir y bajar por las sierras de un camino pavimentado en perfectas condiciones produce un efecto maravilloso en todo aquel que vive habitualmente en el llano.
Pero lo mejor está por venir, sin desmerecer a las dos localidades anteriores que tienen lo suyo. Nuestro objetivo es otro y faltan aún 30 kilómetros. Dejando atrás Villa General Belgrano, donde se carga combustible ya que no hay en La Cumbrecita, el camino se dirige a Los Reartes y desde allí se hace de tierra o mejor dicho de piedra, por lo que este trayecto es para un porteño casi una aventura, una región muy agreste que va a tener que recorrer despacio, a 30 km/h de velocidad, para poder acceder a esta “esmeralda” escondida.
La Cumbrecita tiene una particularidad que la hace única en el país; es un pueblo peatonal, por lo cual sólo podrá usar su automóvil para llegar a su hotel y sólo lo pondrá en marcha nuevamente cuando emprenda el regreso. Imagínese un bosque en la ladera de una sierra, salpicado por algunos hoteles, algunos chalets, una sola cuadra que podríamos denominar céntrica, agréguele varios arroyos y cascadas: esa buena mezcla es este lugar, todo en un típico estilo alpino. Es que aquí, en cualquier época del año, lo que está en primer plano es la naturaleza. Por eso en primavera lo envolverán la fragancia y el color de múltiples flores; en otoño la dorada luminosidad de las hojas de los árboles y unos bellos hongos (amanita muscaria) que siembran como botones rojos el paisaje (y mejor dejarlos ahí porque son tóxicos); el invierno con sus habituales nevadas y el verano con una temperatura muy agradable, gracias a sus 1500 metros de altitud, que permite desarrollar a pleno cualquier actividad. Ubicada en el faldeo oriental de las Sierras Grandes, el clima de La Cumbrecita es del tipo mediterráneo templado continental, excepcional en el país y señalado por una revista especializada internacional como uno de los más benignos del planeta.


Los murmullos de los arroyos acompañan el plácido silencio de la región.

Paseos y juegos
Casi todos los paseos se realizan caminando por senderos agrestes y naturales, pero bien señalizados. Podemos empezar por la cascada grande, pasando previamente por la capilla de La Cumbrecita, construida en 1967 y con capacidad para 45 personas. Muy cerca de allí, yluego de un corto ascenso se llega al cerro Cumbrecita con buena vista panorámica, aunque un poco dificultada por el bosque que lo rodea. Continúa el sendero que nos llevará a la cascada grande, hermosa caída de agua de 15 metros de altura.
El denominado Paseo Alto le permitirá, tras ascender por un empinado sendero, tener una vista magnífica de La Cumbrecita, el valle de Calamuchita, el dique Los Molinos y el embalse de Río Tercero. Cerca de allí se encuentra el cementerio local y la Piedra del Indio, formación rocosa natural que, como su nombre lo indica, se asemeja a la cabeza de un indio. También se aprecia el imponente cerro Champaquí de 2885 metros de altura. Otro paseo es a La Olla, balneario natural de 9 metros de profundidad, con una pequeña cascada rodeado de una exuberante vegetación. El cerro Wank (1715 m) es otro excelente paseo. Aunque demanda más tiempo y buenas piernas, el esfuerzo vale la pena. Después de una caminata de unas tres horas subiendo y bajando, en la que se atraviesa un bosque de abedules, se internará en un sendero muy agreste que desemboca en la cima. Allí, sobre los 1700 metros quedará sin aliento –no por la subida– sino por el panorama de la región que se extiende ante sus pies. Pero si en vez de caminatas o cabalgatas prefiere algo menos activo, encontrará en el mismo pueblo un rincón para ejercitar la cabeza: la Placita de Ajedrez, con un inmenso tablero de 4 metros de lado marcado en el suelo donde podrá jugar unas largas partidas.


Una nota de color en la vegetación: Vistosos hongos (pero venenosos).

Si sus paseos diurnos son encantadores, sus noches no se quedan atrás: increíblemente silenciosas sin ruidos de automóviles ni estridencias urbanas que permiten un descanso poco habitual.

Datos útiles
Dónde alojarse: Cuenta con hosterías como La Rosita y Kuhstall. Hoteles de 3 o 4 estrellas como La Cumbrecita, Las Cascadas, Tilcara, Panorama y Las Verbenas algunos con pileta de natación, amplios parques, canchas de tenis y biblioteca. Ofrecen servicio de media o pensión completa. Los precios van de $ 38 a $ 70 por persona y por día con media pensión. Hay paquetes promocionales. Las Lilas es el único camping habilitado.
Dónde comer: De no hacerlo en el propio hotel, que en general tienen un excelente servicio, lo pueden hacer en los restaurantes La Campana y El Paseo. Para la merienda, un clásico ineludible es la repostería centroeuropea de la casa de té Liesbeth, pioneros del lugar.