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La atención en algunos hospitales depende de la cara del paciente

En la Defensoría del Pueblo reciben una denuncia semanal de inmigrantes a los que se niega atención o se les quiere cobrar arancel en hospitales porteños. �Es una política vigente�, dicen.

Por Mariana Carbajal

La xenofobia está presente en hospitales de la Ciudad de Buenos Aires. Según denunció la ombudsman porteña, Alicia Oliveira, al menos en el Argerich, el Santojanni, el Ramos Mejía y el Piñero, se niegan a atender a los extranjeros indocumentados o les cobran aranceles especiales para realizarse, precisamente, los estudios médicos necesarios para iniciar el trámite de regularización de su situación migratoria. “Sabemos que es una política vigente. Es lamentable que no podamos superar las barreras de la discriminación. Una empleada de una cooperadora hospitalaria, por ejemplo, me llegó a decir que les cobran según la cara”, indicó Oliveira, en diálogo con Página/12. La Defensoría del Pueblo recibe un promedio de una denuncia por semana de inmigrantes a los que se les obstruyó el acceso a la salud; entre ellos, constataron el caso de una embarazada de ocho meses a la que le exigían el documento nacional para brindarle atención médica. A través de una resolución, Oliveira recomendó al secretario de Salud, Marcos Buchbinder, que “arbitre todos los medios” para modificar esta situación.
“En general, nos comunicamos con cada hospital y conseguimos que los atiendan, especialmente, en los casos más urgentes. Pero no debería ser así. La Ley de Salud de la Ciudad es clara: en la atención a los pacientes no se admite discriminación por razones religiosas, raciales, de sexo, ideológicas, políticas ni de cualquier otro orden”, señaló a este diario Diego Morales, asesor legal de la Defensoría.
El organismo constató que en el Hospital Piñero a los extranjeros indocumentados, aunque sean indigentes, les cobra un arancel especial para poder realizarse estudios médicos (análisis de sangre completo y radiografía de tórax) que les exigen en la Dirección Nacional de Migraciones para iniciar los trámites de radicación. En la resolución enviada al secretario Buchbinder se mencionan dos de los casos que llegaron a la oficina de la ombudsman: el de Ninfa Cruz y el de Erika Reyes, a quienes, en octubre, en la Cooperadora del Piñero les condicionaron los estudios al pago de una tarifa: 10 pesos por la radiografía y 6 por el test sanguíneo. Gracias a la intervención de la Defensoría ambas mujeres consiguieron, finalmente, los exámenes sin cargo. El Piñero es el hospital porteño más cercano a la villa del Bajo Flores, donde están asentados la mayor cantidad de inmigrantes de la Ciudad.
Consultado por este diario, Buchbinder respondió: “Si ocurrieron, ese tipo de hechos son discriminatorios, contrarios a la ley, a la Constitución de la Ciudad y a mis creencias”. El funcionario afirmó que la Secretaría de Salud ha enviado notas en reiteradas oportunidades a las direcciones de los hospitales recordándoles las normativas vigentes, que indican que no se debe cobrar ningún servicio. “Si hay denuncias concretas, se investigarán y los responsables serán sancionados”, advirtió Buchbinder.
En la Defensoría presumen que las denuncias que reciben en sus oficinas representan apenas un puñado de los casos de discriminación que se suceden en algunos hospitales. La mayoría de los perjudicados, argumentan, no llega a realizar ninguna queja. Entre las denuncias que analizó el organismo figura la de otra mujer, Flavia Gallardo, que se encontraba en su octavo mes de embarazo y relató que en el Ramos Mejía se negaban a atenderla por su condición de indocumentada. Cuando la ombudsman se comunicó telefónicamente con el hospital, para consultar por este caso, el director respondió que como la mujer “carecía de documentación argentina y del país de origen resultaría imposible inscribir al menor”. “Insólitamente el hospital asumía las funciones del Registro Civil, en lugar de ocuparse de la atención de salud”, ironizó Oliveira, en declaraciones a Página/12.
El organismo también recibió denuncias sobre trato discriminatorio hacia los extranjeros indocumentados en los hospitales Argerich y Santojanni. En el primero, por ejemplo, a otra mujer, Jovita Estrada Pacheco, le negabanla realización de una resonancia magnética hasta que se presentase con un DNI. “Exigirle al inmigrante que regularice su situación migratoria previo tratamiento programado implica lisa y llanamente privarlo de la atención y no garantizar su derecho a la salud en términos de prevención o atención eficaz”, escribió Oliveira en la resolución, con fecha 17 de noviembre, enviada al secretario de Salud del gobierno porteño.

 

 

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