El
proyecto de Ley de Hidrocarburos lleva cinco años empantanado en
el Congreso. La pulseada entre el Senado y el Ejecutivo está ahora
centrada en las reglas de la comercialización. Hace pocas semanas,
el Senado declaró “nulo” un decreto del secretario de
Defensa de la Competencia que fijaba en 40 por ciento la proporción
de estaciones propias que cada petrolera podría poseer en su red;
y amenaza con bajar a cero ese porcentaje. Pero, al anular el decreto,
también dejaron sin efecto las restricciones que imponía
en materia de contratación de estaciones de servicio. Mientras
no salga la ley, las petroleras seguirán operando sin límites
en la extensión de su propia red y, además, sin restricciones
para contratar expendedores. Las empresas, agradecidas.
El
proyecto de Ley de Hidrocarburos lleva cinco años empantanado en
el Congreso. La pulseada entre el Senado y el Ejecutivo está ahora
centrada en las reglas de la comercialización. Hace pocas semanas,
el Senado declaró “nulo” un decreto del secretario de
Defensa de la Competencia que fijaba en 40 por ciento la proporción
de estaciones propias que cada petrolera podría poseer en su red;
y amenaza con bajar a cero ese porcentaje. Pero, al anular el decreto,
también dejaron sin efecto las restricciones que imponía
en materia de contratación de estaciones de servicio. Mientras
no salga la ley, las petroleras seguirán operando sin límites
en la extensión de su propia red y, además, sin restricciones
para contratar expendedores. Las empresas, agradecidas.